viernes, 27 de marzo de 2009

Un ejército de demagogia


Carmen Chacón junto a las tropas españolas

Una traidora independentista catalana se cuadra hipócritamente junto a unas tropas a las que desprecia y usa para sus espúreos intereses

Una guardia personal al servicio del PSOE

Kosovo, la última canallada contra nuestras tropas


El actual gobierno socialista de España considera no sólo que sus preferencias ideológicas, por absurdas y ridículas que sean, han de adaptarse a las necesidades políticas españolas, sino que además las tropas españolas destinadas a velar por la seguridad de la Nación ante amenazas externas, han de subordinarse también a tales espúreos y traicioneros fines.

Si la retirada de Kosovo ha puesto de manifiesto la viscosa ideología socialdemócrata, no menos viscosas y estúpidas fueron las justificaciones de la Ministra de Defensa, la separatista catalana Carmen Chacón, y las del Presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero: apelaciones a la Guerra de Iraq y al supuesto ridículo que nuestras tropas habrían hecho al recuperar la parte de territorio español que correspondía al Islote Perejil, invadido por soldados marroquíes.

Pero lo cierto es que ese 17 de julio de 2002, tan caricaturizado por el socialfascismo, se produjo un acto legítimo de ejercicio de la soberanía española y de nuestras tropas: se repelió una agresión externa proveniente del enemigo islámico más cercano que tiene España: Marruecos, con quien ha establecido vulgares componendas el actual gabinete socialdemócrata, en forma de la vulgar Alianza de Civilizaciones. De ahí el escándalo que suscita en tan biempensante gobierno que sus antecesores en el cargo defendieran España frente a la amenaza islamista.

Pero aquellos tiempos de defensa de la soberanía nacional por nuestras tropas quedaron atrás. Ahora el uso que se estila es la demagogia contra los rivales políticos. Por ejemplo, el accidente del avión de transporte Yak 42, que tan nefastas consecuencias tuvo en la pérdida de vidas de nuestros soldados, y cerrado en falso durante el anterior gobierno «popular», es usado día sí y día también como cortina de humo para que el socialfascismo tape sus vergüenzas. Los familiares de las víctimas, cómplices objetivos del socialfascismo al permitir que jueguen de manera tan rastrera con sus sentimientos, son usados para atacar al Partido Popular en un vomitivo y repetitivo ejercicio de demagogia.

Sin embargo, poco importa ya el dolor de otras víctimas, como las del 11 M, asunto cerrado completamente en falso y que tantos réditos aportó al socialfascismo del PSOE, o las que presuntamente mueren «en son de paz» en el Líbano o en Afganistán, tan carentes de medios como los que murieron al estrellarse el Yak 42, asunto que tanto parece preocupar a los socialdemócratas, sin que hagan absolutamente nada para evitar que suceda un nuevo desastre de similares características.

Si ya nada más llegar al poder el socialfascismo, logró que en Iraq nuestros soldados fueran convertidos en gallinas por huir del lugar, abucheados y blanco de las burlas de otros destacamentos comprometidos en la zona bajo la forma de lanzamiento de huevos, los constantes bandazos en política exterior han ido configurando un ejército que ya no es el Ejército de España, sino el Ejército del Socialfascismo (¿Español?). La última jugarreta tuvo lugar con las tropas desplazadas a Kosovo, pero no menos importantes han sido los desaires a los pocos militares que han mostrado su descontento con la política del gobierno socialista de España. El General Mena, que alertó en su discurso de Enero de 2006 que una deriva separatista obligaría al ejército a intervenir para mantener la soberanía nacional, fue acusado de traición al gobierno y apartado de sus cargos.

Sin embargo, por mucho que el socialfascismo fantasee con el disminuido y ridiculizado ejército español como guardia de corps a su exclusivo servicio, el ejército de una nación política no es un instrumento de un partido político sino de la nación, su capa cortical en definitiva. La que tiene que defender a la Nación, no a un partido político, de amenazas externas y de los riesgos de disgregación de la soberanía nacional.

