domingo, 7 de junio de 2009

VA EN SERIO. Por Alfonso Ussía

Me lo tomé a broma meses atrás. Pero va en serio. Carod-Rovira va completamente en serio y es de indeseables y anticatalanistas criticar sus gastos de viaje cuando los resultados de los mismos son tan prometedores y concluyentes. ¿Qué significan para los contribuyentes de Cataluña 1.043.663 euros? Mucho, si el gasto no se justifica. Pero nada, si el desembolso de hoy se convierte en una mina de riqueza cultural para el mañana. Y eso, sólo eso, es lo que hace Carod-Rovira en sus viajes, que tampoco han sido tantos, veinticinco, llevando y explicando las reivindicaciones de Cataluña por el mundo. En los Estados Unidos todo salió bien, pero se equivocó de día. Un problema de agenda. Inauguró la pequeña embajada de Cataluña el mismo día y a la misma hora que Obama juraba y tomaba posesión de la presidencia de los Estados Unidos. Y sobraron canapés. Pero no es el viaje a Nueva York el que inspira este texto. Ese millón largo de euros que han pagado los contribuyentes catalanes ha llegado a los bolsillos de don Luis Kuash.

Don Luis Kuash podría ser perfectamente, de acuerdo con la fonética, un delegado de la Generalidad en cualquier parte del mundo, e incluso, un vicepresidente del «Barça». Me imagino la noticia: «Luis Kuash asegura que Kaká no jugará en el Real Madrid». Pero no. Don Luis Kuash es el jefe de tribu amazónica de los «shuar», que habita en las selvas del Ecuador. La visita de Carod-Rovira a don Luis y los de su tribu, forma parte del interesantísimo «Proyecto Sasiku» de la Generalidad de Cataluña, consistente en intercambiar culturas y voluntades. Me tomé a broma, insisto y me arrepiento de ello, la visita de Carod-Rovira a los «Shuar», que culminó con la entrega de una lanza milagrosa por parte de don Luis a don Josep Lluis. Además del millón de euros que don Josep Lluis entregó a don Luis, los gastos del viaje ascendieron a 43.663 euros. Una minucia si nos centramos seriamente en el porvenir. El idioma de los «shuar» ha perdido adeptos, incluso entre los «shuar», y Cataluña no está dispuesta a permitir que esa joya de la comunicación entre las tribus del Amazonas pierde fortaleza y vigencia. El «shuar» es una idioma que interesa vivamente a la juventud de Cataluña por una extraña coincidencia que a Carod-Rovira le emocionó. Chaparrón, en catalán, se dice «chafat», y en el idioma shuar, «Achafatú». Este hallazgo, justifica de por sí el millón de euros entregado a don Luis Kuash y los cuarenta y tres mil del viaje de Carod. Pero no queda ahí la cosa. En la temporada seca, los shuar imploran a sus dioses la llegada del agua. También se hace en España, y basta recordar la petición rimada a la Virgen de la Cueva: «Que llueva, que llueva…». En catalán, esa solicitud se dice «que plovi, que plovi», y en shuar, –y lo que me dispongo a escribir es de una extraordinaria importancia–, la petición a los dioses se inicia con un «a plivú, a plivú», lo cual despeja todas las dudas posibles y probables.

Mi enhorabuena a Carod-Rovira, que padeció de mis ignorantes bromas, por contribuir de manera tan efectiva y barata al desarrollo del idioma de los «shuar», tan unido al catalán en algunas de sus voces y expresiones. No hay derroche en sus viajes. Los medita, los mide y los cumple con brillantez. Otra cosa es que muchos catalanes no compartan su visión del futuro y de la unión de las culturas. Allá ellos.

La Razón - Opinión

MANUEL CHAVES ABOCHORNA A LOS DEMOCRATAS Y ENFANGA AL GOBIERNO

El vicepresidente intenta camuflar con mendacidades su último gran acto de nepotismo, la concesión de diez millones a una empresa apoderada por su hija Paula.

