viernes, 29 de octubre de 2010

Los moros de la profesora. Por Arturo Pérez Reverte

Te lo voy a explicar en corto, chaval. Sin irnos por las ramas. Esa maestra, profesora, docente o como quieras llamarla, es imbécil. Tonta del culo, vaya. En el mejor de los casos «suponiendo que no prevarique a sabiendas, prisionera del qué dirán», une a su ignorancia el triste afán de lo políticamente correcto. La cuestión no es que te haya reprendido en clase de Historia por utilizar la palabra moros al hablar de la Reconquista, y exija que la sustituyas por andalusíes, magrebíes, norteafricanos o musulmanes. Lo grave es que a una profesora así le encomienden la educación histórica de chicos de ambos sexos de catorce o quince años. Que la visión de España y lo español que muchachos de tu generación tengan el resto de su vida dependa de cantamañanas como ésa. Tienes dos opciones. La primera, que desaconsejo, es tu suicidio escolar. Mañana, en clase, dile que no tiene ni puta idea de moros, ni de Historia, ni de lengua española, ni de la madre que la parió. Te quedarás a gusto, desde luego; y las churris te pondrán ojitos por chulo y por malote. Pero en lo que se refiere a esa asignatura y al curso, puedes ir dándote por jodido. Así que lo aconsejable es no complicarte la vida. Ésa es la opción que recomiendo.

Tu maestra, por muy estúpida que sea, tiene la sartén por el mango. Así que traga, colega, mientras no haya otro remedio; que ya tendrás ocasión, en el futuro «todos pasan tarde o temprano por delante de la escopeta» de ajustar cuentas, real o figuradamente. Así que agacha las orejas y llama a los moros como a ella le salga del chichi. Paciencia y barajar. Por lo demás, duerme tranquilo. Por muy maestra que sea, eres tú quien tiene razón. No ella. En primer lugar, porque el habla la determinan quienes la usan. Y no hay nadie en España, en conversación normal, excepto que sea político o sea gilipollas «a menudo se trata de un político que además es gilipollas», que no llame moros a los moros. Ellos nos llaman a los cristianos arumes o rumís, y nada malo hay en ello. Lo despectivo no está en las palabras, sino en la intención con que éstas se utilizan. La buena o mala leche del usuario. Lo que va, por ejemplo, de decir español a decir español de mierda. La palabra moro, que tiene diversas acepciones en el diccionario de la Real Academia, pero ninguna es peyorativa, se usa generalmente para nombrar al individuo natural del norte de África que profesa la religión de Mahoma; y es fundamental para identificar a los musulmanes que habitaron en España desde el siglo VIII hasta el XV. Desterrarla de nuestra lengua sería mutilar a ésta de una antiquísima tradición con múltiples significados: desde las fiestas de moros y cristianos de Levante hasta el apellido Matamoros, y mil ejemplos más. Así que ya lo sabes. Fuera de clase, usa moro sin cortarte un pelo. Como español, estás en tu derecho. Aparte del habla usual, te respaldan millones de presencias de esa palabra en textos escritos.

Originalmente se refiere a los naturales de la antigua región norteafricana de Mauretania, que invadieron la península ibérica en tiempos de los visigodos. Viene del latín maurus, nada menos, y se usa con diversos sentidos. Caballo moro, por ejemplo, se aplica a uno de pelaje negro. En la acepción no bautizado se extiende incluso a cosas «vino moro» o personas de otros lugares «los moros de Filipinas». Hasta Gonzalo de Berceo aplicaba la palabra a los romanos de la Antigüedad para oponerlos a judíos y a cristianos. De manera que basta echar cuentas: la primera aparición en un texto escrito data de hace exactamente mil ochenta y dos años, y después se usa en abundancia. «Castellos de fronteras de mauros», dice el testamento de Ramiro I, en 1061. Por no hablar de su continuo uso en el Poema de Mío Cid, escrito a mediados del siglo XII: «Los moros yazen muertos, de bivos pocos veo; los moros e las moras vender non los podremos». Y de ahí en adelante, ni te cuento. «Las moras no se dejan ver de ningún moro ni turco», escribió Cervantes en el Quijote. La palabra moro está tan vinculada a nuestra historia, nuestra sociedad, nuestra geografía, nuestra literatura, que raro es el texto, relación, documento jurídico antiguo u obra literaria clásica española donde no figura. También la usaron Góngora, Quevedo, Calderón, Lope de Vega y Moratín, entre otros autores innumerables. Y tan vinculada está a lo que fuimos y somos, y a lo que seremos, que sin ella sería imposible explicar este lugar, antiquísima plaza pública cruce de pueblos, naciones y lenguas, al que llamamos España. Imagínate, en consecuencia, la imbécil osadía de tu profesora. El atrevimiento inaudito de pretender cargarse de un plumazo, por el artículo catorce y porque a ella le suena mal, toda esa compleja tradición y toda esa memoria.


XL - Semanal

PP y PSOE. La barbarie del desgobierno de España. Por Agapito Maestre

El PP es la derecha del consenso socialdemócrata. Como única "derecha", tiene cautiva una masa de votantes engañada por esa palabra, ¡que el propio PP rechaza, postulándose como centrista!

