jueves, 3 de diciembre de 2009

Zapatero se queda solo con su plan de planes

Críticas en el Parlamento al anteproyecto de Ley de Economía Sostenible

EL GOBIERNO se lo puso ayer fácil a la oposición al hacer coincidir la comparecencia de Zapatero en el Congreso con la divulgación de los datos del paro en noviembre. El desempleo creció en 60.500 personas, situándose en 3.868.000 ciudadanos sin trabajo.

A lo largo de los últimos 12 meses, el paro ha aumentado en 879.000 personas, con un incremento interanual de casi el 30%. Ésta es la triste realidad de la economía española, por mucho que Elena Salgado se esforzase en resaltar que el alza del desempleo se ha ido desacelerando desde el pasado verano.

Zapatero intentó convencer a los diputados de que el anteproyecto de Ley de Economía Sostenible, analizado el viernes por el Consejo de Ministros, va a estimular una próxima recuperación, pero no lo logró. Todos los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios, excepto el del PSOE, fueron muy críticos con el borrador, que valoraron como puramente propagandístico, subrayando que no va a incidir en la creación de empleo. Mariano Rajoy lo calificó de manera muy gráfica como «un cartel luminoso en un solar vacío».

El anteproyecto del Gobierno es un plan de planes sin concretar, repleto de declaraciones de principio pero con muy pocas iniciativas tangibles. El propio Zapatero reconoció que buena parte de las medidas que contempla el anteproyecto se materializarán en el plazo de 18 meses. Anunció, por ejemplo, un programa para promocionar los vehículos eléctricos en el primer trimestre de 2010 y un nuevo plan de inversiones en infraestructuras.

La carencia más sustantiva de esta ley es su falta de ambición para acometer los cambios estructurales que necesita la economía española, empezando por las dos grandes reformas pendientes: la del mercado de trabajo y la fiscal.

Zapatero anunció que el Gobierno va a impulsar una nueva negociación entre sindicatos y patronal para buscar un acuerdo sobre esa reforma laboral antes de abril del año que viene. El presidente precisó, sin embargo, que el Ejecutivo «no rebajará los derechos de los trabajadores, ni reducirá el coste del despido, ni aceptará que las relaciones laborales se excluyan del control judicial». Abogó por cambiar el sistema de negociación colectiva, fomentar el trabajo a tiempo parcial y una mayor flexibilidad laboral que no explicó en qué consiste.

El planteamiento de Zapatero aboca la negociación entre patronal y sindicatos al fracaso, ya que, al margen de las dificultades para poner de acuerdo a ambas partes, el presidente parece excluir un nuevo tipo de contrato que reduzca el coste del despido, una reivindicación a la que no va a renunciar la CEOE.

El presidente del Gobierno ofreció también al PP un pacto de Estado en materia de energía, dejando abierta la posibilidad de alargar la vida útil de las centrales nucleares -ahora limitada a 40 años- si hay consenso con la oposición. Zapatero afirmó que el objetivo del Ejecutivo es ir sustituyendo progresivamente la energía nuclear por fuentes renovables, postulado que en la práctica hace imposible ese pacto con el PP.

Lo que ayer se pudo constatar en el Congreso es la falta de una política económica para afrontar esta crisis. Zapatero sigue poniendo parches y anunciando planes llenos de buenas intenciones, pero sin ningún impacto en la economía real. Todo indica que esa incapacidad del Gobierno va a lastrar una recuperación que no llega mientras se agudiza el escepticismo sobre la posibilidad de ver la luz al final del túnel.


El Mundo - Opinión

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