lunes, 2 de marzo de 2009

Feijóo anuncia el recorte de consejerías en su gobierno para afrontar la crisis

«De todas las campañas que llevo, y ya llevo unas pocas, ésta ha sido la más bonita». Así agradecía Mariano Rajoy, presidente nacional del PP, tras presidir el Comité de Dirección del Partido Popular en Galicia, junto al nuevo presidente «in pectore» de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijóo, la victoria electoral de ayer domingo.

Los 39 diputados otorgan la mayoría absoluta en el hemiciclo autonómico a Núñez Feijóo que ha anunciado, entre otras medidas presupuestarias con vistas a afrontar la crisis económica, el recorte de consejerías y otros gestos, como poner en venta el fastuosos Audi de su predecesor en el cargo, Emilio Pérez Touriño, que momentos antes de la intervención de Feijóo había presentado su dimisión «personal, intransferible e irrevocable» como secretario general del socialismo en Galicia.


Feijóo se ha mostrado visiblemente emocionado cuando se ha dirigido a la confianza depositada por la ciudadanía gallega y también por el presidente gallego del PP, Mariano Rajoy: «No olvidaré nunca tu trabajo», le ha dicho Feijóo. Así, le agradeció que haya «pateado pueblo a pueblo» la Comunidad gallega durante la campaña electoral. «Ha sido un militante leal, modesto y ejemplar», resumió Feijóo, quien se mostró convencido de que el líder nacional del partido «nunca olvidará a Galicia».

Feijóo se comprometió a construir un gobierno «para todos» y, para conseguirlo, garantizó que, después de tomar posesión como presidente de la Xunta, hará «desvanecer las siglas del Partido Popular para hacer emerger las de Galicia de forma exclusiva».

En clave nacional y autonómica

De esta manera, Feijóo extendió al ámbito nacional la lectura del resultado electoral de las autonómicas gallegas porque «Galicia no es más que una parte de la nación española».

En clave autonómica, el que será presidente de la Xunta durante la VIII legislatura agradeció la «extraordinaria participación» del electorado, que rozó el 71 por ciento, y ofreció «un gobierno único, un proyecto único y un presidente único» a toda la ciudadanía, independientemente de cuál sea su preferencia política.

Así, convocó a la sociedad civil en general y, de forma más concreta, a los agentes sociales para trabajar «juntos» de cara a paliar la actual situación de crisis económica. Como primera medida, se mostró decidido a cumplir su compromiso electoral de hacer el gobierno «más pequeño» de los últimos años.

Concretamente, explicó que la futura Xunta tendrá 10 consejerías y un 40 por ciento menos de altos cargos, ya que suprimirá la figura de los 51 delegados de consejerías que existen en la actualidad y nombrará cinco representantes de la Xunta -uno por cada capital de provincia y uno más en la ciudad de Vigo-.

La anécdota: primero el Dépor, luego la Xunta

Antes del inicio de la reunión, el presidente del PPdeG contó que ayer le llamó su padre para comunicarle que el Deportivo de La Coruña había ganado el partido de Liga de la jornada. «Mi padre es un fenómeno», comentó, después de bromear con que su progenitor primero le dijo cómo había quedado el Deportivo y, después, le felicitó por su victoria electoral.

Al tomar el testigo, Rajoy ha expresado con emoción cómo comenzó participando en las elecciones gallegas colgando carteles cuando estudiaba las oposiciones y cómo ahora, esta victoria da aire a su liderazgo y le refuerza en el puesto, tras su triunfo en Galicia y su avance de posiciones logrado en el País Vasco.

Rajoy, en su comparecencia en un hotel en Santiago de Compostela, aseguró que el de ayer "es un extraordinario triunfo para el PP gallego, pero también muy importante en España".

Subrayó que la victoria del PP "no era fácil". "Estamos en la oposición en los primeros cuatro años del bipartito, y quien gobierna al menos suele estar ocho años en el Gobierno", declaró.

«Ha sido la victoria de un candidato magnífico»

Además, vivíamos una situación compleja, con lo que el mérito ha sido mayor. Ha sido el triunfo de un candidato magnífico y del trabajo, el esfuerzo y la fe en la victoria". Incluso el presidente nacional del PP bromeó con la presencia de la cúpula popular en Santiago, y en respuesta a los agradecimientos de Alberto Núñez Feijóo por convocar esta primera reunión en Galicia, dijo: "Lo hubiéramos hecho igual, se produjera el resultado que se produjera. Si hubiéramos ganado habríamos estado aquí, y si hubiéramos ganado, también".

Indicó que su partido "ha vivido momentos malos y buenos, pero este es un partido muy especial y en las circunstancias más dificiles es cuando se demuestra que es un partido muy especial".

Núñez Feijóo explicó a los periodistas tras la reunión del Comité de Dirección gallego al que asistieron los miembros del Comité Ejecutivo nacional, Mariano Rajoy, Esteban González Pons, María Dolores de Cospedal, Ana Mato y Javier Arenas, que siente "mucho respeto" por la decisión de Pérez Touriño. "El líder del PSdeG hará lo que considere oportuno, pero interpreto que afecta al PSOE. Espero y deseo que tome las decisiones que considere oportunas, por el bien del partido y del Parlamento, ya que es clave para el funcionamiento democrático de la institución", dijo. Por su parte, preguntado por el mismo asunto, Rajoy indicó que respeta "profundamente" la decisión del líder socialista gallego, aunque "afecta a otro partido".

ABC

El PNV tilda de 'agresión política' un pacto entre PSE, PP y UPyD

Advierte de que responderá 'con todos los elementos a su alcance

El presidente del PNV vizcaíno y nuevo diputado nacionalista, Andoni Ortuzar, avisó hoy de que su partido consideraría una "agresión política" que se unieran socialistas, 'populares' y UPyD en el Parlamento vasco para formar gobierno y con "el único objetivo" de apartar al PNV de la Lehendakaritza.

A su juicio, sería un acuerdo "antinatura" al que los nacionalistas vascos responderían "con todos los elementos" a su alcance.

En declaraciones a RNE, Ortuzar defendió que la victoria del PNV en las elecciones celebradas ayer es "clarísima" y rechazó la posibilidad de que se unan partidos "con el único objetivo" de desplazar a los nacionalistas vascos del poder.

"¿Qué tienen en común el PSOE, el PP y UPyD? --se preguntó--. En todos los demás sitios de España están a la gresca y no son capaces de ponerse de acuerdo, ¿aquí van a ser capaces de gestionar un gobierno ellos tres juntos?".

En este sentido, aseguró que se trataría "de una cosa un poco antinatura" y el PNV lo entendería como "una agresión política". "Entenderíamos que no es justo, sería muy raro y tendríamos que responder con todos los elementos a nuestro alcance --explicó preguntado por la respuesta del PNV en el Congreso--. No es posible aquí hacer ese tipo de políticas y luego pedirnos responsabilidad en Madrid".

Ortuzar también rechazó que Patxi López se alce como 'lehendakari' con apoyo del PNV y apuntó que la democracia "tiene unas normas de las que no habría que salirse".

"Suele decirse que el mar vuelve a ganar el terreno que se le quita", señaló antes de poner como ejemplo la derrota del bipartito de PSOE y BNG en Galicia. "Sería muy extraño que siendo la primera fuerza se nos pidiese ese sacrificio", aseveró.

Mientras, en una entrevista en ETB, el presidente del PNV vizcaíno aseguró que a pesar de lo que ha prometido durante la campaña el candidato a lehendakari por el PSE-EE, Patxi López, sobre un "cambio" en el Gobierno vasco "sin frentismo", tras los resultados de ayer "va a tener que hacer un frente" con PP y UPyD si quiere optar a dirigir la Lehendakaritza.

Además, afirmó que ahora Juan José Ibarretxe, como candidato más votado, iniciará contactos con el resto de fuerzas políticas para conformar gobierno y se irá "viendo qué disponibilidad" tienen los otros partidos.

Gobierno con minoría mayoritaria

"Nosotros tenemos 30 escaños y no en todos los países se gobierna con mayoría absoluta, hay gobiernos con minorías mayoritarias. Por lo tanto, está todo muy abierto y es pronto para dar por final y fijar la fotografía de este proceso. Hay unos meses por delante para ir fraguando la mejor alternativa de gobierno posible, es por lo que nosotros vamos a trabajar", añadió.

"López debe darse cuenta de la posición en la que está, de que ese cambio que él promete es un cambio que tiene difícil venta en la medida que es un cambio que lo tiene que hacer forzosamente con el Partido Popular. Han estado toda la campaña diciendo que no hay frentes, que no va a haber frentes y van a tener que hacer frentes para hacer un gobierno de cambio, su gobierno, van a tener que hacer un frente con el PP y Rosa Díez. Por lo tanto creo que todos tenemos que hacer una reflexión sobre los resultados y, a partir de ahí, empezar a hablar", explicó.

Por último, recordó que hubo 100.000 sufragios nulos que se pueden atribuir a las listas ilegalizadas y que les corresponderían a siete escaños. Según aseguró, estos diputados "darían la vuelta a la correlación de fuerzas" del Parlamento vasco y, "en una lectura objetiva de los datos, habría que tenerlo en cuenta". "El PSE tiene que tenerlo en cuenta, sigue habiendo 100.000 vascos que están ahí y tendrían siete representantes, es un dato para la reflexión", concluyó.


