viernes, 13 de febrero de 2009

Llena gasta 11.600 euros en decidir si edita una guía)

El Departament d'Agricultura i Acció Rural del Govern gastó en 2007 11.600 euros en decidir si era conveniente editar un folleto gastronómico para promocionar los productos catalanes, según informa El País, que explica que los 2.000 funcionarios, 7 altos cargos y una decena de asesores resultó insuficiente para tomar la decisión, motivo por el cual se tuvo que recurrir a una empresa externa. Este es otro de los informes investigados por la Fiscalía.

El documento, de 55 páginas, al que ha tenido acceso El País, anima a "avanzar hacia un modelo comercial sostenible" y aboga por dotar de "un instrumento" promocional a los productores y a los restauradores, además de incluir "una relación de restaurantes".

El diario explica que "lo sorprendente del documento es, además de ser un encargo externo, que no ofrece ninguna conclusión clara. Y eso que en el registro de la Generalitat está archivado bajo el título de 'estudio sobre la viabilidad de elaborar un libro sobre los mejores productos de la tierra'. El tono utilizado por el autor del estudio, la empresa Bipartit, SA, es más bien de justificación de una decisión que ya estaba tomada. 'Un libro que quiere hacer llegar a la ciudadanía todos los productos de los agricultores y artesanos', reza la introducción".


e-notícies

Garzón: "Vamos a brindar por los próximos 20 años del PSOE en el poder"

Siguen sabiéndose más datos sorprendentes. Garzón telefoneó a su círculo más próximo de amistades para que fueran a la cacería en Torres, Jaén, en nombre del dueño de la finca, Josep Peñas, invitándoles “para brindar por los próximos 20 años del PSOE en el poder”. Para más inri, Peñas desmiente a Bermejo.

Según informa La Nación.es, el superjuez estrella llamó por teléfono a sus amigos más íntimos para que fueran a la cacería, en nombre del dueño de la finca, Josep Peñas, invitándoles “para brindar por los próximos 20 años del PSOE en el poder”.

Así las cosas, el empresario catalán José Peñas Pérez, dueño de la finca Cabeza Prieta y anfitrión de la cacería que el pasado domingo disfrutaron en compañía el juez Garzón y el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, desmiente, en declaraciones realizadas al semanario Época, la versión ofrecida en torno al escándalo por el titular de Justicia en su comparencia parlamentaria de ayer, según informa La Nacion.es.

El encuentro entre el ministro y el magistrado no fue, en absoluto, una coincidencia fruto “de la invitación de un amigo común”, como mantiene Fernández Bermejo. En la conversación mantenida con Época, Peñas se arroga la iniciativa de la organización de la cacería, habla de su antigua amistad con Garzón -las familias de ambos son originarias de la localidad jienense de Torres-, pero reconoce que su relación con el ministro se limitaba a haber coincidido antes “en algún sitio; nada más”.

Las palabras del empresario desmontan asimismo la versión ofrecida en diversos medios de comunicación afines al partido socialista por el ex concejal del PP de Torres Bartolomé Molina, según la cual “el encuentro fue casual cien por cien“.
“Yo me entero de que Baltasar, que es de aquí, de Torres, está en el pueblo, y a través de su primo le hago saber que vamos a hacer una batida en la finca de José Peñas y que si quiere sumarse”.
Mientras, el dueño de la finca sostiene que la cacería estaba organizada “hacía varías semanas”. Y asegura que tanto el ministro como el juez confirmaron igualmente su asistencia con semanas de antelación.

Periodista Digital

Touriño empieza la campaña negándose a aclarar sus escandalosos despilfarros

Touriño afronta la campaña con el lastre del dispendio sin justificar. El PSOE, en lugar de aclarar tal despilfarro, sólo se dedica a criticar el modus operandi de ABC, periódico que ha desvelado todo: «Comprendo cuáles pueden ser sus intereses, pero no tendrán al presidente de la Xunta obligado a bailar permanentemente al son del trombón que ustedes le quieren tocar».

Enrocado de nuevo en la muletilla de la «siguiente pregunta», el mandatario autonómico y candidato socialista eludió por segunda semana consecutiva ofrecer detalles de las reformas millonarias, aunque en esta ocasión atribuyó la responsabilidad de dar la cara a su consejero, el mismo al que su partido protege en el Parlamento, según informa ABC.


El jefe del ejecutivo autónomo se limitó, sin aportar prueba alguna, a negar que su gabinete vaya a adquirir sillas por valor de 2.269 euros -«es una falsa información», insistió-, pero evitó responder acerca del pavimento de 406 euros el metro cuadrado, el ventanal de 170.212 euros o el jardín y estanque por cerca de 50.000 euros.

«El presidente de la Xunta, probablemente no se dé cuenta, pero no está en esas historias», apostilló, y añadió una plegaria: «Permítanme que no esté en disposición de seguir en esa dialéctica con su periódico, digno periódico, permanentemente; la información está ahí (no especificó dónde) y punto». Tampoco disipó si hay una fecha de estreno para las rehabilitadas instalaciones: «Pregúntenle al responsable de servicios, y él lo dirá, si lo sabe».

Menos aún desveló si para acallar las continuas críticas por su tendencia al lujo, ofrecerá a los periodistas un nuevo «tour» por estas renovadas dependencias, al igual que había ocurrido con la reestructuración y ornamentación del Área de Presidencia, despacho oficial incluido, por un valor de 2,2 millones, monto revelado también por ABC en octubre.

