miércoles, 6 de abril de 2011

La sombra de ZP es alargada. Por José María Carrascal

Él ha podido escapar de la quema, pero deja detrás al resto en plena chamusquina. Y esto es sólo el empezar.

EL pescado empieza a pudrirse por la cabeza, dicen las amas de casa, y la cabeza del PSOE es hoy Andalucía. Allí mandan desde los albores de la democracia, al más puro estilo de los «burgos podridos», de los que empezamos a enterarnos cuando el olor que desprenden hace la atmósfera irrespirable. Incluso para ellos. Los líderes socialistas andaluces han sacado las navajas y de sus filas emerge el grito «¡Sálvese quien pueda!». Nadie se quiere comer el marrón, quien más quien menos intenta que se lo coma el otro, aunque hay marrón para todos. No se puede gobernar una comunidad como un cortijo ni una democracia, por defectuosa que sea, puede tolerar que se cometan continuada e impunemente abusos como el de los ERE, donde se utilizó dinero destinado a los trabajadores parados a quienes no habían pisado la empresa en toda su vida. Algo que quebranta no ya la ley, sino la ética más elemental. Con el añadido de negar a la juez que instruye el caso las actas que pide para esclarecer las últimas responsabilidades. O sea que a la felonía se añade la no colaboración con la justicia. Claro que una cosa va con la otra. Pero que acabará sabiéndose no cabe la menor duda, que es lo que más temen desde Chaves al último de sus colaboradores.

Hasta qué punto ha pesado el anuncio de Zapatero de que no se presentará a la reelección es difícil de tasar, pero parece lógico que haya influido, al ser Andalucía el principal granero de votos socialistas y haber sido los guerristas una de las principales fuerzas que le permitieron hacerse con la candidatura de su partido y, como consecuencia, la posterior presidencia del gobierno.

Y ya inequívoco resulta que si Zapatero creía haberlo dejado todo atado y bien atado con su renuncia, estaba, de nuevo, equivocado, muy equivocado. Él ha podido escapar de la quema, pero deja detrás al resto en plena chamusquina. Y esto es sólo el empezar. En el PSOE, hoy, el único que sonríe es Zapatero. A los demás, cuando intentan hacerlo, les sale una mueca y a los candidatos in pectore, Rubalcaba y Chacón, ni eso, sobre todo al primero, el más consciente de lo que se le viene encima. Mientras la ministra de Defensa, con ese desparpajo que demostró al anunciar la retirada española de Kósovo sin contar con nadie, ni se da cuenta del regalo envenenado. Y es que en España suelen abundar los tipos que se apuntan incluso a un bombardeo, nunca mejor dicho.

Ese personaje melifluo que es Marcelino Iglesias asegura que Zapatero es «todavía presente y futuro». Para desgracia de su partido, todavía lo es. Tanto, que su sombra se alarga sin dejar ver otra cosa que un panorama de cadáveres, lisiados, errores, mentiras y gangrena, como la que les aqueja en el que fuera un día su emirato andaluz.


ABC - Opinión

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