EL VICEPRESIDENTE tercero del Gobierno, Manuel Chaves, ha enviado a este periódico un largo texto con su interpretación de lo ocurrido con la concesión de más de 10 millones de subvención a una empresa apoderada por su hija Paula cuando él era presidente de la Junta de Andalucía. Chaves se acoge al Derecho de Rectificación y nos recuerda que debemos publicar su versión «con relevancia semejante» a las informaciones sobre el caso y «sin comentarios ni apostillas».


En cuanto a lo segundo, el lector podrá encontrar en nuestras páginas 4 y 5 su texto íntegro -incluidas sus descalificaciones a EL MUNDO- sin ninguna interrupción ni añadido. Naturalmente, en esas mismas páginas, bajo cabecera distinta, está también nuestra cumplida respuesta a sus falaces explicaciones.

Y respecto a la «relevancia», el vicepresidente tercero no podrá quejarse, pues si ninguna de nuestras informaciones sobre el caso excedieron de cuatro columnas en portada, hoy a él le hemos dado las cinco. Y es que la mendaz desfachatez con que alguien situado en el escalón inmediatamente inferior al del presidente Zapatero pretende camuflar su último gran acto de nepotismo en Andalucía merece toda la notoriedad de lo repudiablemente escandaloso.

Dice Chaves que el Consejo de Gobierno por él presidido «no ha aprobado subvención alguna a la empresa Matsa, limitándose a ratificar por imperativo legal, el incentivo aprobado por la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía». Así expresado, cualquiera diría que Chaves fue una víctima del destino y de su responsabilidad institucional al no tener más remedio que rubricar «por imperativo legal» -como si fuera el Rey de España sancionando una norma legal- una resolución ajena que resultó que afectaba a su hija.

La realidad es muy otra. Es cierto que la normativa andaluza impone que cualquier subvención que exceda de 1.200.000 euros debe ser «ratificada» por la Junta, pero eso no significa que tenga la obligación de hacerlo. El «imperativo legal» era intervenir, no resolver favorablemente a la beneficiaria.

Por otra parte, la Agencia de Innovación y Desarrollo no es sino un mero apéndice de la consejería de similar nombre, sometido por lo tanto al principio de jerarquía, es decir, al ordeno y mando del jefe máximo que no era otro que el propio Chaves.

Así de hipócritas son también sus demás alegaciones. Dice Chaves que es falso que «el expediente contuviera un apoderamiento» a favor de su hija. Hoy volvemos a reproducir la inscripción en el registro de ese apoderamiento con fecha 12 de noviembre de 2008, o sea dos meses y ocho días antes de que la Junta concediera la subvención y de que su presidente incumpliera flagrantemente el deber legal de abstención. Y ahí está el propio comunicado de Matsa reconociendo que Paula Chaves tenía encomendado desde más de un año antes la «gestión y tramitación de incentivos». ¿Pretende Chaves que nos creamos que no sabía a qué se dedicaba su única hija?

Dice Chaves que es «falso» que la Junta cambiara la norma para beneficiar a Matsa, pero lo cierto es que cambió la norma beneficiando a Matsa. Dice Chaves que es «falso» que la subvención se incrementara de forma artificiosa y que eso ocurre con el 30% de los expedientes, pero lo cierto es que las razones parecen banales -él habla de que se incluyó la obra civil- y que en el 70% de los casos no sucede.

Dice Chaves que los informes de la Junta y la Fiscalía que le ponen en evidencia «no se refieren a mi persona», pero se olvida del pequeño detalle de que se refieren a la de su hermano Leonardo que, con su obvia anuencia, anticipó el trato de favor ahora otorgado a Paula en la persona de su otro hermano Antonio José. La única diferencia es que, para cubrir las apariencias, éste último causó baja como apoderado de la empresa beneficiaria y eso se vuelve ahora como un bumerán contra el jefe del clan.

No nos extraña que Chaves firme su escrito únicamente como «ex presidente de la Junta». Zapatero acaba de decir que el asunto debe tratarse en el Parlamento autonómico en el que el PSOE tiene mayoría absoluta. Pero Chaves es ahora vicepresidente del Gobierno de España y su reciente conducta afecta a la dignidad del cargo. Es obvio que con esos antecedentes en Estados Unidos nunca hubiera pasado el filtro de la confirmación en el Capitolio y es lógico que sea en el Congreso de los Diputados donde todas las fuerzas democráticas puedan expresar su reprobación por unos hechos que, como mínimo, abochornan a cualquier demócrata y enfangan al Ejecutivo al que Chaves pertenece.

