sábado, 13 de agosto de 2011

Más problemas para Rajoy. Por Iñaki Zaragüeta

A Mariano Rajoy le crecen ya los problemas para cuando sea presidente del Gobierno. Si no tiene suficiente con la herencia que le deja Zapatero en todos los frentes –economía por los suelos, ETA envalentonada, desorden territorial, la Justicia desprestigiada …– los suyos, en este caso las suyas, ya se apuntan borrokeras. Si no quería un caldo, dos tazas. Me refiero al «frente femenino» que ha emergido para desbaratar el programa de infraestructuras. Nada más y nada menos que María Dolores Cospedal, Esperanza Aguirre y Luisa Fernanda Rudí. No han tenido otra ocurrencia que levantar la bandera contra el corredor mediterráneo, con la pretensión de que la conexión de la zona sur de Andalucía con Francia y Europa transcurra por Castilla-La Mancha-Madrid-Zaragoza-Barcelona en lugar del ya diseñado Algeciras-Almería-Murcia-Alicante-Valencia-Barcelona o el de más posibilidades inmediatas Algeciras-Sevilla-Madrid-Valencia-Barcelona. Si tres «pesos pesados» como estas tres presidentas autonómicas alzan sus voces para semejante disparate, debemos interpretar que no están dispuestas a arrimar el hombro pera el bien general sino que su gestión se conducirá en base al oportunismo y, si apuramos, a la demagogia.

Mi amigo Rogelio se pregunta qué tendrá Cospedal contra la Comunitat Valenciana. Ya protagonizó otra similar cuando aprobó en el Parlamento manchego la limitación y más tarde supresión del trasvase de agua del Tajo al Segura, expresando así no sólo su adhesión a un principio inconstitucional –los ríos que atraviesan varias regiones son competencia del Estado– sino su animadversión a un proyecto nacional, uno de cuyos ejes debe ser el principio de solidaridad. No le fue bien, porque en el Congreso de los Diputados se impuso la racionalidad, y la Ley, gracias a la batalla librada por el entonces presidente valenciano, Francisco Camps, y su homólogo murciano, Ramón Luis Valcárcel, que en esta ocasión contaron además con el apoyo de los socialistas de ambas autonomías.

Parece que la lucha volverá a repetirse en el capítulo del corredor mediterráneo, al que ya ha defendido en su entrevista con La Razón el actual presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, señalando que el eje Andalucía-Murcia-Valencia-Barcelona abarca un recorrido en el que se encuentra el 50 por cien de la población, el 50 por cien del PIB, el 55 por cien de las exportaciones y el 70 por cien del turismo. Además, ahí están los puertos, que deben ser el enlace con el resto de mercados y continentes. Todas éstas, como saben las tres «gracias» y señalaba Fabra, son cuestiones tan contundentes que cierran el debate. Por si no fueran suficientes argumentos y Rajoy tuviera tentación de sucumbir a los encantos de estas «Circe» del PP, ha de contemplar las aportaciones que cada una de las autonomías afectadas le aporta a su carrera hacia la Moncloa. En 2007, solamente los valencianos le dieron 1.411.000 votos, mientras que La Mancha 590.000 y 12 diputados; lo de Aragón ya es casi sideral, 282.000 y 5 diputados.

La cuestión es que Rajoy deberá pronunciarse o, al menos, ocuparse de incluir en su programa electoral cuál es la opción por la que se decanta. Así es la vida.


La Razón - Opinión

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