viernes, 31 de agosto de 2007

Basta ya de bromas

"Rosa Díez y sus amigos se convierten en la mejor forma de evitar que el PP avance. En aliados del PSOE."

Existe un mandato relacionado con los progresistas, y es que cuando un progresista empieza a arrepentirse de su progresismo no hay que criticarlo, sino animarlo y acogerlo.

Nunca he estado muy de acuerdo con esta prescripción y menos ahora, cuando unos cuantos progresistas han decidido, al parecer, descolgarse del PSOE.

Eso sí, mejor no hablar del pasado de cada cual. Por eso, ciñéndonos al presente, en mi opinión la creación de un nuevo partido político para unas elecciones que como mucho se van a celebrar dentro de siete meses es una broma. De mal gusto, además.

Por una parte, Rosa Díez y otros compañeros que vienen viviendo del cuento de la izquierda desde hace muchos años van a quitar votos al PP. Como estos señoritos no pueden ser de derechas, es decir del PP, del único partido que defiende la Constitución y la nación española, van a captar para una supuesta nueva izquierda, otra vez virgen y mártir, los pocos votos que a lo mejor, con un poco de suerte, hubiera obtenido el PP de algún votante socialista capaz de recapacitar, pensar y actuar por su cuenta.

El tabú ideológico, deducido de un problema existencial relacionado con que estos progresistas suelen ser políticos, funcionarios o ricos de familia, es decir han vivido siempre del dinero de los demás, tendrá consecuencias electorales. Rosa Díez y sus amigos se convierten en la mejor forma de evitar que el PP avance. En aliados del PSOE. Como entre sus filas se cuentan eminentes intelectuales, supongo que por lo menos el filósofo oficial, aquel que ha pasado a los anales de la ética y la metafísica por su sofisticada formulación de que "España me la suda", habrá medido las consecuencias de sus actos. Saben, y muy bien, a lo que están contribuyendo.

Por otra parte, el intento de presentarse como partido bisagra alternativo a los nacionalismos al mismo tiempo que se propone una reforma constitucional que evite que los nacionalismos sean partidos bisagra suena un poco... raro.

Una de las muchas consecuencias perversas del diseño electoral e institucional español es el surgimiento de lobbies, en particular lobbies regionalistas, vascos y catalanes, que parecen convencidos de que tienen el derecho a monopolizar la vida pública nacional, mientras que los demás, los que somos españoles sin más, tenemos la obligación de escucharlos y atenderlos. Que los escuchen en su pueblo. Basta ya de bromas.

José María Marco
Libertad Digital, 31-08-2007

Rosa Díez y la causa de la libertad


"¿Qué razón de peso hay para que, en las actuales circunstancias, una persona como Rosa Díez no pueda compartir lista electoral con una persona como María San Gil?"

No por previsible resulta menos destacable la decisión de la histórica dirigente socialista Rosa Díez de abandonar definitivamente el PSOE y su escaño como eurodiputada, tras sus fuertes y públicas discrepancias con la deriva nacionalista y la política de apaciguamiento con el terrorismo llevada a cabo por el gobierno de Zapatero.

Rosa Díez es un referente moral y político de la lucha por la libertad y contra el terrorismo a quien hoy ex compañeros suyos como Rodolfo Ares han tenido la desfachatez de reprocharle una supuesta "falta de coherencia personal y política".

Lo cierto es que ha sido precisamente por no tener que sacrificar unos principios y unos compromisos de firmeza antiterrorista y de lealtad constitucional a los que ha dedicado su vida –y por los que muchos de sus compañeros han sido asesinados–, por los que Díez ha decidido, precisamente, abandonar el partido en el que ha militado durante treinta años. Son los mismos principios que tienen en común los principales partidos en los países de nuestro entorno, pero a los que el Gobierno de Zapatero no ha importado dejar en el estacada con tal hacer un frente común contra el principal partido de la oposición.

Con todo, si coherente es la decisión de Rosa Díez de abandonar el PSOE, harina de otro costal supone su decisión de impulsar un nuevo partido junto a Fernando Savater y asociado a la Plataforma Basta Ya. Y no, desde luego, porque desde la izquierda no pueda y deba haber un partido que también abandere la cohesión nacional y la lucha contra el terrorismo desde el Estado de Derecho, sino porque, en términos de utilidad, y también apelando a esos mismos principios, lograr ese objetivo sería mucho más factible con un cambio de dirección en el PSOE a través de una victoria lo más amplia posible del PP.