El Mundo

Blanco prefiere que el PSE gobierne en minoría

ABC: Ferraz da vía libre a Patxi López para formar gobierno y PP y UPyD le ofrecen su apoyo

#Patxi López, con 24 parlamentarios, podría convertirse en el primer lehendakari no nacionalista de la historia

#Basagoiti proclama que "es muy importante que aparquemos nuestras máximas de partido y estemos en lo importante, que es el País Vasco"

#Blanco muestra su preferencia por un gobierno "en minoría" para no reeditar una política de "choque de trenes"

#Anasagasti advierte a Zapatero de que el PNV podría retirar su apoyo al PSOE en Madrid si antepone su "antivasquismo"


El momento del cambio en Euskadi parece que ha llegado. En el día de ayer el PNV volvió a alzarse con una victoria en las elecciones autonómicas vascas; sin embargo, Patxi López, con los 24 escaños conseguidos, podría desbancar a Ibarretxe y convertirse, con el apoyo de los 'populares' y del partido de Rosa Díez, en el próximo lehendakari. Y parece que el PSdeG no va a tener muchos obstáculos por parte del PP y de UPyD para formar gobierno, ya que ambos partidos abogan por un giro de 180 grados en el País Vasco y sueñan con un gobierno no nacionalista.


Desde Ferraz tampoco se van a poner impedimentos a López para llegar a Ajuria Enea y el vicesecretario general del PSOE ha asegurado que su partido dejará manos libres al líder de los socialistas vascos para negociar con los partidos de Euskadi el futuro gobierno autonómico, pero ha opinado que el PSE está en condiciones de liderar el cambio "en solitario". El resultado que ayer obtuvo el PSE en los comicios vascos, que José Blanco -en rueda de prensa tras la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE- ha calificado de "históricos", lo "gestionarán los propios socialistas vascos", depositarios de "una gran confianza popular", por lo que es a ellos "a quienes corresponde traducir esa confianza en la decisión política más acertada".

El líder del PP, Antonio Basagoiti, sólo ha puesto al PSE una "única condición": que acometan "un cambio de verdad" y estén por "otra política desde el punto de vista cultural, educativo, de convivencia y de futuro". En declaraciones a RNE, Basagoiti ha recalcado su "voluntad de colaborar al máximo en que las cosas cambien" y ha defendido que en estas elecciones "se ha conseguido el objetivo", de manera que habrá "una nueva mayoría" en el Parlamento vasco y el PP podrá "sumar junto con el PSOE para hacer un Gobierno distinto y mejor que el de Ibarretxe y su PNV". "Es muy importante que aparquemos nuestras máximas de partido y estemos en lo importante, que es el País Vasco", ha afirmado. Basagoiti no ha aclarado cómo se podría materializar el apoyo del PP y ha subrayado que a él le interesa más que "el debate de los sillones o los coches oficiales" que se produzca el cambio. "Me importan más el fondo que las formas y todo eso lo podemos ver en los próximos días", ha apuntado.

En esta misma línea se ha manifestado Rosa Díez, que ha asegurado que por su partido "no quedará contribuir" a que en el País Vasco haya un "gobierno constitucionalista" y una alternativa al nacionalismo, aunque ha advertido al PSE de que esa mayoría "tiene que componerse con generosidad y apertura de miras" ya que no va a aceptar una cosa "tipo Montilla". La presidenta de UPyD -partido que ha obtenido un escaño en el Parlamento de Vitoria que, sumado a los 24 del PSE y a los 13 del PP, puede conformar la mayoría absoluta en la Cámara vasca-, ha destacado que los ciudadanos les han dado en las elecciones celebradas ayer "una fuerza decisiva y determinante para la formación del Gobierno".

El portavoz parlamentario del PSE-EE, José Antonio Pastor, ha explicado que "se abre un escenario apasionante" para la elección del próximo lehendakari ya que, según ha advertido, su formación acudirá a la ronda de contactos que iniciará Juan José Ibarretxe "con la premisa" de que Patxi López "presentará su candidatura". En declaraciones a Radio Euskadi", Pastor ha interpretado los resultados electorales obtenidos por los socialistas "de forma tremendamente positiva", al tiempo que ha destacado el "desplome absoluto" de los socios del tripartito.

El senador del PNV Iñaki Anasagasti avisa hoy en su 'blog' de que el PNV podría retirar su apoyo al PSOE en Madrid si el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, antepone su "antivasquismo" y "antinacionalismo". Insiste en que, a pesar de "una campaña mentirosa del PSE que ha ocultado su programa y sus apoyos posteriores", el PNV y su candidato, Juan José Ibarretxe, "han dado la campanada con treinta parlamentarios". Ante los reproches de que llevan 30 años gobernando, recuerda que es "porque democráticamente nos eligen", lo que "les repatea", ya que quieren para Euskadi "un sano regionalismo".


El Mundo: El PSOE apuesta por el cambio en Euskadi, pero sin choque de trenes

Por primera vez en tres décadas el País Vasco puede contar con un 'lehendakari' socialista. Los partidos constitucionalistas -PSE-EE, PP y UPyD- han sumado 38 escaños, uno más que las formaciones nacionalistas -PNV, EA, EB-B y Aralar-, lo que supone un vuelco histórico para esta comunidad autónoma.

De momento, Patxi López, que ha conseguido pasar de 18 escaños en los comicios de 2005 a los 24 actuales, cuenta con el apoyo seguro del PP para ser investido 'lehendakari'. El líder del PP en el País Vasco, Antonio Basagoiti, se ha declarado hoy mismo "dispuesto" a apoyar al candidato del PSE-EE.

En declaraciones a RNE, el presidente de los 'populares' vascos aseguró que confía en que PP y PSOE se pueden "poner de acuerdo" en Euskadi. "En el cambio estamos nosotros. Se puede hacer y yo estoy dispuesto a arrimar el hombro", señaló.

Recuperar un escaño

Los votos del PP serían suficientes para que López se convierta en el nuevo jefe del Ejecutivo vasco si el PSE-EE logra recuperar un escaño de Álava, que ahora está en manos de EA por tan sólo ocho sufragios de diferencia. Todo parece indicar que tras el recuento de las papeletas de los emigrantes, el escaño en disputa volverá a manos de los socialistas.

En caso contrario, será decisiva la postura de UPyD, el partido de Rosa Díez, que ha obtenido un diputado y sigue con su carrera ascendente iniciada en Madrid. Rosa Díez ha dejado bien clara su postura esta misma mañana en 'Los desayunos de TVE': "No le daremos un cheque en blanco a nadie". A su juicio, no se trata sólo de "mandar al PNV a la oposición" sino que el cambio sea real y suponga "dejar de gobernar en clave nacionalista".

La presidenta de UPyD puso como ejemplos los gobiernos de Emilio Pérez Touriño en Galicia y el de José Montilla en Cataluña, donde, a su juicio, los socialistas están llevando a cabo políticas nacionalistas: "Haremos todo lo posible porque haya un 'lehendakari' constitucionalista, pero el cambio tiene condiciones. Lo que necesita Euskadi es una alternativa al nacionalismo", destacó.

Durante la campaña electoral, Patxi López ha marcado distancias con el PNV, pero también ha querido dejar claro que "ni existe ni va a existir" un "frente españolista" para sacar al PNV del Gobierno vasco.

El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, también se mostró hoy partidario del cambio, pero sin que se produzca un choque de trenes. "Tenemos que administrar bien los tiempos. Hay que tener la suficiente cintura para producir el cambio, sin que se produzca un choque de trenes", manifestó.

¿Supone un choque de trenes excluir al PNV del Gobierno vasco por primera vez en democracia? ¿con quién pactará Patxi López? Casi con toda seguridad, los socialistas vascos buscarán los apoyos del PP y de UPyD para gobernar.

Con este escenario, el PSE-EE tiene dos posibilidades: la primera, optar por un Gobierno de coalición con el PP y la segunda, gobernar en minoría y contar con apoyos puntuales según las circunstancias. Esta opción, que es la que ha elegido José Luis Rodríguez Zapatero a nivel nacional, parece la más probable y la que le concede un mayor margen de maniobra.

En cualquier caso, la decisión que adopte Patxi López será decisiva para el Ejecutivo de Zapatero. Hasta ahora, el PNV ha apoyado al PSOE en Madrid en votaciones importantes como las de los Presupuestos Generales del Estado. Si le apartan del Gobierno autonómico, lo más probable es que se aleje de Zapatero, lo que le obligará a buscar nuevos puentes con los nacionalistas moderados de CiU.


La Razón: Blanco prefiere que el PSE gobierne en minoría

El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha dicho hoy que el escenario que prefiere es «gobernar en minoría» en el País Vasco, y ha añadido que los socialistas gallegos «tienen que abrir una nueva etapa».

Así se ha expresado el «número dos» del PSOE -en declaraciones a Onda Cero y Antena 3 - al valorar los resultados de las elecciones autonómicas celebradas ayer en Galicia y el País Vasco.


En Galicia, el bipartito que conformaban PSdeG y BNG perdió las elecciones frente al Partido Popular, cuyo candidato a la Presidencia de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, gobernará con mayoría absoluta.

