viernes, 19 de febrero de 2010

La salida del bloqueo está en el calendario . Por Antonio Casado

La resaca del debate del miércoles confirma la situación de bloqueo político escenificada en dicho debate. Una situación no desmentida en absoluto por la puesta en marcha de ese doble emplazamiento oficial al diálogo, donde el anfitrión es el Gobierno, por un lado, y el grupo parlamentario socialista, por otro. Demasiado confuso como para confiar en que de ahí salga algo ni remotamente parecido a un pacto nacional contra la crisis económica. Ni lo sueñen.

Basta con reparar en la banda sonora socialista del día después. El estribillo nos recuerda que el PP sigue sin querer arrimar el hombro. El ministro Blanco, ex Pepiño, criticaba ayer “la codicia y el egoísmo de Rajoy, por no querer anteponer el interés general para salir de la crisis a su interés personal para llegar a la Moncloa”. Asimismo la banda sonora del PP insiste a todas horas en su enmienda a la totalidad de la política del Gobierno. “Después de dos años de Legislatura todo el mundo está de acuerdo en que así no se puede seguir”, decía más o menos a la misma hora Mariano Rajoy, añadiendo que en esas condiciones la única solución es que el Gobierno cambie de presidente o éste anticipe las elecciones generales.


El punto de bloqueo lo encontramos en la réplica del presidente del Gobierno: “Presente usted una moción de censura”. Ahí se cierra la secuencia porque ninguno de los dos quiere utilizar la respectiva herramienta disponible para este tipo de situaciones. A Rodríguez Zapatero le faltarían votos para ganar en las urnas. Y a Rajoy le faltarían escaños para ganar en el Congreso una moción de censura. Ninguno de los dos acepta ni aceptará la amable invitación al suicidio político que el adversario le propone. Es lógico. También es paralizante.

Además de elecciones anticipadas y moción de censura, queda otra posibilidad de desbloqueo. Me refiero al llamado Pacto de Estado, que nunca sería tal sin la firma de los dos grandes partidos. Pero también este camino se nos cierra porque eso no les interesa a ninguno de los dos. Por razones electorales, claro, aunque ambos compitan en la representación de la comedia. Farsantes, los dos. Si el PP firmase un pacto de Estado contra la crisis económica se quedaría sin discurso, que está basado en la confrontación. Y si lo firmase el PSOE se quedaría sin coartada para acusar al PP de no arrimar el hombro.

De modo que la farsa continúa con esa confusa ronda de contactos de los líderes políticos de doble anfitrión. En el caso del Gobierno, recibe la vicepresidenta Salgado, asistida en comisión por los ministros Blanco y Sebastián. En el caso del grupo parlamentario recibe el portavoz, José Antonio Alonso.

Detrás de la farsa, Zapatero y Rajoy no dejan de mirar el calendario. Ahí está realmente la clave de su respectivo futuro político. Ni en las elecciones anticipadas ni en la moción de censura. La clave está en la marcha de la economía durante el tiempo que queda hasta el agotamiento de la Legislatura. Si la recuperación llega antes de marzo de 2012, Zapatero volverá a tener posibilidades de reengancharse. Y si es al revés, será Mariano Rajoy quien gane la Moncloa. Y lo demás es marear la perdiz.


El Confidencial

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