Con el PSOE y el Gobierno de Zapatero, lo que está en juego en España, en general, y en el País Vasco, en particular, hace absolutamente irrelevante las diferencias entre esa "izquierda" que quiere representar Rosa Diez y esa "derecha" que representa el PP. ¿Qué razón de peso hay para que, en las actuales circunstancias, una persona como Rosa Díez no pueda compartir lista electoral con una persona como María San Gil?

Editorial de Libertad Digital, 31-08-2007

Nuevos partidos

"Tanto Ciudadanos como Basta Ya reflejan esa necesidad de relevar a los viejos partidos, y, desde luego, sería magnífico que salieran adelante como depuración y regeneración de la izquierda."

¿A quién quitará votos Rosa Díez? No parece la forma adecuada de plantear la cuestión. ¿El PP es la única alternativa al PSOE? Solo de manera formal, en realidad no es alternativa. Para saber lo que hará solo hay que ver lo que ha hecho en la oposición.
El terrorismo nacionalista vasco (TNV) ha sido la piedra de toque de los partidos y los políticos desde la transición, y, salvo, en parte, el PP de Aznar, todos han demostrado su escasa valía, que actualmente ha llegado a la ruina. PP y PSOE han naufragado ideológica y políticamente, como la DC y el PCI en Italia.

¿Entonces? Harían falta otros partidos, que empezaran por sacar la experiencia histórica de estos treinta años y no solo expresasen descontento por lo que pasa y ansias de llenar algún hueco electoral. ¿Van a surgir? No parece probable. Tanto Ciudadanos como Basta Ya reflejan esa necesidad de relevar a los viejos partidos, y, desde luego, sería magnífico que salieran adelante como depuración y regeneración de la izquierda, pero no se les aprecia suficiente impulso ni claridad. Y en la derecha no se ve nada, sencillamente.

Con la subida de Zapo y su pandilla al poder hemos asistido a un proceso de sustitución del espíritu democrático de la transición por los viejos mitos guerracivilistas; un proceso de auge de los partidos separatistas y de recuperación política (no solo política) del terrorismo. La putrefacción del país y de la democracia continuará, por tanto, lo mismo con el PSOE que con el PP.

Muchos países, España desde luego, han padecido largos procesos de ese tipo.

En Una historia chocante he intentado extraer la experiencia de estos años. Se trata de un simple esbozo, discutible por demás. Pero, obsérvese: nadie parece sentir necesidad de discutir sobre ello.

Comente este artículo en el Blog de Pío Moa, "Presente y Pasado"

Pío Moa
Libertad Digital, 31-08-2007

El carné


Desengáñense, no seguirá sus pasos nadie. Y "nadie" significa nadie. No escribo a humo de pajas. Sé muy bien lo que digo. Conozco perfectamente lo que ocurre cuando algún enajenado decide marcharse de la Secta. Lo sé porque yo mismo lo hice en su día. Sí, en su día. Casualidades de la vida: justo un 30 de agosto de hace veinte años me dio por tirar el carné del PSC en un contenedor de basura del Paseo de San Juan de Barcelona.

¿Tienen curiosidad por saber lo que ocurre después? Pues se lo contaré: no pasa nada. Y "nada" también significa nada. De repente, el teléfono no vuelve a sonar. Los amigos del alma de tantas noches de vino y rosas, súbitamente, extravían la agenda en la que tenían apuntado el número. Aquellas voces cotidianas, familiares, nunca más vuelven a emerger al otro lado del hilo. Y "nunca más" también significa nunca más. Es así como uno comienza a descubrir el significado de ese sagrado principio constitucional que se conoce por "libertad de movimientos". Porque, a partir de ese mismo instante, se abren las grandes alamedas y ya no se otean más que espacios llenos de nada alrededor.

La gente se aparta con suma prudencia, respetando escrupulosamente las distancias de seguridad con tu sombra cuando teme tropezarse con ella por la calle. Ni siquiera es necesaria ninguna de esas costosísimas campañas que organiza la Dirección General de Tráfico. Pues, de forma espontánea, se obra el milagro y todo tu mundo, que para ti es todo el mundo, comienza a obedecer con celo exquisito las normas que ordena el Código de la Circulación. Entonces es cuando se empieza a sentir por primera vez el frío. Porque en las largas rutas solitarias siempre hace frío. Mucho frío. Un frío que, poco a poco, te va calando los huesos hasta el tuétano de la hipoteca. Un frío gélido que, como en el poema de Gil de Biedma, enseña a comprender de golpe que la vida iba en serio.