La crítica de Aznar sobre la legalización de ETA es tan impecable como oscura resulta la colaboración de su partido con el Gobierno de Zapatero-Rubalcaba para llevar a cabo tal tropelía. He ahí un ejemplo de cómo una crítica política seria y fundamentada puede conducir a la más extremada melancolía. Y es que sin mediaciones sociales e institucionales, es decir, sin genuinas instituciones democráticas, la crítica política puede caer fácilmente por los andurriales de la retórica, o peor, de los grititos del "Pepito Grillo", que termina legitimando, aunque él no lo quiera, la existencia de un partido incapaz de ser alternativa de nada. Aznar también está preso de un sistema de irresponsabilidad organizada, que otros filósofos de la política llaman desgobierno, patrocinada y dirigida por el PSOE y el PP.

En esa desgraciada circunstancia, aunque no sirva de mucho consuelo, diré que no está solo Aznar; son muchas las "agencias" y "agentes" intelectuales y políticos de la sociedad española que están presos de un sistema terrorífico que han impuesto los partidos políticos en general, pero que fue ideado, sigo aquí a pies juntillas a varios maestros de la filosofía política española, por el pacto socialdemócrata. No sólo antiguos líderes políticos, de modo parecido a Aznar, están encerrados en un sinsentido político, sino también intelectuales rigurosos que, a pesar de realizar una denuncia implacable del desgobierno organizado por el PSOE y el PP, no hallan mediaciones institucionales capaces de traducir su crítica en acción democrática.


Lean, por ejemplo, el magnífico de trabajo de Jorge de Esteban y Enrique Gimbernat, titulado Crimen perfecto (El Mundo, 27-10-10), sobre los acuerdos entre el PSOE y el PP para reformar las Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, y comprenderán fácilmente la inutilidad del pensamiento en la España de Zapatero para profundizar la democracia, es decir, para corregir lo que quizá, a estas alturas, ya sea incorregible un "Estado de Partido" que pone por encima de los intereses de la Nación el interés particular de sus elites dirigentes. El trabajo de esos dos autores muestra con absoluta transparencia que el PSOE y el PP no pueden ponerse de acuerdo en lo que es constitucional, pero sí en lo que es inconstitucional. Es el mundo al revés o crimen perfecto.

Muchas son las maneras de explicar, jamás comprender, ese crimen de la democracia, pero hoy me gustaría indicarles la solvencia de un gran pensador español, Dalmacio Negro Pavón, para entender qué esta pasando aquí. Sus libros y ensayos son de lectura obligada para quien quiera emanciparse de lo políticamente correcto. Aquí les dejo una pincelada, especialmente referidas a las diferencias entre el PSOE y el PP, para que se animen a leer a uno de los grandes pensadores de la situación política actual. "¿Hay diferencias sustantivas entre el PSOE y el PP?". He ahí la pregunta que trata de responder Negro Pavón. La respuesta es clara y muy meditada. Lean el primer paso de esa grandiosa meditación. Las diferencias que pueda haber entre ellos son meramente formales: el PP es la derecha del consenso socialdemócrata. Como única "derecha", tiene cautiva una masa de votantes engañada por esa palabra, ¡que el propio PP rechaza, postulándose como centrista!; o sea, como la esencia del reaccionario consenso político. Esa masa, por cierto católica en su mayoría por convicción o tradición –igual que la de los votantes de los otros partidos tolerados–, necesita de un partido que se ocupe de los intereses de España como nación; papel atribuido en teoría a la "derecha", puesto que la izquierda juega al internacionalismo. Así que no teniendo otro partido político al que votar, a fin de subsistir políticamente se acoge sin la menor ilusión al principio del mal menor, que es a juicio de Negro Pavón, en este caso, el mal mayor.

Por hoy es suficiente, otro día, con un poco más de tiempo, les cuento los siguientes nueve pasos que da Dalmacio Negro Pavón para explicar el "crimen perfecto" del que hablan Enrique Gimbernat y Jorge de Esteban.


Libertad Digital - Opinión

Negociación. Haciendo trampas por ETA. Por Guillermo Dupuy

Aunque creo que tampoco lo harán en próximos comunicados, esperemos a que, por primera vez en su historia, Batasuna condene a ETA o que esta anuncie su disolución para plantearnos si nos están o no haciendo trampa. Mientras tanto no las hagamos por ellos.

Con ocasión del anuncio de ETA de que suspendía lo que denominaba "acciones armadas ofensivas", ya señalé que:
Si en ese comunicado hubieran pedido perdón a sus víctimas, anunciado una inminente e incondicional entrega de las armas o repudiado su pasado criminal, cosas que no han hecho nunca, me plantearía la cuestión de si, en lugar de una nueva tregua, lo que nos están tendiendo los criminales es una "trampa". Pero como no es el caso, las trampas que me preocupan son, tal y como me ha ocurrido en el pasado, las de los gobernantes y las de unas élites políticas y mediáticas que ven en estos comunicados apologéticos del terrorismo no sé qué oportunidades para la paz.
Desde entonces nada ha pasado: ETA no ha hecho ningún comunicado distinto y Batasuna –fundamentalmente Otegi– no ha hecho otra cosa que reiterar la estrategia de tregua de la banda, en la que la suspensión definitiva de la violencia se vincula a la consecución de los objetivos políticos por los que se ha practicado la lucha armada. Por ello, Batasuna ni condena a la organización terrorista ni repudia su pasado ni pide perdón a sus víctimas.

Lo que sí ha sucedido, tal y como muchos podíamos temer, es que los gobernantes y buena parte de los medios de comunicación, han empezado a hacer trampas para hacernos creer en una escisión entre los pistoleros y su brazo político.