«Eso hay que analizarlo, no hay que analizarlo en caliente, sino sosegadamente, y a partir de ahí extraer conclusiones», ha señalado Blanco, quien ha añadido que no le gusta «señalar con el dedo acusador a nadie para escabullir el bulto de la responsabilidad».

Preguntado por si el secretario general del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, debería dimitir, Blanco ha respondido que «tienen que abrir una nueva etapa» a partir de «la reflexión».

Se ha referido, asimismo, al resultado obtenido por el PSE en las elecciones celebradas en el País Vasco y ha dicho que ha sido «una victoria muy importante en términos políticos y morales».

«Tenemos que administrar muy bien este caudal de confianza para no defraudar», ha aseverado el vicesecretario general del PSOE, quien se ha mostrado «convencido» de que el PSE recuperará un escaño en la circunscripción de Álava tras el recuento del voto emigrante.

Ha explicado que el resultado electoral -que da la mayoría absoluta a la suma de los escaños de PSE, PP y UPyD- ha conformado una pluralidad en el Parlamento Vasco «que hay que escuchar» para saber «hasta dónde están dispuestos a entenderse» en un proyecto de gobierno «que vaya más allá que una investidura».

«Vamos a hacer ese esfuerzo de diálogo, sin excluir a nadie», ha insistido Blanco, quien ha recalcado que su partido tiene «la firme determinación de gobernar» en el País Vasco. «Gobernar en minoría. Ese es el escenario que más me apetece», ha señalado Blanco, quien ha hecho hincapié en que es una decisión que deben tomar el PSE y su secretario general, Patxi López.

El vicesecretario general del PSOE ha recordado que su partido ha tenido un amplio apoyo de los electores que han apelado a la necesidad de abrir un nuevo tiempo político en el País Vasco, y ha dicho que han de ser «coherentes con esa determinación porque, si no, podríamos estar ante una frustración colectiva».


Libertad Digital: Blanco: "Gobernar en minoría. Ese es el escenario que más me apetece"

Blanco prefiere que el PSE gobierne en minoría, aunque asegura que "vamos a hacer ese esfuerzo de diálogo, sin excluir a nadie". El PNV estará en su ronda de contactos. Basagoiti apoyará a Patxi López si hay "un cambio de verdad".

El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha dicho que el escenario que prefiere es "gobernar en minoría" en el País Vasco, y ha añadido que los socialistas gallegos "tienen que abrir una nueva etapa".

Sobre la derrota del PSOE en Galicia, afirma que "eso hay que analizarlo, no hay que analizarlo en caliente, sino sosegadamente, y a partir de ahí extraer conclusiones". Añade que no le gusta "señalar con el dedo acusador a nadie para escabullir el bulto de la responsabilidad".

Preguntado por si el secretario general del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, debería dimitir, Blanco ha respondido que "tienen que abrir una nueva etapa" a partir de "la reflexión".

Se ha referido, asimismo, al resultado obtenido por el PSE en las elecciones celebradas en el País Vasco y ha dicho que ha sido "una victoria muy importante en términos políticos y morales". "Tenemos que administrar muy bien este caudal de confianza para no defraudar", ha aseverado el vicesecretario general del PSOE, quien se ha mostrado "convencido" de que el PSE recuperará un escaño en la circunscripción de Álava tras el recuento del voto emigrante.

Ha explicado que el resultado electoral -que da la mayoría absoluta a la suma de los escaños de PSE, PP y UPyD- ha conformado una pluralidad en el Parlamento Vasco "que hay que escuchar" para saber "hasta dónde están dispuestos a entenderse" en un proyecto de gobierno "que vaya más allá que una investidura".

Habrá dialogo, "con todos"

"Vamos a hacer ese esfuerzo de diálogo, sin excluir a nadie", ha insistido Blanco, quien ha recalcado que su partido tiene "la firme determinación de gobernar" en el País Vasco.

"Gobernar en minoría. Ese es el escenario que más me apetece", ha señalado Blanco, quien ha hecho hincapié en que es una decisión que deben tomar el PSE y su secretario general, Patxi López.

El vicesecretario general del PSOE ha recordado que su partido ha tenido un amplio apoyo de los electores que han apelado a la necesidad de abrir un nuevo tiempo político en el País Vasco, y ha dicho que han de ser "coherentes con esa determinación porque, si no, podríamos estar ante una frustración colectiva".

Jáuregui ve "imposible" que el PSE apoye al PNV

Por su parte, el secretario general del grupo del PSOE en el Congreso, Ramón Jáuregui, ve "probable" que un Ejecutivo "monocolor" del PSOE presida el Parlamento Vasco, aunque a Juan José Ibarretxe "le corresponda intentar formar gobierno". Remarcó que es "imposible" que el PSE apoye al PNV.

"Hemos pasado diez años derivados de un pacto de Estella, de una formación de gobierno de nacionalistas contra no nacionalistas, de búsqueda de marcos políticos soberanistas dando por muerto el Estatuto de Guernica", recalcó en declaraciones a RNE, para destacar que todas estas circunstancias "hacen imposible" que el PSE de su apoyo a Ibarretxe en la formación de un nuevo gobierno. "No lo podemos dejar pasar", remachó.

Dicho esto, aseguró que el PNV ha sido "muy hábil" al intentar "trastocar el telón de fondo del debate político vasco y hablar sólo de la crisis". Sobre el candidato socialista Patxi López, indicó que ahora se "coloca sobre el tejado de los demás" la decisión de apoyarle o no para liderar un cambio político.

"López reclama el apoyo de quien quiera apoyar ese cambio político sin contrapartidas", señaló, para apostar por un Gobierno centrista y que "no ahonde en la división". "Será un Gobierno probablemente monocolor, probablemente del PSOE, pero para todos los vascos", recalcó.

Por último, celebró la voluntad de "poner fin" al tripartito constatada, a su juicio, en los resultados de los comicios autonómicos y añadió que el PNV "no puede formar gobierno con sus socios tradicionales" porque los "ha fagocitado". A su juicio, tanto EA como IU "están un poco quemados" tras su coalición con el PNV.

Touriño dimite como Secretario General del PSdeG

ABC: Touriño dimite como secretario general del PSdeG tras el regreso del PP a la Xunta

#Asegura que "asume la responsabilidad" por los resultados electorales que han otorgado la mayoría absoluta a Feijóo en Galicia

#El anuncio llega tras las declaraciones de José Blanco, quien apuntaba a "abrir una nueva etapa" en el PSdeG


#El virtual vencedor de los comicios señala que Touriño "no supo interpretar que la mitad de la sociedad gallega seguía votando al PP"


El secretario general del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, ha presentado su dimisión a la Ejecutiva de su partido tras los resultados electorales registrados anoche. Por su parte, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha admitido que se han cometido "errores" en Galicia, que deben ser reconocidos, analizados y asumidos.


El hasta ahora presidente de la Xunta, secretario xeral de los socialistas gallegos desde 1998, ha declarado que se trata de "una decisión personal y e intransferible" porque asume "la responsabilidad", después de que su partido perdiese un escaño en las elecciones de ayer por la provincia de Pontevedra. Además, el PPdeG también sumó un escaño más por la provincia de La Coruña que le arrebató al BNG, con lo que alcanzó los 39 diputados en la Cámara gallega.

Touriño ha señalado que ayer habló con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero y ha explicado que los primeros en conocer su decisión han sido sus compañeros de partido. Asimismo, ha insistido en que su intención de convertirse en un militante más, no supone que quede un vacío de poder en el partido, que tendrá que celebrar un congreso para su sucesión.

El anuncio llega tras las declaraciones de esta mañana del número dos del PSOE, José Blanco, quien aseguraba en declaraciones a Onda Cero y Antena 3 que los resultados que han dado la mayoría absoluta a Alberto Núñez Feijóo en Galicia no hay que "analizarlos en caliente, sino sosegadamente, y a partir de ahí extraer conclusiones. Señalar con el dedo acusador a nadie para escabullir el bulto de la responsabilidad". Después de lo cual, Blanco ha dicho que el PSdeG "tiene que abrir una nueva etapa" a partir de "la reflexión", lo que dejaba prácticamente la puerta abierta a Touriño.

Rajoy: «Afecta a otro partido»

El presidente del PP, Mariano Rajoy y su homólogo de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, han mostrado su "respeto" por la decisión de Touriño. En declaraciones a los periodistas tras la reunión del Comité de Dirección gallego al que han asistido otros miembros del Comité Ejecutivo nacional como Esteban González Pons, María Dolores de Cospedal, Ana Mato y Javier Arenas, Mariano Rajoy ha dicho que respeta "profundamente" la decisión del líder socialista gallego, aunque "afecta a otro partido".

Núñez Feijóo por su parte ha afirmado que siente "mucho respeto" por la decisión de Pérez Touriño y ha asegurado que "el líder del PSdeG hará lo que considere oportuno" pero espera y desea que "tome las decisiones que considere oportunas, por el bien del partido y del Parlamento, ya que es clave para el funcionamiento democrático de la institución", ha dicho.

