sábado, 27 de agosto de 2011

Reforma constitucional. La izquierda quiere hacerle la autocrítica a ZP. Por Pablo Molina

José Luis Rodríguez Zapatero, siervo del capital, vendido al neoliberalismo, lacayo imperial, vasallo de los especuladores, mamporrero de los poderosos, quintacolumnista de la judería financiera, traidor de clase.

Las peleas entre las distintas facciones de la izquierda son un espectáculo notable que sus víctimas presupuestarias deberíamos celebrar como se merece. Tras más de siete años sometidos al dictado de unos totalitarios vocacionales sin escrúpulos a la hora de esquilmar nuestro bolsillo, es realmente divertido verles destrozarse entre ellos a cuenta de una fingida promesa de no endeudar demasiado a un país que han dejado en ruinas, pero eso sí, a partir de 2020 y eso siempre que no haya una catástrofe por medio como, por ejemplo, otra victoria electoral del PSOE.

Zapatero se definió a sí mismo como un rojo, por otra parte una aclaración innecesaria, y ahora el resto del rojerío lo acusa de traidor a la causa proletaria y de haberse vendido al "capital especulativo".


Por supuesto los que así se manifiestan ni saben qué es en realidad eso que ellos llaman con infantil displicencia el capitalismo neoliberal, salvaje, especulador etc. etc. Tampoco es que tengan una idea clara de lo que supondrá la reforma constitucional en ciernes en materia presupuestaria, pero como se trata de grupos políticos que fagocitan el esfuerzo común para atender a su clientela, cualquier sintagma que les suene vagamente a recorte del gasto público los pone de los nervios. Pues que le pidan a Zapatero un tranquilizante, porque parece que la absurda reforma constitucional que PSOE y PP han urdido, solos o en compañía de Rubalcaba, va a transcurrir por la vía de los hechos consumados.

A Zapatero lo acusan de alta traición los que en 2004 y 2008 celebraron con kalimotxo sus victorias electorales, unos convencidos de que el tipo era un fenómeno de la política y el resto agradecido por haber cerrado el paso al poder de la derecha. Mientras hubo dinero para financiar todo tipo de majaderías la fiesta siguió su curso en las filas de la izquierda. Ahora que ya no queda dinero se rebelan contra el gran líder a causa de los peajes que ZP tiene que pagar después de tanta francachela, sencillamente para que España no entre en suspensión de pagos y el PSOE pase un par de décadas en el ostracismo.

José Luis Rodríguez Zapatero, siervo del capital, vendido al neoliberalismo, lacayo imperial, vasallo de los especuladores, mamporrero de los poderosos, quintacolumnista de la judería financiera, traidor de clase. Por aquí andan unos cuantos que quieren hacerte "la autocrítica". Que no te pase nada, chaval.


Libertad Digital – Opinión

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