viernes, 26 de agosto de 2011

Reconstruir lo destruido. Por Carmen Gurruchaga

Los principales objetivos de los países que han apoyado la rebelión en Libia, pero también de aquellos que no lo hicieron, serían cazar al dictador e intentar sacar algún beneficio económico cuando termine una guerra civil en la que han muerto al menos 20.000 personas. El siguiente paso es encontrar a Gadafi, pues aunque el mandato de la ONU impedía desplegar tropas por tierra, no decía nada en contra de usar personal de los servicios de Inteligencia. Y después, controlar el petróleo o, por lo menos, no perder los contratos firmados con Gadafi, que, según aseguran ahora, los rubricaron con el país y no con el sátrapa.

A continuación llegaría la reconstrucción de la nación norteafricana, devastada por el conflicto. El eje franco-británico ha puesto en marcha la conferencia de amigos de Libia, que comenzará a gestarse el 1 de septiembre, y donde los rebeldes dirán cuáles son sus necesidades. Al encuentro acudirán representantes de países que han participado en la ofensiva, pero también China, Rusia, India y Brasil.

Y es que tras un conflicto armado hay que reconstruir lo destruido y eso es sinónimo de dinero para quien efectúe los trabajos. Probablemente ya no habrá sorpresas sobre el final de la guerra, pese a la proclama hecha ayer por Gadafi a sus seguidores. Pero aún existen focos de resistencia en el sur de Trípoli, en Sirte y en otras partes del país. Quizás se hayan precipitado, o no.


La Razón - Opinión

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