Y si esa capa cortical está integrada en otra organización de mayor potencia de obrar, como la OTAN, en tanto que integra a los países miembros del orden internacional realmente existente, lo lógico y normal es que se mantengan los compromisos firmados dentro de ese tratado, y que en cualquier caso se abandonen con una causa bien justificada y previo aviso a los miembros de la Alianza Atlántica. No salir huyendo sin previo aviso y simplemente porque toca realizar la extravagancia de turno ante los medios de comunicación.

Asimismo, si un gobierno de España, por sus acciones clandestinas y traidoras a la Nación, siguiese una deriva que pusiera en peligro la pervivencia de la nación política, el ejército no debería permanecer sumiso, sino intervenir para evitar la desintegración nacional, ya fuera haciendo el «ruido de sables» o incluso deponiendo al gobierno felón que intenta destruir la nación. Un acto que incluso habría que calificar como de plena democracia, o como forma de salvar el actual régimen democrático.

Desde el Grupo Promacos llamamos a la rebelión contra este gobierno nazi que desacredita a España y a su Ejército.

El Revolucionario

Los socialistas de Vigo, a puñetazo limpio para hacerse con puestos en el Congreso del PSdeG


A bofetada limpia. Los socialistas de Vigo llegaron esta noche a las manos tras conocer los resultados de una votación en la que se elegía a los delegados en el próximo congreso del PSdeG-PSOE el 25 de abril en que se designará a la nueva ejecutiva del partido y al nuevo secretario en sustitución de Emilio Pérez-Touriño.

De nuevo, las dos corrientes muy definidas desde hace años en el seno del PSdeG-PSOE vigués se hicieron patentes esta noche no sólo en los resultados, sino en una tensión que acabó en pelea y agresiones físicas.


El altercado se produjo después de concluir una asamblea en la que volvió a evidenciarse esas dos corrientes: una de ellas la oficial liderada por el alcalde de Vigo, Abel Caballero, y otra más crítica, encabezada por su sobrino y también socialista, Gonzalo Caballero.

Pese golpes entre unos y otros, algunos afiliados lograron separar a los dos grupos y poner calma a tanto alboroto en el que se vieron puñetazos, patadas y empujones.

Las dos diferentes vías del PSdeG-PSOE de vigués reflejaron sus diferencias en una samblea en que la candidatura oficial para acudir al congreso del 25 de abril logró un total de 527 votos, un 71,80 por ciento, y que se traduce en una representación de 19 delegados, frente a los 7 logrados por la alternativa, obtenidos por los 208 votos y que suponen un 28,20 por ciento.

Después de conocerse los resultados, el secretario general los socialistas de Vigo y portavoz de la candidatura oficial, Manel Gallego, indicó que lo importante de los resultados de esta noche es que "se consolida una mayoría amplia para construir un nuevo partido en Galicia".

Por su parte, un Gonzalo Caballero exultante, líder de la candidatura alternativa, señaló que esta otra corriente dentro del PSdeG-PSOE es "imparable" y que "sigue creciendo". Según Gonzalo Caballero, las bases del partido demostraron que quieren un cambio en Galicia.

Preguntado si con este apoyo de la militancia pretende presentar una candidatura en el próximo congreso, Caballero se limitó a decir que a partir de ahora mantendrá contactos con las agrupaciones locales, pero subrayó que lo relevante es que pese a la "presión" del aparato del PSdeG-PSOE vigués "hemos resistido".

Gonzalo Caballero, apoyado esta vez por el ex alcalde socialista Carlos González Príncipe, criticó el que no hubiera ningún mecanismo de control durante la votación ni que tampoco hubieran podido acceder al censo de militantes con tiempo.

Periodista Digital

Leguina acusa a Zapatero de "saquear" España

Joaquín Leguina carga una vez más en su blog personal contra ZP. En esta ocasión acusa de "saquear" el Estado con el controvertido asunto del agua. El ex diputado socialista critica que haya convertido el agua "en bandera para crear banderías".

Leguina, quien además de ser doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, en Demografía por la Sorbona de París, estadístico Facultativo del Estado y funcionario de Naciones Unidas en Santiago de Chile hasta el golpe de Estado contra Salvador Allende, antes de convertirse en el primer Presidente de la Comunidad de Madrid, considera a Zapatero un chisgarabís.