El portavoz parlamentario del PSdeG, Ismael Rego, justificó la negativa de su partido en que la Cámara debe servir «para hablar de cosas serias que afectan a los ciudadanos» y no secundar «la campaña de mentira y manipulación del PP». Ensalzó a su jefe de filas como «el presidente más austero de la historia de Galicia», y sin aportar una sola prueba aseveró que «no hay sillas a 2.000 euros, es falso y ustedes lo saben», dijo dirigiéndose al PP. Hoy, en el Consello de la Xunta, el presidente ha vuelto a repetir el ya mítico «siguiente pregunta».

MÍTICO TOMA Y DACA CON ABC

-Dijo la semana pasada que no habría restricción por parte del Parlamento para tener conocimiento de las reformas millonarias de la sede de la Xunta, pero su gobierno aún no ha enviado nada a la Cámara Autonómica.
- No voy a entrar más... Comprendo que usted tenga un problema para llenar de páginas su periódico, supongo que esa es la motivación (:::). Permítame que no esté en disposición de seguir en esa dialéctica entre el presidente de la Xunta y su periódico, digno periódico, permanentemente. Creo que está aclarado, y que toda Galicia sabe en qué consisten esos datos, y en lo que no consisten. Ya lo dije, lo reitero, y parece que no se quiere dar por enterado. Pues ¡mire usted!... la información está ahí y punto.
-¿Puede explicarme por qué su partido se negó el pasado lunes a que se conociesen nuevos datos y nuevos detalles, una vez oficiales, de las obras?
-Siguiente pregunta.
-¿Va a dar a conocer estos detalles antes del 1 de marzo?
-Le reitero que están dadas todas las explicaciones, y le puedo garantizar que en la Xunta no se ha comprado ni ha entrado ninguna silla de esa falsa información que ustedes dieron en relación con la compra, en el despacho de no sé qué, sillas de no sé que precio... Usted puede decir lo que quiera, comprendo cuáles pueden ser sus intereses, legítimos siempre, pero no tendrán al presidente de la Xunta obligado a bailar permanentemente al son del trombón que ustedes le quieren tocar.
-¿Es entonces falso que hay sillas de 2.269 euros, un suelo de 406 euros el metro cuadrado o un ventanal de 30 millones de las antiguas pesetas?
-¿Podemos seguir, por favor...? Está contestado.
-¿Hay fecha de estreno para la sala de reuniones del Consello de la Xunta?
-No tengo ni idea, no sé, le puedo garantizar que no lo sé. El presidente de la Xunta, probablemente no se den cuenta, pero no está en esas historias. Le pregunta al responsable de los servicios, y él lo dirá, si lo sabe.
-En aras de la transparencia que siempre proclama, e igual que había ocurrido con su despacho de San Caetano, cuando se mostró a los periodistas para contrarrestar su supuesta tendencia al lujo, ¿será posible que este hecho se repita y veamos esta última obra?
-El despacho lo vio todo el mundo. Me hicieron entrevistas, estuvieron, se dieron cuenta de que es grandísimo, enorme, que Monte Pío (residencia oficial) es grande... Podrán estar en todo y todas partes, como estuvieron siempre, aquí no hay salas ocultas. Si ustedes creen que sí, a estas alturas de la vida... Y si alguno de ustedes no estuvo en mi despacho, ¡cuando quieran, claro!. Me parece una broma de mal gusto esto, saben dónde vivo, lo que hago, conocen el despacho... Pueden compararlo con cualquier otro, y resiste la comparación sobradamente. A mí no se me pasa por la imaginación medir los metros cuadrados de los despachos donde estaba el señor Feijóo. No creo que esa sea la tarea de los partidos (...) otros crean falsas imágenes.
-Dice usted que todos los medios de comunicación han tenido la oportunidad de conocer su despacho. Quería recordarle que los lectores de ABC no lo han visto, porque hemos solicitado una entrevista con usted al comienzo de la legislatura, sucesivamente en todo el mandato, la última ayer, y hasta la fecha no se nos ha concedido.
-A ver si tenéis suerte... méritos escasos.
-¿Hay que hacer méritos para entrevistar al presidente de la Xunta?
-Me preguntan todos los días, me ven en todas partes, ¿creen que sí?, ¿no tienen libertad?, ¿no me preguntan lo que quieren todos los días?¡No me den la lata!
-Entonces, ¿nos concederá la entrevista?
-Las entrevistas no las concede el presidente. Hay un servicio de prensa que se encarga, distribuye la agenda... Si creen que yo sé cuando tengo una entrevista o la dejo de tener, vuelven a estar confundidos. El presidente de la Xunta no se dedica a conceder ni a gestionar entrevistas. Para eso hay servicio de prensa. Y supongo que sí, que tendrán entrevista como todo el mundo.
-Si no nos contestan a las solicitudes...
-Se lo diré a ellos y al partido.

«Siguiente pregunta». Escucha aquí las declaraciones del presidente de la Xunta

«No van a tener al presidente de la Xunta obligado a bailar al son del trombón que ustedes tocan»

Escucha íntegras las declaraciones del presidente de la Xunta

Periodista Digital

De muflones, escopetas, partidos de fútbol, jueces, fiscales, comisarios y ministros

Los medios de comunicación adictos a Zapatero miran para otro lado, pero lo de la cacería-festejo es de espanto y en el patio de columnas, con tanta coña como mala leche, les dan duro este viernes al juez Garzón, al ministro Bermejo y a los que se empeñan en presentar el pringoso "affaire" como una simple e inocente coincidencia.

