viernes, 20 de julio de 2007

Nueva era


Relevo en el PPC

"Cuando, en medio de zancadillas y agotadoras conspiraciones de pasillo, el PPC conseguía titulares atractivos o lanzaba lemas demoledores que agitaban al establishment catalán, Sirera estaba detrás."

En Daniel Sirera se unen la juventud y la experiencia, las ganas y la pericia, la fuerza y la inteligencia. Ya conoció una presidencia, la de las Nuevas Generaciones de Cataluña, antes de su larga etapa como diputado autonómico: doce años intensos que le han convertido en un maestro de las artes parlamentarias, del uso estratégico de la tribuna. Desde ahí ha abierto debates necesarios que la clase política catalana deseaba mantener en la sombra y ha defendido los principios y valores del PP, del único PP. Como portavoz adjunto y como responsable de comunicación, Sirera ha logrado, superando las sordinas externas e internas, que esa voz no se apagara en Cataluña.

Cuando contra todo pronóstico el PPC seguía dando en el Parlament muestras de vitalidad, era gracias a él. Cuando durante la travesía del desierto sonaba en el Parque de la Ciudadela el mismo discurso que en el conjunto de España ha atraído a diez millones de españoles, a él se debía. Cuando, en medio de zancadillas y agotadoras conspiraciones de pasillo, el PPC conseguía titulares atractivos o lanzaba lemas demoledores que agitaban al establishment catalán, Sirera estaba detrás.

Junto con Alberto Fernández (encastillado y libre en el Ayuntamiento de Barcelona) y Xavier García-Albiol (un milagro de éxitos, frescura y optimismo para las filas más deprimidas –hasta ahora– del panorama político catalán), Sirera ha sido decisivo para la supervivencia con dignidad de una formación acosada sin tregua desde fuera y desde dentro. Para lograr tal cosa, ha asumido riesgos sin cuento. Afortunadamente, a veces en la política se hace justicia, y su batalla sorda y su resolución insobornable se han visto reconocidas con la presidencia del PPC.

Que nadie se engañe. "Crisis" no es la etiqueta que describe lo sucedido en las filas populares catalanas desde que Ángel Acebes llegara a Barcelona a principios de esta semana. Esto es un renacimiento, una nueva era, una oleada de alegría desbordante entre la militancia y unas ganas generalizadas de ponerse manos a la obra para ofrecerle a Mariano Rajoy el triunfo en las generales.

Aquí, en Cataluña, radicaba el agujero negro por el que se perdían los esfuerzos y proyectos de los populares. En el mismo lugar se yergue hoy una esperanza inmensa. Sin complejos ni mimetismos, con serenidad y solvencia, en castellano y en catalán, se va a demostrar que en España existe al menos un partido capaz de mantener las mismas ideas y valores en todo el territorio de la Nación.

Juan Carlos Girauta

Guillermo, dibujante de la viñeta en El Jueves: 'Lo mejor es que me corten la mano derecha'

RETIRAN DE LOS QUIOSCOS 'EL JUEVES'

'Es una solemne torpeza y hace muy poco favor a la Casa Real', dice el dibujante Ricardo.

'Esto demuestra que todavía necesitamos mayor madurez democrática', afirma Julio Rey.


"¿Que van a retirar los moldes? ¡Pero si hace años que eso ya no existe! ¡Lo mejor es que me corten la mano derecha!". Así comentaba sorprendido el dibujante Guillermo a elmundo.es la noticia de que el juez Del Olmo ha ordenado retirar de los quioscos el último número de 'El Jueves' por una viñeta suya en la que aparecen los Príncipes de Asturias en una actitud "claramente denigrante y objetivamente infamante", según el auto judicial.

El autor del dibujo sostiene que en ningún lugar de la portada de la polémica publicación "se dice que los dibujos sean de Felipe y Letizia". En cualquier caso, para Guillermo la Casa Real debería estar más molesta por el texto del bocadillo que por la viñeta.

Para el dibujante la decisión de Del Olmo "es una equivocación" y el dibujo no está hecho con ninguna mala fe. El guionista de la polémica viñeta es Manel Fontdevilla, antiguo director de la publicación y que actualmente realiza todas las semanas la serie 'La parejita' en esta publicación.