No es extraño, por tanto que considere una insensatez que el Ejecutivo socialista haya propiciado que se pase de "el agua es de todos" a "el agua es mía y me la quedo yo". Una consigna, sobre la que ironiza en su blog, subrayando que es "mucho más adelantada y progresista".

En un artículo publicado este jueves en su blog califica la política hidráulica impulsada por el Gobierno socialista de "despropósito" y acusa a Zapatero, de "saquear" el Estado y de iniciar un viaje "disparatado" hacia "la rebatiña demagógica".

En sus propias palabras, este viaje "disparatado" hacia "la rebatiña demagógica" ha convertido el agua "en bandera para crear banderías" bajo "la mirada irresponsable" de unos gobernantes a quienes el Estado "parece importarles una higa".

Así pues, el ex dirigente socialista se lamenta de que, tras dos planes hidrográficos nacionales –uno impulsado por el PSOE y otro por el PP–, Zapatero llegue con su "España plural" y, "sin más trámite", decrete que los trasvases son "reaccionarios y, "lo que es más disparatado", las desaladoras "progresistas" y que las cuencas pueden transferirse".
"El nuevo Estatuto de Andalucía expropió al resto de los españoles la cuenca del Guadalquivir; el Ebro se lo quedó Aragón y, ahora, Castilla-La Mancha, a través también de su Estatuto, pretende decretar motu proprio el final del trasvase Tajo-Segura".
Finalmente, Leguina cree que hace algunos años hubiera sido "inconcebible "que un Gobierno de España, "y más si era de izquierdas", hubiera propiciado "un desmantelamiento del Estado" como el que, a su juicio, se está asistiendo con Zapatero a propósito del agua.
"Lo diré claro: una izquierda, tan nueva como la actualmente reinante, que propicia o permite tales saqueos del Estado, será nueva, pero no es de izquierdas ni por el forro".
Periodista Digital

Flagrante injusticia y abuso de poder gobernamental

El trato que reciben los autónomos del gobierno de España es injusto, inmerecido y cruel. Son las principales víctimas de la actual crisis y, abandonados por el gobierno de Zapatero, están cayendo como moscas. Más de 300.000 han tenido que salir de la actividad económica y productiva, engrosando las filas del paro y la pobreza. Para colmo de males, ayer, al manifestarse ante las Cortes para protestar por su maltrato y pedir socorro, fueron apaleados sin misericordia por la policía.

Es el colectivo que crea más empleo, junto con la pequeña empresa, pero es el menos protegido por la Seguridad Social y el peor tratado por Hacienda, que los somete a una injusticia fiscal constante y especialmente cruel. Obligar a los autónomos y empresarios a que paguen al Fisco, por anticipado e inmediatamente, el IVA de todo lo que facturan, aunque no hayan cobrado esa factura o aunque tarden más de un año en cobrarla, es una flagrante injusticia y un abuso de poder del gobierno, aunque esa norma esté protegida por una ley.

Para los autónomos, masacrados por la injusticia y empujados hacia la ruina por el gobierno, debe ser duro comparar su triste situaciín con el lujo, los privilegios y las ventajas de muchos políticos, entre ellos muchos diputados del congreso (Michavila, Acebes y Leire Pajín, entre otros), que, según denuncian los medios de prensa en estos días, reciben tres sueldos, lo que les permite, sin ni siquiera tener que asistir a las sesiones de la Cámara, embolsarse unos 20.000 euros mensuales.

En democracia, las leyes son justas o injustas con independencia de hayan sido o no aprobadas por el Parlamento legalmente elegido.

Esa norma abusiva, que obliga a los empresarios a financiar al Estado y que es causa de la ruina de muchas empresas, es todavía más injusta y aberrante en tiempos de crisis, cuando las empresas, sin financiación, acosadas por la escasa demanda, la morosidad y la depresión general de la economía, están obligadas a anticipar a la Hacienda Pública, para alimentar la avaricia del poder político, parte del dinero que no han cobrado y que ni siquiera saben si cobrarán.