Que dos autoridades del Estado pasen juntos un fin de semana no es, de momento, sospechoso de nada. Garzón y Bermejo no serían los primeros españoles en disfrutar legítimamente de una finca poblada de muflones, jabalíes, ciervos, gamos y cabra montés de entre todas las que pueblan los latifundios de la mitad sur de España.


Pero dicho esto, el week-end cinegético del fiscal metido a ministro y del juez instructor metido a justiciero campeador tiene otra guasa que merece ser analizada con cuidado.

Escribe Carlos Herrera en ABC que la polémica surgida por el encuentro circunstancial de ambos personajes ha pretendido ser menguada con el argumento de que se ha tratado de una mera coincidencia que ha supuesto no poca sorpresa para ambos.

Dos compañeros de taller, en suma, se encuentran, escopeta en ristre, en una hermosa finca llamada «Cabeza Prieta» y pasan una agradable mañana juntos disparando venados y coronando la jornada con un suculento plato de migas sin mediar más protocolos personales que el decirse «coño, Mariano, ¿tú por aquí?».

Puede ser. Pero la realidad sabemos que es otra. El viernes día 6, a las nueve de la noche, cenaron juntos en el Hotel del Val, en Andújar, el ministro de Justicia, señor Bermejo, su esposa Susana Sánchez Herrero, la fiscal Dolores Delgado, el juez Baltasar Garzón, escoltas y otros funcionarios en lo que se supone que fue una jornada «entre compañeros» y de lo que no hay por qué sospechar nada doloso ya que resulta perfectamente verosímil que así sea.

Todos son amigos y tienen muchas cosas de las que hablar. Dos días después se desplazaron a la finca en cuestión, enclave cercado situado en el Parque Natural de Sierra Mágina, provincia de Jaén, en el municipio natal del magistrado.

La finca es propiedad de José Peñas Pérez, empresario de la industria farmacéutica residente en Cataluña, la cual fue adquirida merced a la fortuna de un suculento premio de la lotería de Navidad.

Cazar un muflón cuesta unos dos mil euros, pero nada hace pensar que los invitados hubieran de desembolsar ese dinero: es perfectamente factible que fueran invitados a ello en virtud del paisanaje y amistad de uno y otro.

El lomo, las alubias y el jamón van en el lote. Hasta aquí todo es normal: si usted o yo tuviéramos una finca de estas características y fuéramos aficionados a la caza también llevaríamos a nuestros amigos a pasar un fin de semana entre encinas, olivos y venados.

Concurre, no obstante, una circunstancia que agrava la situación: Bermejo es ministro socialista y Garzón instruye a su manera un sumario sobre presuntas conductas delictivas de miembros adyacentes -o constituyentes- del partido de la oposición al gobierno del que forma parte el primero.

Adelanta Carlos Herrera que él no presume connivencia ninguna, pero subraya que la inoportuna francachela entre ambos intoxica todavía más la de por sí sospechosa ejecutoria del juez.

A modo de ejemplo: al juez Gómez de Liaño consiguieron quitarle de en medio del caso Sogecable por haber comido con Jaime Campmany, impulsor de la denuncia, actuando como testigo el propio juez Garzón. ¿Qué habría que hacer en este caso?

Por lo visto, hay muflones y muflones. Unos despiertan iras y otros condecoran el pecho ardiente de los cazadores de Montesquieu. Ustedes mismos.

Ignacio Camacho, también en ABC, ahoda en la misma veta y nos pide en sun columna que imaginemos un bronco partido de fútbol entre el Barcelona y el Real Madrid en el que el árbitro pitase dos penalties a favor del Barça, anulase un gol al Madrid y le expulsara un par de jugadores.

Y que al día siguiente la prensa descubriese que el colegiado había compartido en vísperas del encuentro cena y montería con el presidente barcelonés, los dos ayudantes de línea, un importante dirigente federativo y el delegado del campo; todos ellos en alegre y jocunda confraternidad.

Imaginen que se arma un escándalo de aquí te espero; los madridistas recusan al trencilla, piden la repetición del partido y rompen relaciones con la Federación, acusándola de conspirar contra sus intereses a favor del adversario.

Sigan imaginando que los personajes cuestionados declaran que sólo hablaron «del hecho cinegético», que en ningún momento se comentó nada del inmediato partido, que es una canallada dudar de su profesionalidad e imparcialidad y que lo que tiene que hacer el Madrid es atender a las causas de su derrota, no cometer penalties y dar menos patadas.

En la siguiente jornada, el árbitro es designado para pitar de nuevo al equipo que le ha denunciado, al que vuelve a sancionar con un penalty mientras los organismos de supervisión se toman con máxima calma la denuncia recusatoria y confirman la correspondiente sanción a los futbolistas expulsados.

Sin salir del ámbito de la imaginación, examinen la reacción de la opinión pública. Los aficionados del Madrid cierran filas con el equipo y demandan la retirada de la competición. Los culés y el amplio sector antimadridista nacional deploran el victimismo del club, le acusan de conducta antideportiva y le recuerdan que los penalties fueron claros, las expulsiones justas y el gol anulado ilegal.