'El sistema debe saber reírse de sí mismo'
Por su parte, Ricardo, dibujante de viñetas en EL MUNDO, ha afirmado que la decisión es de "una solemne torpeza por parte de la Fiscalía y el juez, que abren una espita que ya estaba cerrada". "Hacen muy poco favor a la Casa Real porque ahora el dibujo aparecerá por todos lados. Los republicanos deben estar frotándose las manos", añade.

"Estamos totalmente en contra de la censura y el secuestro. Que haya sido una revista satírica da la conclusión de que todavía necesitamos mayor madurez democrática, como la que, por ejemplo, existe en Inglaterra", dice Julio Rey, creador junto a su compañero José Gallego de viñetas humorísticas en EL MUNDO. "Es muy importante que el sistema sepa reírse de sí mismo", concluye.

El Mundo.es, 20-07-2007

Pumpido ordena el secuestro de la revista El Jueves por una caricatura de los Príncipes

LA POLICÍA IRÁ QUIOSCO POR QUIOSCO A RETIRAR LOS EJEMPLARES

VER REACCIÓN DE CS EN LA RED AQUÍ.

El editor de El Jueves avisa que "contestarán con una broma en la portada" la próxima semana.

El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha ordenado, por exigencia de Cándido Conde-Pumpido, retirar de los quioscos y prohibir la difusión del último número de la revista satírica "El Jueves". El motivo es que en la portada aparece una viñeta con la caricatura de los Príncipes de Asturias en una postura sexual explícita. Entiende el magistrado que la publicación podría haber incurrido en un delito de ofensas a la Corona. La Policía tendrá que ir quiosco por quiosco retirando los ejemplares. A media tarde, la página web de El Jueves era inaccesible.

L D (Agencias) - El auto dictado este viernes, por exigencia de la Fiscalía General del Estado, que dirige Cándido Conde-Pumpido, ordena a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que procedan a retirar los ejemplares de la revista de los puntos de venta, así como que se desplacen a Madrid y Barcelona para hacerse con el molde del dibujo.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, que se encuentra de guardia esta semana, requiere al director de la revista que identifique a los autores de la caricaturas, que podrían haber incurrido en los delitos contra la Corona previstos en los artículos 490.3 y 491 del Código Penal, que preven penas de hasta 2 años de prisión a quien cometiera calumnias o injurias contra el rey o sus descendientes.

La portada de la revista muestra una viñeta satírica en la que aparecen representadas sendas caricaturas del príncipe de Asturias, Don Felipe y la princesa Doña Leticia, en una postura sexual explícita. La viñeta hace referencia a la ayuda de 2.500 euros a la maternidad anunciados por el Gobierno y aparece la siguiente afirmación: "¿Te das cuenta? si te que das preñada. Esto va a ser lo más parecido a trabajar que he hecho en mi vida".

Según Conde Pumpido estaríamos ante un delito de ofensas al Rey tipificado en el Código Penal entre otros, en el artículo 491.2.:

Se impondrá la pena de multa de seis a veinticuatro meses al que utilizare la imagen del Rey o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes, o de la Reina consorte o del consorte de la Reina, o del Regente o de algún miembro de la Regencia, o del Príncipe heredero, de cualquier forma que pueda dañar el prestigio de la Corona.

Libertad Digital, 20-07-2007

Daniel Sirera será el nuevo presidente del PP en Cataluña

ESTA TARDE TIENE QUE RATIFICARLO LA DIRECCIÓN EN MADRID

Libertad Digital ha podido confirmar la información avanzada por el director de Informativos COPE Barcelona, Carlos Losada: el sustituto de Josep Piqué al frente del PP en Cataluña será Daniel Sirera. La decisión tendrá que ser ratificada esta tarde por la dirección del partido pero habría sido adoptada por unanimidad. Alberto Fernández Díaz será el director de campaña además de liderar la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona.

Daniel Sirera, actual Portavoz adjunto del Grupo Popular en el Parlamento catalán y secretario ejecutivo de Comunicación del PPC, será proclamado esta tarde con toda probabilidad como nuevo presidente del PP catalán tras el abandono de Josep Piqué.

Entre los candidatos que se postulaban para el cargo estaba, además del propio Sirera, Alberto Fernández Díaz y Xavier García Albiol. El perfil del ganador partía como favorito en muchas apuestas por su adscripción liberal y su ausencia de complejos en la defensa de los principios de su partido. La llegada de Sirera supondrá un empujón al partido en Cataluña pero también, como apuntaba García Albiol este viernes en la COPE, para el ascenso de Mariano Rajoy a La Moncloa.

