sábado, 24 de mayo de 2008

Mundo Blog - Red BPR, echa el cierre.

Mundo Blog - Red BPR, Blogs Pro Rajoy

"Atención, bloggers: esta web ya no está siendo mantenida por nadie. El equipo de BPR se larga por lo evidente. La web cerrará el próximo 21 de junio".

Lo evidente es la marcha de Ortega Lara del Partido Popular y la decisión de María San Gil de no volver a presentarse a la dirección del PP vasco; BPR son las siglas de Blogs pro Rajoy, un portal que aglutina (o mejor dicho, aglutinaba) casi una cincuentena de bitácoras favorables al líder de la formación. Al menos, hasta ahora, porque desde el jueves ha dejado de mantenerse en espera de lo que suceda entre el 20 y el 22 del próximo mes en Valencia.

¿Cómo se derroca a un líder y se dinamita un partido? Por Ana R. Cañil.

En el amplio mundo editorial en castellano no existe un manual para derribar a tu propio líder político, ni dinamitar un partido desde dentro. En las escuelas y facultades de políticas y de negocios se enseña estrategia, pero siempre en positivo. Nunca con el enunciado descarado de ¿cómo me cargo a éste? No es políticamente correcto.

A la ingenua pregunta de ¿cómo se dinamita un partido? ¿Existe una estrategia para cargarse a Rajoy desde dentro?, sólo un viejo socialista ha respondido: "eso se hace, pero nunca se escribe o se cuenta". No nos ha llamado estúpidos, pero casi.

Con todo, ahí van algunas conclusiones, arrancadas a sociólogos y politólogos.

Sun Tzu
1. Lo primero que señalan es que, formalmente, no se debe plantear la pregunta en negativo. Porque dinamitar un partido o cargarse la carrera de un colega no es necesariamente malo desde el punto de vista de la sociedad. Otra cosa es el asunto de las lealtades personales.

Para cargarte a tu líder y a tu partido no es necesario ser ninguna lumbrera, pero quizá sí que sería conveniente haberse leído u hojeado, por ejemplo, a los grandes estrategas de la historia universal. Se puede empezar por Sun Tzu, el famoso general chino, autor del "Arte de la Guerra". Es un texto escrito allá por el año 500 antes de Cristo, que ha sido de lectura obligada para todos los grandes hombres de negocios y las escuelas más renombradas. A Sun Tzu, por ejemplo, acostumbra a citarle hace décadas el banquero español Emilio Botín.

Algunas de las máximas de Sun más celebres son:

"La mejor victoria es vencer sin combatir"; "Es mejor conservar al enemigo intacto que destruirlo"; "Los expertos son capaces de obtener la victoria sin necesidad de ejercer su fuerza". No parece que Esperanza Aguirre, Jaime Mayor Oreja y sus discípulos, Maria San Gil y Gustavo de Arístegui --por mencionar a los más sonados en la batalla contra Rajoy-- compartan las máximas del general chino. Aunque deberían tener en cuenta que Sun influyó notablemente en Maquiavelo, Napoléon y Mao Tse Tung. Es para pensárselo.

Otra cita famosa del general chino, "Todo el arte de la guerra se basa en el engaño", se convierte en un clásico que se echan en cara las gentes de Rajoy y los actuales disidentes.

Clausewitz
2. De lectura obligada o superficial, el caso es citarle, sería Carl Philipp Gottlieb von Clausewitz. Para simplificar , como le citan quienes han bebido a menudo en los textos de este general prusiano, Carl von Clausewitz. Este austriaco no sólo ha influido en la estrategia militar moderna, sino que es también motivo de estudio en las escuelas de negocios y muy recomendable para los políticos que quieren estar "formados" de veras. Hay que tener ganas, porque su obra abarca ocho volúmenes, en los que justifica su fama con comentarios sobre estrategia, filosofía y política.

Se cita como su principal concepto provocador la tesis de que "la guerra es la continuación de la política por otros medios". El general, sin un átomo de humor ni cinismo en sus argumentos, defendía que la guerra moderna es un "acto político". Que el odio, el cálculo y la inteligencia --o lo que es lo mismo para él-- la pasión, el juego y la política- forman "una trinidad inseparable". Alemania tuvo muy en cuenta al general prusiano en el siglo XX, durante las dos guerras mundiales de las que fue protagonista.