El virtual vencedor de los comicios ha señalado asimismo que a los populares "les irá mejor" si ellos lo hacen bien, y "les pasará factura" en caso de que el PP de Galicia no cumpla con las expectativas del electorado. Respecto a por qué no le han perjudicado los presuntos escándalos de corrupción en su partido, el candidato popular gallego ha asegurado que en Galicia siempre hay "una cierta perspectiva" y "lejanía de las cuestiones mediáticas", y ha destacado que el gobierno de Touriño no ha sabido "interpretar que la mitad de la sociedad gallega seguía votando al PP".


El Mundo: Touriño dimite y Blanco abre una etapa 'autocrítica' tras el batacazo en Galicia

#Debe abrirse una nueva etapa política', afirma el dirigente socialista gallego

#Blanco aboga por la 'autocrítica' y el 'trabajo colectivo' para el nuevo proyecto


El secretario general del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, ha presentado su dimisión a la Ejecutiva de su partido tras los resultados electorales registrados anoche. Por su parte, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha admitido que se han cometido "errores" en Galicia, que deben ser reconocidos, analizados y asumidos.

En la rueda de prensa tras la reunión de la Ejecutiva del PSOE, José Blanco quiso "reivindicar y reconocer públicamente el trabajo de Emilio Pérez Touriño, su honestidad política y personal". En opinión del vicesecretario general de los socialistas, Touriño ha sido "un buen presidente de Galicia". Según añadió, "el PSdeG siempre contará con él".

Blanco afirmó que ahora "se abre una nueva etapa para los socialistas gallegos". Según dijo, es el momento de una "necesaria autocrítica y del trabajo colectivo para poner en pie un nuevo proyecto político", que permita al PSdeG cumplir con "la obligación de recuperar la confianza de los ciudadanos". "Yo también asumo la cuota de responsabilidad que tengo como gallego y como dirigente nacional del PSOE", ha proclamado, aunque ha dejado claro que no prevé liderar el PSdeG tras la dimisión de Emilio López Touriño.

El PP consiguió la mayoría absoluta y desbancar al bipartito (PSdeG-BNG) que ha gobernado la Xunta los últimos cuatro años. "Debe abrirse una nueva etapa política y por ello asumo mi responsabilidad", ha afirmado Touriño, quien ha añadido que su decisión es "personal" e "intransferible".

"Paso a ser un militante entusiasta, animoso y combativo, pero un militante de a pie de mi partido, que tiene una magnífica capacidad y dirección, y seguirá adelante redefiniendo la nueva etapa y los nuevos liderazgos", sentencio Touriño durante la rueda de prensa en la que hizo pública su dimisión.

Análisis de la derrota

El presidente en funciones de la Xunta, que ha informado de que ayer habló con José Luis Rodríguez Zapatero, ha explicado en su comparecencia que los primeros en conocer su decisión han sido sus compañeros de partido. Touriño ha insistido en que su intención de convertirse en un militante más no supone que quede un vacío de poder en el partido, que tendrá que celebrar un congreso para su sucesión.

Respecto a las causas de la mayoría absoluta obtenida por el PP, Pérez Touriño apuntó que "seguro" que tienen que ver con la mala situación económica, y también con "errores de gestión y de enfoque" del Gobierno de coalición que, dijo, "creó desencanto" a una parte del electorado socialista y nacionalista, reacción cuya responsabilidad asumió.

A preguntas de los periodistas, también insistió en que en la derrota ha tenido que ver la "sucia" campaña del PP y dijo que hubo un "cóctel perfectamente preparado y programado". No obstante, admitió también como causa de la derrota la "desconexión" del electorado de PSOE y BNG porque probablemente han visto división en el Gobierno o la imagen de "bigobernación".


El País: Touriño presenta la dimisión tras la derrota electoral

El PSdeG perdió ayer la posibilidad de gobernar con el Bloque tras obtener el PP mayoría absoluta en las elecciones

El secretario general del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, ha presentado su "renuncia" al frente del partido tras obtener ayer el PP la mayoría absoluta en las urnas y esfumarse así la posibilidad de reeditar la coalición con el BNG en la Presidencia de la Xunta de Galicia. En rueda de prensa desde la sede de la formación en Santiago de Compostela, Touriño ha explicado que la "decisión es personal e intransferible" y ha abierto la puerta a una "nueva etapa" tras su dimisión y el regreso a la oposición de los socialistas gallegos.

El líder del PSdeG ha iniciado su comparecencia con un mensaje de esperanza, contraste del tono de derrota mantenido durante la intervención. "No hay lugar para el desánimo" ha afirmado Touriño quien además ha llamado a la "serenidad" y el "ánimo" de los suyos. "El partido -ha destacado- nunca va a defraudar a Galicia". Touriño ha insistido en que su decisión es "irrevocable" para todos los cargos de responsabilidad dentro del partido. No obstante y aunque ha reconocido la responsabilidad en el resultado electoral, el presidente en funciones de la Xunta ha aprovechado su comparecencia para calificar la campaña electoral como "la más sucia de la historia en Galicia".

Respecto al varapalo de los dos partidos que han gobernado la Xunta los últimos cuatro años, Touriño ha reconocido "errores de gestión y enfoque" y ha acusado lejanía de PSdeG y Bloque con la sociedad gallega. El aún secretario general de los socialistas en Galicia ha manifestado también que no ha sabido desligarse de las críticas por el despilfarro de su gobierno lanzadas por el PP de forma constante durante la campaña electoral. Los comicios autonómicos gallegos de este domingo han devuelto al PP la mayoría en el Parlamentocon una victoria aplastante de la candidatura encabezada por AlbertoNuñez Feijóo. Con el 100% de los votos escrutados, el PP ha alcanzadolos 39 escaños -uno por encima de la mayoría absuoluta-, seguido delPSdeG, con 24 diputados, el doble de los cosechados por el BNG (BloqueNacionalista Gallego).

Tras la dimisión, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha admitido que se han cometido "errores" en Galicia, informa Efe. "Yo también asumo la cuota de responsabilidad que tengo como gallego y como dirigente nacional del PSOE", ha proclamado, antes de aclarar, sin embargo, que lo votado ayer en las elecciones autonómicas obedece a lo que ocurre en Galicia y Euskadi.

Blanco enseña el camino a Touriño

Previamente, Blanco, en un espacio televisivo matinal, ya había animado a Touriño a pensar en su futuro fuera del liderazgo de los socialistas gallegos tras haber perdido las elecciones solo cuatro años después de haber formado Gobierno, informa Anabel Díez. Blanco, en el programa Los desayunos de TVE, no ha ocultado que él era partidiario de que Touriño adelantase las elecciones y se hubieran celebrado el pasado mes de ocutbre para parar las sangría de votos que percibían en la dirección federal.

No obstante, Blanco ha asegurado que ha sido ahora, en estos 15 días de campaña, en los que personalmente había hecho "una inmerasión" en Galicia cuando había detectado un enorme malestar "en numerosos sectores" de la sociedad gallega. Blanco, al ser preguntado directamente si Pérez Touriño debería dimitir del PSdeG, ha señalado: "Touriño tendrá que ver cuál deber ser su papel en el futuro". El vicesecretario general de los socialistas ha añadido que "los resultados exigen un nuevo tiempo para el PSdG". El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y Blanco analizan los resultados de las elecciones gallegas y vascas en la reunión de la Ejecutiva federal.

Por su parte, el secretario general del grupo del PSOE en el Congreso, Ramón Jáuregui, se ha mostrado "sorprendido" y "decepcionado" porque los resultados electorales "no hayan revalidado" el trabajo de Emilio Pérez Touriño al frente de la Xunta, informa Europa Press. Al ser preguntado si Touriño permanecerá al frente del PSdeG, Jáuregui ha respondido: "No lo sé. Me queda un poco lejos. Estoy oyendo especulaciones pero no soy la persona autorizada para poderlo afirmar".

Un economista en medio de la crisis

Emilio Pérez Touriño, que concurría por tercera vez a las elecciones autonómicas, nació en A Coruña en agosto de 1948, está casado y ya es abuelo, y comenzó su andadura en política en la Universidad de Santiago, donde ha sido profesor de Economía aplicada entre 1973 y 1985, y vicerrector para asuntos económicos. Militante en el partido desde 1988, fue nombrado director jefe del Gabinete del Ministerio de Transportes en 1986 y, tras varias responsabiliades, fue uno de los que preparó el plan director de infraestructuras, así como la ejecución de las autovías de enlace de Galicia con la Meseta.

Diez años después de su pertenencia al PSOE asumió la dirección de los socialistas gallegos, y en 2000 fue reelegido y nombrado secretario ejecutivo de la dirección socialista liderada por José Luis Rodríguez Zapatero, en la que permaneció hasta 2004. La primera vez que se presentó como candidato a la Presidencia de la Xunta fue en octubre de 2001, cuando logró casi equiparar el PSOE al BNG al empatar a 17 escaños. La segunda vez que optó a ella, en junio de 2005, la consiguió con 25 diputados, 12 más que el BNG, liderado por Anxo Quintana, que se convertiría en su vicepresidente.


La Razón: Touriño presenta su dimisión como secretario general del PSdeG

Emilio Pérez Touriño ha presentado a la Ejecutiva del PSdeG su dimisión como secretario xeral de los socialistas gallegos, cargo en el cual lleva desde 1998, tras el resultado de las elecciones autonómicas de ayer, en las que el PPdeG recuperó la mayoría absoluta.

