lunes, 1 de agosto de 2011

La alargada sombra del Faisán

Si en economía Rubalcaba no viene a traer nada nuevo con respecto a la ruina que supuso Zapatero, en política antiterrorista ni siquiera hay sucesión formal. Zapatero simplemente se subrogó en la infame estrategia diseñada por el verificador Rubalcaba.

En efecto, el chivatazo del Bar Faisán es un ataque contra el sentido común, tal como ha afirmado el socialista Joaquín Leguina. Pero sólo un ataque contra el sentido común de quienes anteponen el Estado de Derecho a las componendas con los terroristas. Para aquellos otros que, en cambio, están dispuestos a violentar las normas con tal de lograr sus maquiavélicos objetivos políticos, la colaboración con ETA –el "todo tendrá cabida, tenga el alcance que tenga"– constituye un paso del todo lógico con tal de alcanzar su ansiada paz sucia.

Por desgracia, el chivatazo del Faisán, a diferencia de lo que le gustaría creer a Elena Valenciano, no es una campaña montada por la derecha, sino una gravísima ilegalidad que impidió desarticular el aparato de extorsión de la banda terrorista y por el que ya se encuentra procesada la cúpula del Ministerio del Interior en tiempos de Rubalcaba: Víctor García Hidalgo, Enrique Pamiés y José María Ballesteros.

Al ministro del Faisán, sin embargo, no parece importarle demasiado que sus hombres de confianza, en lugar de estar combatiendo a ETA, estuvieran presuntamente colaborando con ella para defenderla de la acción de nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad. Rubalcaba ya se ha apresurado a aclarar que no ve ninguna incompatibilidad entre su candidatura a la presidencia del Gobierno y el procesamiento de sus altos mandos. Será que para el socialista la lucha contra el terrorismo, lejos de ser una prioridad, supone un obstáculo; un obstáculo para la rendición del Estado de Derecho a las pretensiones de los criminales. No otra cosa cabe colegir de tan ultrajantes declaraciones y del hecho de que pretenda seguir aspirando a la Jefatura del Gobierno como si no tuviera mácula alguna.

Si en economía Rubalcaba no viene a traer nada nuevo con respecto a la ruina que ha supuesto Zapatero, en política antiterrorista ni siquiera hay sucesión formal. Zapatero simplemente se subrogó en la infame estrategia diseñada por el verificador Rubalcaba. Cada día se encarga de recordárnoslo.


Libertad Digital - Editorial

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