martes, 31 de mayo de 2011

Cordón sanitario sí, pero con Bildu

Ha llegado la hora de recuperar la vieja idea del cordón sanitario que cierta izquierda extrema quería aplicarle al PP pero para utilizarla con Bildu.

La última y más inesperada de las sorpresas postelectorales podría materializarse en pactos entre Bildu y el PSOE. Aunque Patxi López descartaba no hace mucho acuerdos a corto plazo entre las dos formaciones, todo indica que los contactos ya existen y que caben pactos en un futuro no tan lejano como dice desear el lehendakari. Sería, en principio, algo que ciertos sectores del PSE vienen demandando desde hace tiempo: convertir a Bildu en la Esquerra del País Vasco y pactar alegremente con ella para formar gobiernos "de izquierdas".

El problema es que, para la mayor parte de votantes del PSE, y no digamos ya del PSOE, llegar a acuerdos con Bildu es directamente un insulto. Es posible que algunos de ellos estuviesen más o menos de acuerdo con legalizar las listas, pero de ahí a pactar con la sucesora de Batasuna (y, por tanto, de ETA) media un trecho importante. Eso, en la parte que toca al PSOE y sus votantes. Para el resto del país, ver cómo el partido de Rubalcaba se solaza con Bildu después del indigno espectáculo del Tribunal Constitucional es una doble e intolerable traición.


Lleguen o no a acuerdos, no deja de resultar llamativo que un partido que gobierna gracias al apoyo del PP se deslice por semejante pendiente. Por ello, Antonio Basagoiti, socio de legislatura de López, tiene la obligación política y, especialmente, moral de cortar por lo sano sus ataduras el Gobierno autonómico en el caso de que esas conversaciones continúen y de que termine produciéndose un pacto, aunque sea mínimo, con Bildu.

Ha llegado la hora de recuperar la vieja idea del cordón sanitario que cierta izquierda extrema quería aplicarle al PP, pero para utilizarla con Bildu. Sería del todo deseable que una formación que es instrumentada por ETA viese cómo el resto de partidos –incluido el PNV– la margina en todas las instituciones. Por desgracia, es dudoso que, por lo que se refiere a los partidos nacionalistas, semejante política vaya a cuajar. El PSOE, sin embargo, debería de ser el más interesado en ello, si es que de verdad quiere disponer de alguna oportunidad en las elecciones generales de marzo. Si la Nación y el Estado de Derecho no le interesan, al menos no debería desafiar sin sentido a su propio electorado.


Libertad Digital - Opinión

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