Touriño dijo que se trata de “una decisión personal y e intransferible” porque asume “la responsabilidad”, después de que su partido perdiese un escaño en las elecciones de ayer por la provincia de Pontevedra. Además, el PPdeG también sumó un escaño más por la provincia de A Coruña que le arrebató al BNG, con lo que alcanzó los 39 diputados en la Cámara gallega. “Ayer las urnas dejaron claro un resultado de mayoría absoluta para el PP y como secretario xeral quiero y debo asumirlo”, afirmó, y explicó que su sucesión se decidirá en función de un congreso que se celebrará “en su momento”. “Mi responsabilidad concluye y paso a ser un militante entusiasta y animoso, pero un militante de a pie”, zanjó.

A su juicio, en el PSdeG “debe abrirse una nueva etapa” con “nuevos liderazgos” tras haber culminado una trayectoria “de crecimiento” de la que aseguró sentirse “especialmente orgulloso”. “Hace apenas 10 años, el partido tenía 13 diputados y ahora tiene 24 o 25 —falta el recuento del voto emigrante— y gobierna en la mayor parte de ayuntamientos y ciudades de Galicia”, expuso, y aseguró que “tampoco se trata de ningún descalabro”. El presidente de la Xunta en funciones presentó su renuncia ante la Executiva Nacional Galega y, posteriormente, compareció en rueda de prensa para explicar los motivos de su dimisión y analizar la derrota electoral.

CAUSAS DE LA DERROTA

Por otra parte, Touriño apostó por “analizar con detalle” las causas que han llevado a que el PPdeG lograse la mayoría absoluta con 39 escaños, un resultado que definió como “claro y contundente”, y dio por “seguro” que esta victoria “guarda relación con la situación económica”. También entendió que el resultado electoral está vinculado con “una percepción del Gobierno bipartito y de su funcionamiento” que “creó desencanto” en el electorado socialista y en el del BNG. “No fui capaz de transmitir una sensación de gobierno confiable en un contexto de crisis y de no dar una imagen de bigobierno”, achacó.

Del mismo modo, aludió a otros “errores de gestión y de enfoque” relacionados con su “responsabilidad directa” y a la “campaña más sucia de la historia perfectamente preparada por el PP” que “relaciona la situación de paro con una acusación demagógica e irresponsable, dura e inaceptable de despilfarro”. “Yo asumo mi responsabilidad por no haber respondido en condiciones, porque no fui capaz de percibir el daño que hacía esa mentira”, expuso.

Preguntado sobre la pérdida de votos en las ciudades, insistió en que se debe abrir un período de “análisis” para “buscar las causas” de la “falta de apoyo” a su partido, tanto en las áreas urbanas como en el resto de la Comunidad, pero consideró que es tarea “del partido”. “Los resultados no estuvieron a la altura y tengo que reconocer que no los preveía”, admitió Touriño.

ADELANTO ELECTORAL

Por otra parte, sobre la conveniencia de haber adelantado las elecciones, Touriño se describió como una persona “pertinaz” y consideró que esa forma de ser fue la que “condujo al PSdeG a superar su anemia y a gobernar Galicia”. Según explicó, los motivos que le llevaron a no adelantar los comicios fueron la necesidad de aprobar los presupuestos de la Comunidad gallega “en plena efervescencia de la crisis”. “Hacía falta un presidente que diera la cara y no que convocara un proceso electoral”, entendió. “Fue mi decisión y la asumo”, zanjó el socialista, y subrayó que su renuncia es “irrevocable”. No obstante, no aclaró si renunciará a su escaño como diputado, puesto que, según apuntó, no es una de sus “preocupaciones” en el actual momento.

También aseguró haber hablado “ayer por la noche” con el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, quien le expresó “su apoyo, solidaridad y ánimo”. “Yo le transmití mi pesar por no poder culminar el proyecto con el éxito que me hubiera gustado”, relató, y aseguró que no le comunicó su decisión porque los primeros en saberlo debían ser sus compañeros de partido en Galicia.


Libertad Digital: Touriño presenta su dimisión tras el batacazo electoral

Emilio Pérez Touriño ha presentado su dimisión como secretario general de los socialistas gallegos. Poco antes, Blanco le retiraba su apoyo. "Es una decisión personal e intransferible", ha asegurado.

Emilio Pérez Touriño ha presentado a la Ejecutiva del PSdeG su dimisión como secretario general de los socialistas gallegos, cargo en el que llevaba desde 1998. Sólo horas antes, José Blanco le retiraba su apoyo: "tiene que abrir una nueva etapa" a partir de "la reflexión".

En una comparecencia ante los periodistas, acompañado por el vicesecretario general del PSdeG, Ricardo Varela, y la secretaria de organización, Mar Barcón, Pérez Touriño insistió en que su decisión de convertirse en un militante más "no supone que quede un vacío de poder en el partido", que tendrá que celebrar un congreso para su sucesión.

Informó de que ha presentado a la Ejecutiva su "renuncia definitiva a seguir liderando" el PSdeG, porque las urnas "dejaron claro un resultado" que da mayoría al PP y, como secretario general y presidente en funciones de la Xunta, "debo asumir plenamente, de manera intransferible y personal", la derrota.

A partir de ahora, señaló, "paso a ser un militante entusiasta, animoso y combativo, pero un militante de a pie de mi partido, que tiene una magnífica capacidad y dirección, y seguirá adelante redefiniendo la nueva etapa y los nuevos liderazgos".

Respecto a las causas de la mayoría absoluta obtenida por el PP, Pérez Touriño apuntó que "seguro" que tienen que ver con la mala situación económica, y también con "errores de gestión y de enfoque" del Gobierno de coalición que, dijo, "creó desencanto" a una parte del electorado socialista y el nacionalista.

Resentido con el PP

A preguntas de los periodistas, y según recoge EFE, también insistió en que en la derrota ha tenido que ver la "sucia" campaña del PP y dijo que hubo un "cóctel perfectamente preparado y programado". En este sentido, se refirió al "cóctel" entre una situación de crisis y la "acusación demagógica e irresponsable, dura e inaceptable" de que la Xunta despilfarró fondos públicos, lo que "causó daño".

Pérez Touriño, que insistió en que nadie le ha pedido la dimisión, sino que fue él mismo quien asumió la responsabilidad ante la dirección del PSdeG, no aclaró si renunciará o no a su escaño porque, apuntó, no forma ahora parte de sus preocupaciones este asunto.

Ahora lo que toca, dijo, es asumir los resultados, por lo que su dimisión es "irrevocable como secretario general y como responsable político de este partido".

Además, informó de que tras conocerse los resultados del 1-M habló con José Luis Rodríguez Zapatero, que le expresó su "apoyo, solidaridad y ánimo", mientras el candidato le comunicó su "pesar" por no haber podido culminar el cambio en Galicia. Sin embargo, desde ese momento no volvió a hablar con él ni le comunicó su decisión porque antes quería que lo supiesen sus compañero

Feijóo pone en venta el flamante Audi de Touriño «porque la Xunta no lo necesita»

El candidato del PP a la Presidencia de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, se ha mostrado hoy partidario de vender el Audi oficial del hasta ahora presidente Emilio Pérez Touriño y ha ofrecido el vehículo a quien quiera comprarlo porque el Gobierno de la Xunta «no lo necesita».

En una entrevista en el programa de Antena 3 «Espejo Público», Núñez Feijóo se ha dirigido a la entrevistadora para decirle: «Si usted conoce a alguien que lo quiera comprar, yo desde ahora mismo me someto a cualquier persona que quiera comprar ese coche, porque creo que no lo necesitamos y lo que no se necesita es mejor cambiar y comprar otra cosa».


Además, a la pregunta de si cumplirá su promesa de comprar un Citroën de los que venden en la planta de Vigo, Núñez Feijóo ha comentado que espera que el Gobierno se lo compre.

El candidato popular a la Presidencia ha asegurado que él «andará» en un Citröen que es «un coche muy digno» para el presidente de Galicia y ha reiterado que «esa es su marca y ese es su coche».

Sobre el despacho de Touriño y a la pregunta de si también lo venderá, Núñez Feijóo ha dicho que el despacho es «una obra civil» que espera estará «consolidada».

El candidato del PP ha subrayado que lo que sí hará el Gobierno de la Xunta es "dar ejemplo" al igual que muchas familias que están haciendo «un enorme esfuerzo de austeridad».

Núñez Feijóo también ha comentado que el Plan es «adelgazar» el Gobierno en un 25 por ciento y pasar de 13 consejerías a 10, y disminuir en un 40 por ciento el número de altos cargos, de 52 delegaciones provinciales que tiene la Xunta a cuatro.

ABC

La noche oscura de Zapatero

Es la noche más triste de ZP desde que, ¡oh, sorpresa!, llegó al poder en marzo de 2004. Ni siquiera salió de su despacho en Ferraz para felicitarse por el resultado histórico de Patxi López en el País Vasco. Mala señal. En su lugar, mandó ante los medios a un desolado Pepiño que acababa de ver, contra todo pronóstico, cómo se desintegraba el castillo de arena gallego. ¿Y qué cavilaba el presidente en su despacho? ¿Qué le perturbaba tanto que hasta le impidió salir a poner buena cara a un ascenso del socialismo vasco nunca visto hasta ahora?

