domingo, 28 de agosto de 2011

Hacer el agosto. Por Alfonso Merlos

Son ya muchos años. Seamos claros. Cuando se apunta que ciudadanos próximos a la izquierda «abertzale» se manifiestan contra las imposiciones españolas se está señalando en realidad que los limpiabotas de ETA toman las calles. Vuelven a hacerlo. Para berrear, para brindar o para darse un homenaje gastronómico siempre como tributo a unos asesinos que están en prisión por sus matanzas y sus letales amenazas. Es una película muy vieja pero, lo más grave, es que este verano, con motivo de las fiestas de Bilbao, se está volviendo a rodar ilegalmente ante la indiferencia y la estulticia de un irreconocible Estado de derecho.

Con autos de la Audiencia Nacional o sin ellos, es escalofriante la impunidad desde la que operan día tras día grupos de facinerosos que reproducen en sus tétricas pancartas y en sus sucios discursos, letra a letra y palabra a palabra, las proclamas que la banda terrorista difunde en sus comunicados. Ya se sabe: la estrategia policial torturadora, la política penitenciara criminal… y demás morralla en forma de propaganda que vomitan con todas las facilidades y comodidades los colegas de Garitano con tanta alegría como los de Ternera, porque al final son todos socios que navegan en el mismo barco, el del totalitarismo.

Pero, ¿esto es democracia? ¿Esto es normalización? Sin ninguna duda, no. Al contrario. Es la constatación de un fracaso de las instituciones judiciales para combatir el entramado social de apoyo a ETA/Bildu. Y es la escenificación de la falta de voluntad de políticos como Rubalcaba para comprender, primero, que la causa del terrorismo es su propio éxito; y segundo, que todo el terreno que los terroristas pueden ganar es simplemente aquel que los demócratas les dejamos libre.


La Razón – Opinión

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