domingo, 22 de noviembre de 2009

El Govern pagó 3.000 € para informarse sobre la compra de una isla en 'Second Life'

La Generalitat se gastó algo más de 3.000 euros en un informe para ver si valía la pena comprarse una isla en 'second life', un mundo virtual que tuvo sus 15 minutos de gloria pero que, hoy por hoy, está más desaparecido que la Atlántida.

El informe, encargado en 2007 por el Departament de Governació, fue elaborado por la empresa Second Mind y consta tan sólo de tres páginas, según explica la diputada del PP Àngels Olano, que puedo acceder al documento en la sede de la Conselleria, aunque no consiguió que los funcionarios le facilitasen una copia.

Olano se muestra sorprendida del precio del informe, porque adquirir una isla en Second Life, cuesta algo más de mil euros, pero la Generalitat ha pagado cuatro veces más por tener presencia en este mundo virtual, ya que al coste de adquisición de la isla hay que sumar el del informe, cuyo título oficial es Consultorio de Cataluña en Second Life.

La isla catalana del 'Second Life'

LA CASA ES GRANDE y está dispuesta a comprar una isla. Una isla digital, por supuesto, para sentirse como un catalán digitalizado de pro. La información que hoy publica este diario sobre el pago de 3.000 euros por un informe que debía explicar la rentabilidad y viabilidad de la compra de una isla en el ciberespacio, demuestra que las tonterías que se hacen el política no tienen límites. Hay cuestiones en este tema que no tienen sentido. No tanto que en un momento dado la Generalitat decidiera, puede que para promocionar Cataluña, entrar en la moda del Second Life. Lo grave es que el departamento de Governació pagara por abrir esa isla y que siga abonando, de forma mensual, el alquiler de un espacio virtual desierto y completamente pasado de moda. Decía Benach la pasada semana, que no se podía dudar del ahorro del Parlament porque se hubieran dedicado 1.000 euros a una traducción catalán-castellano, además inútil. Es cierto que es poca cantidad. Se trata del fondo de la cuestión.

El Mundo
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