El Mundo - Editorial

ALGO MAS QUE UNAS EUROPEAS. Por José María Carrascal

UNAS elecciones europeas en las que los protagonistas han sido los trajes de Camps, el Falcon de Zapatero, los escoltas de Aznar, la niña de Chaves y el acontecimiento planetario de Pajín no podían, naturalmente, entusiasmar al respetable, por más embrutecido que esté por la vulgaridad y la chabacanería de sus dirigentes.

Todo ello, sin embargo, no impide que estas «europeas» sean cruciales. No porque se la jueguen Zapatero y Rajoy, ya que el perdedor quedará tocado, sino porque van a decirnos algo fundamental sobre España: hacia dónde se mueve, si es que se mueve hacia algún sitio. Los resultados van a ser un reflejo del mar de fondo que agita hoy el ánimo de los españoles. Una victoria clara del PP nos diría que el giro iniciado en las elecciones gallegas y vascas se consolida, pudiéndose hablar ya de cambio de ciclo. En otras palabras: que el pueblo español ha perdido la confianza en Zapatero como gerente de sus asuntos, sin que todos los malabarismos que haga, todos los conejos que se saque de la chistera y todas las mentiras que cuente le sirvan ya de nada. Sin que eso quiera decir que el electorado haya encontrado a quien le sustituya, algo que tendrá que decidirse más adelante. En esta ocasión, se trataría sólo de preparar el finiquito a quien de forma tan audaz como desastrosa se equivocó en la negociación con ETA, en los nuevos estatutos de autonomía, en el manejo de la crisis económica y en buscar la concordia entre los españoles, que puede ser su mayor fallo.

Por el contrario, un empate o la victoria por la mínima de uno de los dos principales contendientes mostraría que el pueblo español, profundamente desilusionado de la política y de los partidos, ha vuelto a instalarse en su galbana secular, en su estoico escepticismo, y busca la salvación individual, resignado a que no haya una colectiva, confiando unos en el «Dios proveerá», y otros, en el amigo o pariente que tenga en el gobierno o ayuntamiento.

No se trata, por tanto, de unas elecciones superfluas. Ni «europeas», pese a su nombre. Se trata de un referéndum sobre el ánimo español en un momento crítico para la nación y el Estado, con fuerzas tirando en distintas direcciones de los mismos. Bastaba ver y oír a los candidatos de los partidos en liza en su último debate televisivo para darse cuenta de que no existe un criterio común, sino varios muy distintos, sobre España. E incluso, planeando sobre ellos, el viejo espectro de la autodestrucción, en el afán de todos de destruir al contrario. Me cuesta trabajo creer que habiendo llegado adonde estamos -a Europa, al desarrollo, a la democracia-, alberguemos todavía ese instinto suicida. Pero a la luz de esta infausta campaña, hay que estar preparado para todo.

La solución, en cualquier caso, esta noche. Si solución puede llamarse.

ABC - Opinión

BENI Y SU COMUNION POR LO CIVIL. Por Antonio Burgos

CREE la gente que Zerolo y sus amigos han inventado los bautizos por lo civil, cuando son más antiguos que la raspa con su son. Se inventaron en Cataluña. Cuentan que fue idea del alcalde de Alella, en el Maresme barcelonés, el médico Antoni Caralps, de Convergencia y Unión. En Alella se inventaron dos grandes aportaciones a la cultura universal, impagables avances para la Humanidad: el bautizo por lo civil y el Monumento al Caganer. Alella fue la primera ciudad del mundo que erigió un monumento al Caganer, el defecante muñequito de los belenes catalanes.

Y el bautizo civil. Caralps inventó el bautizo civil como una ceremonia que celebrase la inscripción en el Registro de las criaturas cuyos padres fuesen objetores de las purificadoras aguas del Jordán. La invención en sí, que ya parecía el colmo de la cursilería, fue superada por su propio inventor al ponerle título al laico paripé del sacramento: «Ceremonia civil de imposición de nombre». ¡Toma ya!


