domingo, 2 de octubre de 2011

A Mas se le entiende todo

Lo acontecido esta semana revela de nuevo la necesidad de que el gobierno central recupere las competencias cedidas a la comunidad catalana en materia de educación al objeto de preservar los derechos y libertades recogidos en la carta magna.

Las recientes declaraciones del presidente de la Generalidad pretendiendo ofender a los niños de otras regiones de España a cuenta del idioma, sólo pueden causar sorpresa a aquellos que ignoren la trayectoria eminentemente racista del nacionalismo catalán.

Artur Mas, criatura de Pujol al fin y al cabo, ha tratado de colocarse a la altura de su mentor con sus pretendidos insultos hacia los que utilizamos el idioma común en otras regiones de España. Mucho tendrá que esforzarse para llegar a las cotas de abyección xenófoba alcanzadas por el autor de "La inmigración, problema y esperanza en Cataluña", pero tras sus dicterios en el parlamento regional, es de justicia reconocer que al actual presidente de la Generalidad, voluntad no le falta.

Es improbable que Mas, como afirma, tenga dificultades para comprender a un niño andaluz hablando en español, pues con su antecesor en el cargo, personaje con graves dificultades para expresarse en cualquier lengua, mantuvo decenas de reuniones sin necesidad de recurrir a la traducción simultánea. Se trata más bien de un ejercicio de hipocresía, como acertadamente le afeó el líder de Ciudadanos, para preservar a sus hijos de la pobreza lingüística a que la Generalidad somete al resto de familias catalanas a despecho de la constitución española y las sentencias de los tribunales.

Lo acontecido esta semana revela de nuevo la necesidad de que el gobierno central recupere las competencias cedidas a la comunidad catalana en materia de educación al objeto de preservar los derechos y libertades recogidos en la carta magna, decisión constitucional debería haberse adoptado mucho tiempo atrás. Una vez garantizado el derecho de los niños catalanes castellanoparlantes a educarse en su lengua materna, no habrá problema para que Mas siga ejerciendo de bufón xenófobo por tiempo indefinido. En el parlamento de Cataluña, con las obligadas excepciones, siempre contará con un auditorio de lo más adecuado.


Libertad Digital – Editorial

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