jueves, 18 de enero de 2007

Dato, no Romanones. Churchill, no Chamberlain

Nunca la ETA alcanzó tal gloria. Parece una superpotencia: por doquier invocaciones a la unidad "contra" ella. Para vencerla hace falta la unidad de todos los demócratas, nos cuentan. Pero, como ha señalado Cristina Losada en uno de sus excelentes artículos, la unidad no es necesaria, se da por supuesta en un demócrata. Lo necesario es la aplicación de la ley por el gobierno y una oposición que no la sabotee. Aznar aplicó la ley y Zapo el Rojete fingió unírsele proponiendo el famoso Pacto... que enseguida traicionó.

"Vencer a la ETA", para esa gente, consiste en disgregar España y ceder en casi todo a los asesinos. Los criminales conocen muy bien a los gorrinos. Han perpetrado un gran atentado y todos esos "demócratas" han reaccionado como la ETA quería y esperaba: insistiendo en el chanchullo (negociación le llaman) con mayor energía, y cerrando filas... contra el PP. No tratando de aislar a los criminales, sino precisamente a los demócratas. Intentando encerrarlos en un muro de Berlín. Reforzando la Infame Alianza. La felonía caracteriza perfectamente a un gobierno-basura y a una serie de partidillos y politicastros del mismo jaez.

Después de su último discurso, Rajoy debe percatarse de que tiene enfrente a amigos del terrorismo y enemigos de la democracia y de España; y obrar en consecuencia, sin falsas ilusiones. Detrás tiene a casi la mitad de la opinión pública y puede tener a la gran mayoría si sabe obrar con una estrategia y no disimulando los desmanes mientras recibe tortas por todas partes. Cabe esperar que la experiencia sirva para algo y no repita el ridículo de hace meses, cuando dijo romper los tratos con el gobierno para implorar a los pocos días la atención del iluminado.

Churchill, no Chamberlain. Dato, no Romanones.

Pío Moa, Presente y pasado
Libertad Digital, 18-01-2007

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