Ni siquiera el buen resultado electoral del PSE alivió la amargura del PSOE por su rotunda derrota electoral en Galicia. Los peores augurios se cumplieron y las urnas confirmaron el desapego del electorado gallego hacia la coalición que les ha gobernado los últimos cuatro años (PSdeG-BNG).


Zapatero había llegado pasadas las nueve de la noche a la madrileña sede de Ferraz. Y, desde ahí, siguió los resultados que fueron cayendo como jarros de agua fría. El presidente veía cómo la desolación se hacía carne en la cara de su compañero Pepiño Blanco, que se había dejado la piel en la campaña gallega, y en el rostro de Emilio Pérez Touriño, que salió en seguida ante las cámaras para reconocer la derrota.

En el País Vasco, en cambio, Patxi López y sus compañeros celebraban con toda la emoción unos resultados históricos. "Ari, ari, ari, Patxi lehendakari", coreaban. Y el propio líder socialista vasco anunciaba que "me siento legitimado para liderar el cambio", pese a tener seis diputados menos (podrían ser cinco, tras el recuento del voto por correo) que el PNV.

¿Qué le ocurría a Zapatero que ni siquiera salió a dar la enhorabuena a su criatura? Dos claves: la primera, la jugada de Garzón y la corrupción se les había vuelto en contra y el golpazo lo estaba recibiendo él mismo en toda la cara. Rajoy había renacido de sus cenizas. Sólo hacía falta dar una vuelta por las televisiones y ver al líder popular pletórico en su comparecencia y acogido por un público que se había concentrado a las puertas de Génova que volvía a aclamarle. ¿Eran los mismos que meses atrás iban a esperarle a las puertas de la sede nacional a gritarle traidor? Zapatero no podía con la amargura.

Segunda, y más importante. Ahora toca buscar acuerdos en el País Vasco. Ninguna de las opciones para formar posible gobierno es buena para el propio Zapatero. El resultado gallego deja entrever que las alianzas con los nacionalistas les pueden costar muy caras. Un pacto PSE-PNV, con Ibarretxe como lehendakari es casi imposible. ¿Y dejar gobernar al PNV en minoría buscando acuerdos puntuales? Patxi López no parece estar dispuesto. Tras su comparecencia de este domingo, una vez conocido el resultado, López dejó claro que el quiero ser el próximo presidente vasco. Quienes le conocen, aseguran que si Zapatero tratara de imponerle que dejara paso al PNV, López no dudaría en remedar a su compañero Montilla y decirle al presidente aquello de "en España mandas tú pero en Cataluña - léase País Vasco- mando yo".

¿Y qué podría hacerle a Zapatero pedir a Patxi López que deje el Gobierno vasco en manos del nacionalismo? Su propia cabeza. El presidente socialista está en minoría en el Parlamento español. Sus traiciones a los convergentes catalanes hacen imposible un apoyo siquiera puntual en los próximos presupuestos y, en caso de que Patxi López se sentara en el trono de Vitoria, el PNV daría por rotas las relaciones con el PSOE en Madrid. ¿Entonces?

A Zapatero sólo le quedaría acercar posturas con el propio Partido Popular. Ante la gravísima situación de crisis económica, ZP podría buscar el apoyo de Mariano Rajoy para sacar adelante una Ley de Presupuestos. Aquí es donde se va a ver la altura de miras del propio Zapatero.

Llegados a este punto, dos salidas. El presidente acepta acordar sus políticas por el Partido Popular, lo que esto le podría suponer un desgaste morrocotudo en parte de su electorado. O, de otra manera, utilizar toda la artillería propagandística, para una vez llegado al acuerdo, corresponsabilizar del desastre económico al partido de Rajoy.

La otra salida, tratar de mantener la minoría y, caso de no conseguir apoyo para los Presupuestos, (prorrogarlos sería casi imposible porque los últimos ya han nacido muertos) y, buscando una fecha que les pudiera ser favorable, adelantar las elecciones generales.

Cualquiera de las opciones desbarata los planes de Zapatero. Una noche larga y oscura para el triste líder socialista. Ahora le va a tocar mojarse, pero bien mojado.

Periodista Digital

Justicia poética. Por Ignacio Camacho

SI había una hipótesis que desagradase a Zapatero en el panorama electoral del País Vasco era el de depender del apoyo del PP y/o de la UPyD de Rosa Díez para desalojar a Ibarretxe de Ajuria Enea. Su diseño ideal pasaba por la posibilidad de compartir el poder con el PNV, bien mediante un triunfo de Patxi López o de una victoria insuficiente del bloque nacionalista; ése era el sueño de transversalidad desde el que pensaba practicar su conocida afición por la ingeniería política. No le ha salido del todo bien, y ahora está ante una tesitura difícil para sus preferencias: si el PSE gobierna en Vitoria desde una coalición constitucional, parlamentaria o ejecutiva, el presidente perderá a los únicos aliados con los que apuntalaba su precaria mayoría en el Congreso, y si le tiende un cable al nacionalismo derrotado provocará un escándalo entreguista tan sonado que arrasará sus posibilidades en el resto de España.

No le quedan muchas opciones después del fracaso en Galicia, donde ha puesto su prestigio personal en juego volcándose en la campaña sin conseguir mejorar los resultados de su candidato, Touriño el despilfarrador. Para maquillar ese fracaso necesita sentar a López en la «lendakaritza», asumiendo el antipático coste de depender de su principal adversario que, si es inteligente, rehusará entrar al poder y se limitará a apoyar la investidura del primer presidente vasco no nacionalista. A Rajoy le ha salido bien un retroceso objetivo, si sabe administrarlo con talento y mesura.

El líder del PP sale como ganador de una jornada afiladísima que tenía para él ribetes de encerrona. El cuestionado Rajoy tiene ahora credenciales para plantar cara a sus críticos y reafirmarse en su estrategia. La recuperación del poder en Galicia, su Galicia natal, donde un segundo revolcón le habría quebrado su ya menguado crédito, le da oxígeno para resistir el acoso que viene sufriendo desde dentro y desde fuera. Ha escapado vivo del acoso judicial y mediático al PP, y esquivado la cornada de quienes no daban un euro por su futuro inmediato. Necesitaba un éxito para engordar su flaca hoja de resultados, y lo ha logrado de la mano de Núñez Feijóo, un dirigente contenido, moderno, el típico candidato de las clases medias que construyen mayorías. La victoria gallega quizá no sea suficiente para borrar su estigma de perdedor, pero al menos le permite ganar tiempo hasta el desafío de las europeas y agrandar su referencia interna, el papel de la dirección nacional del partido como instancia de seguridad en momentos críticos. Frente al derroche inmoral y desaprensivo de Touriño, la obsesión soberanista del Bloque y las ínfulas virreinales de Anxo Quintana, ese triunfo moderado y liberal constituye un acto de cierta justicia poética; frente a la locura del nacionalismo excluyente vasco, la mayoría constitucional es simplemente un trance de justicia necesaria.

ABC - Opinión

Cervantes, esquina a León. Por Arturo Pérez-Reverte

Me gusta la calle Cervantes de Madrid. No porque sea especialmente bonita, que no lo es, sino porque cada vez que la piso tengo la impresión de cruzarme con amistosos fantasmas que por allí transitan. En la esquina con la calle Quevedo, uno se encuentra exactamente entre la casa de Lope de Vega y la calle donde vivió Francisco de Quevedo, pudiendo ver, al fondo, el muro de ladrillo del convento de las Trinitarias, donde enterraron a Cervantes. A veces me cruzo por allí con estudiantes acompañados de su profesor. Eso ocurrió el otro día, frente al lugar donde estuvo la casa del autor del Quijote, recordado por dos humildes placas en la fachada –en Londres o París esa calle sería un museo espectacular con colas de visitantes, librerías e instalaciones culturales, pero estamos en Madrid, España–. La estampa del grupo era la que pueden imaginar: una veintena de chicos aburridos, la profesora contando lo de la casa cervantina, cuatro o cinco atendiendo realmente interesados, y el resto hablando de sus cosas o echando un vistazo al escaparate de un par de tiendas cercanas. Cervantes les importa un carajo, me dije una vez más. Algo comprensible, por otra parte. En el mundo que les hemos dispuesto, poca falta les hace. Mejor, quizás, que ignoren a que sufran.

Pasaba junto a ellos cuando la profesora me reconoció. Es un escritor, les dijo a los chicos. Autor de tal y cual. Cuando pronunció el nombre del capitán Alatriste, alguno me miró con vago interés. Les sonaba, supongo, por Viggo Mortensen. Saludé, todo lo cortés que pude, e hice ademán de seguir camino. Entonces la profesora dijo que yo conocía ese barrio, y que les contase algo sobre él. Cualquier cosa que pueda interesarles, pidió.