Mas lo que parecía imposible se ha logrado. En Madrid le han echado la pata a Alella en cursilería y parodia de la Iglesia. Los progres de guardia, con Zerolo de párroco, han celebrado la «bienvenida democrática» del hijo de Cayetana Guillén Cuervo. Como soy de pueblo, a mí esto de Bienvenida Democrática, y en Madrid, la verdad, me suena al ala liberal del Círculo Bienvenida, a trofeo a Morante de la Puebla como triunfador en San Isidro. Lo que me extraña es que no haya tomado cartas en el asunto el Defensor del Menor. Eso de leerle al chaval un poema de Mario Benedetti, como se lo largaron al pobre, no me negarán que es un caso evidente de maltrato de menores. ¿Qué culpa tiene la criatura para que le hagan esa perrería? Y me imagino que los padrinos (laicos y democráticos), tras echarle el agua de la Constitución al niño, se lo devolverían a la madre con la frase clásica de «me lo diste moro y te lo devuelvo cristiano», pero en términos políticamente correctos: «Me lo diste fachita y te lo devuelvo progre».

Precedentes de Alella, Igualada, Rivas Vaciamadrid o El Borne aparte, esto de los sacramentos por lo civil es antiquísimo. El Beni de Cádiz hizo ya su comunión por lo civil y no le daba la menor importancia. Primero hizo la comunión sacramental, pero inmediatamente, la civil. Y no una, sino bastantes veces. Así se lo contó a Jesús Quintero:

-Yo hice la primera comunión trescientas mil veces. Porque, mira, mi madre me vistió de primera comunión, fuimos a la iglesia, di una vueltecita por tó Cádiz, y cuando llegué a casa, yo vivía en la calle Hércules, muy cerquita, muy cerquita de la Facultad de Medicina, y había un Don Antonio Ferrer que era médico, y cada vez que Don Antonio venía por la calle Hércules, decía mi madre: «Vestid al Beni de primera comunión». ¿Por qué? Porque Don Antonio me endiñaba quinientas calas de aquella época y me las metía en el bolsito. Y mi madre, cada vez que veía a Don Antonio venir por la calle, decía: «Vestid al Beni, vestidlo, vestidlo, rápido, rápido, que viene Don Antonio por ahí». ¡Uuuuuh, p´abajo El Beni vestío de primera comunión otra vez! Me vistió trescientos mil millones de veces, cada vez que pasaba Don Antonio, pá que me endiñara quinientas calitas. Hasta que Don Antonio ya se rebeló y me dice: «Niño, ¿todos los días haces tú la primera comunión?».

Esa fue la verdadera primera comunión por lo civil del Beni. Las quinientas calas que le endiñaba Don Antonio. Así que no me vengan con cuentos. Como la Constitución, la Lotería Nacional, el pelotazo y la libertad de imprenta, los sacramentos por lo civil se inventaron en Cádiz. Los inventó la madre del Beni concretamente. Para mangar las quinientas calas de Don Antonio.

ABC - Opinión

RELIGIONES. Por Jon Juaristi

VATICINIOS planetarios al margen, lo que de verdad me preocupa en la visión de futuro de las Pajín, Aído y compañía es su convicción de representar la esperanza de los seres humanos (una vez definidos éstos según criterios científicos). No se trata exclusivamente de necedad, y creo que se equivocan quienes lo reducen todo a un innegable déficit de escolarización en las mentadas, que, sin duda, progresaron adecuadamente bajo la guía de profesores/profesoras incapaces de enseñarles a pronunciar la palabra «atlántico». Estas precarias criaturas, cultivadas en los viveros de la LOGSE, son el resultado de sustituir la instrucción -o sea, la enseñanza- por la educación, encomendada ésta a un cuerpo de funcionarios en el que abundaban caballeros resentidos con el mundo en general y damas dispuestas a enderezar una sociedad torcida desde sus cimientos. Así que salieron a la vida, tras su preceptiva estabulación en colegios, institutos y universidades, hablando una lengua depauperada (tan dialectal como la de sus abuelos, aunque ni la mitad de abundante y precisa) y con un odio sarraceno a la cultura de base impresa y forma de adquisición repetitiva y rutinaria. Pero, y esto es lo importante, con la seguridad de haber dado con la clave de la armonía cósmica, que consiste, según lo que se les transmitió en las aulas, en la ausencia de motivos de resentimiento hacia el entorno social y natural.