Nada ilustra mejor ambas cosas que la forma en la que la abogada de Otegi ha tratado de probar que la estrategia de Batasuna es distinta de la organización terrorista a la que sirve como brazo político. Y es que no pudiendo apoyarse en ninguna condena a ETA de su defendido, tiene que recurrir a los engañosos maquillajes que brindan a los batasunos quienes son favorables a llegar a acuerdos con ellos: "Los medios de comunicación reflejan que ya no hay una estrategia común y al servicio de ETA", ha dicho Goirizelaia como prueba ante el Tribunal este miércoles. ¿No extrañamos que los abogados de los etarras recurran a eso con la buena acogida de Zapatero a las nauseabundas declaraciones de Otegi o con el maquillaje de El País a Batasuna? ¿Nos extrañamos también que se cite como testigo de la defensa de Otegi al presidente del PSE, Jesús Eguiguren?

Aunque creo que tampoco lo harán en sus próximos comunicados, esperemos a que, por primera vez en su historia, Batasuna condene a ETA o que la propia banda anuncie su disolución para plantearnos si nos están o no haciendo trampa. Mientras tanto, no nos las hagamos por ellos.


Libertad Digital - Opinión

Mentir con estadísticas. Por José María Carrascal

Rubalcaba, en adelante, tendrá que dar la cara, pues para que se la partan le ha elegido el jefe.

SI en la barra de un bar, en una reunión de amigos o incluso en una tertulia de radio, donde se oye todo, alguien dijera que los españoles viven mejor que en 2004, le hubieran corrido a gorrazos. Pero tan peregrina teoría la expuso el presidente del Gobierno y no sólo no fue abucheado, sino aplaudido, demostrando el nivel preescolar en que ha caído nuestra Cámara de Representantes, donde todo destello de razón o equidad ha sido desterrado.

Para su proclama, Zapatero se apoyó en unas estadísticas tan trucadas como su discurso, al comparar la posición de España en la CE en 2004 y hoy, olvidando que, en el entretanto, han ingresando en la Comunidad los países del Este, lo que ha hecho descender su nivel medio sustancialmente. Antes, teníamos que medirnos con la flor y nata europea. Hoy, con países que han salido del desastre comunista. Por cierto, algunos de ellos, como Polonia o la República Checa, pronto nos superarán por el camino que vamos. De eso, ni palabra.


No contento con esa falsedad, Zapatero se atrevió a llamar al PP antisocial. Antisocial es haber llegado a los cuatro millones de parados, que si incluimos los camuflados estadísticamente se convierten en cinco. Antisocial es haber negado la crisis durante dos años, desoyendo lo que le advirtió el Finantial Times: que cuanto más tardase en reconocerla, más difícil le sería superarla. Antisocial es haber despilfarrado nuestra reservas en medidas que no servían para nada. Antisocial es haber hecho el mayor recorte de derechos sociales por imposición desde fuera. Antisocial es comprar a peso de oro la permanencia en el poder a partidos que ni siquiera creen en sus medidas. Antisocial es hacer una remodelación de Gobierno para atrincherarse en espera de lo único que ha esperado desde el comienzo de la crisis: que la recuperación exterior tire de nosotros.

Me quedan unas líneas para el nuevo patrón de la nave que se hunde. Hasta ahora, Rubalcaba se ha movido en la sombra, lo que facilitaba sus manejos, tan poco claros. En adelante, tendrá que dar la cara, pues para que se la partan le ha elegido el jefe. Ya no podrá esconderse tras la lucha contra ETA. Tendrá que explicar los tratos con ella, pasados, presentes y futuros, si algunos, y por qué José Blanco y Txiki Benegas dicen que el fin de la banda está próximo mientras Jáuregui dice que no. O por qué la vicepresidenta económica ve creación de empleo en 2011, mientras el nuevo ministro de Trabajo no lo ve. Y no estaría mal que, de paso, nos informase si en el «machismo genético» del PP incluye a Soraya Sáenz de Santamaría. Como químico, no como portavoz. Como portavoz, basta una estadística.


ABC - Opinión

Marruecos. Un niño saharaui. Por Emilio Campmany

Si todo hubiera ocurrido en Gaza en vez de en el Sahara Occidental y si el muerto hubiera sido palestino en vez de saharaui, la prensa española y buena parte de la europea estarían en este momento poniendo el grito en el cielo..

El niño Nayem Elgarhi, un adolescente de catorce años, murió a consecuencia de disparos de la policía marroquí en las proximidades de El Aaiún. Es imposible valorar correctamente el trágico incidente porque no tenemos una versión objetiva de los hechos. Sólo disponemos de la que nos ha ofrecido la policía marroquí y de la de la familia del fallecido. Las autoridades acusan al joven de ser un delincuente común, dedicado a la venta de droga y nos cuentan que viajaba en un coche ocupado por miembros de una banda dedicada al mismo tráfico. Es posible que fuera así y todo sea consecuencia de un desgraciado accidente en el marco de la lucha de la policía marroquí contra el crimen organizado.

La cuestión es que el niño no era marroquí, sino saharaui. Y que las fuerzas del país alauita vienen llevando a cabo una dura represión de ese pueblo con el fin de que abandone el empeño de independizarse previa la celebración del correspondiente referéndum de acuerdo con la ONU. Una institución ésta por la que España siente mucho respeto siempre que no vaya en contra, no de nuestros intereses, sino de los de Marruecos.


Curiosamente, a nuestra prensa, da igual que sea de izquierdas que de derechas, el caso apenas ha interesado a pesar de que existe la posibilidad de que la policía marroquí se haya empleado con mayor violencia de la necesaria por el hecho de ser los presuntos delincuentes de origen saharaui. Podrían disculparse diciendo que tienen la normal tendencia a dar crédito a las versiones oficiales mientras no se demuestre fehacientemente su falsedad. Sin embargo, ocurre que no es así.