Es difícil que alguno de los líderes actuales del PP implicados en mantener el poder o conquistarlo se hayan leído los ocho tomos de Klausewitz . Uno de los sociólogos consultados opina que quizá Alberto Ruiz Gallardón sea el que más noción podría tener de las teorías del austriaco pero nada más.

A la vista de cómo se están desarrollando los acontecimientos, es bastante unánime el criterio de que en las filas populares no se pelea por el triunfo de las ideas, sino simple y llanamente por el poder, con escasa inteligencia y a la vista de los derroteros que toman algunas declaraciones, con desagradables conatos del odio que enuncia Klausewitz.

Herrero de Miñón
3. Tras citar ..a Sun Tzu y a Klausewitz o Clausewitz (ambas formas valen), los expertos bajan al reino de lo más vulgar, lo nacional, aunque no chabacano. La respuesta inmediata a la pregunta dónde se aprende a cargarse a un líder o a dinamitar un partido, es "Pregúntale a Miguel Herrero de Miñón u Óscar Alzaga".

La razón es que ambos políticos, pero especialmente Herrero de Miñón, han pasado a la historia de la transición como principales responsables de dinamitar la UCD de Adolfo Suárez y al propio Suárez. Miguel Herrero, una de las cabezas políticas privilegiadas de la derecha, reconoce en su libro de memorias, "Memorias de estío", que estaba obsesionado con fundar la gran derecha.

Durante el otoño 1981 Herrero y Oscar Alzaga ayudaron a los barones de UCD, con una media intelectual bastante más tosca que la de ellos, a terminar con Suárez y su UCD. De forma que en las elecciones del 28 de octubre de 1982 pasaron de los 169 diputados alcanzados en 1979 a los 12 de aquel 28 de octubre, que gracias a la ley D´Hont se quedaron en 11. En enero de 1982, Miguel Herrero ingresó en la alianza Popular de Fraga, que obtuvo 107 escaños y se convirtió así en el embrión de lo que luego sería el gran Partido Popular de Aznar. ¿Fue Herrero un traidor o aportó su granito de arena a que naciera otra derecha en España? Pues depende de a quién se pregunte.

El colmo de Miguel Herrero de Miñón fue ser derrotado por Antonio Hernández Mancha, el más ¿simple? de los secretarios generales de AP en sus tiempos oscuros.

4. De partidos devorados por sí mismos y sus hijos está llena la historia. A saber, en 1933, el Partido Radical Republicano de Alejandro Lerroux ganó en las elecciones de noviembre de 1933 y formó gobierno con la CEDA, pasando de su coalición con los "azañistas" a la derecha más conservadora. En las elecciones de 1936 desapareció del mapa político. La lucha por el poder, la corrupción y el estraperlo le pasaron factura.

Y todo esto por hablar de un partido de centro o de derechas. Las luchas internas en los partidos de izquierda, especialmente en los comunistas, han dado para ríos de tinta durante todo el siglo XX.

¿Qué elementos novedosos presenta el asalto al poder de Rajoy por sus propios correligionarios?

Mayor Oreja y Aguirre.
a) Que la cizaña les ha venido vertida desde fuera, dictada por la radio de los obispos, la cadena Cope y su estrella rutilante, Federico Jiménez Losantos (los demás son acólitos), y el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez.¿Por qué personajes como Esperanza Aguirre o Mayor Oreja se pliegan a los dictados de dos tipos que presumen de derrocar presidentes y gobiernos, movidos por sus intereses particulares?

No hay respuesta. Un sabio se ha atrevido a afirmar que lo que parece claro es que Pedro J. y Losantos conocen la definición de la guerra de Klausewitz: "Es un acto de fuerza que se lleva a cabo para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad"

b) Hay coincidencia en que Rajoy está tomando de su propia medicina, pero esta vez proporcionada por sus compañeros de partido. Le aplican la estrategia de la crispación que ya se diseñó para Aznar en 1993 con el ¡Váyase, señor González! y ahora se ha convertido en un ¡Márchese, señor Rajoy!. El propio Rajoy intentó aplicársela a Rodríguez Zapatero en la legislatura 2004-2008.