Daniel Sirera nació en Badalona en 1967. Está casado y tiene dos hijos. Es licenciado en Derecho, y desde hace tiempo es uno de los valores más jóvenes no sólo del PPC sino de la empantanada política catalana. Pese a su juventud, es un político experimentado y de amplia trayectoria política. Empezó a militar en su adolescencia en las Nuevas Generaciones, hasta llegar a ser el presidente de este cuadro en Barcelona.

En la era de Josep Piqué ha sido uno de los hombres fuertes del partido limitado por la mano derecha del ex ministro, Francesc Vendrell que acaparaba el poder del aparato y del parlamento; pese a estas cortapisas, Sirera ha demostrado en numerosas ocasiones su capacidad de liderazgo capitaneando el Partido Popular en Cataluña cuando el presidente por sus obligaciones como senador tenía que ausentarse en Madrid.

Daniel Sirera es un político activo. En su labor de oposición se ha destacado como una de las voces más duras y críticas contra los gobiernos nacionalistas, primero, y el desbarajuste del tripartito, después. En la crisis del Carmel en Barcelona, en la que Piqué estuvo más bien ausente, Sirera estuvo a pie de calle, denunciando la omisión de responsabilidades por parte de los poderes públicos y el flagrante de apagón informativo.

También se le conoce como uno de los parlamentarios más incómodos, preguntando semanalmente por, entre otros asuntos espinosos, los excesos presupuestarios del ejecutivo catalán en cuestiones tan anecdóticas para la creación de prosperidad, como es la promoción de las selecciones deportivas catalanas, a la que se destinan cifras astronómicas de euros.

Más en concreto en medio del maremoto producido por la salida de Josep Piqué, Daniel Sirera estuvo atendiendo, sin restricciones de ningún tipo, a los medios de comunicación desde los primeros momentos en los que estalló la crisis. Expresó su "respeto" a lo que consideraba la "decisión personal" de Josep Piqué, pero, cumpliendo con la praxis política apostaba por "mirar al futuro" y seguir trabajando.

Y es que el nuevo presidente del Partido Popular va a piñón fijo y sabe muy bien cuál es su objetivo: dar la presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy. Cuando sólo faltan ocho meses para las elecciones generales, un político que sea capaz de trazar un recorrido fijo, sin desvíos, y aunar los diversos activos en torno a esta meta; es esencial. Daniel Sirera está en condiciones de conseguirlo.

Libertad Digital, 20-07-2007

Ciutadans, un éxito letal

A la vista del tumultuoso curso que la trayectoria de Ciutadans-Partido de la Ciudadanía (C-PC) ha tenido desde su nacimiento, hace poco más de 12 meses, sería fácil recurrir al sarcasmo, y hacer sangre a cuenta del espectacular contraste entre las promesas de transparencia, aire fresco, regeneración democrática, nuevo estilo político, etcétera, y las prácticas de opacidad, sectarismo, faccionalismo y zancadilleo en la peor tradición de los partidos más viejos y resabiados. También cabría preguntar si la aparente implosión de Ciudadanos, el rosario de dimisiones y bajas de las últimas fechas, es fruto de ese boicoteo mediático, de esa conjura hostil que algunas plumas dignas de mejor causa denunciaron el pasado otoño, o bien obedece a causas internas, a las debilidades y contradicciones inherentes al proyecto.

El fracaso sufrido por Ciutadans-Partido de la Ciudadanía en las municipales de mayo fue el fulminante de un estallido que se ha hecho patente antes, durante y después del congreso de julio
Puesto que mi hipótesis es esta última, trataré de desarrollarla del modo más analítico posible, sin ensañamiento ni regodeo. Como fruto inevitable del perfil socio-profesional de sus promotores, Ciutadans se gestó y alumbró entre grandes dosis de retórica, sí, pero al calor de una única motivación: el rechazo de las políticas identitarias (en materia de lengua, de símbolos, de conmemoraciones, etcétera) desarrolladas en Cataluña desde 1980 y ratificadas en 2003; es decir, de las políticas nacionalistas. Y, por tanto, el apoyo tácito a las políticas identitarias que impulsan desde siempre las instituciones estatales; o sea, a las políticas nacionales. Porque en esta materia rige el horror vacui: si una comunidad humana no hace una política identitaria propia, otros se la hacen y se la imponen...

