miércoles, 25 de marzo de 2009

Carod Rovira y Roberto Espinoza, vidas paralelas... y reaccionarias

Enemigos respectivos de las naciones española y ecuatoriana, y por ende de lo hispano, operan para destruir sendos cuerpos políticos

Neofeudalismo antiespañol e indigenismo amenazan a la República del Ecuador


Mientras por la nación siguen pasando pintorescos personajes segregados por el imperio depredador británico tales como Carlos de Inglaterra o el espiritualista actor Richard Gere, que no dudan en peregrinar a las Islas Galápagos para seguir alimentando el Mito de la Naturaleza, otra especie mucho más nociva para la República, maniobra con sutileza y astucia poniendo de manifiesto los peligros a los que habrá de enfrentarse el Ecuador si desea mantener su condición de nación política.

Si hace un par de semanas desde estas mismas páginas desenmascarábamos al renegado político español Carod Rovira, cacique neofeudal y sedicioso que mediante el subterfugio de la subvención económica humilla a los indígenas ecuatorianos para atacar a todo aquello que tenga relación con nuestras comunes raíces hispanas, la reunión que mantiene en Lima la CAOI (Coordinadora Andina de Organizaciones a la cual asiste la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Quichua del Ecuador) nos obliga a referirnos a otra reaccionario sujeto: su coordinador técnico, el también peruano Roberto Espinoza.

El neofeudalista e indocto acomplejado Carod Rovira

Amigo Carod, escucha: el catalán y Cataluña son cantidades despreciables enfrente de los millones que hablamos el español en el que aprendemos matemáticas y geometría, en el que leímos y leemos a Marx, a Lenin, a Engels, a Mariátegui y, además, a Cervantes, a Quevedo, a Alfonso Reyes, a Pedro Jorge Vera, a Alfredo Pareja Diez-Canseco, a Lezama Lima y a José Martí... y también a Carlos Barral, ¿los conoces?. Si tú te sientes un enano colonizado, ese es tu problema.

Nos explicaremos: Espinoza, partidario de incorporar a la vida política las cosmovisiones indígenas (sic), se haya enredado en una maraña de ideas en la que concurren conceptos tan oscuros como el de identidad, al que se unen numerosos componentes supersticiosos y espiritualistas. La confusión en la que se encuentran atrapadas las organizaciones que representa Espinoza, está en el origen de la oposición que esta mesta de organizaciones muestra hacia el TLC (Tratado de Libre Comercio), acuerdo comercial que tratan de establecer Colombia, Ecuador y Perú con la Unión Europea. La razón de dicha hostilidad sería, textualmente, el grave “impacto en los derechos indígenas y sociales”, así como su “repercusión en el calentamiento global”. Espinoza alude así a una pretendida unión entre indigenismo y la madre Gaia cuyos nexos estarían rotos por la interposición de las naciones políticas y, como no, por la herencia de un Imperio Español que no fue el idílico y absurdo encuentro entre culturas que ahora, de manera pueril, propugnan desde CAOI.

Roberto Espinoza

Derecha reaccionaria y neofeudal por la vía indigenista: la confusión es tal que no se dan cuenta de que lo que piden es volver al Antiguo Régimen

Desde El Revolucionario y desde Quito Ecuador no podemos sino criticar tanto al colonialista Carod como al indigenista Espinoza, pues ambos atacan el mayor logro de la revolución política hispana, la que se fraguó en Cádiz en 1812: la nación de ciudadanos libres de ambos hemisferios, o lo que es lo mismo, la abolición del Antiguo Régimen en un imperio, el español, que lejos de establecer reservas donde estabular a los indios, trató de sacar del estado de barbarie a todos sus súbditos. Contra estas fuentes de civilización y libertad se alzan las reaccionarias y paralelas voces de Carod y Espinoza.

El Revolucionario

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