jueves, 11 de agosto de 2011

Acuerdo UPyD-C's. La letra pequeña. Por Maite Nolla

UPyD necesita a Ciudadanos para las generales lo mismo que Ciudadanos a UPyD en las autonómicas: poco.

¿Ciudadanos y UPyD son lo mismo? ¿Es un error que sigan presentándose por separado? ¿La culpa de ello la tiene una supuesta mala relación entre sus líderes o el presunto mal carácter de alguno de sus segundos? Pues tengo que reconocer que llevo oyendo esas mismas preguntas desde 2007 y no sabría qué decirles. A lo mejor es que las preguntas no son esas, o a lo mejor es que no escuchamos cuando los interesados responden. Yo creo que lo más correcto es preguntarse si a Ciudadanos y a UPyD les conviene ir juntos, y la respuesta es clarísima: depende. Depende de para qué; de qué elección se trate, quiero decir.

Empezando por Ciudadanos, les diré que para mí Albert Rivera es uno de los políticos con más futuro en España. No procede de la pata del Cid y los años en la política catalana valen tanto como una campaña en Flandes. Vamos, que acompaña a las musas y a los principios la experiencia dura del día a día en el Parlamento de Cataluña. Pero Albert Rivera necesita dar el salto a la política nacional, especialmente ante la expectativa de cuarenta o cincuenta años de gobierno de Convergencia y de unción. Y para dar ese salto necesita otro partido. Yo pienso que con los años será el PP, aunque los Fernández no contemplan, de momento, ese escenario; y, ya digo, lo normal es pensar que el paso lo puede dar a través de UPyD. Por otra parte, Ciudadanos no es exactamente un fenómeno autonómico: es un fenómeno de las elecciones autonómicas. Allí consiguen su superéxito. Rivera levantó al partido después del intento de compra y le devolvió sus cien mil votos y sus tres diputados. Pero en el resto de elecciones que se celebran en Cataluña los resultados oscilan entre malos, muy malos y malísimos. En las últimas municipales, sólo seis meses después de las autonómicas, Ciudadanos perdió dos tercios de los votos, la mitad respecto a las municipales de 2007, y el único ayuntamiento en el que su marca gobernaba. Y en las generales y en las europeas, otro tanto.

Y respecto a UPyD, lo que me da la sensación es que siguen a rajatabla el principio que hace unos años manifestó Albert Boadella: ellos buscan un crecimiento gradual y de pasos seguros. Y así lo han hecho, elección tras elección, desde marzo de 2008. Por eso, si UPyD consigue pasar de uno a tres o cuatro diputados en noviembre, creo que será un gran éxito. Y si esos tres o cuatro diputados lo son por Madrid, pues mucho mejor. Esto explica, a mi modo de ver, la situación. Así, si el objetivo de UPyD es consolidarse y dar por bueno el resultado que les decía, Ciudadanos y Albert Rivera no aportan nada a su estrategia electoral. Ciudadanos no sumará más de veinte o treinta mil votos en noviembre y eso, traducido a diputados, es cero. En definitiva, UPyD necesita a Ciudadanos para las generales lo mismo que Ciudadanos a UPyD en las autonómicas: poco.

¿Y el futuro? ¿Y Cataluña? Pues ya se verá, que en política dos tardes son un mundo.


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Libertad Digital - Opinión

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