Como tales motivos sobran, la solución de los males del mundo pasa necesariamente por la destrucción de las desigualdades, de manera que la nivelación nos deje a todos en una situación catatónica de felicidad universal. Si la cosa se hubiera parado ahí, sus consecuencias no habrían sido excesivamente graves. La adolescencia se habría prolongado hasta los treinta y pico, y durante ese suplemento de caos y desorden existencial habrían podido ir reconciliándose con la realidad, como hicieron, con mayor o menor fortuna, las generaciones anteriores. Pero, a lo largo del pasado fin de siglo, sobrevino una concatenación de cambios radicales en el ámbito de las creencias que han hecho prácticamente imposible una adaptación pragmática de conductas y mentalidades. En primer lugar, hay que referirse de nuevo a la sustitución de la enseñanza por la educación, entendida como inculcación de una determinada doctrina. Antes, educación y enseñanza aparecían nítidamente separadas. La primera correspondía a los curas y la segunda a los profesores de química, latín o álgebra, aunque las distintas funciones concurrieran a menudo en los mismos individuos. Por otra parte, la secularización acelerada vació los seminarios y hubo que recurrir a contratar, como profesores de religión, a un variado plantel de militantes cristianos de Izquierda Unida o de sindicalistas de choque que, fatalmente, terminaron viéndose las caras con los obispos ante las magistraturas de trabajo.

A todo ello se añadió el derrumbe del socialismo y su secuela de guerras en el este y cleptocracia en el oeste. La renovación de los muy tocados partidos de izquierda se produjo mediante la cooptación prematura de la quinta del biberón por unas direcciones seniles caídas en el descrédito. Es lógico, por tanto, que la organización del PSOE esté hoy en manos de megalómanas que dicen «alántico» y no saben quién fue Rodolfo Llopis, pero que se creen en posesión de recetas infalibles para el bienestar de la humanidad doliente. Es decir, de una nueva modalidad de religión que cifra la salvación en el arreglo de tetas, porque ahí es donde la desigualdad natural produce más resentimiento.

ABC - Opinión

¿VOTAR O NO NOTAR?. Por M. Martín Ferrand

CON los pies anclados en la retórica aristotélica y la elegante finura apostólica de un cardenal del Renacimiento, enérgico y sutil, mi dilecto Juan Manuel de Prada preguntaba ayer en estas páginas, sobrevolando las fantásticas abstracciones de Máximo y alineado con el divertido pragmatismo expresivo de Martinmorales -todojunto-: «¿Qué votamos mañana?». No lo sé y mi duda es más primaria y elemental que la de mi colega y vecino. Lo mío es hamletiano y, para resultar más europeo, me gustaría poderlo formular con la voz y el tono de Laurence Olivier en su interpretación cinematográfica del príncipe de Jutlandia, al que Shakespeare regaló la inmortalidad: ¿votar o no votar?

Si tuviera la certeza de que los cincuenta eurodiputados españoles que esta noche saldrán de las urnas correrán hacia Bruselas, y no volveríamos a verlos hasta dentro de cinco años, lo resolvería a cara o cruz con la seguridad de no equivocarme. Las dos grandes listas son igual de erráticas. Buena parte de los no debutantes en ellas tienen probada su falta de asistencia y no dedicación a las sesiones de un Parlamento, diz que representativo de 27 naciones, renqueante en sus estructuras, vaporoso en sus planteamientos -¡la Constitución pendiente!- y costoso en su operatividad. En nuestro caso, se trata de un pretexto para continuar la estéril confrontación entre los dos partidos que, más de consuno de lo que parece, impiden la separación entre los poderes del Estado y han anulado la molla democrática de la Constitución del 78 para convertirla en hueso partitocrático.