Ahora bien, el problema de la postura germinal de C-PC -etiquetada con más o menos precisión de "anticatalanista", "españolista", "no nacionalista"...- es que puede ser asumida desde todos los grados del arco ideológico, lo mismo desde la extrema derecha, desde el extremo centro o desde la extrema izquierda. Véase, a propósito de extrema izquierda, el ejemplo de Unificación Comunista de España (UCE), un grupúsculo que fue en tiempos marxista-leninista y anti-OTAN, que de unos años acá cultiva el españolismo a la férvida manera de José María Aznar, y que flirtea con Ciutadans desde la aparición de éstos.

El caso es que, realzado por la notoriedad y sentido del espectáculo de algunos de sus impulsores, por la aparente osadía de su discurso dentro del escenario catalán y por el apoyo interesado de una coalición mediática que perseguía sus propios fines (esa emisora, castigar a Josep Piqué; aquel diario, chantajear al PSC e, indirectamente, al PSOE...), el banderín de enganche de Ciudadanos atrajo en pocos meses a una militancia muy heterogénea, muy aluvial, poseedora de un magro denominador común: la defensa de la posición dominante de la lengua castellana y el rechazo de las políticas catalanistas. Y entonces, sin tiempo material para que esos hombre y mujeres homogeneizaran sus horizontes ideológicos, para que destilasen una cultura militante propia de C-PC, sin tiempo para decidir si eran socialdemócratas, liberales, conservadores o radicales, el flamante partido y su desconocido cabeza de cartel obtuvieron tres escaños en el Parlamento de Cataluña elegido el 1 de noviembre de 2006.

Fue, en varios sentidos, un triunfo fatídico. Por un lado, pronto se hizo evidente que la agitprop resulta mucho más cómoda y agradecida que la labor institucional: es más fácil llenar el teatro Tívoli que conseguir hacerse visible en un debate parlamentario. El contexto político general tampoco ayudó: contra Maragall, Ciutadans vivía mejor que contra Montilla. Sobre todo, la conquista de los escaños y de los medios materiales consiguientes hizo surgir en el partido una incipiente oligarquía interna encabezada por Albert Rivera, un pequeño aparato que empezó a actuar como todos; es decir, a aplicar aquel viejo apotegma de Alfonso Guerra: "el que se mueva, no sale en la foto". Esto, en una organización aún no cohesionada, entre una militancia novel, discutidora y sin hábito de disciplina, hizo proliferar las voces críticas, las disidencias y las facciones. A mayor abundamiento, el éxito electoral abrió también una grieta entre el envalentonado liderazgo orgánico de C-PC (Rivera) y el cóctel de vanidades, resentimientos y diletantismos que habían formado el colchón intelectual del proyecto, buena parte de cuyos miembros empezaron a dar muestras de decepción, de escepticismo o de despego con respecto a su criatura.

Así las cosas, y con la crisis latente desde el invierno, el fracaso sufrido por Ciudadanos en las elecciones municipales del 27 de mayo fue el fulminante de un estallido que se ha hecho patente antes, durante y después del congreso clausurado el 1 de julio. A lo largo de este tiempo, la misma y desmesurada atención mediática que el año pasado atraía adhesiones y ganaba simpatías para C-PC se ha transformado ahora en bumerán, amplificando las disputas, los reproches y la sensación creciente de desbarajuste interno, entre referencias a una 'Corriente Zanahoria' y alusiones a un 'Colectivo Ubú'.

A este escenario fratricida, el proyecto de partido político que promueven Fernando Savater y ¡Basta Ya! le ha proporcionado un pretexto o una coartada, pero no es en modo alguno su causante. Quiero decir que los antagonismos de ideas, de personas, de ambiciones y de talantes en el seno de Ciutadans eran previos, fundacionales y estructurales. La iniciativa de Savater, Rosa Díez, Martínez Gorriarán y compañía sirve sólo para presentar en público aquellas rivalidades bajo una luz ennoblecedora: los enemigos del "personalismo" de Rivera claman por la fusión inmediata con ¡Basta Ya! en un nuevo partido con sede en Madrid -lo que diluiría el liderazgo del joven diputado-, mientras que éste -tratando de preservar la soberanía de su chiringuito- habla sólo de coaligarse o federarse con la plataforma vasca.