La docencia no es mi vocación. Además, albergo serias reservas sobre el interés que un grupo de quinceañeros puede tener, a las doce de la mañana de un día de invierno frío y gris, en que un fulano con canas en la barba les cuente algo sobre el barrio de las Letras. Pero no tenía escapatoria. Así que recurrí a los viejos trucos de mi lejano oficio. Plantéatelo como una crónica de telediario, me dije. Algo que durante minuto y medio trinque a la audiencia. Una entradilla con gancho, y son tuyos. Luego te largas. «Se odiaban a muerte», empecé, viendo cómo la profesora abría mucho los ojos, horrorizada. «Eran tan españoles que no podían verse unos a otros. Se envidiaban los éxitos, la fama y el dinero. Se despreciaban y zaherían cuanto les era posible. Se escribían versos mordaces, insultándose. Hasta se denunciaban entre sí. Eran unos hijos de la grandísima puta, casi todos. Pero eran unos genios inmensos, inteligentes. Los más grandes. Ellos forjaron la lengua magnífica en la que hablamos ahora.»

Me reía por los adentros, porque ahora todos los chicos me miraban atentos. Hasta los de los escaparates se habían acercado. Y proseguí: «Tenéis suerte de estar aquí –dije, más o menos–. Nunca en la historia de la cultura universal se dio tanta concentración de talento en cuatro o cinco calles. Se cruzaban cada día unos y otros, odiándose y admirándose al mismo tiempo, como os digo. Ahí está la casa de Lope, donde alojó a su amigo el capitán Contreras, a pocos metros de la casa que Quevedo compró para poder echar a su enemigo Góngora. Por esta esquina se paseaban el jorobado Ruiz de Alarcón, que vino de México, y el joven Calderón de la Barca, que había sido soldado en Flandes. En el convento que hay detrás enterraron a Cervantes, tan fracasado y pobre que ni siquiera se conservan sus huesos. Lo dejaron morir casi en la miseria, y a su entierro fueron cuatro gatos. Mientras que al de su vecino Lope, que triunfó en vida, acudió todo Madrid. Son las paradojas de nuestra triste, ingrata, maldita España».

No se oía una mosca. Sólo mi voz. Los chicos, todos, estaban agrupados y escuchaban respetuosos. No a mí, claro, sino el eco de las gentes de las que les hablaba. No las palabras de un escritor coñazo cuyas novelas les traían sin cuidado, sino la historia fascinante de un trocito de su propia cultura. De su lengua y de su vieja y pobre patria. Y qué bien reaccionan estos cabroncetes, pensé, cuando les das cosas adecuadas. Cuando les hacen atisbar, aunque sea un instante, que hay aventuras tan apasionantes como el Paris-Dakar o mira quien baila, y que es posible acceder a ellas cuando se camina prevenido, lúcido, con alguien que deje miguitas de pan en el camino. Le sonreí a la profesora, y ella a mí. «Bonito trabajo el suyo, maestra», dije. «Y difícil», respondió. «Pero siempre hay algún justo en Sodoma», apunté señalando al grupo. Mientras me alejaba, oí a algunos chicos preguntar qué era Sodoma. Me reía a solas por la calle del León, camino de Huertas. Desde unos azulejos en la puerta de un bar, Francisco de Quevedo me guiñó un ojo, guasón. Le devolví el guiño. La mañana se había vuelto menos gris y menos fría.

XL Semanal

La banca usa el dinero público para comprar la deuda estatal

En noviembre y diciembre de 2008 las entidades ingresaron 9.300 millones del fondo de liquidez e invirtieron justo 9.000 millones más que un año antes en obligaciones y bonos del Estado.

Quid pro quo. El Estado recupera la liquidez concedida al sector financiero casi al mismo ritmo al que la desembolsa. Y son los bancos y las cajas los que se la devuelven. Los datos oficiales revelan que el comienzo del plan de apoyo público a la banca se vio aparejado por un incremento similar de la deuda estatal que adquirieron las entidades de crédito.

Si el Tesoro Público se hacía con activos de las instituciones financieras por valor de 9.339 millones de euros, éstas le devolvían 8.939 millones a través de la compra de bonos y obligaciones del Estado. Los intereses son semejantes en ambos casos.


En los dos meses finales de 2008 las entidades aceleraron de forma notoria la compra de deuda estatal. Coincidiendo con la puesta en marcha del Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF), los bancos y las cajas aumentaron su cartera de bonos y obligaciones a vencimiento en 15.485 millones de euros, cuando un año antes lo hicieron en 6.546 millones.

Cabe destacar que en los 10 primeros meses de 2008 se registró una bajada significativa (-1.654 millones de euros) de esa deuda estatal en poder de la banca. Sin embargo, tras las dos primeras subastas del FAAF, el sector financiero le dio la vuelta al calcetín. El saldo pasó a ser 13.831 millones de euros mayor que un año antes, y no por las diferencias anuales en las amortizaciones, sino por el auge de la deuda soberana desde que aceleró la crisis.

A 31 de diciembre de 2008, por tanto, la balanza entre las compras de la banca al Estado y viceversa en estos dos campos estaba casi a cero. En enero, sin embargo, la mayor necesidad de financiación pública y la bajada del ráting del Tesoro de AAA a AA+ por parte de Standard & Poor’s han disparado el apetito financiero por la deuda del Tesoro, que ofrece un interés más alto que la referencia alemana. Además, el Estado emite mucho más: unos 800 millones de euros al día (ver EXPANSIÓN del 26 de febrero).

El FAAF compra en firme cédulas a tres años y se hace con activos con pacto de recompra (repos) a dos años, por un importe total de 30.000 millones ampliables a 50.000. Ya se han adjudicado 19.341 millones, en cuatro subastas. Portavoces del sector financiero señalan que la banca destina una parte de esos fondos a “hacer acopio de liquidez” ante la llegada de lo peor de la crisis.
Por ahora, entre el saneamiento de los balances bancarios y la inversión de las entidades en deuda pública, la principal misión del plan de apoyo –“impulsar la financiación a empresas y ciudadanos”– ha fracasado.

No en vano, los préstamos a empresas y a familias crecen a los menores porcentajes desde 1996 y de toda la serie histórica, respectivamente. Sin embargo, el crédito a las administraciones públicas se disparó un 23% en 2008, 11 veces más que en 2007.

Los representantes del sector arguyen que “el propósito de la ayuda estatal se ha vendido mal, porque el dinero es fungible [se consume con el uso, no según finalidades]”. Y si las entidades han consumido lo que han recibido en adquirir deuda estatal, ése ha sido su uso, y no otro, arguyen.

Expansión.com

Esperanza sin fisuras. Por Hermann Tertsch

Pasaron muchas cosas ayer. Y ninguna buena para los grandes experimentadores e ingenieros sociales de este país. Hubo ayer un punto de sentido común en dos regiones de España. Y como no puede ser menos, también dos dosis de mala leche. Hace un mes, el señor Pachi López estaba ya distribuyendo las consejerías de su nuevo Gobierno. Bastante malo fue para el partido del muy bisoño Basagoiti que se apresurara a pedir algunas. Hace un mes, el Partido Socialista y el Bloque Nacional Gallego se creían dueños del futuro de Galicia y su arrogancia apenas conocía límites. Ya sabemos, dice el refranero nacional, que los gallegos son muy suyos y los vascos, muy noblotes. Pero nada ha funcionado de la forma en que se preveía. Para el Partido Popular los resultados son excelentes visto como estaba el patio. Pero eso no significa que el PP se crea ahora capitán general. Sus cuitas existen. Si una candidatura no demasiado brillante como la de Núñez Feijóo ha tenido éxito, ha sido porque los gallegos tienen aún mucho sentido de la responsabilidad, es una tierra de experiencias muy duras y las tonterías las aceptan sólo hasta cierto punto. En el País Vasco está claro que los populares no han sabido cohesionar el voto constitucionalista y que éste se ha desperdigado hacia un Partido Socialista cuyo pasado pactista con el abertzalismo es muy reciente. Otros han ido a la fuerza decidida de Rosa Díez que no pide perdón a nadie. Muchos se lo agradecen. Pero también ha habido voto del PP para el PNV. Porque la burguesía vasca, se sienta más o menos española, está harta de hooligans. Y el gamberrismo político antisistema ha sido apoyado más por el PSE de los abrazos con Otegi que por el PNV del final de campaña, tan hipócritamente tecnócrata él. Así son las cosas. Ahora veremos lo que hace López. Y Zapatero.

ABC - Opinión

Una oportunidad histórica

«PSOE y PP deberán llevar estos resultados hasta sus últimas consecuencias, esto es, no a lograr el poder por el poder sino a utilizarlo para restaurar la libertad que les ha sido arrebatada a los ciudadanos vascos y gallegos.»

La de ayer sin duda fue una noche electoral histórica, no ya porque se abre la puerta a desalojar a dos de los tres gobiernos nacionalistas que subsisten en España, sino por la significación de uno de esos dos cambios: tras 30 años es posible que el PNV abandone el Ejecutivo vasco y, de este modo, se sienten las bases para que también en esa región de España se instaure una democracia auténtica.


La matemática electoral es rotunda: Feijóo recupera la mayoría absoluta en Galicia con 39 escaños, mejorando el último resultado electoral de Fraga y los constitucionalistas suman 38 parlamentarios en el País Vasco, a falta de lo que arroje el voto por correo. En un caso, el PP alcanzará el Ejecutivo gallego de manera segura y, en otro, Patxi López y Zapatero tienen la ocasión, al contrario de lo que hicieron Benegas y González en el 86, de gobernar en el País Vasco.