La eliminación de esa injusticia le ha sido solicitada al gobierno de Zapatero por algunos partidos políticos de inspiración liberal y por diversas asociaciones empresariales y de autónomos, que la señalan como abusiva y manifiestamente injusta, pero el gobierno, arrogante y, en este caso, también opresor y avariento, se niega a eliminar esa barbaridad jurídica y económica que asfixia a las empresas.

Si a ese drama se agrega el dato de que las administraciones públicas, que deberían ser ejemplares a la hora de pagar sus deudas, debe en estos momentos más de 32.000 millones de euros a las empresas privadas, la "opresión", la injusticia y el abuso gubernamental es todavía más sangrante e incomprensible en democracia.

De ese modo, el Estado, creado por los ciudadanos libremente para solucionar sus problemas y garantizar la Justicia, la convivencia y la paz, se convierte no sólo en depredador y en fuente de inestabilidad, angustia y dolor ciudadano, sino también en un lastre para el desarrollo y el verdadero progreso.

Los empresarios saben que la CEOE podría haber acabado con esta injusticia si se hubiera plantado ante el gobierno, pero esa plante implicaría un pulso que pondría en peligro los muchos millones que la organización empresarial recibe del gobierno español a cambio de lo que unos llaman "paz social" y otros "silencio".

Entre los mayores problemas políticos de España figuran el terrible desequilibrio de los poderes, la devaluación del ciudadano y la ausencia de una verdadera democracia. El pueblo y la sociedad civil, ante injusticias flagrantes como el trato discriminatorio a los autónomos y pequeños empresarios, no pueden hacer otra cosa que "rogar" al poder del Estado, a ser posible con humildad, que rectifique y repare el daño, algo que el gobierno hará sólo si le da la gana.

Si esto es democracia, que venga Dios y lo vea.


Voto en blanco

La cuera . Por Alfonso Ussía

«Para mí, que el juez Garzón sería mucho mejor instructor si no tuviera siempre prisa por largarse a Méjico»

Lo contaban de Franco y Gregorio Marañón Moya. Si no es verdad está bien contado. El anterior Jefe del Estado recibía en audiencia los miércoles. La más importante e institucional, la última de la mañana. Aquel miércoles, tres grupos de recibidos fueron presididos por Gregorio Marañón Moya, hijo del gran don Gregorio. Los Amigos de los Castillos, los Amigos de la Capa, y finalmente, el Instituto de Cultura Hispánica. Al saludar Franco por tercera vez en una misma mañana a Marañón, le preguntó con gallega socarronería: -Marañón, ¿y «uzté» cuándo trabaja?-. Cada día que pasa se sabe de una nueva conferencia de Garzón en América. Y creo que la pregunta bromista de Franco a Marañón tendría que formulársela a Garzón el presidente del Consejo del Poder Judicial. -Baltasar, ¿y tú cuándo trabajas?-.


