lunes, 1 de agosto de 2011

Elecciones. Una decisión que llega tarde. Por Jaime de Piniés

La clave política parece ir por derroteros distintos a los económicos, porque todo tipo de estrategia política-electoral puede verse desbordada por un tsunami financiero y éste acecha en el horizonte.

Llevamos varias columnas y muchos meses insistiendo en la necesidad de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero convocara elecciones anticipadas ante la manifiesta incapacidad de su Gobierno de introducir las reformas que precisa España. Por fin, nuestro Presidente ha entrado en razón y las ha convocado para el día 20 de noviembre. En mi opinión hemos perdido muchísimo tiempo para llegar a este punto y es difícil razonar por qué no se apuran las fechas y se emplazan las elecciones para un mes antes, en octubre.

La razón de clamar por esta premura radica en la presión que ya se ejerce y que se seguirá ejecutado de forma brutal sobre España. La decisión de Moody’s de bajar la calificación de seis comunidades autónomas y de poner al Reino en perspectiva negativa es una invitación a los mercados financieros para seguir castigando a España. El diferencial con el bono alemán está en cifras escandalosas por encima de los 350 puntos básicos tras el anuncio de Rodríguez Zapatero.


Moody’s tiene razón cuando se preocupa por las finanzas de nuestro sistema autonómico. El espectáculo de la pasada semana con las comunidades autónomas resistiéndose a devolver cantidades que nunca debieron recibir, cantidades que suman unos 20.000 millones de euros, cifra, por cierto, igual a la que desde UPyD se viene insistiendo representa el gasto superfluo e ineficiente anual generado por las duplicidades entre el Estado y las comunidades autónoma, y que tienen que compensarse para alcanzar los objetivos de déficit público para el país. A tal desmán solo le ha superado la nefasta intervención de la CAM. Cómo no va a tener razón Moody’s.

Hay quienes ven en la fecha del 20 de noviembre el plazo necesario para que la maquinaria electoralista del PSOE sitúe y capitalice al nuevo candidato mientras irrumpen en escena importantes anuncios de la banda terrorista para la cita electoral. La clave política parece ir por derroteros distintos a los económicos, porque todo tipo de estrategia política-electoral puede verse desbordada por un tsunami financiero y éste acecha en el horizonte. A ver qué medidas de choque se toman el próximo 19 de agosto para contener la inundación. Si bien el futuro es impredecible, de algo si podemos estar seguros: cómo funcionan los mercados.


Libertad Digital - Opinión

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