viernes, 16 de septiembre de 2011

Rajoy se estrena en Twitter y calienta la precampaña. Por Federico Quevedo

El líder del PP, Mariano Rajoy, se estrenó ayer en la red social Twitter. Lo hizo en el AVE, camino de Barcelona, y solo colgó un tweet que dice así: “En el AVE llegando a Barcelona. A pesar de mi inexperiencia estreno con ilusión mi Twitter en el que cuento con todos. MR”. Fue suficiente. En una hora sumó más de 10.000 followers, lo que da una idea de la expectación que despierta a estas alturas el líder del PP, cuando ya todo el mundo da por hecho que va a ser el próximo presidente del Gobierno de España. De ahí, también, la expectación que levantó su aparición en Barcelona, una vez más, para hablar ante un nutrido grupo de empresarios a los que expuso las líneas maestras del que va a ser su programa electoral en materia económica y lo primero que hay que agradecerle al líder del PP es su sinceridad a la hora de afrontar el problema del paro y reconocer que es un asunto que va a tardar en solucionarse.

Y es que lo más importante, sin duda alguna, en este momento es reconocer el verdadero alcance de la gravedad de la situación que atraviesa este país y no solo este país. No me cansaré de repetir que vivimos una época de cambios que en algunos casos van a ser muy traumáticos, y es necesario acompasar esos cambio con reformas que va ser trascendentales en el corto y medio plazo, algunas de las cuales van a afectar, por ejemplo, a nuestro modelo territorial… Pero de esto, ya se lo adelanto, les hablaré mañana porque la ‘cuestión nacional’ merece un capítulo aparte, aunque ya les advierto que en el discurso de Rajoy de ayer al respecto me interesa mucha más que lo que dijo, lo que no dijo. Dicho eso, y volviendo al asunto que nos ocupa, fue interesante ayer ver a un Mariano Rajoy desgranando un programa político consistente, el mismo día en que la ministra Salgado, voz templada del candidato Rubalcaba, anunciaba la vuelta al ruedo tributario del Impuesto del Patrimonio, todo un ejercicio de demagogia populista dirigido a captar el voto de la izquierda más radical y con el que, definitivamente, el PSOE abandona cualquier posibilidad de recuperar votos por el centro e, incluso, el centro-izquierda, entregando al PP la representación de la inmensa mayoría natural del país.


¿Y que propuso Rajoy? Pues, básicamente, cerrar el mapa financiero, una remodelación profunda de las Administraciones Públicas, la recuperación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, una reforma tributaria en condiciones y un plan para los pequeños y medianos empresarios y autónomos, así como beneficios fiscales a la reinversión de beneficios. De hecho, frente a la demagogia de un impuesto que no va a servir más que para alimentar el fraude fiscal, lo que propone Rajoy son medidas fiscales que diferencien entre los beneficios reinvertidos y los beneficios repartidos, dicho de otro modo, gravas los dividendos y bonificar la inversión. El planteamiento de Mariano Rajoy es de actuar con urgencia en asuntos en los que el Gobierno ha estado mareando la perdiz durante todo este tiempo, como por ejemplo en la nueva reordenación del sistema financiero, y lo va a hacer además con un planteamiento más próximo a lo que reclaman los ciudadanos, es decir, primando la transparencia y el saneamiento sobre la recapitalización.

¿Saben cual es la diferencia entre @marianorajoy y @conRubalcaba? El segundo tiene que cargar con la herencia de un Gobierno del que él ha formado parte y que ha conducido al país a una de las peores crisis de su historia, y ahora no tiene prácticamente margen para ofrecer ninguna idea ni propuesta mínimamente creíble a los ciudadanos porque durante todo este tiempo se han dedicado a contemplar la situación creyendo que algún día amainaría el temporal y al PSOE le daría tiempo de recomponer sus naves, y no han tenido en cuenta que el país requería altura de miras y un liderazgo verdaderamente reformista. El primero, sin embargo, es verdad que va a ganar las elecciones y se va a encontrar con la peor situación que haya heredado jamás un presidente del Gobierno del Gobierno saliente –la del 96 era un paraíso comparado con esta-, y que va a tener que afrontar reformas dolorosas en medio de una notable contestación social orquestada por la izquierda que ya se está preparando para ello…

Pero también es cierto que probablemente el único político capaz de actuar con mano firme y, al mismo tiempo, con el talante necesario para ocuparse de semejante escenario, sea un Mariano Rajoy que ayer demostró una vez más que sabe por donde tiene que enfocar los problemas del país: “En estos momentos, no sería bueno para España que no hubiera un gobierno fuerte, pero tampoco sería bueno que un gobierno fuerte se creyera que, por el hecho de ser gobierno, pudiera hacer lo que estimara oportuno y conveniente. Creo que eso se puede conciliar”. Esa es la diferencia fundamental entre @marianorajoy y @conRubalcaba.


El Confidencial – Opinión

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