Ahora nos toca Tamaulipas. El gran Hugo Sánchez, uno de los más formidables autores e intérpretes de rancheras y corridos mejicanos, compuso una canción alegre y divertida, el «Mil Amores», que trataba de las andanzas de un fresco enamoradizo. «De Altamira a Tamaulipas/ traigo esta alegre canción»¿ También Garzón estuvo en Tamaulipas, no como el «Mil amores», sino como el «miles de euros», que en él, es lo habitual. El 8 de octubre de 2007, don Baltasar llegó a Tampico, soltó su rollo de una hora, recibió 14.000 euros por la conferencia más 11.000 correspondientes a los gastos de viaje de Su Señoría y el guardaespaldas, una botella de tequila añejo, otra de una reserva de vino mejicano, y ¡un traje! Un traje típico tamaulipeco, marrón y blanco, con flecos apaches, confeccionado especialmente para él por el mejor sastre de la zona, y por el que cobró al Gobierno de Tamaulipas mil trescientos euros más. Un traje regional valorado en más de doscientas mil pesetas de las de antes, que no es trino de ruiseñor afónico. Allí le dicen a este tipo de vestidos «cuera», porque el cuero es el elemento fundamental en su confección. Se complementa con una camisa floreada y una corbatilla roja, amén del inevitable sombrero charro, si bien en Tamaulipas es de ala menos exagerada que en Sonora, Guadalajara o el Distrito Federal. Para mí, que el juez Garzón sería mucho mejor instructor si no tuviera siempre prisa por largarse a Méjico. En su caso, mis urgencias serían similares. Aquí, en España, no se siente tan bien tratado como en el estallante país azteca. Es objeto de toda suerte de carantoñas y agasajos, y para colmo, le regalan trajes, que allí en Méjico es una costumbre muy normal y nada tiene que ver con las corruptelas de aquí, contra las que combate tan afanosamente. En Méjico, a todos los que llegan a dar una conferencia se les regala una «cuera» tamaulipeca de mil trescientos euros, porque allí son así y no hay quien los cambie. Intuyo que el obsequio de la «cuera» es para compensar los bajos emolumentos que perciben los conferenciantes a cambio de su perorata, porque catorce mil euros por hablar durante una hora son muy pocos euros, céntimo arriba, céntimo abajo. Dicho esto, sólo nos falta elevar a Su Señoría una petición con vocación de clamor. Que entre en la Audiencia Nacional un día cualquiera con el traje tamaulipeco con flecos apaches. Sería un detalle que agradecería emocionado el Gobierno de Tamaulipas, la tierra del «Mil amores».

La Razón - Opinión

Programa, programa, programa

«El PP vasco ha acertado centrando la negociación no en los cargos sino en el programa político que desarrollará el nuevo Gobierno. Lo importante para la derecha social es acabar con las redes clientelares nacionalistas, no a quien se confíe esa labor.»

No hay región en España donde la confusión entre Gobierno, partido y sociedad haya sido mayor que en el País Vasco. No podía ser de otro modo cuando la bandera oficial de la comunidad autónoma es la del PNV y el himno una canción tradicional de la que se apropió Sabino Arana. Los nacionalistas llevan tres décadas afirmando que ellos son "los vascos" y que por tanto no se podía gobernar sin contar con ellos. Por todo ello resulta imprescindible echarlos del Gobierno y dejar que entre aire fresco en las estancias de Ajuria Enea.


Después de los resultados de los primeros comicios en que los etarras carecen de representación directa en el Parlamento Vasco, PP y PSOE tienen ante sí la oportunidad de desalojar a los nacionalistas del poder. Desgraciadamente, el PSE no es el mismo que dirigía Redondo Terreros y todos los recelos están justificados ante quienes se sentaron con Otegi durante el proceso de rendición. No puede reclamar un voto a ciegas y el PP ha hecho muy bien en condicionar su apoyo.

Las negociaciones han dado como primeros frutos que la presidencia del Parlamento Vasco esté ocupada por un popular y un preacuerdo sobre las bases políticas en las que se basará el apoyo a la investidura de Patxi López. Lo primero es un éxito sobre todo simbólico. Que el partido de los apestados, de aquellos que para los nacionalistas no merecían siquiera ocupar sus escaños ahora esté a la cabeza del Parlamento no deja de ser la primera muestra tangible del cambio que podría tener lugar en el País Vasco. La evaluación del segundo dependerá de los términos que finalmente queden negro sobre blanco.

El PP vasco ha acertado centrando la negociación no en los cargos sino en el programa político que desarrollará el nuevo Gobierno. Lo importante para la derecha social es acabar con las redes clientelares nacionalistas, no a quien se confíe esa labor. Lo crucial es terminar con la hegemonía cultural y el nacionalismo omnipresente en los medios de comunicación públicos, no que sea un socialista o popular quien lo lleve a cabo. Lo necesario es poner fin a la imposición lingüística en la educación, no la persona encargada de hacerlo. Acierta el PP al no cegarse ante los cargos y centrar la discusión en la tarea que se le abre al nuevo Gobierno constitucionalista.

