sábado, 21 de marzo de 2009

La "Poli" en Matrix

Kosovo: una retirada al estilo Zapatero

«Parece que Zapatero quiere continuar con la misma línea que han seguido todas sus decisiones en política exterior desde que llegó a Moncloa. Para él, las relaciones internacionales son una manera de predicar su ideología sectaria y de ganar votos.»

No será Libertad Digital quien critique la decisión de retirar a nuestras tropas de Kosovo. Como ya explicáramos en su momento, carecía de sentido que España rechazara la declaración unilateral de independencia de Kosovo mientras contribuía de hecho con sus soldados a que el nuevo Estado tomara cuerpo. La misión, lejos de "estar cumplida" como asegura Chacón, ha fracasado miserablemente al más puro estilo de la ONU, porque teniendo la obligación de mantener el orden su inoperancia ha provocado que la mayoría de los serbios abandonen la región.


Era evidente que la presencia española en Kosovo había dejado de tener sentido; el problema es que esto es así desde el 18 de febrero de 2008, hace ya más de un año. Una retirada entonces habría sido entendida por todos, incluyendo los demás países con presencia militar en la zona, como una forma unilateral de expresar el desacuerdo con los no menos unilaterales reconocimientos de la independencia de Kosovo realizados por Estados Unidos, Francia y la mayor parte de la Unión Europea. Pero entonces se decidió dejar pasar el momento en que habría sido lógico y comprensible este movimiento.

Además, para echar leña al fuego, la retirada ha sido anunciada en un viaje de la ministra de Defensa al lugar, sin advertir antes a los demás aliados que forman la misión de la OTAN en la zona. Así, se vuelve a repetir el error de Irak. La irritación que provocó Zapatero a la anterior administración de Estados Unidos no fue tanto la decisión de retirar las tropas como la manera en que se hizo, atropelladamente y sin contar con los aliados, amén de las palabras del presidente del Gobierno animando a otros países a hacer lo mismo.

Parece que Zapatero quiere continuar con la misma línea que han seguido todas sus decisiones en política exterior desde que llegó a Moncloa. Para él, las relaciones internacionales son principalmente una manera de predicar su ideología sectaria y una forma de ganar votos. Así, todo lo que ha hecho ha de interpretarse en clave interna. Los acercamientos a dictaduras bananeras y el alejamiento de Estados Unidos no son sino una forma de atraerse el voto de la izquierda más descerebrada. Las consecuencias para España son en esto lo de menos. Lo que importan son las próximas elecciones.

El Gobierno de Obama ya ha expresado su decepción por esta retirada. A estas alturas, por más que el Gobierno insista en que habían advertido a la OTAN "hace ya muchos meses", las críticas recibidas hacen concluir más bien lo contrario. Ahora que querían reconstruir las relaciones de España con Estados Unidos, porque ideológica y electoralmente resulta rentable hacerlo con una Administración de izquierdas en la Casa Blanca, la torpeza de Zapatero ha vuelto a perjudicar las opciones que tenía para lograrlo.

Por más tiempo que pase, no parece que los socialistas vayan a aprender a manejarse fuera de nuestras fronteras. Y es que, por muy mal ministro que haya sido y siga siéndolo en la actualidad, el problema de España no es Moratinos sino José Luis Rodríguez Zapatero.

Libertad Digital - Editorial

Primer encontronazo con Obama

Polémica salida de Kosovo.

El Departamento de Estado expresa una "profunda decepción" por la retirada de tropas españolas de Kosovo y afirma que EE UU fue avisado justo antes de difundirse.

En términos inusualmente duros en el lenguaje entre aliados, el Gobierno de Estados Unidos se mostró ayer "profundamente decepcionado" por la decisión de España de retirar sus tropas de la misión de paz de Naciones Unidas en Kosovo. Esta reacción representa un riesgo para los esfuerzos que ambos países venían realizando en las últimas semanas para recuperar la normalidad en sus relaciones tras el largo periodo de incomunicación entre el ex presidente George W. Bush y el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.


El portavoz del Departamento de Estado, Robert Wood, declaró en una conferencia de prensa que ni comprendía ni compartía la iniciativa del Ejecutivo español y además precisó que el Gobierno norteamericano "supo de esta decisión justo antes de que fuera anunciada públicamente". "La OTAN fue a Kosovo en 1999 [durante la anterior Administración demócrata, con Bill Clinton] bajo el principio de entrar juntos y salir juntos, y por tanto nos ha sorprendido esta decisión", recordó el funcionario estadounidense. "Estamos profundamente decepcionados con la decisión tomada por España", insistió.