Desengáñense, un partido, cualquier partido, no es más que el híbrido perfecto entre una ETT y la pista central de un canódromo. Ahora mismo, mientras leo el cándido titular de Libertad Digital –"Rosa Díez agrava la mayor crisis del PSOE desde Suresnes"–, recuerdo a G. casi con ternura. G. fue el único que se arriesgó a dirigirme la palabra cuando me los tropecé a todos, con sus banderitas rojas y sus puños en alto, en aquella manifestación de homenaje a Salvador Allende. "¿Qué va a ser de ti fuera del partido? ¿Te has vuelto loco?". Quién sabe, igual hasta tenía razón.

Que los dioses del camino te sean propicios, Rosa, porque lo tendrás que recorrer sola.

José García Domínguez es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.
Libertad Digital, 31-08-2007

Otras rosas socialistas


"Rosa Díez no podía respirar en semejante vertedero, y no concibo intenciones ocultas en quien ha dedicado todas sus energías a denunciar la indignidad de los atajos "antiterroristas", que, por ser atajos, siempre acaban perdiendo el prefijo."

Claveles y puños aparte, los socialistas también cultivan rosas. Algunas tan espinosas como la Regás, riega que regarás. La izquierda ha regado generosamente, para su desgracia y para la de Ptolomeo, ese tipo de flores carnívoras porque desde que llegó Rodríguez y mandó a parar, ser de izquierdas no quiere decir nada. Apenas un furor sectario y una defensa del prejuicio y la prebenda a coces y mordiscos. Otras flores, como Rosa Díez, se agostan en el rosal de la nada.

Se ha marchado del PSOE pero no de la izquierda, y carece de sentido criticarla por lo segundo; el ropaje sectario le cae mejor a ellos, no vayamos a olvidarlo. Justamente por ser progre, el partido que impulsa Savater marcará distancias insalvables con el PP en asuntos con un común denominador: el alcance del papel del Estado. En la educación, en la economía, en la cultura, en lo que sea.

Y va a coincidir con el PP en aquello sin lo cual una nación está condenada a desaparecer: su propia conciencia, plasmada en una unidad soberana y en una comunidad de individuos, elementos que sólo un nacionalista periférico puede denunciar como "nacionalismo español", pues apuntan en sentido contrario al nacionalismo: libertad individual frente a derechos colectivos, razón ilustrada frente a irracionalidad romántica, igualdad ante la ley frente a privilegios (leyes privadas, como el reciente y ruidoso estatuto catalán).

Ojalá más partidos coincidieran en estas coordenadas, que son superiores y anteriores a perfiles ideológicos como conservadurismo, liberalismo o socialdemocracia. Fascistas y comunistas no entran en el cuadro. Ni en ningún sitio, por otra parte. Tampoco entran, por definición, los nacionalistas, madre de un problema cuya solícita niñera es un PSOE que ha perdido lo único digno que le quedaba: la defensa de la unidad de España.

De esa pérdida calculada vienen estos lodos, de su abrazo obsceno al separatismo filoterrorista y del guiño más obsceno aún al simple terrorismo. Rosa Díez no podía respirar en semejante vertedero, y no concibo intenciones ocultas en quien ha dedicado todas sus energías a denunciar la indignidad de los atajos "antiterroristas", que, por ser atajos, siempre acaban perdiendo el prefijo.

No creo que con esto el PP tenga nada que temer, y sí mucho que celebrar. Principalmente, que se acabó la estupidez de identificar España con derecha. Y que mientras Blanco magnifica anecdóticas fisuras en el PP, a la izquierda le nace la Tercera Vía. O sea, que el PSOE se está cayendo a pedazos.

Juan Carlos Girauta es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.
Libertad Digital, 31-08-2007

Gotzone Mora critica a Díez por debilitar la "única alternativa constitucional" a Zapatero


"VA A QUITAR EL VOTO AL PP", OPINA LA OTRA DISIDENTE SOCIALISTA

La disidencia de Rosa Díez provoca división de opiniones. Otra socialista histórica, Gotzone Mora, igualmente disidente dentro del PSOE, ha sido de las primeras en criticar la decisión y alertar con que puede acabar restando apoyo electoral al PP, el único partido, a su juicio, capaz de garantizar la pervivencia de la España constitucional. Mora ha intervenido en La Mañana de COPE –al igual que lo hiciera el pasado miércoles en otro programa de ese canal, La Linterna– para señalar que el nuevo partido que surja de Basta Ya "va a quitar el voto al PP", y no tanto al PSOE y a sus aliados nacionalistas.

