domingo, 24 de octubre de 2010

¿Y el PP, qué? Por José María Carrascal

Rajoy debe darse cuenta de que decir que el Gobierno lo está haciendo mal no basta. Eso lo sabemos todos.

QUÉ va a hacer Zapatero con su nuevo gobierno lo sabemos perfectamente: lanzar una campaña ininterrumpida para que no se hable de la crisis, mientras busca por todas partes la «pacificación» del País Vasco. Qué va a hacer Rajoy, en cambio, es una incógnita. Una cosa, sin embargo, ya sabemos: que si sigue esperando sentado a ver pasar el cadáver de su rival, puede llevarse una sorpresa, pues este rival ha hecho de la supervivencia la clave de su política, y hará cuanto sea posible, incluido adelantarle por la derecha, para seguir gobernando. Con un equipo mucho mejor que el anterior en estas lides.

Rajoy perdió la gran oportunidad de frenar a Zapatero con los presupuestos. Sabiendo que iba a sacarlos de una forma u otra, pudo ofrecerle los votos que le faltaban para que no tuviera que pedírselos al PNV. Ya sabemos que esos presupuestos no van a sacar a España de la crisis, que incluso pueden quedarse cortos a medio camino, como ha reconocido su confeccionadora, la señora Salgado. Pero al menos nos hubiéramos ahorrado un montón de dinero y evitado el riesgo de un pacto, no sólo con el PNV, sino también con una Batasuna «contrita y renovada», con todo lo que ello significa de vuelta de los nacionalistas al poder tanto en la lehendakariza como en los ayuntamientos vascos.


Rajoy debe darse cuenta de que decir que el Gobierno lo está haciendo mal no basta. Eso lo sabemos todos. Tiene que presentar una alternativa a la crisis, que no es la «blitz Krieg» mediática que se dispone a lanzar el «Marschall» Rubalcaba, sino acabar con el despilfarro que está teniendo lugar en España a todos los niveles —municipal, autonómico y nacional—, que nos impide ser productivos y competitivos. Lo ideal sería un gran pacto de Estado entre todas las fuerzas políticas, pero eso es imposible porque las más pequeñas miran sólo para sí, sin tener en cuenta el bien general. Algo que ocurre especialmente con los nacionalistas, para quienes la única nación es la suya. De ahí que el primer paso para salir de la crisis sea renunciar a todo pacto con ellos y, desde luego, a comprar sus votos para gobernar local o estatalmente. En otras palabras: necesitamos un pacto entre los dos grandes partidos. Ya sabemos que Zapatero no está por ello, es más, que está justo por lo contrario: por pactar con los nacionalistas, cuanto más extremistas, mejor. Pero estoy seguro de que en el PSOE hay gentes que sí lo están, que ven el gran peligro que corre, no ya su partido, sino España, por ese camino. Aparte de ser lo que pide la mayoría del pueblo español.

Si Rajoy no lo capitanea, corre el riesgo de encontrarse con 15 portavoces del nuevo gobierno Zapatero acusándole de ser el culpable de que no logremos la recuperación. Porque la recuperación no llegará con operaciones mediáticas.


ABC - Opinión

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