Imaginemos que el niño, en vez de ser saharaui, hubiera sido palestino. Y que también fueran palestinos los supuestos criminales que viajaban con él en el vehículo interceptado por la policía. Supongamos que los que hubieran realizados los disparos, en vez de ser las fuerzas del orden del país alauita, hubieran sido agentes israelíes. Y pongámonos por último en el caso de que la versión oficial judía alegara que tanto el niño como quienes le acompañaban en el vehículo tiroteado eran vulgares delincuentes dedicados al tráfico de drogas y que los policías no hicieron más que repeler una agresión.

Si todo hubiera ocurrido en Gaza en vez de en el Sahara Occidental, si el muerto hubiera sido palestino en vez de saharaui y la policía hubiera sido la israelí en vez de la marroquí, la prensa española y buena parte de la europea estarían en este momento poniendo el grito en el cielo y escudriñando la versión de las autoridades judías con el fin de encontrar lagunas y fallos con los que desacreditarla.

Me parece muy bien desconfiar de lo que cuentan los Gobiernos, incluido el israelí. Como me lo parece que los periodistas hagan lo posible por descubrir a verdad y poner en solfa en su caso a la autoridad que haya intentado engañar a la opinión pública. Lo que es inaceptable es que casi toda nuestra prensa, que niega sistemáticamente toda credibilidad al Gobierno israelí, se crea a pie juntillas cualquier cosa que nos largue la teocracia alauita. Esta diferente vara de medir resulta aun más sangrante si se considera que Israel se enfrenta a poderosas organizaciones terroristas, mientras que lo que Marruecos pretende es anexionarse un territorio que nunca fue suyo y que está habitado por un pueblo que no es el marroquí. Una vergüenza lo nuestro.


Libertad Digital - Opinión

La Argentina ante sus demonios familiares. Por Fernando Fernández

Un país que no cuenta más que en los mundiales de fútbol, y ni eso le ha salido bien últimamente. Ese es el legado de la era Kirchner.

LA muerte de Néstor Kirchner ha producido una conmoción propia de un jefe de Estado. Quizás porque lo era, porque actuaba como tal, porque la presidenta le dejaba. No solo decidía, marcaba la agenda del Gobierno y era el sucesor anunciado. Por eso su muerte, siempre lamentable en términos personales, es una gran oportunidad política. La reacción inicial, alimentada desde instancias oficiales, ha sido de absoluta orfandad en la peor tradición peronista. Es una reacción muy perjudicial para el país. Evoca los años negros de la Triple Alianza, del terrorismo Montonero y la comparación del siniestro López Rega con el actual valido Julio de Vido.

Kirchner evitó el caos tras el abandono del tipo de cambio fijo e irreversible con el dólar. Pero lo hizo restableciendo la red clientelar del peronismo, el capitalismo de Estado y amiguetes, las mafias sindicales que han arruinado secularmente a la Argentina. El crecimiento económico exige un proceso de cambio cultural y desarrollo institucional. Cambios que en el país austral pasan por abandonar el caudillismo y el populismo; por dejar atrás el discurso ideológico y de enfrentamiento social; por fortalecer las instituciones independientes, por abandonar el excepcionalismo. Kirchner hizo todo lo contrario; se apropió de la Judicatura, del Banco Central, de la Prensa, de todo lo que se movía con relativa autonomía. Para la historia queda la vil batalla contra Clarín o el esperpento de liquidar el Instituto Nacional de Estadística porque los datos de inflación no le eran favorables.


Las comparaciones son siempre odiosas. Pero el mejor ejemplo del fracaso de Kirchner es ver qué ha pasado en Brasil o Colombia o en el mismo Perú. Por no hablar de la brecha creciente, económica y social, con Chile. Lula señala la conversión de la izquierda cuasi revolucionaria a la socialdemocracia clásica. Uribe, la de la derecha autoritaria e intervencionista al liberalismo conservador. Alan García es el ejemplo del populismo transformado en ortodoxia económica. Piñera significa el triunfo de la alternancia en una democracia próspera y consolidada.

Han sido años excepcionales para América Latina. El auge del precio de las materias primas ha permitido sanear las cuentas públicas y el déficit exterior. La relativa fortaleza de sus sistemas financieros, abiertos a la inversión y la innovación exterior, y el desarrollo de mercados en moneda local han amortiguado drásticamente el impacto de la crisis financiera internacional. La emergencia de China y otras economías ha multiplicado el comercio sur-sur y diversificado su base exportadora. La Argentina ha permanecido en gran manera aislada, se ha convertido en un país marginal, fuera de los circuitos de capitales, de inversión y de decisión. Un lastre para las empresas españolas que tanto apostaron por ella. Un país que no cuenta más que en los undiales de fútbol, y ni eso le ha salido bien últimamente. Ese es el legado de la era Kirchner. Por eso su desaparición es una gran oportunidad para el país. Su presencia dominante era una pesada losa. Así lo han entendido hasta los mercados financieros. ¿Lo habrá entendido también la presidenta o habrá que esperar un año hasta las elecciones y rezar para que ese periodo no degenere en caos social?