(Libertad Digital) La ex concejal del PSOE en Guecho ha criticado la decisión de su antigua compañera en el PSOE. Rosa Díez, de abandonar el partido y sumarse al proyecto de Fernando Savater y Carlos Gorriarán de un nuevo partido poítico.

Para Gotzone Mora, "este tipo de andadura impide que la democracia se manifieste en todo su valor", ha señalado en el matinal de COPE.

Mora opina que el nuevo partido político no provocará la regeneración del PSOE, como pretenden, sino que dañará las expectativas electorales del PP, "el único" que, a su juicio, hoy garantiza la pervivencia de la unidad constitucional de España.

"Se lo dije hace mucho tiempo" a Rosa Díez, ha revelado Gotzone Mora.

"Para mí, se han aprovechado de la plataforma Basta Ya, en la que yo estuve antes que Rosa Díez y que nació como expresión de la ciudadanía frente al nacionalismo obligatorio, se han aprovechado de ese movimiento para formar un nuevo partido que va a quitar el voto al PP".

Mora no se explica cómo "existiendo ya un partido que defiende la España constitucional como alternativa a la deriva del PSOE, un partido como el PP que es el único que puede gobernar, Rosa Díez no lo apoya y decide sumarse a una plataforma incierta cuyos impulsores no han dudado en apoyar al mismo Zapatero al que ahora critican", ha comentado.

Gotzone Mora cree que Rosa Díez "ha tirado hacia delante y tendrá que dar cuentas a los ciudadanos en el futuro". A su juicio, Díez debería haber resistido en las filas socialistas y continuar con su disidencia desde dentro, algo que, para Gotzone Mora, habría sido verdaderamente útil a la regeneración democrática del PSOE.

"Claro que es duro estar dentro, que me lo digan a mí, pero es la única forma de que el PSOE y el PP vuelvan a estar de acuerdo en lo fundamental para España", ha declarado al mismo canal de radio.

Libertad Digital, 31-08-2007

El puño pierde la rosa

Hotel Ercilla, Bilbao, 30 de agosto de 2007, a las 12:00 horas. Palabras de Rosa Díez anunciando su baja en el Partido Socialista Obrero Español:

Quiero anunciarles mi decisión de darme de baja en el Partido Socialista Obrero español. Así mismo les comunico que he renunciado a mi escaño como Parlamentaria española en el Parlamento Europeo. De ambas decisiones he dado cuenta a través de carta certificada en la mañana de ayer al Secretario General del Partido Socialista Obrero Español y a la Junta Electoral Central. La misma comunicación ha sido remitida al Presidente del Parlamento Europeo.

He tomado la decisión de darme de baja en el Partido Socialista Obrero Español para poder defender con más libertad y mayor eficacia las ideas que me llevaron hace más de treinta años a militar en ese partido.

Siempre he considerado que los partidos políticos han de ser instrumentos al servicio de los ciudadanos. Los partidos políticos no son propiedad de sus dirigentes; ni tan siquiera de sus afiliados. Sin los ciudadanos que confían en nosotros cuando nos dan su voto no seríamos nada. Por eso siempre he pensado que un cargo público se debe, sobre todo, a los ciudadanos a los que representa. Los partidos políticos hacen las listas, designan los candidatos. Pero los diputados, senadores o concejales los eligen los ciudadanos.

Los ciudadanos no dan a los políticos un cheque en blanco. Los ciudadanos delegan en nosotros para que defendamos aquello con lo que nos hemos comprometido al pedirles su voto. Por eso siempre he creído que por encima de la disciplina partidaria está el compromiso con los ciudadanos. Lo bueno sería no tener que elegir entre la disciplina del partido y el compromiso con los ciudadanos; pero si hay que elegir porque ambos mandatos no son compatibles, los ciudadanos son lo primero. Por eso he defendido con mis mejores argumentos las cosas que creo que hay que hacer; y he criticado aquellas que se hacían y que yo no compartía. Nunca he desacreditado personalmente a nadie; nunca he juzgado intenciones. Siempre he argumentado, con respeto pero sin tapujos, cada una de las decisiones políticas sobre las que ha creído que tenía que opinar. Los ciudadanos tienen derecho a saber lo que piensan sus representantes durante todo el tiempo, no sólo cada cuatro años cuando les llaman a votar.