Los términos utilizados por Wood resultaron particularmente chocantes al tratarse del representante de una Administración que ha eliminado por completo el tono amenazante habitual en el Gobierno anterior y que suele expresarse de forma comedida y conciliadora incluso con países rivales. "Profundamente decepcionado", expresión que Wood utilizó en cuatro ocasiones, es una valoración que no se recuerda haber oído antes en boca de un miembro del equipo de Obama en los dos meses que éste lleva en el poder.

Fuentes diplomáticas trataron de explicar la dureza de la reacción norteamericana por el temor en Washington a que la decisión tomada por España pueda ser secundada próximamente por otros países de la OTAN que ya han expresado en privado su inclinación a renunciar a las obligaciones asumidas en Kosovo. El portavoz del Departamento de Estado trató ayer de salir al paso de ese peligro recordando que la misión de la ONU en ese territorio sigue siendo necesaria. Cuando se le preguntó si compartía la posición expresada por la ministra española de Defensa, Carme Chacón, de que "la misión ha sido completada", Wood contestó en dos ocasiones: "En absoluto".

Este episodio surge en vísperas de las que se presentaban como algunas de las mejores oportunidades de abrir un nuevo periodo de amistad entre Washington y Madrid: la visita de Obama a Europa, su intervención ante la Alianza de las Civilizaciones en Turquía y el posible anuncio de un cambio de política hacia Cuba. Todas ellas parecían bazas que España podría aprovechar para fortalecer su posición en EE UU.

Pero para este país los compromisos militares que se asumen en la OTAN son sagrados y están por encima de la tendencia política de los distintos Gobiernos. En ese sentido, la decisión sobre Kosovo podría dar argumentos a quienes en Washington empezaron a considerar a España como un aliado poco confiable como consecuencia de la retirada de Irak. Ante una pregunta a este respecto en la conferencia de prensa, Wood precisó: "España es un socio nuestro pero esta decisión particular, como he dicho, no ayuda. Y lo lamentamos".

El presidente español no contestó ayer a las críticas de EE UU, ya que compareció ante los periodistas en Bruselas antes de que se hicieran públicas, pero sí lo hizo anoche un portavoz de La Moncloa: "El Gobierno español respeta las opiniones de sus aliados, como espera que esos mismos aliados respeten las decisiones del Gobierno español".

Las críticas a la retirada de las tropas españolas de Kosovo no llegaron ayer sólo de Washington. Tras el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, que dijo el jueves que no le gustaba la decisión y que "todavía no se dan las condiciones para el repliegue", llegó el turno del ministro de Exteriores de la República Checa, Karen Schwarzenger, que ejerce la presidencia de turno de la UE. Además de calificar la noticia de "lamentable", se mostró confiado en que España no se convierta en un "mal ejemplo" para otros aliados. Más suave, el jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner, admitió que el anuncio le había "sorprendido un poco. Nos hubiera gustado que nos consultaran", agregó, "pero tienen el derecho a hacerlo y es coherente con su posición".

El País

Tostón «sandía». Por Alfonso Ussía

«Todavía creen que el golf es un deporte de ricos y privilegiados, y el objetivo de su desaparición es más ideológico que ecológico»

En Cantabria unos pocos días. Y me topo con la tabarra de siempre. Los ecologistas «sandía» –muy verdes por fuera, muy rojos por dentro–, se manifestarán de nuevo en contra del Real Club de Golf de Oyambre, el más antiguo de la España peninsular, con más de cien años de existencia. Dicen que lo hacen en defensa de las dunas. Llevan mucho retraso. Las dunas están ahí y han convivido con el golf más de un siglo. Están en la caverna verde. Todavía creen que el golf es un deporte de ricos y privilegiados, y el objetivo de su desaparición es más ideológico que ecológico. Cerca del golf se levantan unos cuantos «campings» que desaguan todas sus porquerías en la playa de Oyambre. Pero los «campings» son intocables porque han llegado a la conclusión de que son establecimientos de esparcimiento y descanso de las clases desfavorecidas. Que le digan a un escocés que van a desmantelar el Golf de Saint Andrews, también a la vera del mar, también rodeado de dunas, porque a un grupo de ecologistas se les ha agudizado el antojo.