Según José Luis Rodríguez Zapatero hoy es un buen día para «frenar a la extrema derecha en Europa». Otra de sus falacias. Está por ver que el PP siga siendo un partido, pero resulta evidente que sus ideas (?) son equivalentes a las que hoy dominan en el Viejo Continente y, muy lejos de la derecha extrema, vive acomplejadamente su esencia conservadora y liberal. Según Mariano Rajoy, debe votarse al PP dada la «necesidad nacional» de cambio. No deben mezclarse churras con merinas; pero ese cambio, de producirse como rebote de unos comicios europeos, será en función de la igualdad matemática en los resultados de los dos partidos principales. El empate les castiga a ambos y la mejor manera de garantizarlo, vista la fidelidad de sus incondicionales, es la abstención. Una forma democrática de participar.

ABC - Opinión

LA MISERIA DEL NUEVO CAPITALISMO

«Las políticas puestas en marcha hasta ahora por los gobiernos de las principales economías occidentales no han hecho sino desalentar la innovación, reprimir la espontaneidad y retrasar el cambio necesario.»

Mientras Barack Obama aterrizaba en Francia para participar en los actos conmemorativos del LXV aniversario del desembarco de Normandía, su Departamento de Trabajo anunciaba que el pasado mes de mayo el desempleo en los EE.UU. había alcanzado el 9,4%, la tasa más alta de los últimos 25 años. Si le sumamos los trabajadores recientemente despedidos que aún no han comenzado a buscar un nuevo empleo y los que se han visto forzados a pasar de la jornada completa a la parcial, la proporción de desempleados y subempleados involuntarios llega al 16% de la población activa.


Este es el trágico saldo de las intervenciones aprobadas desde el pasado mes de octubre y de otro fenómeno que podría lastrar la recuperación económica en aquel país: la paulatina pérdida de flexibilidad del mercado de trabajo fruto de la disminución de la movilidad geográfica de los norteamericanos, una consecuencia de la expansión de los subsidios y ayudas directas a los sectores en declive. Así las cosas, los nuevos planes de rescate anunciados por Obama alimentarán un círculo vicioso cuyas consecuencias a medio y largo plazo pueden ser funestas.

En Francia, donde el presidente Sarkozy proclama la llegada del nuevo capitalismo, las últimas cifras relativas al primer trimestre de 2009 arrojan un saldo estremecedor: más de medio millón de puestos de trabajo destruidos y una tasa de paro del 8,7%. La situación es especialmente grave entre los menores de 24 años, ya que uno de cada cuatro no tiene trabajo. La respuesta del Gobierno ha sido un plan de ayudas directas valorado en 1.300 millones de euros a las empresas que contraten a jóvenes en prácticas. En otras palabras, déficit y una distorsión más en el mercado de trabajo a través de la discriminación mal llamada positiva.

La situación en Gran Bretaña y en Alemania es mejor. Sin embargo, también allí los jóvenes son los más afectados por el paro. Además, la concentración de la desocupación en las ciudades ha llevado a los gobiernos de ambos países a intervenir para detener la caída del empleo en el sector servicios y frenar el desencanto de las clases medias, que según las encuestas cada vez son más proclives a reducir el peso del Estado en la economía nacional.

Esto explicaría el aumento de las expectativas de voto tanto de los conservadores ingleses como de los liberales alemanes, partidos que han reforzado sus mensajes a favor de la reducción real de impuestos, el recorte del gasto público y la simplificación de las leyes que rigen la contratación y la creación de nuevas empresas, sin introducir preferencias que desnaturalicen el mercado.

Toda recuperación económica pasa necesariamente por la consolidación de algunos sectores, la creación de otros nuevos y la desaparición de aquellas actividades convertidas en una pesada carga para todos. Sin embargo, las políticas puestas en marcha hasta ahora por los gobiernos de las principales economías occidentales no han hecho sino desalentar la innovación, reprimir la espontaneidad y retrasar el cambio necesario. Puro socialismo.

Libertad Digital - Opinión

EUROPA VOTA SIN ENTUSIASMO

LAS elecciones europeas se celebran de forma simultánea en los veintisiete estados miembros y sus resultados se harán públicos de forma conjunta, precisamente para reforzar el símbolo unitario del gesto de acudir a las urnas que pueden llevar a cabo más de 375 millones de europeos. La democracia es una de las principales señas de identidad del proyecto comunitario, y por ello es comprensible el intento de hacer que estas elecciones sean, de alguna manera, un momento común. Esta noche, cuando los últimos colegios electorales de las Azores cierren sus puertas, el recuento de los votos dibujará la composición de la Eurocámara, es decir, de la representación política de los europeos.

