lunes, 5 de septiembre de 2011

Desde el parqué. Buscando refugios. Por Carmen Tomás

Los miedos han vuelto a las bolsas y a los mercados de deuda si es que alguna vez realmente se fueron. Las dudas han surgido de nuevo sobre las posibilidades de Grecia y una nueva recesión mundial asoma la nariz. Son ingredientes que los inversores no digieren y España otra vez ha sido de los países más castigados. La prima de riesgo volvió a situarse por encima de los 300 puntos, aunque señalan los expertos que más por el efecto de la caída de la rentabilidad del bono alemán, convertido en un auténtico refugio y bálsamo para el dinero.

En todo caso, en España no dejan de sucederse los malos datos. Conocíamos el viernes una subida trágica del paro. Más de 50.000 personas perdieron su empleo en agosto, el consumo no repunta y la compraventa de viviendas ha caído a niveles históricos. El Congreso aprobó la reforma de la Constitución para incorporar un compromiso con el déficit público. Pero, el auténtico compromiso no quedará sellado hasta que se redacte una ley orgánica que obviamente tendrá que poner en marcha el gobierno que salga de las urnas el 20-N. No estorba, pero no es mano de santo. La prueba de que se pueden hacer cosas e importantes aplicando el buen hacer y el sentido común la ha dado esta semana la presidenta de Castilla-La Mancha o la de la Comunidad de Madrid o el de Baleares. Hay que atajar los gastos y apretarse el cinturón.


Pero, sobre todo lo que hay que hacer es generar confianza, empleo y actividad. Hay que generar ingresos y crecimiento para que nuestros deudores se tranquilicen sobre la posibilidad de que España pague sus deudas. Con la reforma constitucional ha quedado patente además que en este país hay aprovechados que representan a mucha gente que piensan más en la posición de sus partidos ante las elecciones que se avecinan que en el bien general. Y de ahí el espectáculo lamentable que nos han dado algunos diputados marchándose a la hora de votar, algo que no creo que compartan quienes les han elegido. Pero, en fin, así está este país sin gobierno y lleno de demagogos y egoístas que quieren seguir en el poder a costa de lo que sea.

La Bolsa y la rentabilidad de la deuda es el reflejo de lo bien o mal que lo hacen los demás, pero, sin duda, también del desgobierno, de la mala gestión y de los cuatro años que Zapatero ha tirado a la basura y en los que ha arruinado a este país en lo económico y en lo político.


Periodista Digital – Opinión

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