Ciertamente quedaríamos más tranquilos si los consejeros de Educación o Interior fueran personas sobre cuyas intenciones no cupiese albergar a priori ninguna duda. Al contrario que Basagoiti y los suyos, Patxi López, Rodolfo Ares y los demás socialistas vascos que han encontrado en la ambigüedad la forma de crecer electoralmente en el País Vasco resultan muy poco dignos de confianza. Por eso es esencial que en el programa pactado se incluyan todas las reivindicaciones que ha dejado claras el PP vasco. Ni unos ni otros pueden desaprovechar esta oportunidad histórica de acabar con el Poder Nacionalista Vasco.

Libertad Digital - Editorial

Otan: nada que celebrar. Por Rafael Bardají

POR definición, todas las cumbres internacionales son un éxito y la próxima de Estrasburgo-Kehl en donde los aliados celebrarán el 60 aniversario de la OTAN no será distinta en eso. El comunicado final recogerá con toda seguridad la satisfacción colectiva de los logros de la Alianza en sus primeros sesenta años de existencia y entonará los mejores deseo para las próximas décadas. Callará sobre la espantá del gobierno español de Kosovo, por prudencia.

Hasta cierto punto tienen razón: ¿No quiere todo el mundo -hasta los franceses- ser parte de esta organización defensiva occidental? La OTAN como institución no está en peligro. Su eficacia y relevancia, sin embargo sí. La Alianza tiene tres grandes problemas hoy que van a determinar el futuro de la organización. El primero es un problema operativo que tiene nombre y apellidos, Afganistán. Los aliados fueron a aquel país porque muchos pensaban que era la guerra buena frente a la mala de Irak. Es más, una gran mayoría fue allí porque creían que las tropas americanas habían vencido ya a los talibán y a los terroristas de Al Qaeda y que, por tanto, su misión se concentraría en la reconstrucción, no en la seguridad. Se diga lo que se diga, ese fue el espíritu que llevó a la OTAN hacerse cargo de la ISAF en 2003. Y precisamente por eso sólo unos pocos aliados, más algunos países que no son miembros de la OTAN, como Australia, han estado dispuestos a acometer misiones de combate. Hace un par de años, el chiste sobre el terreno era el significado real de ISAF : «Veo a los americanos luchar» (I See Americans Fight). Hoy la situación no ha mejorado. Son los americanos los que van a intentar cambiar el delicado equilibrio de fuerzas que hoy existe en Afganistán y que amenaza con convertirse en una vergüenza para toda la OTAN. Allí los aliados sólo pueden esperar dos cosas: la derrota o la victoria. Pero para obtener esta última tienen que asumir una responsabilidad de la que vienen huyendo en los últimos años. La OTAN no puede ni debe ser únicamente los marines americanos.

En segundo lugar, la OTAN tiene un serio problema político, la quiebra de la solidaridad entre sus miembros, agudizado por su claudicación frente a Rusia. La dependencia de los aliados europeos de los suministros energéticos rusos y la necesidad de los Estados Unidos de contar con Moscú para frenar situaciones indeseables como la nuclearización de Irán, ha llevado a que la OTAN acepte, de hecho, la política del Kremlin de imponer su propia esfera de influencia en el este de Europa. Atrás queda la invasión de Georgia y las reiteradas injerencias en Ucrania por parte de Moscú, las continua bravuconadas de sus dirigentes, su visión neo-imperial y sus amenazas de volver a la guerra fría con sus despliegues en el Caribe. En lugar de actuar con serenidad, evitando provocaciones, pero con firmeza, los aliados han preferido olvidar sus promesas a Georgia y Ucrania y con tal de contentar a Moscú hasta aplauden la decisión, por más que sea unilateral, del presidente Obama de abandonar el escudo antimisiles en suelo europeo. Ronald Reagan abrazó a los rusos desde la fuerza y acabó con el régimen comunista. El reciente consejo de ministros de la OTAN ha reanudado sus sesiones con Moscú a cambio de nada. Alemania, Francia e Italia estarán tranquilas, pues priman una buena relación con el Kremlin sobre todas las cosas, pero los países bálticos y los polacos, checos y húngaros no pueden estarlo. Si Rusia se sale con la suya sin pagar ningún precio, Georgia no será la última en caer en sus redes. Bastaría conque la Alianza desplegase parte de sus infraestructuras en sus miembros más al Este para reforzar el sentimiento de solidaridad necesario en toda alianza militar. Tendría todo el derecho y la legitimidad para hacerlo y eso le permitiría a los aliados dialogar con Moscú en un plano de mayor igualdad. De todas formas, la crisis de la solidaridad va, por desgracia, bastante más allá que Rusia, como la decisión unilateral de Zapatero sobre nuestras tropas en Kosovo ha puesto de nuevo en evidencia. El todos para uno no es conocido por el actual gobierno español, que huyó de la coalición en Irak, se niega a asumir las tareas de combate en Afganistán y sale de Kosovo de mala manera.

