lunes, 6 de julio de 2009

El japonés. Por Atsushi Fukazawa

Imagínese que se traslada a mi país, a Japón, con sus hijos en edad escolar. Y escolariza a sus hijos con la ilusión de darles la oportunidad de aprender japonés. Y al escolarizar a sus hijos encuentra que todos los colegios imparten clase en una lengua regional japonesa (también tenemos lenguas regionales, como en casi todos los países). Y que no encuentra ningún colegio con el japonés como lengua vehicular.

Supongo que usted, atónito, preguntaría por qué no existen colegios con la lengua oficial común del Estado. Y le cuentan algo sobre que hay que proteger no sé qué y que es una especie de revancha contra no sé quién que hizo que hace más de 50 años esa lengua regional estuviera perseguida. Y usted sigue sin entender por qué no puede elegir en Japón una educación en la lengua oficial común del Japón, el japonés.

Pues bien, esto me ha ocurrido en Barcelona, donde actualmente no hay ningún colegio con español como lengua vehicular. Ni público, ni concertado, ni privado.

En mi país, todo el mundo entendería que usted no tuviera ningún interés en que sus hijos aprendieran una lengua regional de mi país, pero sí japonés. Y aquí en España, ¿entienden que nosotros queramos aprender español y no catalán.

El País

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Un japonés que no quiere aprender catalán



El Sr. Atsushi Fukazawa se preguntaba en una carta publicada en su periódico como es que “no existen colegios con la lengua oficial común del Estado” en Catalunya y basa sus consideraciones en una supuesta comparación con su país de origen, Japón. Se refiere al catalán como lengua regional similar a las lenguas regionales japonesas. Imagino que el Sr. Fukazawa confunde sin querer los términos “lengua” con “dialecto” pues si bien es cierto que en Japón existen variantes regionales del japonés estas variantes no tienen la consideración de “lenguas” sino de dialectos del japonés por lo que la comparación con el catalán es errónea. El catalán es una lengua, no un dialecto, en todo caso es un dialecto del latín como el castellano, el francés o el italiano. Parece lógico, pues, que en las escuelas del Japón se enseñe una única variante del japonés de la misma forma que en Catalunya se enseña un catalán estándar y no sus dialectos (mallorquín, valenciano, leridano, barcelonés, etc.).



También introduce en su argumentación en relación del castellano el concepto de lengua “común” del Estado. La Constitución española predica del castellano su oficialidad en todo el Estado, no su “comunidad”. Cabe añadir en todo caso que el castellano comparte esa oficialidad en Catalunya con el catalán, y que además, el catalán es la lengua propia de Catalunya tal y como se recoge, en nuestro Estatut.



La idea de lengua “común” ciertamente se utiliza por algunos partidos como PP, Ciutadans o UPyD para menoscabar la presencia del catalán en Catalunya a favor del castellano introduciendo un adjetivo de tintes más bien imperiales y trasnochados.



Si lo que realmente le preocupa al Sr. Fukazawa es que su hijo aprenda castellano en Catalunya que no se inquiete ya que el sistema educativo catalán garantiza con creces el conocimiento por igual de las dos lenguas al acabar el ciclo formativo de los alumnos. Si embargo, lo que parece deducirse de su escrito es que en realidad lo que reclama no es el derecho a aprender una lengua, el castellano –derecho que queda más que garantizado-, sino que lo que está argumentado es el derecho a no saber o no usar otra lengua, el catalán en este caso.



Si a su hijo no se le hace la inmersión en catalán en la escuela, ¿dónde lo aprenderá?. En su casa seguramente no, ya que parece que su entorno solamente conoce el japonés o el castellano y si alguna lengua debe reforzar en la escuela es precisamente aquélla a la que menos está expuesto fuera del entorno escolar. Partiendo de la idea, claro está, que esté de acuerdo conmigo con que su hijo tenga las mismas oportunidades que el mío y eso pasa porque tenga un buen dominio de las dos lenguas. Por otro lado que las personas que viven en Catalunya conozcan las dos lenguas es la garantía de que todas ellas se puedan expresar en alguna de las dos; situación para la que es necesario que, también Ud., entienda también el catalán.



Para finalizar me sorprende que una persona oriunda de una país que tiene tan enraizada su cultura y sus tradiciones no pueda entender que los indígenas de nuestro pequeño territorio quedamos mantener también las nuestras.