miércoles, 6 de enero de 2010

Triste récord de parados con foto en La Moncloa

Resulta sarcástico que Zapatero, el rey del paro en Europa, con 3.923.603 desempleados (y otros 500.000 que no cuenta como tales) se haga la foto con otro campeón, Felipe González, que atesoró también cifras de récord.

ESPAÑA CERRÓ 2009 al borde mismo de los cuatro millones de parados. Concretamente, 3.923.603 desempleados registraron los servicios públicos de empleo el pasado mes de diciembre, lo cual sitúa el aumento del paro a lo largo del año en 794.640 personas, un 25,4% más que en 2008. Aunque el dato oficial del Gobierno ya resulta terrible, la realidad es aún peor, ya que en esas cifras de paro registrado no se incluyen como desempleados los temporeros del campo ni las personas en periodo de formación, que ascienden a 251.830. Y hay que recordar que la última EPA conocida, correspondiente al tercer trimestre de 2009, contabilizaba los 4.123.000 desempleados. No es, por tanto, una exageración decir que ya en este momento podemos estar cerca de los 4.500.000 de parados. Por ello resulta no sólo inútil sino contraproducente para la propia credibilidad del Gobierno hacer cualquier lectura complaciente o restar dramatismo a la situación, que es precisamente lo que hicieron ayer los responsables del Ministerio de Trabajo, al señalar que en 2009 «el desempleo aumentó mucho menos» por lo que «continúa frenándose la destrucción de empleo». Es verdad que en 2008 hubo casi un millón más de parados y que en 2009 fueron 794.640. No parece que la desaceleración sea tan significativa como sostiene el Gobierno. Y aunque habrá que confiar en que se frene la destrucción de empleo con la misma rapidez con la que se han perdido puestos de trabajo, no existe consuelo posible cuando estamos a la cabeza del paro en la UE. Alemania, por ejemplo, creó empleo neto en el mes de diciembre.

En este contexto, la reunión que mantuvo el presidente Zapatero con Felipe González, Jacques Delors y Pedro Solbes para intercambiar ideas sobre la Presidencia española de la UE sólo puede ser analizada desde la ironía, puesto que tampoco de la cumbre salió ningún resultado concreto para el gran problema español. No deja de ser sarcástico que Zapatero -actual campeón de Europa del paro- se reúna para tratar la crisis con González, que ostentó idéntico título como presidente del Gobierno en 1994, cuando la tasa de desempleo se situó en España en un 24,55%, cifra récord en términos relativos, ya que el número de parados era menor debido a que también había menos población activa.

Al margen de las fotos más o menos oportunas, lo verdaderamente importante es que las dramáticas cifras del paro en España no parecen ser suficientes para que el Gobierno reaccione y el presidente deje de guiarse por los cantos de sirena sindicales en su política económica.

Las medidas que se han tomado hasta la fecha no han cambiado la tendencia. El Plan E creó puestos de trabajo temporal y en sectores poco cualificados. Tal vez la situación sería distinta si esos miles de millones que se utilizaron para crear un empleo tan efímero se hubieran destinado a ayudas a las empresas para la contratación de trabajadores.

Lo que resulta increíble es que habiéndose destruido nada menos que casi dos millones de empleos en España desde que comenzó la crisis en julio de 2007, el presidente del Gobierno siga negándose a impulsar una reforma del mercado laboral que por una parte facilite la creación de puestos de trabajo fijos y acabe con la exagerada temporalidad que perjudica a los trabajadores, y por otra, favorezca la contratación flexibilizando las condiciones de los despidos.


REl Mundo - Opinión

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