ABC - Opinión

Pérez Reverte y las lágrimas en la lluvia de Miguel Ángel Moratinos. Por Federico Quevedo

Y Miguel Ángel Moratinos lloró. Lo acababan de destituir como ministro de Exteriores, y encima se había enterado por la prensa, que manda h… que diría aquel, y da muestra del carácter totalitario del ‘presi’, que incluso supera a Franco a la hora de mandar ministros a su casa. La escena, para el que la haya visto, es enternecedora… No sé, esas lagrimitas cayendo por la mejilla, ese rostro compungido y tierno que recuerda al de un oso panda… El diputado socialista que estaba en ese momento en la Tribuna y que provocó el llanto ministerial le acababa de decir que ha sido el mejor ministro de Exteriores de la democracia… ¡Hombre! Semejante afirmación es un insulto a la memoria de Francisco Fernández Ordóñez, por decir un nombre que poco o nada tiene que ver con el PP -y así luego no me acusen de partidista-, y una odiosa comparación desde la perspectiva, por ejemplo, de Javier Solana. Quizá sea eso lo que hizo llorar al desahuciado de su cargo, que le compararan con tan excelsas figuras sabiéndose nada merecedor de tales elogios. O eso, o es que de verdad le ha hecho polvo dejar de hacerle el juego a las dictaduras latinoamericanas.

A mí las lágrimas de Moratinos me parecen lágrimas en la lluvia. “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”, narra uno de esos momentos culminantes de la película Blade Runner, una de las obras maestras del cine de ficción. “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. He visto a Fidel Castro levantarse y andar después de haberle dado por muerto. He visto brillar en la oscuridad los ojos revolucionarios de Hugo Chávez a las puertas de su consolidación como el referente político de Latinoamérica. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”. Y murió. Como ministro, claro. Y lloró, como ministro también, claro. Y al genial Arturo Pérez Reverte el asunto le pareció vomitivo y le produjo una arcada que no dudó en explayar en su twitter personal y se ha montado la que se ha montado.

«Lo de Reverte puede ser un exceso, como lo de los morritos de Pajín, pero alguien tendrá que facilitarnos un cierto margen a los que no somos de izquierdas para decir lo que pensamos sin que se nos someta a una persecución de caza mayor.»

Lo bueno que tienen tipos como Pérez Reverte es que pueden decir lo que les dé la gana y, lejos de hundirse, acaban consiguiendo más apoyos, más seguidores y vendiendo más libros. Si a otros se nos ocurriera llamar “perfecto mierda” a Moratinos no les quiero ni contar la que nos organizarían, fíjense solo en el linchamiento moral al que la izquierda ha sometido al alcalde de Valladolid, aunque ya sabemos que en eso de los linchamientos morales la izquierda tiene una larga experiencia, casi de siglos. Y en los otros linchamientos también, para qué vamos a engañarnos. A Pérez Reverte también han querido lincharle, pero el tío se ha compuesto y les ha mandado a todos adonde a muchos nos gustaría mandarles también… “Si lo llego a saber, le insulto antes”, ha dicho. Qué bien, qué suerte, a otros por menos son capaces de llevarnos a los tribunales e, incluso, se pide nuestro fusilamiento al amanecer. Qué quieren que les diga, me da envidia, me encantaría ser como Pérez Reverte, aunque a veces es solo cuestión de saber no achantarse y no permitir que estos tipos te pisoteen solo por un exabrupto que puede tener cualquiera.

Y es que, en fin, lo de Pérez Reverte puede ser un exceso, como lo de los morritos de Pajín, pero alguien tendrá que facilitarnos un cierto margen a los que no somos de izquierdas para decir lo que pensamos sin que de inmediato se nos someta a una persecución casi de caza mayor. Yo no le hubiera llamado “perfecto mierda” a Moratinos, lo reconozco, porque me parece una falta de respeto, pero tiene toda la razón Pérez Reverte cuando afirma que un ministro ya va llorado de casa. ¿Saben, en el fondo, por qué llora Moratinos, por qué estuvo a punto de llorar De la Vega, por qué Aído y Corredor han tragado con la humillación de la ‘degradación’ y seguido en el machito? Porque la izquierda tiene una concepción absolutamente patrimonialista del poder, porque de verdad se creen que es suyo, que están ahí porque se lo merecen, no porque sea una delegación del poder que corresponde a la Soberanía Nacional. Alguien que de verdad llegara al Consejo de Ministros consciente de sus limitaciones y de que el puesto es un puesto de servicio a los ciudadanos, no lloraría al dejarlo, porque no dejaría algo suyo. Esa es la cuestión, la clave de esas lágrimas en la lluvia: todos esos momentos perdidos en el tiempo, son sus momentos, les pertenecen a ellos, a él, y no quieren perderlos. Bravo, Pérez Reverte, por haberte atrevido a secar esas lágrimas con el paño de la realidad.


El confidencial - Opinión

Jesús Gómez. El comunismo es sagrado. Por Cristina Losada

La izquierda que todavía conserva sus viejos lazos sentimentales e ideológicos está dispuesta a tolerar que uno sea del PP, pero no soporta que alguien sea anticomunista.

Sigo las crónicas de Díaz Villanueva sobre el "proceso" que le han montado en Leganés a Jesús Gómez con la curiosidad y el asombro que despertaría un folletín decimonónico. La diferencia es que los hechos narrados son muy del siglo XX. La campaña de difamación del PSOE e IU contra el portavoz de la oposición en aquel ayuntamiento desprende el inquietante aroma de la centuria de los totalitarismos. Tanto el procedimiento como el lenguaje atestiguan el parentesco con las operaciones de liquidación emprendidas bajo la batuta de Stalin. Así, la tergiversación desvergonzada de un texto, de unas palabras, de un gesto, a fin de construir una acusación delirante. Y así, la demanda de retractación que precedía a la necesaria "rehabilitación" en algún campo de trabajo esclavo.