Diagnóstico de un sabio

Pero si no tienes bastante y quieres profundizar, aquí va el diagnóstico de otro sabio, muy sabio, que ha asesorado a los mejores políticos de este país sobre teoría de organización de partidos y poder:

Hay general coincidencia en que los partidos son "estructuras formales y permanentes que comparten una ideología y un programa político y que aspiran a conquistar el poder para aplicarlo" (Michels, Ostrogorski, Sartori, Panebianco, etc). De todas esas condiciones, el PP está dividido y en crisis en cada una de ellas, lo que pone en duda su capacidad para la finalidad última, la conquista del poder.

Pero no está dividido por un debate ideológico (que sería lo máximo), ni siquiera por diferencias programáticas (que sería lo mínimo), sino por una resistencia organizada al cambio por parte de quienes temen ser desplazados por eventuales prácticas políticas que concreten la posición programática general. El problema que tienen es que, por una parte, necesitan cambiar para ganar, pero el primer cambio habría de ser quien encarna ya el pasado, Rajoy; por otra, que quienes frenan el cambio son tan pasado como Rajoy; y finalmente que sólo puede prosperar un cambio de programa-estrategia y de líder a la vez.

La consecuencia es el freno mutuo. Quienes mantienen las esencias no tienen líder alternativo; quienes sostienen al líder, lo tienen quemado.

soitu.es

Blanco: Rajoy es lo mejor que le puede pasar al PSOE

Libertad Digital: Blanco: "Lo mejor para el PSOE es que Rajoy continúe mucho tiempo al frente del PP"

El Mundo: Blanco: 'Rajoy está probando la misma medicina que ha dado él a la sociedad'

El País: Blanco cree que Rajoy está probando "la misma medicina" que usó contra el Gobierno

La Razón: José Blanco dice que Rajoy está probando «la misma medicina» que usó contra el Gobierno

ABC: Blanco se pronuncia sobre la crisis del PP: «Rajoy está probando la misma medicina»

El Imparcial: Blanco: Rajoy es lo mejor que le puede pasar al PSOE

el confidencial: Blanco afirma que la continuidad de Rajoy "es lo mejor que le puede pasar al PSOE"

Estrella Digital: Blanco dice a Rajoy que está probando “la misma medicina” que usó contra el Gobierno la pasada legislatura

La Nación: Blanco: “Rajoy está recibiendo la misma medicina que ha usado contra el PSOE”

La Vanguardia: Blanco: "Rajoy está probando la misma medicina que usó contra el Gobierno"

El Periódico: Blanco afirma que Rajoy está probando "la misma medicina" que usó contra el Gobierno

Madridpress: Blanco: "Rajoy está probando su propia medicina"

El Correo: Blanco cree que Rajoy está probando «la misma medicina» utilizada contra el Gobierno

Diario vasco: Blanco cree que Rajoy está probando «la misma medicina» utilizada contra el Gobierno


adn: Blanco: "Lo mejor para el PSOE es que Rajoy siga mucho tiempo al frente del PP"

Eco Diario: Blanco: "Rajoy está probando "la misma medicina" que usó contra el Gobierno

Cuando el buen sentido deja paso al disparate. Por Albert Boadella.

Podemos imaginarnos a los profesionales escénicos de París recogiendo firmas para protestar por el exceso de marselleses, vascos o catalanes en sus teatros? Es difícil de concebir porque, a pesar de todo, tenemos a Francia por una nación de ciudadanos con sentido común. En España, el buen sentido ha dejado de ser común y la implantación del disparate nos va sumiendo en el sálvese quien pueda. Lo planteo así porque hace unos días aparecieron en este mismo periódico unas noticias referidas al mundo de la farándula madrileña en las cuales se daba conocimiento del manifiesto firmado por numerosos profesionales de la escena que protestaban ante la invasión de catalanes en las artes escénicas de la capital. La condición grosera y cerril del asunto se desacreditaría por sí sola si no fuera por que en nuestro país están ocurriendo algunos sucesos de apariencia intrascendente que vienen demostrando cómo la epidemia paranoica y reaccionaria que parecía acotada sólo en algunas de las antiguas provincias periféricas se halla actualmente fuera de control y empieza a extenderse por el epicentro del territorio español.