Para los primeros, la reunión de vísperas fue un contubernio malicioso que invalida la imparcialidad del árbitro, vicia de sospecha sus decisiones y cuestiona de raíz el resultado. Para los segundos, se trata de un asunto por completo marginal al que se aferran los perdedores para tender una cortina de humo.

Sólo un pequeño sector no alineado considera que, aunque el marcador fue justo y las infracciones sancionadas evidentes, la reunión previa del árbitro con uno de los bandos y con directivos de la Federación envenena de sospecha su actuación, constituye una manifiesta falta de respeto a las formas y ofrece indicios serios de connivencia que enturbian el espíritu del juego limpio.

Ahora dejen de imaginar, enciendan la televisión y abran los periódicos del día. Si encuentran alguna remota analogía política o judicial con este hipotético caso resultará absolutamente casual.

Porque resulta inimaginable que cosas así sucedieran en el ámbito de un Estado de Derecho... ¿no?

Periodista Digital

El PP, contra TV3 por llamar a Esperanza Aguirre "atracadora"

"Los Mossos d'Esquadra han desarticulado la banda de atracadores más activa en Barcelona", anuncia la presentadora de los informativos de TV3. Entonces, unas imágenes aparecen, según la rotulación, "cedidas por Mariano Rajoy": Esperanza Aguirre se coloca una capucha; después aparece sonriente sobre una moto. No se trata de un error en la edición, sino de un montaje puro y duro, aunque preparado para un programa de humor



Inmediatamente, el secretario general del PPC, Jordi Cornet, envió una carta al presidente de la Corporación Catalana de Medios de Comunicación, Albert Sáez, para exigir una rectificación pública de TV3 por haber 'insultado' a la presidenta de Madrid en el espacio humorístico 'APM?' ('¿Alguna pregunta més?').

En el 'sketch', la presentadora del informativo continúa su relato (complementado con imágenes diferentes a las del verdadero noticiario): "Los ladrones entraban a la entidad bancaria con cascos en la cabeza, simulando que iban a sacar dinero del cajero automático". Mientras, Esperanza Aguirre aparece sobre el vehículo, protegida por un casco de motocicleta.

Cornet considera "un hecho gravísimo" la emisión de unas imágenes que vinculan a Aguirre con la desarticulación de una banda. Según los 'populares', se la tilda de ladrona.

La televisión catalana ha respondido con un comunicado en el que aclara que el 'gag' corresponde a un apartado del programa titulado 'El deformatiu', "habitual en el programa, en que con toques de humor se deforma totalmente la realidad".

TV3 cree que se trata de un caso de "deformación de la actualidad tan evidente y tan habitual en el programa que se puede considerar de humor blanco".

Además, Televisión de Cataluña ha recordado otros casos de deformación de la actualidad como alterar las imágenes de un mosaico sobre el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, cuyo rostro fue sustituido por el del presidente de la Generalitat, José Montilla y en la que también aparecía un título que decía "imágenes cedidas por el PSC".

Otro 'gag' que ha recordado le televisión catalana ha sido el del ex presidente norteamericano George Bush bailando en una noticia sobre los parados que han de hacer trabajos especiales par ganarse la vida.

Periodista Digital

El Govern pagó 6.600 euros por la copia de un catálogo de pulverizadores agrícolas

La Conselleria de Agricultura de la Generalitat, que dirige el socialista Joaquim Llena, pagó 6.600 euros por un estudio de 10 folios titulado «Modelos gráficos de pulverizadores agrícolas», consistente en su mayor parte en fotos de un catálogo sobre este tipo de maquinaria.

Este estudio, realizado por la empresa Disema, forma parte de los 1.583 informes encargados a dedo por el Gobierno tripartito en 2007 y que investiga la Fiscalía de Cataluña, después de que un sindicato de funcionarios presentara una denuncia por malversación de caudales públicos. Entre estos estudios, algunos de ellos encargados a personas afines a PSC, ERC e ICV, figuran títulos tan curiosos como «Seguimiento de la concha brillante» (27.956 euros, «Diseño de parchís y puzzle de la casita de cartón recortable» (11.365 euros) o «Estudio, factores y manejo del cultivo de la chufa» (11.965 euros). Agricultura también encargó el «Estudio socioeconómico de explotaciones de avellanas», por el que pagó 30.000 euros a la agencia de detectives Método 3 -la que investigó la desaparición de la pequeña Madeleine Mcann-.


El estudio sobre pulverizadores agrícolas apenas tiene texto, pues se trata de un «book» de imágenes sobre este tipo de maquinaria. Cada folio ha costado 660 euros. «Es un mero catálogo, muy parecido a los que se pueden encontrar en cualquier tienda», asegura el diputado de CiU, Jordi Turull, quien recientemente denunció la manipulación de varios estudios, como es el caso de «Campaña juguetes no sexistas», encargado por al Conselleria de Acción Social y Ciudadanía (ERC) por 12.000 euros.

Se trata de 18 páginas extraídas de Internet -www.paideiaescuelalibre.org- o copiadas de otros estudios ya realizados. En una versión inicial, publicada por ABC, aparecía la frase «una criatura en nuestro país ve una media de xx xxxxxxx anuncios al día». Tras la apertura de la investigación de Fiscalía, Turull accedió a una segunda versión en la que esas X habían sido sustituidas por cifras concretas.

