sábado, 26 de febrero de 2011

La calle tomada. Por Alfonso Ussía

Otro fin de semana sin salir de casa. La culta y solidaria izquierda tomará la calle. José Antonio Vera, en estas páginas, se ha preguntado por el paradero de la izquierda española. Y la izquierda ha dado su respuesta. Tomará las calles de Madrid para protestar con multitudinarias y abigarradas manifestaciones en contra de los crímenes de Ghadafi. La gran pancarta la portarán los representantes de la izquierda mediática. El Gran Wyoming no ha podido conciliar el sueño cuando se ha enterado que Ghadafi, el gran revolucionario, se ha cepillado a un millar de libios impertinentes que pedían una reforma hacia la democracia en su país. Y Zerolo, que insulta a los judíos, únicos demócratas del Medio Oriente, y acepta con ejemplar resignación que en Irán sean ejecutados los homosexuales con el objeto de limpiar la sociedad de elementos degenerados, según palabras del revolucionario Ahmadineyad.

La culta y solidaria izquierda tomará la calle, pero aún se ignora qué calle, y de ahí el despiste general. Con el entusiasmo que les caracteriza, los de la Ceja han decidido manifestarse. El problema es que Aznar nada tiene que ver con lo que sucede en Libia, en Irán, en Venezuela, en Cuba y en Afganistán, y están desnortados. Pueden manifestarse en la Puerta del Sol contra Esperanza Aguirre. Reponerse en un par de días de una operación de cáncer es una demostración palpable de la chulería y prepotencia de la derecha. Indignante desde cualquier punto de vista. Guillermo Toledo y Alberto Sanjuán están organizando la nueva flotilla en beneficio de Hamás que partirá rumbo a Gaza, y han renunciado a la manifestación. Además, que tanto el uno como el otro, con toda la razón del mundo, quieren saber en qué esquina se reunirá la izquierda para protestar lo que tenga que protestar. Existen dos posibilidades. Que lo hagan contra Ghadafi por matar a mil libios que piden democracia, o que lo hagan contra los mil libios por pedir una cosa tan rara y poco recomendable. Se espera la decisión, que adoptarán al unísono Carmen Machi y María Antonia Iglesias, aunque a la segunda le haya prohibido Vasile que se manifieste contra Ghadafi por la gran amistad que une al ilustre revolucionario libio con Berlusconi, el salido Primer Ministro italiano y dueño de Tele-5 que al fin y al cabo, aunque se mueva por la ultraderecha, es el que paga. No obstante, y si no saben contra quién manifestarse, pueden contar con la recta opinión de Almudena Grandes y el poeta García Montero, siempre que no coincida la manifestación con la reunión de uno cualquiera de los mil jurados de Premios de Poesía a los que ambos pertenecen, con toda justicia, digo yo.

La calle a elegir para ser tomada podría ser alguna inmediata o cercana a la embajada de Israel en Madrid, porque si no hay chicha contra la que manifestarse siempre se puede terminar insultando a los hebreos y poniendo en duda el Holocausto, que es duda muy propia de la izquierda española, tan inclinada a favor de los adorables terroristas de Hamas. Con los Bardem que no cuenten porque están en Los Ángeles preparando la revolución comunista que cambiará el rumbo de los Estados Unidos en unos pocos años, unos doscientos cincuenta más o menos. Además, que han tenido la desgracia de que a Pe le empezaron las contracciones allí, y no pudieron tener al niño donde querían, en un hospital público de Madrid como los que visita Esperanza Aguirre para ser operada de cáncer, que hay que ser tonta y de derechas. Bueno, pues eso, que van a tomar la calle, pero no saben cuál.


La Razón - Opinión

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