jueves, 6 de octubre de 2011

Tarde y muy mal. Por Iñaki Ezkerra

Es la expresión que resume la política de Zapatero, que ha acabado haciendo tarde y mal, muy mal, muchas de las cosas que Rajoy le propuso y que él rechazó por ser supuestamente reaccionarias. Una política de viraje y de aterrizaje forzoso en la realidad que tuvo una escenificación gloriosa en tres actos durante mayo de 2010. Tres actos correspondientes a tres fechas.

El 5 de mayo representa la descalificación ideológica. Rajoy se reúne con Zapatero y le propone un paquete de medidas entre las que hay serios recortes del gasto público, que el presidente rechaza soberanamente en nombre del socialismo y con una inolvidable sonrisa.

El siguiente acto llega el 8 de mayo y es la bronca entre bastidores, el teatral «aparte» de las llamadas que recibe de la UE, del BCE, del FMI, de Obama y hasta de los chinos.

El tercer acto se escenifica el 12 de mayo en el Congreso y es el de la rectificación más espectacular que han conocido los tiempos. En dos minutos contados, Zapatero anunció un reajuste en la economía española que les metió un viaje sin precedentes a los funcionarios y a los pensionistas.

Un reajuste de nueve medidas que llegaba eso, tarde y mal. Marcado por la improvisación y la falta de convicción. Como han seguido llegando las medidas posteriores, la reforma laboral que no es tal o la del cálculo de las pensiones. En realidad, esa tragicomedia de la descalificación-rectificación que vivió Zapatero entre el 5 y el 12 de mayo de 2010 se ha venido repitiendo una y otra vez desde entonces. Es la que le lleva a dar bandazos a la derecha y a la izquierda en su campaña al propio Rubalcaba.


La Razón – Opinión

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