Generosidad

La Generalitat ha dado otros ejemplos de generosidad. Tal como publicó ABC, la Conselleria de Cultura pagó 1.392 euros por un informe de cuatro páginas titulado «Ambientación olorosa de un espacio circular de unos 30 metros cuadrados de superficie abierto en su parte superior», que se limita a explicar cómo funciona un ambientador. Entre los beneficiarios de aquellas adjudicaciones, ex diputados y personas del entorno del tripartito. Es el caso, por ejemplo, de la ex diputada de ICV Bet Font, cuya empresa realizó seis informes técnicos por un coste total de 124.000 euros. Elisabet Comín, que formó parte de las listas electorales de los socialistas, cobró 60.000 euros por dos informes. Joaquín Tornos, ex presidente del Consell Consultiu -cargo que ocupó a propuesta del PSC- realizó ocho informes por 43.680 euros. Enric Pujol, que figuró en las autonómicas en las listas de ERC, cobró 2.750 euros por un estudio.

La semana pasada, el conseller de Economía, Antoni Castells, entregó a la Fiscalía la auditoría sobre estos informes, pero no ha cumplido su promesa de entregarlo en el Parlament. El portavoz del grupo nacionalista, Oriol Pujol, ha pedido el amparo al presidente José Montilla. «Castells tenía un compromiso con este Parlament y engañó porque dijo que las auditorías, no estaban acabadas. Un día después, la Generalitat envió las auditorías a Fiscalía», denunció Pujol. Asimismo, criticó que el Govern advierta ahora «que nunca veremos estas auditorías, sino un informe de la Intervención General, por lo que el investigado será quien redacte un informe sobre sí mismo».

ABC

Patriota cuatribarrado. Por Yauma

El Gran Honorable escribe en su blog (3-2-09) lo que sigue a continuación:

“ Durante los siglos medievales de esplendor, Catalunya no fue un pequeño país en un rincón de mundo, fue una potencia europea. Lo fue el Reino de Aragón, pero con Catalunya como motor político, económico e incluso ideológico. Con proyección y peso en todo el Mediterráneo, enfrentada con Francia y a menudo con el Papado que solía ser pro francés, y relacionada con toda Europa. Siempre, eso sí, con una peligrosa presión castellana encima.

Pasada la etapa de esplendor, todas nuestras guerras en defensa de nuestro poder político y económico tienen un fuerte componente europeo. Lo tiene la guerra contra Joan II, a finales del siglo XV (con un componente de guerra civil por la cuestión remença), lo tiene la guerra de 1640 y lo tiene, más que ninguna, la de 1705-1714, en la cual Catalunya es una pieza en el tablero de ajedrez europeo, pero es también un actor de política europea muy activo.

Este componente europeo en aquellas tres guerras, y muy especialmente en la de Sucesión, no fue sólo táctico o fruto de la necesidad de encontrar aliados. Fue también de elección de modelo político, social y económico. En todas tres, aunque más débilmente en la guerra contra Joan II, los catalanes tuvieron las provincias unidas de los Países Bajos –es decir, Holanda– como referente. Un referente del seno europeo opuesto a la mentalidad castellana –de hecho la de la monarquía española– ya situada política e ideológicamente en la periferia europea.

Esto explica la opción catalana a favor no tanto del pretendiente austríaco frente al francés, como del modelo angloholandés de carácter mercantil y productivo combinado con el austríaco poco centralista y respetuoso de las nacionalidades frente al modelo francés políticamente muy centralista y económicamente muy colbertiano, es decir, muy dirigista.”


Tan lucido como siempre el Gran Honorable plantea los principales hechos históricos y motivos diversos que endulzan y relajan la convivencia entre todos los españoles, acentuando esos pequeños detalles, tres guerras lejanas, habla de la cuestión remença (el pago en concepto de rescate que los payeses tenían que pagar a su señor para abandonar la tierra. La guerra de los remençes o revueltas de remençes fue un conjunto de movimientos revolucionarios que protagonizó la payesía durante la segunda mitad del siglo XV en la llamada Catalunya Vieja para reivindicar la abolición de los “Mals usos” un conjunto de gravámenes , servidumbres y subordinaciones humillantes frente a su señor). De la guerra dels segadors (de los segadores) 1640-1659 (Los hechos del corpus de sangre 1640 desencadenados por el amotinamiento de un grupo de segadores 400 a 500 que entraron en Barcelona y que conduciría a la muerte del conde de Santa Coloma virrey de cataluña). De la guerra de Sucesión española en su versión catalana 1705-1714. Y, probablemente se ha olvidado de la mal llamada guerra civil española, último episodio de las guerras de independencia de Catalunya, su verdadero nombre, por tratarse de un hecho relativamente reciente o por falta de espacio. Lo que debe quedar muy claro es que todas estas guerras lo han sido por el logro de una Catalunya rica y plena. En todo su escrito el Gran Honorable refleja que cualquier coincidencia con Francia o España, Estados opresores, sólo puede ser fruto de la casualidad, nuestros conceptos económicos, políticos, organizativos siempre han sido diferentes y mucho mejor elaborados. Por ejemplo Colbert ministro de Luis XIV que optó por el camino de emprender el desarrollo de la economía francesa a partir de la formación de una gran administración pública con el propósito de alcanzar la prosperidad del país por medio de la industrialización del reino. Esa política tuvo un gran éxito en su tiempo y, consecuentemente creó una verdadera escuela o modelo francés de encarar los requerimientos del progreso nacional. Pero indudablemente ni punto de comparación con nuestro modelo autóctono cuatribarrado. Quinientos años de convivencia con los españoles nos han aportado solamente disgustos y retraso en nuestro proyecto de socialismo nacional, ( me gusta más nacional socialismo).