En tercer lugar, la Alianza tiene un grave problema estratégico. La OTAN, que fue el centro del mundo desde su nacimiento en 1949 hasta la caída del muro de Berlín en 1989, se ha mantenido voluntariamente al margen de los asuntos centrales para la seguridad del mundo en los últimos años. Primero, inhibiéndose de jugar un papel acorde a sus medios en la guerra contra el terrorismo islamista. Más allá de activar el artículo 5 de su Tratado con motivo de los ataques del 11-S, poco más ha hecho, dejando en manos de sus miembros o de la UE la esencia de las políticas antiterroristas; en segundo lugar, Irak. La Alianza se abrió en canal al querer utilizarla unos cuantos como plataforma anti-americana. La incapacidad para involucrarse colectivamente o, aún peor, para asistir a una Turquía que lo demandaba, no sólo marginó a la Alianza del Medio Oriente, sino de su principal fuerza y motor, los Estados Unidos. Y a tenor de lo que vemos con la nueva administración Obama, su atlantismo parece más bien de boquilla, pues no cuenta con sus aliados a la hora de tomar decisiones que afectan a todos; por último, la OTAN ha optado por no enfrentarse al tema estratégico de nuestro tiempo, Irán y su acelerado programa nuclear. Ni ha querido sumarse a los movimientos para impedir la bomba en manos de los ayatolas, ni se ha preparado para asegurarse una mayor protección y disuasión en el caso de que, en un futuro cercano, tengamos que lidiar con un Irán atómico. Se podía haber enviado unos buques en visita al Golfo o en apoyo de las fuerzas americanas en la zona y se debían haber acelerado los proyectos de defensas antimisiles balísticos, pero ni una cosa ni la otra.

Ciertamente, Francia vuelve a las estructuras militares de la Alianza, poniendo fin a 43 años de anomalía. Pero su retorno es menos importante en el aspecto operativo y militar, pues Francia ya participa en las operaciones OTAN como otro aliado más. Lo importante será poner fin a una permanente batalla de nuestro vecino galo por mermar la influencia americana en Europa e intentar colocar a Francia en su lugar. La OTAN ha sufrido mucho por tener que bregar todos los días con dos visiones antagónicas sobre lo que debía ser y hacer. Si la vuelta francesa significa de verdad acabar con eso, será positiva. Pero si sólo se queda en una batalla por escalar posiciones dentro de las estructuras aliadas, puede que Francia gane colocando a sus oficiales donde no los tenía hasta ahora, pero la OTAN colectivamente ganará muy poco. La Alianza lo que necesita urgentemente es una única concepción estratégica que de sentido a lo que hace y que la oriente sobre lo que tendría que hacer. Francia puede contribuir a ello, pero, como siempre, la potencia indispensable será América. Sin los Estados Unidos no hay OTAN que valga. Lo deberían saber los aliados europeos y lo debería aprender rápido Barack Obama. Pero quién más necesidad tiene de saberlo es nuestro siempre sonriente presidente de gobierno y su ministra de defensa, quienes se empachan del término «multilateralismo eficaz» al hablar de la ONU, pero lo niegan en la única organización multilateral que ha probado su eficacia, como es la OTAN.

