viernes, 16 de septiembre de 2011

Rubalcabin Hood. Por Agustín de Grado

Intenta Rubalcaba engañar a los españoles con un debate dirigido a las vísceras. Obtendrá, dice, 1.000 millones de los ricos con el impuesto que su Gobierno retiró para proteger a las clases medias y destinará la recaudación a crear empleo juvenil. Dos son las falacias de este viejo socialismo a lo Robin Hood. La primera, su eficacia: la recaudación prevista apenas cubrirá el 2 por ciento del déficit del Estado en 2011. Aunque entenderán mejor la maniobra propagandística con este otro dato: casi la mitad de lo que Rubalcaba aspira a sustraer de los codiciosos potentados se lo han gastado sus colegas socialistas de Castilla-La Mancha en repartir subvenciones sin dotación presupuestaria, pueden imaginarse entre quienes. Segunda falacia: la promesa de crear empleo. Este es el fracaso histórico del socialismo. El empleo lo crea la gente que arriesga en proyectos orientados al lucro personal, no los Gobiernos. «No es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés» sentenció Adam Smith. El mundo no funciona de otra manera. Ni la prosperidad llega por otro camino. Bastante hacen los Gobiernos con no poner trabas al espíritu emprendedor. Cuando se dedican a crear trabajo llenan la administración de funcionarios innecesarios, cargos prescindibles, asesores fantasma y parásitos agradecidos. España tiene un problema de gasto, no de ingresos. Lo tenía incluso cuando la recaudación fiscal colmaba las arcas públicas en época de bonanza económica. También entonces los gastos superaban a los ingresos y acudíamos a la deuda para financiar nuestro dispendio bajo la coartada de garantizar el denominado Estado del Bienestar. La solución no pasa ahora por más impuestos. Necesitamos menos gastos.

La Razón – Opinión

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