miércoles, 22 de junio de 2011

Extremadura: indisciplina en IU y rabieta en el PSOE. Por Antonio Casado

Para IU, una cuestión de disciplina interna. Para el PSOE, un ataque de contrariedad. Pero ninguna regla democrática va a ser vulnerada por el hecho de que tres diputados de la Asamblea de Extremadura le hagan el pasillo a José Antonio Monago (PP) y acaben con el largo reinado socialista en esta región. No viene a cuento rasgarse las vestiduras porque después del 22 de mayo ha habido pactos de todos los colores.

Sobran ejemplos con cualquier combinación que se les ocurra a ustedes a la vista del nuevo paisaje político territorial, sobre todo en Ayuntamientos. Incluidos los que, como en Extremadura, implican a partidos ideológicamente tan opuestos como IU y el PP. En Andalucía, sin ir más lejos, donde IU ha permitido 27 alcaldías del PP y el PP ha permitido 10 de IU.


Si tenemos en cuenta que la lista más votada no ha determinado de hecho ni de derecho la elección de alcalde o presidente autonómico; si tenemos en cuenta que tampoco la han determinado las afinidades políticas, ideológicas o programáticas; si tenemos en cuenta que el según, el cómo y el dónde justifican pasos atrás del PP para ceder el paso al PSOE y al revés (en el País Vasco, por ejemplo) y combinaciones similares entre PSOE e IU y al revés, PP e IU y al revés, entre PP y nacionalistas y al revés, entre PSOE y nacionalistas y al revés, etc, etc.., ¿a qué viene la escandalera porque la IU extremeña, a la contra de la IU federal, facilite con su abstención el acceso del PP y el desalojo del PSOE?
«No proceden esos argumentos salidos de las filas socialistas contra la falta de autoridad de Cayo Lara, al que el presidente del Congreso, José Bono, llegó a comparar con Cipriana la de los títeres.»
La razón democrática no desautoriza la abstención decidida por los tres diputados de IU en la Asamblea regional en la próxima sesión de investidura del presidente de la Comunidad, que es “irreversible”, según los dirigentes extremeños, a pesar de lo acordado ayer tarde en Madrid por la Presidencia Federal. Y eso deja el problema reducido al ámbito interno de la organización que lidera Cayo Lara a escala nacional y Pedro Escobar a escala regional.

Así las cosas, nadie desde fuera tiene derecho a poner en duda la naturaleza perfectamente legítima y perfectamente democrática de la decisión tomada por los tres diputados extremeños de IU una vez oída la opinión de las bases (75% a favor de abstenerse) y la de su Consejo Político regional (28 frente a 21, creo recordar). Y desde dentro el asunto queda acotado en el terreno de la disciplina interna, puesto que la decisión contradice el compromiso electoral adquirido por la dirección federal de no facilitar por activa ni por pasiva gobiernos del PP.

El resto del problema se queda en una simple rabieta del PSOE, al perder el último bastión autonómico que le podía quedar después del 22-M. Por sus propios errores, no por lo que haga o deje de hacer IU. Así que no proceden esos argumentos salidos de las filas socialistas contra la falta de autoridad de Cayo Lara, al que el presidente del Congreso, José Bono, llegó a comparar con Cipriana la de los títeres. Tampoco son de recibo las imprudentes amenazas del aún presidente extremeño (en funciones), Fernández Vara, de ignorar a IU en las futuras tareas de oposición. Antes o después tendrá que tragarse lo que ha dicho.


El Confidencial - Opinión

0 comentarios: