martes, 11 de octubre de 2011

Duran i Lleida pagará en las urnas su insensata soflama. Por Antonio Casado

El representante en Madrid del nacionalismo catalán que llaman moderado, Josep Antoni Duran i Lleida, no se desdice de su soflama. El eterno número dos de CiU endosó a los andaluces el vicio de gastarse en los bares el dinero solidario de los catalanes (parte alícuota de Cataluña en las subvenciones del PER a jornaleros andaluces y extremeños).

Ayer balbuceó algunas aclaraciones suplementarias y lo puso peor. Exculpa a los andaluces y desvia la pedrada hacia quienes subvencionan sus horas muertas en las barras de los bares. Es decir, al Estado. “No voy contra los andaluces sino contra un Gobierno que no encuentra salida para quienes no tiene trabajo”, dijo el portavoz de CiU en el Congreso.

La lógica exculpatoria de Duran choca con la lógica de la realidad. Nadie ha superado en contundencia al PP a la hora de arremeter contra un Gobierno socialista incapaz de generar puestos de trabajo. Sin embargo, no puede ser más significativa su coincidencia con el PSOE -y con IU, cuyo líder andaluz, Diego Valderas, ha llegado a hablar de “xenofobia”-, a escala nacional y a escala andaluza. Todos entienden que las palabras de Duran son injustas y vejatorias.


Muy evidente debe ser la causa que pone del mismo lado al PP y al PSOE en plena campaña electoral. Es la causa de la dignidad herida del pueblo andaluz. Pero, al mismo tiempo, sólo el hecho de estar en campaña, con intereses encontrados en los dos aspirantes a la Moncloa, Rubalcaba y Rajoy, genera un desigual aprovechamiento de este feo episodio.
«Muy evidente debe ser la causa que pone del mismo lado al PP y al PSOE en plena campaña electoral. Es la causa de la dignidad herida del pueblo andaluz.»
Ha sido innumerable el desfile de señaladas voces socialistas que han competido en la lapidación verbal de Duran i Lleida. Como el ex vicepresidente del Gobierno y número uno del PSOE por Sevilla en las elecciones del 20-N, Alfonso Guerra, con su inefable apelación a los “descamisados” frente a los que viven a cuerpo de rey en el Palace. O la calculada identificación de los nacionalistas de CiU con los nacionales del PP que, según la ministra de Defensa y cabeza de lista por Barcelona, Carme Chacón, “son como dos gotas de agua”.

Más parcos han estado los dirigentes del PP. Dentro de nada podrían necesitar como costaleros parlamentarios a los diputados pastoreados por Duran i Lleida. Y no conviene ir más allá de lo que ha ido el líder del PP andaluz, Javier Arenas, que se limita a calificar de “profundamente desafortunadas” las declaraciones de Duran y le pide una rectificación. Se supone que votará a favor de la reprobación presentada ayer por los socialistas en el Parlamento de Andalucía.

Mala cara debe haberle visto Duran a los sondeos si necesita apelar a la parte más mezquina del votante nacionalista. Pero los nervios le han jugado una mala pasada porque lo que haya podido arañar fijando votos nacionalistas es mucho menos que lo que ha regalado en votos a los partidos de ámbito nacional -“eso que ustedes llaman nacional", diría Duran- con sus irresponsables declaraciones.


El Confidencial – Opinión

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