Por desgracia, millones de ciudadanos van a permanecer al margen de este proceso, y no porque no crean en la Europa que ya conocemos, sino porque consideran que los mecanismos de representación todavía no son satisfactorios. Europa está avanzando hacia un mayor grado de competencias y de capacidad política, mientras que el desencuentro entre las instituciones europeas y sus ciudadanos es cada vez más evidente, tanto en los países recién incorporados como entre los fundadores. Los dirigentes políticos no siempre están a la altura, su desprestigio constante hace un gran daño a la democracia y la opinión pública está huérfana de grandes líderes como los del pasado. En esta legislatura, además, se ha producido una ruptura sentimental -plasmada en el rechazo del proyecto de Tratado Constitucional- que debe hacer reflexionar más seriamente a los responsables europeos, porque el hecho de ir a votar no es suficiente para que los ciudadanos se consideren vinculados con unas instituciones que regulan su vida, pero a las que, en sentido inverso, todavía no consiguen controlar.

Pese a todo, no se puede ignorar que la Unión Europea es la entidad supranacional más exitosa de la historia, y que desde su fundación ha proporcionado al Viejo Continente estabilidad y progreso. Varias generaciones han conocido un periodo de paz y de libertad sin precedentes, y los nuevos problemas a los que debemos hacer frente no se pueden resolver sin la cooperación entre unas naciones que comparten una larga serie de valores fundamentales y un entorno cultural común. Volver a los estados nacionales no es una alternativa, por lo que, a pesar de las frustraciones, es necesario acudir a votar, al menos para refrendar nuestra condición de europeos.

ABC - Editorial

PATETICO Y BOCHORNOSO. Por Andrés Aberasturi

Tras la campaña para las elecciones europeas, el problema no es si votar o no votar el domingo próximo a algo que nos resulta incluso más inútil y desconocido que nuestro Senado; el problema, tal y como se ha desarrollado todo, es si volver a votar en las próximas generales, municipales o autonómicas; el problema es si la democracia que soñábamos la pueden liderar estos partidos; el problema es que la sociedad no sólo camina por aceras distintas a las de la llamada clase política sino que, además, está muy por encima de estos personajes capaces de cualquier cosa por un puñado de votos.

El espectáculo ha sido patético y bochornoso desde el principio hasta el final alcanzando grados verdaderamente increíbles en algunos momentos: los debates televisivos entre los candidatos eran monólogos absurdos de reproches mutuos, las tramas creadas, o aprovechadas, para la campaña resultaban penosas y los deslices de algunos oradores no es que rozaran el ridículo sino que se zambullían en él con alevosía y premeditación. Y claro, imposible evitar una mención a doña Leire Pajín; nada diré de su absurda cosmogonía ni podré achacar al calor del momento la estupidez ya que su discurso estaba escrito y fue leído no precisamente en un mitin sino en un madrugador desayuno organizado por Europa Press para periodistas y afines. Lo que realmente preocupa es el culto a la personalidad, el convencimiento -o el sometimiento- que hay en el PSOE en torno a Rodríguez Zapatero. Lo he dicho muchas veces y cada vez lo corroboro más claramente: en un partido que se declara a si mismo de izquierdas, la ausencia absoluta de autocrítica, el silencio o la inexistencia de corrientes y/o "varones" con pensamiento propio, la pérdida de independencia de su sindicato que ha vuelto a ser correa de transmisión, el abandono de todo eso que siempre ha sido la esencia del socialismo, convierte a este PSOE en algo peligrosamente cercano a un "régimen" autoritario y caudillista donde la disidencia se paga con el exilio y en donde todo gira en torno al líder. El problema no es Pajín dijera lo que dijo, el verdadero problema es que -como ella misma confesó después- tal vez las palabras altisonantes sobraran, pero era eso exactamente lo que pensaba: el líder ZP está ungido y llamado por quien sabe que seres superiores para devolver la esperanza junto a Obama a los seres humanos del planeta.