Algunas de sus reflexiones más recientes llevan, como siempre, el sello pujolista quejoso y patriotero a que nos tiene acostrumbrados, la letanía de siempre. “Catalunya no se puede rendir debe reaccionar”, “Respeto para Catalunya”, “Hacer valer el decoro, una virtud que los catalanes todavía mantenemos” “ Los grandes partidos políticos españoles no han respetado Catalunya ni ahora ni durante los últimos cuatro años (curiosamente los mismos que él no ha gobernado), nos han golpeado por todos lados, mientras que nosotros poníamos el acento en temas como el respeto y la dignidad”

Entiendo que las fantasías, sentencias, diatribas, manías y ese carácter intimo exaltado de Don Rigoberto (el protagonista de los cuadernos del mismo nombre) puede escandalizar a más de uno/a. Sin embargo, hay discursos de Don Rigoberto con los que identificarse casi plenamente puede representar una liberación divertida y positiva hacia otros horizontes, de amplitud mental incomparable, abandonando el camino estrecho y trillado del patriotismo cutre y localista que machaca a nuestras pobres neuronas n-veces cada día, incluidos festivos y fines de semana. Seguidamente, con el permiso de Vargas Llosa, se reproduce uno de los brillantes soliloquios de Don Rigoberto mezclado desordenadamente con el mío propio.

“Patria, palabra triste, como termómetro o ascensor”

Si usted señor, señora, detesta la mortífera sentencia del Doctor Johnson ( Samuel Johnson 1709-1784 una de las figuras literarias más importantes de Inglaterra) “Patriotism is the last refuge of a scoundrel” ( el patriotismo es el último refugio de un canalla) y en cambio ve normal y hasta emocionante las heroicas cargas de caballería, espadas que se incrustan en pechos de uniformes enemigos, toques de clarín, disparos y cañonazos. Usted pertenece, según todas las apariencias, al conglomerado de machos y hembras que miran con respeto las estatuas de esos prohombres que adornan las plazas públicas y deploran que las caguen las palomas, y es capaz de madrugar y esperar horas para no perderse un buen sitio en el parque de la Ciudadela en el desfile anual de los Mossos d`Esquadra , espectáculo que le suscita apreciaciones en las que chisporrotean las palabras marcial, patriótico y viril. Señor, señora: en usted hay agazapada una fiera rabiosa que constituye un peligro para la humanidad.

Usted es un lastre viviente que arrastra la civilización desde los tiempos del caníbal tatuado, perforado y de estuche fálico, el mágico prerracional que zapateaba para atraer la lluvia y manducaba el corazón de su adversario a fin de robarle la fuerza. En verdad, detrás de sus arengas estandartes y banderas en exaltación de ese pedazo de geografía mancillada por hitos y demarcaciones arbitrarias, comarcas, veguerías y demás zarandajas político- electorales, en las que usted ve personificada una forma superior de la historia y de la metafísica social, no hay otra cosa que la astuta actualización del antiquísimo miedo primitivo a independizarse de la tribu, a dejar de ser masa, parte, y convertirse en individuo, añoranza de aquel antecesor para el que el mundo comenzaba y terminaba dentro de los confines de lo desconocido, el claro del bosque, la caverna oscura, la meseta empinada, ese enclave pequeñito donde compartir la lengua, la magia, la confusión, los usos, y sobretodo la ignorancia y los miedos de su grupo, le daba valor y lo hacía sentirse protegido contra el trueno, el rayo, la fiera, y las otras tribus del planeta.

Aunque, desde aquellos remotos tiempos, hayan transcurrido siglos y se crea usted, porque lleva traje y corbata o falda de tubo, muy superior a ese ancestro de taparrabos de corteza de tronco y labio y nariz de colgantes prendedores, usted es él y ella es usted. El cordón umbilical que los enlaza a través de siglos se llama pavor a lo desconocido, odio a lo distinto, rechazo a la aventura, pánico a la libertad y a la responsabilidad de inventarse cada día, vocación de servidumbre a la rutina, a lo gregario, rechazo a descolectivizarse para no tener que afrontar el desafío cotidiano que es la soberanía individual. En aquellos tiempos, el indefenso comedor de carne humana, sumido en una ignorancia metafísica y física ante lo que ocurría y lo rodeaba, tenía cierta justificación de negarse a ser independiente, creativo y libre; en estos , en que se sabe ya todo lo que hay que saber y algo más, no hay razón valida para empeñarse en ser un esclavo y un irracional. Este juicio le parecerá severo, extremado, ante lo que para usted no es sino un virtuoso e idealista sentimiento de solidaridad y amor con el terruño y los recuerdos (“la tierra y los muertos”, según algún descerebrado intelectualoide francés,), ese marco de referencias ambientales y culturales sin el cual un ser humano se siente vacío. Yo le aseguro que ésa es una cara de la moneda patriótica; la otra, el envés de la exaltación de lo propio, es la denigración de lo ajeno, la voluntad de humillar y derrotar a los demás, a los que son diferentes de usted porque tienen otro color de piel, otra lengua, otro dios y hasta otra indumentaria y otra dieta.