Años atrás, un dique protegía un bosque. Los ecologistas decidieron que el dique desapareciera para que el agua de las mareas no viera interrumpido su flujo natural. Hoy, aquel bosque se ha convertido en un interminable cementerio de troncos muertos, y ofrece un aspecto desolador. Si al menos los ecologistas se afanaran en trabajar y retirar los miles de troncos aniquilados por el agua del mar y que aún resisten en pie, creería en sus buenas intenciones. Y los terrenos del Golf de Oyambre son de propiedad privada, otro acicate para que los ecologistas «sandía» se vuelquen en su contra. Así llevan más de treinta años, y es de esperar que dentro de otros treinta no hayan alcanzado su propósito.

Esta gente es capaz de traerse a Comillas al farsante de Al Gore, último santón del cinismo ecologista, para que pronuncie una conferencia contra la existencia de un campo de golf centenario. El único problema es que Al Gore pide mucho dinero por dar conferencias –más que el juez Garzón–, y tendrían que rascarse los bolsillos en exceso. Algún día presentarán un estudio por el que se demuestra que el césped de las calles y de los «green» del Golf de Oyambre ejerce muy nefastas influencias en el cambio climático y ensancha aún más el agujero de la capa de ozono. Los «campings» no, porque los estiércoles humanos y los fluidos arroyos de ecológica orina resultan muy convenientes para las dunas, las arenas y las olas de Oyambre.

Ni crecimiento sostenido ni nada. Muchos lugareños, humildes propietarios de prados cercanos a la playa de Oyambre, han asumido que esos bienes mantenidos por sus mayores y heredados de sus padres no valen nada. No pueden levantar ni una casa armónica con el paisaje porque los ecologistas se lo han prohibido. Y ahora, no contentos con ello, pretenden que desaparezca una instalación deportiva y ecológica –¿hay algo más ecológico que un campo de golf?–, porque es un deporte de veraneantes ricos y lugareños acomodados. El peligro de los grupos de ecologistas «sandía» es que son muy pesados. Se lían con el tostón y no descansan hasta que consiguen su objetivo. Por ahora, la sensatez de los gobernantes de Cantabria ha impedido la demagógica aniquilación del golf centenario. Por ahora, sólo por ahora.

La Razón - Opinión

Chacón, protagonista. Por M. Martín Ferrand

EN España abunda la gente ociosa. Ahora, a la pereza propia del espíritu nacional, se suman los parados que producen las crisis que nos sacuden y las torpezas gubernamentales en cuanto se refiere a la creación de un marco válido para la recuperación económica. Los mentideros, especialmente cuando ayuda la calor, son el refugio natural de los ociosos y así viene siendo desde hace siglos. En ellos se habla de cuanto se desconoce, se denuesta a los líderes de la derecha o se inciensa a los de la izquierda. Aclaro que del vituperio de los notables del PP suelen encargarse los militantes y seguidores del partido de la gaviota y que, por contra, la alabanza desmedida e irrazonable de los cabecillas del PSOE es dedicación preferente de los socialistas.

En los mentideros de la izquierda abundante -la otra se extingue con más rapidez que el urogallo-, se viene construyendo un pedestal para encumbrar y hacer visible la figura de Carme Chacón. La joven ministra de Defensa es persona de buena cabeza. Lo demostró en las últimas legislativas, como número uno socialista en la lista de Barcelona. Supo conciliar las músicas del PSC y del PSOE y, con habilidad desusada, suavizó aristas, acercó posturas e inscribió su nombre en la tabla de socialistas con futuro. Suena como vicepresidenta en el supuesto, tan necesario como improbable, de que el presidente se decida a soltar lastre de su globo gubernamental.

Abundan también los augurios de que será ella el relevo electoral de José Luis Rodríguez Zapatero. Aunque en estas horas el presidente se prepara para un revitalizador y largo baño internacional, su carrera está cumplida. Recién comenzada su segunda legislatura su «debe» es inmenso y su «haber» se reduce a promesas incumplidas, palabras huecas y hoscos recuerdos del pasado histórico. Los mentideros socialistas, siempre pragmáticos, trabajan ya en el engrandecimiento de la imagen de Chacón.

España, con buen sentido del Derecho Internacional, no reconoció la independencia de Kosovo y era de esperar la retirada de nuestras tropas allí destacadas. Se ha hecho con la precipitación y el mal estilo propios del momento; pero con aprovechamiento para encumbrar la imagen de la ministra como mujer de Estado y capacidad resolutiva. Mejor hubiera sido hacerlo con plazos de mayor cortesía con nuestros aliados, pero pudiera ser que en el PSOE tengan prisa...


ABC - Opinión

Socialismo la máquina de crear pobres