miércoles, 24 de agosto de 2011

G+I. Por Martín Prieto

Alberto Ruíz-Gallardón me enseñó un método de seguimiento de Felipe González: le escuchabas en la tribuna y te arrebataba de entusiasmo, pero luego leías lo que había dicho y caías en la cuenta de que no había propuesto nada. El caso es que Felipe tenía el don del comunicador y podía vender guantes a los mancos. No le llamó Dios a Zapatero por el camino de la interrelación con el público..

Como orador no capta a sus oyentes y sus discursos leídos huelen a refrito de varios ministerios. El presidente ausente mejora en las dúplicas, en las réplicas, cuando improvisa. Ayer apareció en el Congreso como ectoplasma de sí mismo y planteó dos cosas tarde y mal, tal como acostumbra: constitucionalizar el techo de gasto, como Alemania, y lograr un equilibrio fiscal que no retrase la creación de empleo. Mariano Rajoy ponía cara de Santo Job quejándose blandamente que por proponer hace un año lo primero le puso Zapatero como no digan dueñas, de catastrofista y milagrero constitucional. Hay asuntos que Zapatero no entiende hasta que no se los explica a gritos Angela Merkel. La fiscalidad y la creación de empleo no la entendió ni la socialdemocracia sueca de Olof Palme cuando el dramaturgo y cineasta Igmar Bergman, que era un solidario, se exilió en Dinamarca por no pagar la exenciones fiscales de su país. La fórmula socialista es G+I: gasto más ideologización. Como siguen siendo keynesianos creen que el Estado crea empleo, como el disparatado «Plan E» y la ideología es el cemento de los desequilibrios fiscales. Te congelo la pensión pero te doy aborto a los 16. El fantasma nirectifica ni se excusa.

La Razón - Opinión

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