Durante mucho tiempo he creído que era posible defender mi posición, --que no es otra que aquella con la que el Partido Socialista Obrero Español se presentó a las últimas elecciones generales y la que se recoge el programa electoral y de gobierno--, desde dentro de las filas del Partido Socialista y desde mi escaño de Parlamentaria Europea. Hace ya tiempo que comprendí que en lo orgánico no había nada que hacer. Pero seguí creyendo que mantener un discurso político público podía facilitar un debate que provocara una reorientación de la política del Partido Socialista, en temas de tanta importancia como la política antiterrorista o el modelo de Estado. Nunca me han importado las dificultades, ni en estos tres últimos años ni en los anteriores. Pero he llegado a la conclusión de que tampoco por ahí hay nada que hacer. Si el discurso político no contribuye a condicionar las políticas, deja de ser práctico. Y cuando se llega a esa conclusión, quien quiera seguir comprometida con las ideas y que su trabajo sirva para algo, ha de dar un paso adelante. Eso es lo que yo hago hoy.

Así que me voy para ser más libre y para ser más eficaz desde la perspectiva de los ciudadanos. Sobre todo para ser más eficaz; yo seguiría soportando los problemas, las tensiones y la falta de libertad si creyera que eso iba a contribuir a que se produjera un debate racional. De la misma manera que sigo haciendo política y viviendo en Euskadi a pesar de las dificultades: porque creo que lo práctico, lo que más nos va a ayudar a ganar, es quedarnos aquí. Al menos mientras podamos.

Pero eso les digo que he llegado a la conclusión de que para poder seguir defendiendo estas mismas ideas por las que me afilié al PSOE y para las que pedí el voto a los ciudadanos lo que tengo que hacer es irme del Partido Socialista. Y eso es lo que he hecho.

No quiero que nadie se equivoque. Para mí no ha sido una decisión fácil. Llevo toda la vida militando en él. Soy hija de socialistas. Y tengo un enorme respeto a toda su historia. Un partido no es una dirección, o las sucesivas direcciones que éste ha tenido y tendrá en el futuro. El Partido Socialista está hecho de su historia centenaria, está hecho de los sacrificios de muchos hombres y mujeres anónimos que en su nombre defendieron las ideas de la libertad, la solidaridad y el progreso. Y yo me siento orgullosa de haber formado parte durante más de treinta años de esa familia de hombres y mujeres buenos que han dado lo mejor de su vida para defender esos valores.

Dejo en el Partido Socialista un montón de amigos; muchos que me han ayudado, que me han animado, que me han querido; y a los que yo quiero. A todos ellos les deseo lo mejor. Respeto su decisión, como sé que ellos respetarán la mía. Ellos saben, porque lo hemos hablado muchas veces, que cuando hay que elegir entre disciplina y coherencia, yo elegiré siempre coherencia. Sé que ser coherente no equivale a tener razón. Pero, aunque muchos – en un afán de protegerme-- me han sugerido que ponga perfil bajo y espere tiempos mejores, yo eso no sería capaz de hacerlo nunca. Defender las cosas en las que uno cree es lo mínimo que se le puede exigir a un cargo electo. Y a mi modo de entender, a cualquier ser humano que se respete a sí mismo.

Pido disculpas a los afiliados, simpatizantes y votantes del PSOE que hayan podido sentirse mal al escuchar o leer mis posiciones contrarias a las sostenidas por la dirección del PSOE y/o por el Gobierno. Pero sé que si lo piensan bien me entenderán; está escrito en el carnet del que hasta ayer era mi partido: somos socialistas no para amar en silencio nuestras ideas, ni para recrearnos con su grandeza ni con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes. (Pablo Iglesias)

Así pues hoy empieza para mí una nueva etapa. No voy a hacer nada diferente a lo que venía haciendo. Sólo voy a hacerlo desde otro lugar. Lo fácil siempre es no moverse. Pero circunstancias extraordinarias requieren decisiones también extraordinarias. Y yo creo que vivimos una situación extraordinaria, en la que la creciente desafección por la política termina por empobrecer las instituciones democráticas. Y eso nos obliga a reflexionar sobre la necesidad de hacer cosas nuevas, de movernos de la cómoda situación en que cada uno de nosotros podríamos encontrarnos. Bueno, pues yo ya me he movido. Ahora a ver que pasa.

Gracias por su atención. Estoy a su disposición para cualquier pregunta.


Blog de Santiago González