A Jesús Gómez le entresacaron un par de líneas de un artículo para hacerle decir lo que no decía. Se fabricaron, de ese modo, la especie y la noticia de que era partidario de arrebatarles a los padres comunistas la tutela de sus hijos. Desde esa falsedad, se le sometió a un nutrido fuego de artillería, comparaciones con Goebbels incluidas, y se exigió que se le destituyese, se retractase y, como si fuera un delincuente, se rehabilitase. ¿Dónde? En Leganés hay abundante iconografía comunista, pero los nostálgicos de los viejos tiempos tal vez sueñan con incorporar monumentos realmente inspiradores como una Lubianka o un Gulag de andar por casa. Y es que resultan inevitables esas referencias. Los instigadores de la purga no se leyeron el ensayo que denunciaban –como reconocieron, para agregar el toque grotesco–, pero debían de echarle un vistazo a la literatura sobre los "procesos de Moscú". Verían, en todo su esplendor, a sus ancestros.

Los motivos del acoso son prosaicos, desde luego. El poder y punto. El PP ha denunciado corruptelas e irregularidades y puede hacerse con el gobierno de Leganés en mayo. Pero hay más. En aquellas líneas, Gómez consideraba el comunismo como "la secta más criminal que la Historia jamás haya visto". Y eso duele, daña y no se perdona. La izquierda que todavía conserva sus viejos lazos sentimentales e ideológicos está dispuesta a tolerar que uno sea del PP, pero no soporta que alguien sea anticomunista. El comunismo permanece en sus altares como una reliquia sagrada. Enunciar su realidad es profanarla. De ahí, la furia contra Jesús Gómez.


Libertad Digital - Opinión

Se busca ilusión colectiva. Por M. Martín Ferrand

Huérfanos de liderazgo político, social y cultural, damos para poco más que unas ofensas cruzadas entre políticos de poca monta.

AL nacer los setenta, antes de que nos atomizara la quimera autonómica, los españoles nos dividíamos en dos grandes grupos, más complementarios que antagónicos, en los que se reflejaba, con precisión especular, la realidad nacional. Unos, los más adictos y disciplinados —¿los más conformistas?—, confiaban en que a Francisco Franco le sustituirían las instituciones y otros, más audaces e imaginativos, quizás más ligeros de equipaje, confiábamos en un futuro dentro de los parámetros de la normalidad occidental, especialmente la europea, que es lo que nos corresponde por antecedentes culturales, proyección histórica y conveniencia geoestratégica. Después, y siempre con el impulso de una ilusión colectiva, vino la Transición que, «de la Ley a la Ley», mezcló las dos barajas de la gran timba nacional y, sorprendentemente, pasamos a ser uno más en el Viejo Continente.

A la ilusión colectiva de hace cuarenta años le picaba espuelas de ánimo la picardía operativa que, por la derecha y por la izquierda, le sirvió de bálsamo a las decepciones y de reto a los proyectos renovadores. Vivimos intensamente y fue un tiempo portentoso en el que se construyó, con buenos materiales de los pasados derrumbamientos —eso sí—, una realidad nacional sobre la que pudo gallear un nuevo Estado democrático. Fue una labor común y generosa. Cuando, por ejemplo, José Menese cantaba unos tientos de Francisco Moreno Galván, el grito no llegaba a las alturas, ni resonaba en los cuarteles o en las iglesias. Iba de voz en voz, como un susurro tan imposible como esperanzador:
Señor que vas a caballo
y no das los buenos días,
si el caballo cojeara,
otro gallo cantaría.

Ahí está, en ingenua plenitud creadora y germinal, «el alma de nardo del árabe español» que, para no ser hemipléjicos, cantaba la otra media España.

Ahora parece que se han secado las pilas del mecanismo y que, huérfanos de liderazgo político, social y cultural, damos para poco más que unas ofensas cruzadas entre políticos de poca monta y ninguna enjundia y un espectáculo vergonzoso en el prime timede las televisiones. No es, ni solo ni principalmente, que no se le busque solución a los problemas, se trata de que ni siquiera corre el vientecillo estimulante de un verso suelto, una caricatura provocadora, un madrigal estimulante o un quiebro oportuno con valor de valeriana. Los parados, quienes viven gracias a Cáritas, cuantos carecen de lo imprescindible tienen derecho, cuando menos, a un mejor ambiente, al señorío de la resignación con el antifaz de una revolución imposible. Que no se pierda, también, el estilo y la esperanza.


ABC - Opinión

¿Es ZP parte de la solución o del problema del PSOE?. Por Antonio Casado

Ayer, primera reunión del comité electoral del PSOE, con José Blanco a los mandos y Elena Valenciano en la banda sonora, después de los pactos de supervivencia y la renovación del Gobierno. Y primera aproximación al destino que las urnas reservan a un líder y unas siglas al borde de la bancarrota hasta cinco minutos antes de que nacionalistas vascos y catalanes aceptasen el papel de costaleros parlamentarios de Rodríguez Zapatero para lo que resta de Legislatura.

Eso era así hace quince días. Pero como el optimismo no está prohibido ya soplan vientos de remontada en Ferraz. El PNV, CC, Rubalcaba y el alcalde de Valladolid han vuelto a meter al PSOE en el partido. Ahora se trata de que se meta también el líder, que anda al rebufo de las siglas de un tiempo a esta parte. Dicho sea como una consideración técnica. Técnica, sí, pero políticamente muy relevante sabiendo como sabemos -y si no, se lo dice este humilde comentarista- que Zapatero sólo repetirá como candidato si cree que su figura suma. No lo hará si cree que su figura resta, y ese es el caso hoy por hoy.


