domingo, 26 de junio de 2011

Marcha atrás a 120 km/h

Ni antes sabían por qué era malo ir a 120 ni ahora por qué es mejor ir a esa velocidad que a 110 km/h. Lo único que saben es que están aquí para coaccionar a la sociedad entera y agravar los problemas que ellos mismos han creado.

Las medidas puestas en marcha por el Gobierno para paliar los efectos de la crisis económica suelen oscilar entre lo inútil y lo contraproducente, pero tal vez ninguna otra intentona coactiva del socialismo de Zapatero haya resultado tan absurda como la decisión de limitar en diez km/h la velocidad permitida en las carreteras españolas.

Si ningún miembro del Ejecutivo atinó a explicar con un mínimo grado de convicción las razones que llevaron a poner en marcha esta limitación allá por el mes de marzo, menos aún han conseguido trasladar a los ciudadanos los motivos que ahora les llevan a decidir lo contrario.


En un primer momento se nos dijo que la razón de esta coacción institucional tenía que ver con el ahorro de combustible, si bien es cierto que, haciendo gala de su descoordinación habitual, cada ministro estableció por su cuenta un determinado porcentaje previsto de ahorro. Por su parte, el presidente del Gobierno aportó su habitual dosis de patetismo a esta cuestión informando a los ciudadanos de que reduciendo en diez kilómetros por hora el límite de velocidad también se salvarían muchas vidas.

Hoy se nos dice que en realidad todo era una cuestión de números y que, dado que el precio de cotización del petróleo ha disminuido, a partir del próximo 1 de julio se va a poder correr un poco más por las autovías y autopistas españolas. La fecha no es casual porque coincide con los desplazamientos masivos de los españoles con motivo de las vacaciones estivales, detalle que el Gobierno ha omitido en sus argumentos para justificar esta marcha atrás. El ministro del ramo ha sido el encargado de poner el colofón a esta cadena de despropósitos, afirmando con esa falta de pudor típicamente socialista que el Ejecutivo ha decidido dar marcha atrás con su reforma viaria simplemente para "conectar con el sentimiento mayoritario de los ciudadanos".

Lo que resulta evidente en todo este batiburrillo de justificaciones contradictorias es el fracaso de una medida alocada, consecuencia de la improvisación general que caracteriza al ejecutivo de Zapatero. Ni antes sabían por qué era malo ir a 120 ni ahora por qué es mejor ir a esa velocidad que a 110 km/h. Lo único que saben es que están aquí para coaccionar a la sociedad entera y agravar los problemas que ellos mismos han creado. Son socialistas y ya están en campaña. Sobran los comentarios.


Libertad Digital - Editorial

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