No es la menor entre las ironías de esta historia que, un año después de agruparse para luchar contra el catalanismo, una parte de los Ciutadans acuse a su líder de "anteponer la catalanidad a la españolidad", le reproche su "ambición catalana" y le tache -en suma- de catalanista.

Joan B. Culla
Tribuna en El País, 20/07/2007

Vidal Quadras achaca la actual situación del PPC al "error estratégico" de Aznar

APUESTA POR UNA POSICIÓN "SIN COMPLEJOS" ANTE EL NACIONALISMO

El vicepresidente del Parlamento Europeo y ex dirigente del PPC ha señalado que el partido "vive en parte" las consecuencias del "error" que a su juicio cometió José María Aznar en 1996 cuando cambió la dirección de los populares que él encabezaba "para poder pactar con Pujol". Alejo Vidal Quadras afirmó que el proyecto del PP debe ser de "confrontación ideológica con el nacionalismo hegemónico rotunda y sin complejos" porque si "vacila, si se acompleja, si duda de sí mismo, pasa lo que pasa".

L D (Europa Press)- Así se manifestó Vidal Quadras en declaraciones a RNE, recogidas por Europa Press, preguntado sobre la dimisión irrevocable de Josep Piqué como presidente del PP de Cataluña. "Más allá de cuestiones estrictamente personales, este último episodio de la agitada historia del PP de Cataluña demuestra que ha de decidir ya de una vez qué quiere representar en Cataluña. Estas oscilaciones siempre acaban de manera traumática, como se acaba de demostrar", expuso.

El europarlamentario aseguró que en su Comunidad tiene que existir un partido que represente a los ciudadanos que creen en una Cataluña "integrada sin reservas en un gran proyecto español" y que defienden valores de "libertad, pluralismo y constitucionalismo", pero que apuestan también por una "confrontación ideológica rotunda y sin complejos" frente al "nacionalismo hegemónico". "Si el PP catalán es eso y representa a esta gente, tiene un amplio campo de recorrido en Cataluña", agregó.

El "error" de Aznar

Vidal Quadras aseguró que no quería poner nombres a una corriente ni otra, sino que su opinión es que el partido debe optar por una. Las dudas sobre el proyecto, a su juicio, las alberga más el PP central, la dirección nacional, y recordó lo ocurrido en 1996, cuando él fue relevado de la dirección catalana por el entonces presidente, José María Aznar.

"Hizo una cosa que ahora vista se ve que fue un error estratégico: cortar un camino ascendente del PP de Cataluña. Él creía que aquello tenía que ser interrumpido para poder pactar con Pujol, lo cual demuestra que conocía muy mal a Pujol porque eso no era en absoluto necesario. Ese tipo de errores se pagan y ahora estamos viviendo en parte la consecuencia de aquel error", aseguró.

"Uno tiene que saber lo que es, lo que representa, lo que cree, y defenderlo con toda claridad, con valentía y sin ningún tipo de reticencias. Es una fórmula sencilla pero muy eficaz, eso tiene que hacer el PP en Cataluña", concluyó.

Libertad Digital, 20-07-2007

La irresponsabilidad de Piqué

La dimisión de Josep Piqué como presidente del PP catalán es todo un torpedo en la línea de flotación del principal partido de la oposición y una auténtica faena para Mariano Rajoy, que se ve obligado a afrontar una seria crisis interna cuando faltan ocho meses para unas elecciones generales en las que se juega su futuro. El ex ministro y líder del PP en Cataluña anunció ayer su dimisión, un día después de que el secretario general, Angel Acebes, viajara a Barcelona para comunicar personalmente ante la junta directiva una reorganización interna, que previamente había sido pactada con el propio Piqué y con Rajoy. Al parecer, el ya ex presidente popular en Cataluña se sintió desautorizado por la dirección nacional y no suficientemente respaldado por Rajoy, porque quería anunciar él los cambios ante los órganos del partido. Además, Piqué responsabiliza al secretario general de haber filtrado a diversos medios una interpretación, a su juicio errónea, de estos cambios como un «golpe de mano» de Génova contra él.

