viernes, 27 de febrero de 2009

El tío de la maza. Por Juan Carlos Girauta

Lazcano

El delincuente reincidente José Bové, líder antiglobalización, ha sido uno de los hombres más queridos de Francia por haber destrozado un McDonalds, símbolo del capitalismo. ¿Va a ser menos el tío de la maza por destartalar un símbolo de la impunidad?

El tío de la maza, amén de presunto delincuente, es una alarma que se ha disparado, es la justicia material, el hasta aquí hemos llegado, es la insostenibilidad de la justicia formal allí donde no rigen los derechos y libertades democráticos. Metáfora y justicia es el tío de la maza por mucho que pueda haber sido fabricado. No él, que es genuino, sino su destrucción de la taberna. Nótese que, hicieran lo que hicieran las cámaras allí, la ruina previa de su casa existió, la furia existió, y el "ojo por ojo" fue sentido. Salvo que el tío de la maza sea un actor fenomenal.


No tengo ganas de gastar un párrafo explicando que la Ley del Talión y el Código de Hammurabi no forman parte del ordenamiento jurídico español, porque lo que clama al cielo es tener que aguantar a la Iglesias –no sé si unas horas antes o unas horas después de insultar a María San Gil y alabar a Otegi– dando lecciones sobre el rol pedagógico del periodista. Puede que la ex comisaria felipista sea pedagoga; yo no. A ver si Serrat va a poder preferir un buen polvo a un rapapolvo, un bombero a un bombardero y la revolución a las pesadillas (como si no se tratara de lo mismo), y uno no va a poder primar al tío de la maza, con toda su justicia material, sobre los tíos del entramado de ETA metidos en las instituciones, con toda su justicia formal.

Que lo formal se adecente, o sea, que no se financie el terrorismo legalmente con dinero público, y lo material se adecuará a lo formal sin que un tío con una maza despierte simpatías abiertas o encubiertas. Por otra parte, al tío de la maza le son probablemente de aplicación la atenuante de haber sufrido agresión ilegítima, el arrebato u obcecación, y acaso la eximente de un sofisticado miedo insuperable. Sí, a veces el miedo es resueltamente temerario. El delincuente reincidente José Bové, líder antiglobalización, ha sido uno de los hombres más queridos de Francia por haber destrozado un McDonalds, símbolo del capitalismo. ¿Va a ser menos el tío de la maza por destartalar un símbolo de la impunidad? Que le juzguen, bien, pero, sobre todo, que se le proteja de quienes se disponen a lincharle, de quienes ya le están linchando.

Libertad Digital - Opinión

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