Se puede decir de otro modo. A día de hoy las siglas tiran del votante más que el líder, según revelan todas las encuestas, a diferencia de lo que ocurrió con Felipe González en 1993 y 1996, cuando el líder facturaba en las urnas bastante más que la marca. De modo que si llegado el momento Zapatero sigue creyendo, como cree ahora, que forma parte del problema y no de la solución, no encabezará el cartel del PSOE en las elecciones generales de 2012.

Y entonces, según los planes de Zapatero -con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide-, correría el escalafón. El que ha salido de la última crisis ministerial, claro. El que ha querido mover el presidente. Queda claro que ha optado por un senior. Por las canas, podríamos decir con toda propiedad si Rubalcaba no fuese calvo. Por el felipismo, dirán otros con ánimo de ofender, aunque ya dijo ayer el aludido que está muy orgulloso de su pasado.


«A día de hoy las siglas tiran del votante más que el líder, según revelan todas las encuestas, a diferencia de lo que ocurrió con Felipe González en 1993 y 1996.»

El caso es que, efectivamente, los jóvenes valores se quedaron en puertas. En puertas se quedó Oscar López (hoy candidato a la presidencia de Castilla y León) de sustituir a Leire Pajin en el verano (Secretaría de Organización del PSOE), cuando se chafó la remodelación que Zapatero tenía en la cabeza. Y en puertas se ha quedado ahora Carme Chacón, cuando la pasión de Zapatero por la paridad hizo pensar a muchos -probablemente también a la interesada-, que la sustituta de una mujer en la Vicepresidencia del Gobierno sería otra mujer.

Entretanto, el comité electoral del PSOE echa cuentas, una vez descontada la caída de Montilla en Cataluña (28 noviembre), donde Artur Mas gobernará sin necesidad de pactar con nadie, al menos hasta las próximas elecciones municipales. Pero ese es otro negociado, el de Jaime Collboni. En Ferraz se mira precisamente hacia las municipales y autonómicas del 22 de mayo de 2011. Con cierto optimismo, a pesar de los malos augurios en Castilla-La Mancha (atención a la batalla de Ciudad Real) y en las alcaldías de Barcelona y Sevilla, donde se podría terminar el largo reinado socialista.


El Confidencial - Opinión

Retroceso democrático

El Comité Federal del PSOE aprobó por asentimiento, o lo que es igual sin un simple reparo o acotación, la candidatura del tránsfuga Agustín Navarro a la Alcaldía de Benidorm. Navarro participó, junto a la madre de Leire Pajín, Maite Iraola, en una operación de asalto al poder en la localidad alicantina para alterar la voluntad de los ciudadanos que habían otorgado su confianza mayoritaria al PP. En la cúpula socialista nadie podía aducir desconocimiento por el refrendo conjunto de las candidaturas socialistas puesto que era público que Navarro había sido propuesto por el comité local del PSOE y apoyado posteriormente por la Ejecutiva provincial y regional del partido. La decisión socialista ha supuesto un incumplimiento no sólo de la letra del Pacto Antitransfuguismo, sino también, y lo que es peor, de su espíritu democrático. El compromiso, firmado por los principales partidos políticos en 1998 y que ha sido renovado y fortalecido en distintas ocasiones desde entonces, expresa los límites de lo permisible cuando asegura que los firmantes se comprometen a «no presentar como candidatos a cualquier elección a los concejales declarados tránsfugas» y a no respaldar «ninguna iniciativa que provenga de los mismos». Pero al apoyar ahora al tránsfuga de Benidorm es evidente además que existió en el PSOE una voluntad premeditada de burlar la Ley. La responsabilidad es todavía mayor por el hecho de que el respaldo a Navarro se adoptó pocos días después de que el PSOE y el PP presentaran en una comparecencia conjunta un acuerdo para la reforma de la Ley Electoral que pretende «desactivar» el poder de los tránsfugas a la hora de presentar mociones de censura en los ayuntamientos. En estas circunstancias, no puede sorprender la reacción del PP, que recriminó ayer por carta a Zapatero haber roto el Pacto. Se trata de una respuesta razonable y ajustada a un comportamiento político que ha justificado el fraude en las instituciones democráticas. La actitud desleal de los socialistas sólo puede reconducirse con una rectificación inmediata. El vicepresidente tercero, Manuel Chaves, trató ayer de reconducir el desaguisado con una propuesta equívoca de que todos los alcaldes que han sido declarados tránsfugas sean retirados de las listas electorales de mayo de 2011, pero eludió la crítica a su partido y, en cambio, sí intentó corresponsabilizar al PP de la delicada situación del Pacto en una actitud reprobable. Pese al ruido del PSOE, en un intento de confundir a la opinión pública, la realidad es que la técnica del ventilador y las acusaciones al PP no funcionarán. Fueron el Gobierno y el PSOE quienes respaldaron la operación de Benidorm y legitimaron un método de hacer política que repugna al ciudadano y adultera la voluntad popular. La izquierda ha embarrado la vida institucional y ha mandado el pésimo mensaje a la sociedad de que todo vale para alcanzar el poder. Estas maniobras son las que acentúan la desconfianza en la clase política y socavan su credibilidad. Los dirigentes socialistas tienen en sus manos limpiar la vida pública de logreros y chantajistas o erigirse abiertamente en sus cómplices y protectores.