El patriotismo, que, en realidad, parece una forma benevolente del nacionalismo, pues la patria parece ser más antigua, congénita y respetable que la nación, es una peligrosa pero efectiva coartada para las guerras que han diezmado el planeta no sé cuantas veces, para las pulsiones despóticas que han consagrado el dominio del fuerte sobre el débil y una cortina de humo igualitarista cuyas deletéreas nubes indiferencian a los seres humanos y los clonizan, imponiéndoles, como esencial e irremediable, el más accidental de los denominadores comunes: el lugar de nacimiento. Detrás del patriotismo y del nacionalismo llamea siempre la maligna ficción colectivista de la identidad, alambrada ontológica que pretende aglutinar, en fraternidad irredimible e inconfundible, a los catalanes, los vascos, los gallegos, los españoles...etc. Usted y yo sabemos que esas categorías son otras tantas abyectas mentiras que echan un manto de olvido sobre diversidades e incompatibilidades múltiples y pretenden abolir siglos de historia y retroceder a la civilización a esos bárbaros tiempos anteriores a la creación de la individualidad, quiero decir de la racionalidad y la libertad: tres conceptos inseparables, entérese. Mi individualismo no me lleva, claro está, a hacer el elogio del soliloquio sexual como la forma más perfecta del placer; en este campo, me inclino por los diálogos de a dos o, máximo de a tres, y, por supuesto, me declaro encarnizado enemigo del promiscuo “partouze” (orgía ) , que es, en el espacio de la cama y el fornicio, el equivalente del colectivismo político y social. A menos de que el monólogo sexual se practique en compañía , en cuyo caso se convierte en barroquísimo diálogo, como se ilustra en esa pequeña acuarela y carboncillo de Picasso (museo de Barcelona) en la que el señor Ángel Fernández Soto, vestido y fumando una pipa, y su distinguida esposa, desnuda pero con medias y zapatos, tomando una copa de champaña y sentada en las rodillas de su cónyuge, se masturban recíprocamente, cuadro que para mi gusto considero superior al Guernica y Les demoiselles d`Avignom.

Ya sé que usted señor patriota, señora patriota, odia el contenido de la palabra civilización, ese torbellino demoledor de fronteras, de costumbres pintorescas, de color local, de diferencias provinciales y espíritu campaneril. Es su derecho .También lo es, mío, amarla y defenderla contra viento y marea, aun a sabiendas de que el combate es difícil y que puedo hallarme, los signos son múltiples, en el bando de los derrotados. No importa. Esa es la única forma de heroísmo que nos está permitida a los enemigos del heroísmo obligatorio: morir firmando con nombre y apellidos propios, tener una muerte personal.
Sépalo de una vez por todas y horrorícese: la única patria que reverencio es la cama que holla mi amada, Lucrecia (Tu luz, alta señora/Venza esta ciega noche mía, fray Luis de León dixit) y, su cuerpo soberbio, la única bandera o enseña patria capaz de arrastrarme a los más temerarios combates, y el único himno que me conturba hasta el sollozo son los ruidos que esa carne amada emite, su voz, su risa, su llanto, sus suspiros, y, por supuesto (tápese los oídos y la nariz) sus hipos, eructos, ronquidos, pedos y estornudos. ¿Puedo o no puedo ser considerado un verdadero patriota, a mi manera?

M. Vargas Llosa (Los cuadernos de don Rigoberto)

El blog de Yauma

Crónica de la miseria. Por Dragut

Al final fue un tránsito de algo más de un año, el que medió entre la ilusión y la miseria. Y me acordé de lo que Tse escribió hace ya bastante tiempo: El triunfo de la mediocridad.

No conocía a nadie y tenía sólo la información de lo que leía en la prensa y en Internet. Me atrajo, me ilusionó y, como un infante en su primera escapada furtiva, con más vergüenza que miedo, mandé un correo electrónico. Pensé que ni contestarían, que me mandarían a tomar viento. Jamás me había mezclado en nada así, por falta de espíritu gregario y por una necesidad –a veces he pensado que errada y hoy la creo lo único que me es posible- de no dejarme ver demasiado: no está bien que el cerdo se pasee por el salón, sobre todo cuando vienen invitados de postín. No sé si la edad o la experiencia, confusión voluntaria que solemos hacer de una y otra cosas, sea por alejar la mortaja o, invirtiendo la cosa, por añadir alevosamente el conocimiento que no tenemos escudándonos en el tiempo que nos bastó para tenerlo, me insinúan a grandes voces que los pies en el tiesto son buen sitio en que tenerlos y no sacarlos. Todo depende del tamaño de la maceta: para algunos es el universo todo; para otros, jardinera de balcón.