Sea como fuere, Piqué se ha comportado con una gran irresponsabilidad y de forma muy poco leal con un partido que le acogió en su Ejecutiva al mismo tiempo que se hizo militante, gracias a que el entonces presidente Aznar le puso en la primera línea de la política como ministro portavoz y después como responsable de la codiciada cartera de Exteriores. Tras perder las elecciones, Rajoy apostó por situarle al frente del PP catalán, una organización que evidentemente necesitaba un revulsivo que Piqué no fue capaz de darle. Las explicaciones que ha dado su entorno sobre la dimisión suenan únicamente a excusas. Piqué lleva suficiente tiempo en política como para no tener la piel tan fina. Mucho más teniendo en cuenta que Acebes en ningún caso puso en duda la continuidad de su liderazgo en el PP catalán y hasta insinuó que sería el cabeza de lista por Barcelona en las generales.

Es más que probable que la espantada de Piqué sea una forma de endosar a los demás la responsabilidad de sus pésimos resultados electorales en las pasadas municipales en Cataluña, donde sólo se mantuvieron firmes los feudos de las personas con las que él no sintoniza, como Alberto Fernández en Barcelona. Es evidente que el PP tiene un serio problema en Cataluña de cara a las generales. En 2004 logró sólo seis escaños por 21 de los socialistas. El tibio nacionalismo catalán de Piqué, o su vergonzante españolismo, no ha servido para que el partido se recupere electoralmente en esa comunidad. Pero su dimisión en este momento es un contratiempo grave. Los hechos demuestran que hubiera sido mejor que Rajoy hubiera aceptado su renuncia cuando hace dos años le echó un primer órdago con sus injustas e insolidarias críticas contra Acebes y Zaplana.

Editorial de El Mundo, 20-07-2007

La carta de dimisión de Piqué

Reproducimos a continuación el contenido íntegro de la carta remitida por Josep Piqué al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy.

"Querido Presidente y amigo Mariano:

Como recordarás, hace varios días te escribí para comunicarte mi decisión de dejar la dirección del Partido en Cataluña y, por añadidura, mi dedicación a la política. Creo que te daba razones más que suficientes para justificar mi actitud. Y, pienso, sinceramente, que todas siguen siendo válidas. En otro momento, y en circunstancias distintas, ya te ofrecí mi puesto ante la clara desautorización a la que me había sometido la Dirección a través del Secretario General. Tu solicitud, argumentada sólidamente no sólo en términos políticos sino, sobre todo, humanos, y mi aprecio personal y político hacia tu persona, logró que, entonces, reconsiderara mi postura.

Como sabes, he seguido trabajando, en circunstancias nada fáciles y en el seno de un Partido en el que no faltan mezquindades y miserias (que debo decir que se compensan, más que de sobra, con gente admirable por la que siento un enorme respeto y reconocimiento y que me han ayudado a mantener las ganas y la ilusión).

Recientemente, en virtud de lo que te expuse en mi carta, llegué a la conclusión de que mi permanencia no era sostenible y así te lo trasladé, con toda sinceridad y honestidad, y convencido de la irreversibilidad e inevitabilidad de mi salida, y desde la convicción de que era lo mejor, para ti y para el Partido, que fuera cuanto antes.

Tu petición de que abriera unos días de reflexión y, sobre todo, mi profunda voluntad de no perjudicarte, a la vista de los argumentos personales que me utilizaste, logró, de nuevo, que lo haya intentado otra vez, sabiendo, como tu sabes, que mi compromiso no iba a ir, en ningún caso, más allá de las generales y con el único objetivo, en lo personal, de contribuir a tu victoria que deseo fervientemente por el bien de España y de todos.

Creí que eso pasaba por reforzar mi autoridad y, haciendo los cambios y los ajustes necesarios que yo comparto, no aprovechar la circunstancia para demoler mi imagen propia frente a la sociedad catalana, e intentar dañar a personas que, con errores, sin duda, pero también aciertos, se han dejado la piel por nuestro proyecto.

Y como es evidente que se ha querido hacer así desde la Dirección del Partido, y aún constándome que no por ti, el daño ya es irreversible. Lo malo es que creo que, consciente o inconscientemente, el daño se ha hecho, sobre todo, a ti y al Partido.

Pero, queda aún tiempo para las generales y para que otras personas se pongan al frente del Partido en Cataluña y te hagan la mejor campaña electoral.

Siempre mantendré mi afecto y aprecio hacia tu persona y hacia nuestro Partido que me ha dado la oportunidad de conocer a magníficas personas, de descubrir nuevos amigos, y de poder prestar, modestamente, un servicio a los intereses generales, tanto en labores de gobierno, como desde hace ya cuatro años, desde la oposición.

Con toda mi estima.

Josep Piqué