ABC - Opinión

El gran timo. Santander, Caixa, Caja Madrid y Popular, ayudados por Telefónica, se tragarán la deuda de PRISA

HSBC es menos presionable, por lo que exige más venta de activos. Entre ellos, Digital+ que los Polanco colocarán a Telefónica por no menos de 2.500 millones de euros y hasta discutiendo derechos y deuda. Slim está “imposible”, porque exige pagar a precio de mercado. Al final, PRISA pretende volver a empezar de cero con El País, la SER y Cuatro. Además, Cebrián vuelve a sus mejores tiempos: con Garzón amenaza al PP y con Chacón al PSOE

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) asigna dos acepciones al término 'extorsión'. A saber:

1. Amenaza de pública difamación o daño semejante que se hace contra alguien, a fin de obtener de él dinero u otro provecho.

2. Presión que, mediante amenazas, se ejerce sobre alguien para obligarle a obrar en determinado sentido.

Quedémonos con la segunda, más genérica para explicar lo que está haciendo el grupo editorial PRISA, el más importante del mundo en lengua castellana, propiedad de la familia Polanco pero en el que manda el periodista Juan Luis Cebrián.

Si analizamos el balance, el grupo PRISA, con una deuda que aún supera los 5.500 millones de euros, debería haber presentado concursos de acreedores. No tiene activos tangibles, apenas, pero tiene mucho poder, el poder de poner contra las cuerdas a los poderosos, el poder de, por ejemplo, obligar a sus cuatro primeros acreedores bancarios, Santander-Banesto, Caixa, Caja Madrid y Popular, a pasar por el aro de una refinanciación que más parece una condonación. En otras palabras, Juan Luis Cebrián, especialista en calificar como chantajistas y extorsionadores a la prensa independiente de Internet practica aquello de lo que acusa a los demás. Cuentan, que, siendo el máximo responsable de Alianza Popular, durante la Transición, Manuel Fraga rompió las pólizas de crédito de los bancos acreedores del partido al grito de: “Y ahora, si tenéis, c..., embargar al Partido”. No, no los tuvieron.

Ahora la historia se repite: no hay banco que se atreva a embargar a PRISA, por lo que lo que es realmente una condonación -aunque los tipos estén a la baja- se disfraza de refinanciación. Y no se van a refinanciar los 1.900 millones de la última, e innecesaria, OPA sobre Sogecable, sino los 5.500 millones, la totalidad de la deuda. El propio Cebrián asegura que se ahorrará 1.000 millones de euros. Casi un 20%.

El HSBC es británico, es extranjero, así que le asuste menos PRISA, y es el que exige venta de activos para cobrar su deuda. No hay problema: se venderán activos, todo lo vendible, hasta quedare con Cuatro, El País y la SER. Y ojo, entre los activos a vender, con lo que se incluye a Telefónica en la extorsión, está Digital+ a Telefónica. No acepta Cebrián los 1.800 millones de euros que ofrecía Vivendi ni los 2.400 anteriores. Quiere 2.500 millones y el derecho a discutir qué derechos de emisión se traspasan y qué deuda se le asigna a la plataforma de pago, en una sospechosa contabilidad analítica de asignación de costes.

Por de pronto, Cebrián ya ha mostrado su fuerza a los dos grandes partidos. Con el PSOE, mordiendo la yugular de la ministra de Defensa, Carme Chacón, esposa de un ex prisa y hoy odiado por Cebrián, Miguel Barroso, mentor intelectual de su gran enemigo socialista: La Sexta. El trato dado al asunto Kosovo ha sido no duro, durísimo. Mucho más que el que la prensa de derechas ha destinado a Chacón. Con el PP, también para demostrarle a ZP que le necesitan, con la creación -con el apoyo invaluable del juez Baltasar Garzón- de la fantasmagórica trama de los espías en la Comunidad de Madrid y los trajes de Milano del presidente valenciano del PP, Francisco Camps, clave de la política nacional.

Eso sí, no hay acuerdo con el amigo mexicano, con Carlos Slim, quien quiere comprar PRISA para mandar a precio de mercado. O sea, que Cebrián deberá seguir contando con los Polanco, aunque eso sí, ahora mucho más domesticados de lo que estuvieron nunca.

Hispanidad