El caso es que me respondieron y me citaron un día a última hora en un bar. Fui, bastante escéptico, y allí conocí a J. Estupenda. Había otros, de los que recuerdo sólo a dos. Uno, un tipo encantador del que tengo pocas noticias. Otro, un cutre miserable, que entonces sólo me pareció un majadero convencional. Pero J me pareció de fiar, de golpetazo de filete magro sobre el mármol, como una vez le dije. Y lo es. Por eso me lié en el asunto y, de buenas a primeras, sin haberlo pensado, me encontré en el mismo medio del salón cuando no sólo venían los invitados de postín, sino que, encima, había recepción. Pero fue magnífico, porque encontré una esquina de cochiquera, desde allí escuché y aquello, como le he comentado a alguien, me empotró el alma en el cerebro. Me pareció más que necesario, posible.

Y se fue añadiendo más gente, mucha, en todas partes. Tuve la suerte simultánea a la desgracia de ver en el propio campo la traza del destino. Fue suerte ver cuánta gente anhelaba simplemente la dignidad, cuánta de ella era capaz de ser quien decía ser. Fue desgracia que un canto de cisne prematuro ya hubiese copado parte de las filas con la soldada que aspira a generalato sin haber ganado batallas. Quieren ser quien firme la capitulación del enemigo, pero que la sangre la pongan otros. Desgracia también cuanto vi de los afanes de trastienda. Pero la suerte inmensa de haber conocido a gente magnífica para toda una vida.

Las larvas de la miseria maduraron y, de manera inexorable, se fue a pique todo, lo primero la ilusión. Me di cuenta de hasta qué punto los ambiciosos son más aún imbéciles e ignorantes. No supieron esperar a que realmente hubiera algo que repartir y todos nos quedamos sin nada. Los que pretendíamos algo digno lo perdimos nada más empezar, y los que algo miserable no sabían que necesitaban la semilla de los decentes para obtener un provecho. En la escala pública, todos sabemos en qué acabó. Simplemente en algo que pensamos que pudo ser. Hoy creo que era algo delirante, que nada de lo que pretendíamos es posible en un país estúpido, clasista, ceporro y adocenado, donde la gente vende su dignidad por que le cambien el váter de casa sin tener que pagarlo. Y por supuesto, que sea más blanco, más vitrificado y un poquito más alto que el del vecino, faltaría más.

En la escala del trato humano, encontré en proporción enana una explicación sobre la banalidad del mal, sin querer arrogarme ninguna pretensión filosófica (no sé casi nada de filosofía y menos aún soy filósofo). Me explico. Por mi actividad académica y profesional he visto miserias abundantes. En lo académico, la Universidad es más bien un rebaño de gañanes que visten sus estrechas ansias funcionariales con birretes, togas y puñetas. Pero saben que, tras la traición y el medrar, llega el momento del sueldo de por vida, de las vacaciones de muchos meses, del inexplicable prestigio social, de la promoción inmerecida gracias al escalafón y al tejemaneje vario. Y de no tener que volver a estudiar nunca y fascinar a los alumnos con porquería intelectual surtida. No todos son así, pero si digo que ocho de cada diez lo son, estoy siendo benévolo. En la variante profesional he visto acuchillamientos indecentes, traiciones alevosas, acusaciones dolosas, de todo. Pero hay un beneficio: se mueve mucho dinero y arrasar la dignidad de alguien puede suponer ganar o perder un par de millones de euros. En definitiva, en ambos casos hay una ganancia tras el baño de miseria. Pero en aquella aventura, ¡no había aún nada que ganar, lo fiaban todo a lo mucho que habría de cosecha mientras pisoteaban lo recién sembrado! Pero no todos, porque lo más estupefaciente era ver cómo por ser mindundi de tercera había quienes eran capaces de adularte para acto seguido acuchillarte, decir que apoyaban a alguien siempre de palabra y por escrito, para, llegado el momento, unirse a la legión de los defenestradores de honestos. Quienes, en un rocambol psiquiátrico inimaginable, cautivos de su propia imagen elaborada hacia los demás, se abonaban a la impostura para poderse creer seres ultramorales de palabra y acometer la miseria, la trampa, la mentira, la traición y cuanto de más bajo aloja la condición humana con una soltura tal que a veces resultaba descacharrante. Por desgracia, más que descacharrante, siempre me pareció hiriente. Y todo para nada, para no conseguir nada en absoluto. Actos banales a caballo de la miseria. La maldad de barrio por sí misma.

Sería un error pensar que, total, son pequeñas cosas que no afectan a la gran escala del mundo. Lo es porque las miserias son siempre una proporción de la situación y, así, quienes sienten la pulsión de la traición por una nadería, en idéntica proporción la sienten ante lo importante. Comprendí entonces el tránsito que lleva a que un descerebrado que sólo se ha fajado en cuitas de barrio, entre navajeos de poca monta, pueda acceder a las alturas y cometer hasta delitos sin inmutarse. En el colegio robaban piruletas, lo que es lo mismo, idéntico, a pervertirlo todo llegados al poder. La miseria tiene un tamaño a la escala de la situación. Hoy sigo sin entender cómo podían ser más aún imbéciles que miserables.

Pero ya he dicho que conocí a gente magnífica también. Quizá no debiera citarlos, pero es justo que sea así. Me quedo sólo con los que han acabado siendo más cercanos: al amigo fenicio LFC, y al bostoniano VC; y a los “centralistas” ALC, AIE, EP, EM, FC, GHJ, JCC, JJA, JM, JS, JRL y TS. A todos ellos les debo las gracias por haber hecho magnífico el paseo del cerdo sacando las patas fuera del tiesto. Hoy me alegro, pero fue en su momento doloroso: un tiempo dulce y terrible.


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