viernes, 23 de septiembre de 2011

La satisfacción de Zapatero

España está con el agua al cuello gracias a la gestión de un presidente incapaz para nada que no sea imponer su visión sectaria de la realidad, y que encima se declara muy satisfecho por ello.

No debería sorprendernos que, pese a verse obligado a convocar elecciones anticipadas, Zapatero considere "muy satisfactorio" su periodo al frente del Gobierno de España. Al fin y al cabo, su objetivo nunca fue mejorar nuestro bienestar y calidad de vida, sino llevar adelante un profundo proceso de cambio en la sociedad española, socavando lo que en ella quedara de valores tradicionales para sustituirlos por los progresistas. En eso, sin duda, ha tenido grandes logros. Lo único que lamentará de los cinco millones de parados será, seguramente, que le hayan impedido cerrar algunos flecos como la ley de igualdad de trato o la de muerte digna.

No obstante, resulta especialmente doloroso para las víctimas de la crisis que Zapatero se halague a sí mismo públicamente en un día en que el Ibex ha caído un 4,62% y la prima de riesgo ha alcanzado los 373 puntos básicos. España está con el agua al cuello gracias a la gestión de un presidente incapaz para nada que no sea imponer su visión sectaria de la realidad, y que encima se declara muy satisfecho por ello.

Claro que no es la primera vez, precisamente, que Zapatero hace tan oportunas declaraciones. Sin duda el caso más recordado es su discurso en vísperas del atentado de la T-4 en el que declaró que "estamos mejor que hace un año, y tengo la convicción de que de aquí a un año estaremos aún mejor". Aunque sin llegar a tan altas cotas, tampoco fue menor la metedura de pata de comparar la economía española con un transatlántico en el aniversario del hundimiento del Titanic.

En cualquier caso, lo de menos es lo satisfecho que pueda sentirse el pronto expresidente del Gobierno de España. Tan sólo da una medida de la altura moral del personaje y de su sentido de la oportunidad, como si aún quedaran muchas dudas respecto a ambos. Pero no estaría de más que otros miembros del PSOE, especialmente quien pretende recibir la confianza de los ciudadanos en las próximas elecciones, criticara aunque fuera con la boca pequeña la actitud de quien ha sido su jefe hasta anteayer. ¿Están también Rubalcaba y el resto del PSOE "muy satisfechos" con lo realizado en estos siete años de Gobierno? Sería el último clavo que le falta a su tumba política.


Libertad Digital – Editorial

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