miércoles, 28 de septiembre de 2011

La sombra de la corrupción política reaparece en Ronda. Por Antonio Casado

Otro caso de delincuencia que emborrona la sección política de los medios de comunicación. En Ronda se dan todos los supuestos delictivos en los que puede incurrir un gobernante: la prevaricación, el cohecho, el tráfico de influencias y la malversación de fondos públicos. Que haya políticos corruptos no es nada nuevo. Lo nuevo, en relación con épocas gloriosamente fenecidas, es que ahora nos enteramos. Y que estas conductas se han investigado y perseguido con creciente contundencia en nuestra reciente historia democrática.

El caso viene sin bautizar, así que el maravilloso pueblo malagueño, sin ninguna culpa de que la corrupción también llegue hasta allí, aparece hoy desgraciadamente asociado a una lista negra de nombres para la vergüenza: “Brugal”, “Pretoria”, “Malaya¨, “Poniente”, y tantos otros en los que andan enredados los profesionales de la política.


Amén de varios empresarios, ayer fueron detenidos el ex alcalde, Antonio Marín Lara, el ex vicealcalde y el ex concejal de Urbanismo de Ronda, todos ellos del PSOE. Es decir, el partido de Zapatero, hoy por hoy en el poder. Dicho sea, en vísperas de un muy posible relevo en Moncloa, como una buena prueba de salud democrática especialmente dedicada a quienes padecen el mal del sectarismo en grado crónico.
«La mala noticia es que este tipo de delitos asociados a la política se siguen cometiendo. Y la buena es que se persiguen y se juzgan cada vez con más fuerza.»
Los mismos policías, guardias civiles, fiscales y jueces que acorralan a ETA bajo mando de un Gobierno socialista seguirán haciéndolo exactamente igual -igual de bien- con un Gobierno del PP. Y los mismos policías, guardias civiles, fiscales y jueces que han destapado en estos últimos años tantos casos e corrupción política, seguirán trabajando con la misma vocación de servicio al Estado para combatir esta lacra.

Una lacra vinculada a la condición humana y no a tal o cual partido. Quede para el debate si unos partidos son más diligentes que otros a la hora de retirar las manzanas podridas del cesto (el PSOE andaluz ha anunciado la inmediata suspensión de militancia de todos los implicados), pero pongamos en valor el funcionamiento de las instituciones y de los mecanismos de defensa del Estado frente a los defraudadores de la confianza depositada por los ciudadanos en sus representantes políticos. Sean éstos del partido que sean, en Ronda o en Palma de Mallorca, en Valencia o en Santa Coloma de Gramanet, en Marbella o en Castellón de la Plana.

La mala noticia es que este tipo de delitos asociados a la política se siguen cometiendo. Y la buena es que se persiguen y se juzgan cada vez con más fuerza. La fuerza del Estado de Derecho, se entiende, que nace de la voluntad política de perseguirlos y de la dotación de medios para hacerlo. Tolerancia cero contra la corrupción. Venga de donde venga. Y no hay ninguna razón para poner en duda la adhesión a tal doctrina de los partidos centrales del sistema.


El Confidencial – Opinión

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