La Razón - Editorial

Eguiguren, a la calle

Tener entre sus filas a alguien a quien los etarras toman por amigo demuestra que el PSOE no se limita a arruinar a los ciudadanos españoles, sino que también los humilla.

Ya resulta ridículo que un partido que se dice abanderado del feminismo y perseguidor implacable del maltratador tenga a un condenado por ese crimen como presidente en el País Vasco. Pero que el PSOE no ponga de patitas en la calle a quien se presta a declarar en los tribunales a favor de la excarcelación de un miembro tan destacado de Batasuna-ETA como Otegi es un insulto a los ciudadanos españoles de bien.

Desde el final del proceso en el que Zapatero pretendió que España se rindiera al terrorismo nacionalista vasco hemos venido denunciando las puertas abiertas que el PSOE había dejado a una nueva negociación. La principal, sin duda alguna, ha sido no disolver los ayuntamientos gobernados por ANV, la franquicia de la banda en las últimas elecciones municipales. Pero también la insistencia en mantener a Jesús Eguiguren tanto en los cargos directivos del partido en el País Vasco como en el comité federal del PSOE, al que entró a formar parte cuando Zapatero fue elegido secretario general.


El maltratador Eguiguren siempre ha sido favorable a ese eufemismo al que llama diálogo, y que en la práctica significa que se debe discutir con los asesinos qué premio les damos por dejar de matar. Nunca lo ha ocultado. Resulta inimaginable que un sujeto con estas ideas no sólo forme parte de un partido que se dice democrático sino que forme parte de sus órganos de dirección. Mientras esté ahí, sabremos que la puerta del PSOE seguirá abierta de par en par a la negociación con ETA.

Rubalcaba, el hombre que estaba al frente de Interior cuando la policía advirtió a miembros de ETA que los iban a detener, el hombre que nos aseguró que estaba completamente verificada la intención de ETA de dejar las armas, ha sido ascendido a vicepresidente y hombre fuerte del Gobierno de Zapatero. Ahora dice que "está cambiando algo" en ETA. Y el presidente del PSE acude presto a declarar a favor de Otegi, quien dice querer salir de la cárcel por el "devenir de los acontecimientos políticos".

Eguiguren no ha sido reprendido públicamente por Zapatero ni por Patxi López. Quizá lo hagan el viernes, o el fin de semana, o la semana que viene. Pero ya han dejado pasar demasiado tiempo. Y sin duda no lo echarán de sus cargos, que es lo que debería hacer cualquier partido democrático que quiera acabar con el terrorismo. Porque tener entre sus filas a alguien a quien los etarras toman por amigo demuestra que el PSOE no se limita a arruinar a los ciudadanos españoles, sino que también los humilla.


Libertad Digital - Editorial

Demasiadas prisas. Por Ignacio Camacho

La tentación de programar el final de ETA puede llevar al Gobierno al error de ceder a la prisa de Batasuna.

EL éxito incuestionable de la lucha antiterrorista en España se ha cimentado sobre dos premisas: consenso y paciencia. La tentación de rentabilizar un final explícito de ETA puede llevar al Gobierno al error de dar al traste con ambas si cede al impulso de la urgencia política. En un momento como éste, cuando la bandera blanca de los asesinos parece una posibilidad más real que nunca, lo único urgente es esperar sin cometer precipitaciones. La premura de los batasunos es lógica porque está a punto de caducarles su última posibilidad de acceder a las instituciones, pero a su apremiante desazón el Estado tiene que responder con calma, mucha calma. El reloj sólo corre en contra de los malos.

Sin embargo, parece que la ansiedad se ha apoderado de demasiada gente, a juzgar por el trasiego político que de repente ha empezado a observarse en los actores que transitan por el escenario vasco. El aspecto más peligroso de este acelerón de negociaciones y tanteos lo constituye la hipótesis verosímil de que el Gobierno, acuciado por la necesidad de éxitos rápidos que recompongan un poco su destruida imagen, haya incluido un nuevo abrazo de Vergara en su perentoria agenda de final de mandato. Tratar el final de ETA como un hecho programable, tal que una inversión ferroviaria, sería un ejercicio de irresponsabilidad irreparable que puede fracturar la cohesión antiterrorista, forzar plazos innecesarios y, a la postre, suponer el pago de un rescate moral y de un precio político por el cese de la violencia.

Cualquier concesión previa o pactada que implique una rebaja de las exigencias del Estado, en la línea de las sugerencias que están dejando caer algunos próceres del socialismo vasco, equivaldría a una claudicación inaceptable, a una falta de respeto a las víctimas y a una renuncia a la victoria que merece la sociedad española tras tantos de sufrimiento. La rendición de ETA, si se produce, ha de ser a cambio de nada, y su alternativa es la extinción entre el aislamiento y la cárcel. La clave de la firmeza democrática en este proceso final reside en una paciencia sin plazos: paciencia para verificar, paciencia para perdonar y paciencia para legalizar al brazo político de los criminales, que se merece como mínimo una cuarentena de sus recién proclamadas intenciones de reinserción. Desde las elecciones locales que tanto importan a Batasuna a las generales que inquietan al Gobierno hay casi un año; tiempo sobrado para que los proetarras manifiesten su voluntad cierta de arrepentimiento. Que esperen un poco; los ciudadanos españoles ya los han esperado —en vano— varias décadas. Si ahora vienen con prisa es porque acaso barruntan que hay otros que tienen tanta como ellos.


ABC - Opinión