En ambas situaciones, sin embargo, que los partidos no nacionalistas asciendan al poder no garantiza que todo el entramado clientelar y adoctrinador que ha ido tejiendo el nacionalismo en las instituciones vaya a desaparecer. En el caso de Galicia, porque el PP ya gobernó entre 1990 y 2005 sin que se decidiera a combatir decididamente la extensión del nacionalismo y de la violación de los derechos lingüísticos de sus ciudadanos, en esa especie de galleguismo acomplejado que tanto cultivó Fraga.

En el caso del País Vasco, porque el PSOE ya cuenta con un preocupante precedente de cómo desbancar a los partidos nacionalistas sólo ha servido para consolidar la influencia social y la coacción política del nacionalismo: Cataluña. Así, si finalmente se decide a coaligarse con PP y UPyD en lugar de entregar el poder en Álava al PNV para apuntalar su apoyo en Madrid, todavía será necesario que Patxi López quiera plantar cara política, económica y culturalmente al nacionalismo, lo que a buen seguro podría acarrearle problemas en los parlamentos catalán y central entre sus socios secesionistas, siempre interesados en que la batalla contra la idea de España y la soberanía nacional se libre en todos los territorios y, especialmente, en los autodenominados "históricos".

La jornada electoral, por tanto, abre muchas oportunidades pero también genera muchas incertidumbres, ya que el PSOE puede echarse definitivamente al monte en su alianza radical con el nacionalismo o puede tratar de volver a un discurso más moderado que olvide definitivamente la pretensión de expulsar al PP y a la derecha de las instituciones. El historial de Zapatero y de López no nos permiten ser especialmente optimistas, ya que no conviene olvidar que esa última alternativa la representaba Redondo Terreros, quien precisamente fue defenestrado para quemar las naves.

No menos incierta va a ser la actitud que vaya a adoptar a partir de ahora el PP, sobre todo en el ámbito nacional. Los de Rajoy deberían leer correctamente el mensaje: hasta hace dos semanas, todos los sondeos les daban por abatidos en Galicia y en el País Vasco. Sin embargo, desde que empezaron a reanudar la oposición de alto nivel, sobre todo a raíz de la cacería de Garzón y Bermejo contra el PP, se ha producido un punto de inflexión que les ha permitido regresar a la Xunta y evitar el desplome que se anticipaba en el País Vasco tras la marcha forzada de María San Gil. Rajoy no debería confundirse pensando que ha sido el bajo perfil de Feijóo o Basagoiti el que les ha abierto el camino a obtener unos resultados más que aceptables.

En cualquier caso, la derrota del nacionalismo que se perfila este primero de marzo requerirá que tanto el PSOE como el PP quieran llevarla hasta sus últimas consecuencias, esto es, no a lograr el poder por el poder sino a utilizarlo para restaurar la libertad que les ha sido arrebatada a los ciudadanos de estas regiones, especialmente la vasca. Tan importantes como las elecciones va a resultar la estrategia política que ambas formaciones elaboren durante los próximos días. Las oportunidades que se han abierto este domingo podrían enterrarse a lo largo de estas semanas en los ponzoñosos cálculos electorales de Ferraz y Génova.

Libertad Digital - Editorial

¿Fin del Estado-PNV?. Por Gabriel Albiac

NADA es hoy más trascendente que evacuar al PNV. Como una mala y larga pesadilla. Reiterada. Eta no es más que anécdota: crónica negra, trivial y dolorosa. La tragedia es el Estado dentro del Estado que condena a las provincias vascas a repetir un lúgubre pasado: las guerras carlistas. Porque a esto se reduce todo en el PNV: a apostar contra la historia; a apostar por anclarse en tierra y sangre y mito de los antepasados y, a la medida ellos, tallar una dorada leyenda campesina. En la voz de Ibarreche no hay presente ni futuro; sí, pretérito perfecto que enraíza a los fieles en el mito tectónico del solar paterno. La suya es la salmodia de un chamán. Yo, en tanto, rumio a Gide: ¿Raíces yo? No soy un árbol.

¿Es un partido, lo fue alguna vez, el PNV? No. Ni siquiera el Partido, a la manera eclesial de las secciones de la Komintern, que debían, al cabo, rendir cuentas minuciosas ante el único poder central del camarada Stalin. El PNV es el Estado, no la parte. Como Estado fue concebido en el alucinado retorno al pastoril origen, que funda el ideal de Sabino Arana: valle bucólico de las almas puras, porque aún no contaminadas por progreso y sangre y lenguas foráneas. Allí no existiría conflicto de partes. Ni partidos, en literal consecuencia: ¿qué uso dar a un partido en esa unánime congregación de ángeles antes de la caída? PNV y leyenda vasca son lo mismo. PNV es advocación presente de la eterna Patria Vasca: idéntica a la nación, igual que idénticos son a los de ella su bandera y su himno. Sin PNV, Eta hubiera oscilado entre dos paralelas y prosaicas derivas. Bien el bandolerismo crónico que se instala en los intersticios de los Estados modernos y allí vegeta -a veces, prósperamente- como artefacto de extorsión y delincuencia tolerada: así la Cosa Nostra en Sicilia, la Ndrangheta en Calabria, la Camorra napolitana. O bien el suicida asalto al paraíso que aniquiló a una generación europea en los setenta: RAF alemana, Brigadas Rojas en Italia, Acción Directa francesa... La existencia de un Estado-PNV puso el espacio simbólico al cual vinieron a ajustarse los hijos díscolos -y, en su autoepopeya, heroicos- que exigen todas las mitologías fundacionales de patria. Sin este espacio mítico que pone la leyenda, la sangre vertida queda sólo en cosa de olor desagradable, que apenas brilla un segundo, antes de virar al ocre.

Ser dueño del Estado sirve para preservar el brillo. Aun de la sangre. Siempre que uno tenga, claro está, la certidumbre de que esa posesión suya es para siempre. Se hace entonces de lo sórdido leyenda. Porque es indispensable esa afectiva roca, para sobre ella alzar el fantástico negocio de ser uno con la nación, indistinguible. El PNV ha sido, a lo largo de tres decenios, la sola ley que ha unificado a todo, a todos, en el relato mítico de una tierra de príncipes destronados. O de santos. Y, por encima de desgarros de familia, al fin siempre en familia resueltos, que la tribu se sienta idéntica en su angélica añoranza de la aldea originaria. Sin PNV en el poder, la sangre que vertió Eta sería sólo sangre. Seca. Y Eta nada que no sea cualquier mafia bien tejida. Sin PNV en el poder, las tres provincias vascongadas serían eso: provincias. Como cualesquiera otras. Sin teologal añoranza de la idílica vuelta a lo pasado; que, por supuesto y como conviene a toda mitología, no pasó nunca.

Y es lo que esta ahora en juego. Una vez más. A pocos políticos tengo por más nulos que Pachi Nadie. Pero aun Nadie podría -y debe- llegar a ser saludable alivio frente al Todo aniquilador que fue y es el PNV. Mitología congelada. Tiempo del mito: tiempo que no pasa.

ABC - Opinión

Perded toda esperanza. Por José García Domínguez

Elecciones

«El PSOE regaló en su día el poder al PNV tras haberlo derrotado en votos y volverá a hacerlo cuantas veces haga falta con tal de garantizar el objetivo de perpetuarse en La Moncloa merced a las alianzas estratégicas con los secesionismos periféricos.»

Con el escrutinio oficial a punto de cerrarse, no parece que la prescindible opinión de los vascos vaya a interferir de modo significativo en los resultados de unas elecciones que se deciden en ciertos despachos de Madrid. Contra todo pronóstico, otro será el caso de la Xunta. Gracias a la infinita torpeza de ese par de dos, Touriño y Quintana, el más elemental sentido del pudor civil ha logrado imponerse tanto a la ancestral inercia de los gallegos, como a la voluntad errática de ese doce por ciento del censo integrado por los hijos pródigos de los tataranietos porteños de Breogán, multitudinaria santa compaña transatlántica siempre bajo la sombra del no menos santo pucherazo.


En relación a los eternos inquilinos con derecho a cocina en Ajuria Enea, al PNV siempre le quedará su París particular, el voto de calidad de Ferraz, gran elector en la sombra que invariablemente ha decidido la hegemonía nacionalista en el País Vasco. Nadie fantasee en vano con mayorías constitucionalistas, ni dé pie a ingenuas quimeras patrióticas. El PSOE regaló en su día el poder al PNV tras haberlo derrotado en votos y volverá a hacerlo cuantas veces haga falta con tal de garantizar el objetivo de perpetuarse en La Moncloa merced a las alianzas estratégicas con los secesionismos periféricos. Zapatero no lo dudará ni un segundo: al igual que González, de nuevo entregará todo el poder local a los abertzales. Pierdan toda esperanza quienes, contra toda evidencia, quieren creer lo contrario.

Así, ya con la certeza de que las fuerzas que dieron forma a todos los cordones sanitarios contra el viejo Partido Popular de Aznar y María San Gil han superado holgadamente esos treinta y ocho escaños que les garantizan la impunidad absoluta, sólo resta por esclarecer la dimensión definitiva de la caída de los de Rajoy.

Libertad Digital - Opinión