¿Y que decir del papanatismo de esa izquierda con el presidente de los EEUU? Que se llevaran mal con Bush no significa que ahora se tengan que entregar en cuerpo y al nuevo mandatario que seguramente es más progresista que su antecesor, pero que desde luego -y como no podía ser de otra manera- sigue siendo más de derechas que San Isidro. El discurso de Obama es el de Cárter o el de Clinton y hasta el momento solo es discurso que "con la ayuda de Dios" se propone cumplir. Su gira por Oriente Medio no ha aportado nada nuevo -salvo algún anacronismo histórico- y la intención de un imposible: seguir inquebrantablemente unido a Israel y apiadarse y denunciar la situación Palestina. Hoy por hoy las dos cosas no son compatibles. Pero esa es otra historia.

Lo que resulta sospechoso por muy bien que nos caiga Obama, es que el PSOE lo considere un modelo a seguir o alguien con quien compartir la salvación del mundo: lo que no puede ser no puede ser y además es imposible o esto no lo reconocería ni el Pablo Iglesias que los creo.

Periodista Digital - Opinión

ABUSO DE PODER

Berlusconi apela a la frontera entre vida pública y privada que él mismo ha destruido.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha anunciado acciones legales contra este periódico por la publicación de unas fotos de su finca de Cerdeña que considera a la vez "inocentes" y atentatorias contra la "intimidad de sus invitados". Tras amordazar a casi todos los medios de su país, recurriendo tanto a su fortuna personal como a la fuerza del Estado, parece querer extender su dominio a la prensa independiente de otros países.


Berlusconi ha tomado dos decisiones políticamente relevantes, que justifican el escrutinio sobre sus reuniones en su propiedad de Villa Certosa. En primer lugar, ha promovido leyes ad hoc para que los vuelos oficiales pudieran transportar invitados particulares a sus fiestas, entre muchas otras normas de mayor trascendencia y gravedad. En segundo lugar, ha promocionado a puestos de responsabilidad institucional y situado en sus listas electorales a personas cuyo único mérito político reside en la belleza, según sus propias afirmaciones. Hay que añadir que su ex esposa Verónica Lario ha denunciado la afición de su ex marido a tener relaciones con menores, que podrían caer en el Código Penal. Los medios de comunicación de su propiedad, incluido Telecinco en España, son pioneros europeos en la exhibición e intromisión en la vida privada; muchos de ellos cargan ahora contra ella.

El propósito de Berlusconi era acomodar el espacio público a los intereses de su espacio privado, convencido de que ganaría impunidad para sus acciones pasadas y discrecionalidad para las futuras. Ahora esta estrategia, que ha deteriorado el Estado de derecho en Italia, se ha vuelto en su contra, y por eso carece de credibilidad cuando invoca una separación entre la esfera pública y la privada que él mismo ha destruido. Para recuperarla, nadie tiene derecho a reclamarle que renuncie a sus esparcimientos entre adultos consintientes, por más que pongan de manifiesto la contradicción entre la moral que predica y la que practica. Pero sí exigirle que restablezca los principios del Estado de derecho que ha conculcado. De acuerdo con esos principios el jefe del Ejecutivo no puede gobernar por encima de las leyes ni, tampoco, convertir éstas en una coartada para sus arbitrariedades.

Berlusconi no era el único gobernante europeo que asistía a las fiestas de Villa Certosa. En una de ellas estuvo acompañado por el ex primer ministro checo Mirek Topolanek, como éste reconoció y Berlusconi confirmó al anunciar acciones legales. Es contradictorio confirmar la asistencia a la fiesta, como ha hecho el ex primer ministro checo, y asegurar, al tiempo, que las fotografías que lo corroboran son un montaje. Las imágenes de Villa Certosa no revelan un escándalo sexual relacionado con la intimidad del primer ministro italiano, sino que tienen una dimensión diferente y mucho más grave: son una prueba fehaciente de que Berlusconi está perpetrando un continuado abuso de poder, capaz de arruinar el Estado de derecho y el sistema democrático en Italia.

El País - Editorial