Uno de los problemas que plantea la exaltación del localismo, el rasgo diferencial y la mojiganga étnica, es que acaba irradiando un efecto contaminante en todo aquel que intenta enfrentarse a estos adherentes parásitos de la más auténtica España negra. Conozco de primera mano lo que estas veleidades han significado en la tierra que nací, y precisamente sus consecuencias me llevaron a la decisión de cortar amarras de forma radical a fin de no ser alcanzado por la emanación de tales delirios. No obstante, vengo comprobando que la distancia física resulta inútil, la plaga se ha extendido en todos los territorios del Estado y hay muy pocos habitantes en este país que actualmente se conformen con ser solamente ciudadanos españoles. En este sentido, es imposible permanecer indemne al contagio, y lo digo porque jamás me hubiera imaginado encontrarme un día verificando los lugares de nacimiento de los pintores expuestos en el Museo del Prado para manifestarles a este puñado de colegas titiriteros que bajo sus intenciones restrictivas, los artistas nacidos en Madrid no llenarían hoy ni un simple pasillo del citado museo.

Con semejante actitud segregacionista tampoco existiría el taller Soro lla y, en el Thyssen, únicamente los macarrones mantendrían el testimonio local. En cuanto al oficio teatral más asentado en la capital como fue la zarzuela, muy pocos títulos subsistirían si se hubiera discriminado por lugar de nacimiento a los autores de las más castizas partituras del genero. Y no sigo porque la lista, en cualquier disciplina artística, es apabullante, y tan sólo tener que referirme a ella ya es un signo que muestra la sinrazón en la que nos ha metido a todos esta absurda nostalgia del incestuoso calor tribal, lo cual no es más que el pánico a una sociedad libre, abierta y competitiva. En definitiva, estamos caminando como los cangrejos y lo hacemos con la pasividad de la mayoría y la codicia de los dirigentes políticos, que así obtienen una buena rentabilidad personal del moderno sistema feudal.

Después de tantos siglos de máscaras, carromatos, moral libertaria y mestizaje cultural, creía pertenecer a un gremio de escépticos socarrones inmunizado contra los residuos del Antiguo Régimen. Me refiero al carlismo y a la España retrógrada, la misma que para la nueva ocasión se disfraza de nacionalismo democrático como si el nacionalismo fuera compatible con una sociedad plural. La gran paradoja reside en que los automatismos endogámicos y el filón regional que aflora de nuevo en nuestro país llevan esta vez un considerable bagaje de prebendas. Los lucros son de tal magnitud que la España invertebrada o el problema de España vienen hoy invocados por unas generaciones de impostores, cuyo encumbramiento se hizo bajo la etiqueta del internacionalismo, la solidaridad y la igualdad de derechos, y ahora se han montado al carro de exaltación del privilegio territorial con el fin de blindar su correspondiente repartidora local.

Siempre que España ha vivido breves tiempos de libertad e impulso modernizador ha surgido la estrategia de demolición del Estado alentada por la alternativa de un poder político territorial que se erige en representante único del sentimiento atávico y en el que la lealtad a las reglas de juego generales viene condicionada por los pretextos de singularidades étnicas y culturales.

A estas alturas de nuestra reciente historia me voy volviendo pesimista en lo que respecta a recomponer una idea moderna y global de España, pero también debo admitir que no esperaba, con semejante celeridad, un triunfo tan espectacular del nacionalismo catalán en la capital del reino. Como Cataluña no es receptiva con el teatro madrileño, tenemos la excusa para reforzar los límites territoriales y cada uno en su casa y a su negocio. Si en el gremio de comediantes se ha conseguido que prevalezca el lugar de nacimiento en vez del talento artístico, ciertamente, la España de la igualdad es hoy una quimera literaria. La reivindicación de la partida de nacimiento adquiere un insólito valor de limpieza de sangre que sirve para convertirse en ciudadano de primera dentro del clan y un foráneo en el resto del territorio nacional.

Yo no sé si el teatro catalán es mejor o peor que la producción madrileña, pero poco importa en lo referente a este tema, lo esencial es que el uno y el otro forman parte del teatro español y esto es lo que no se quiere conceder porque no interesa. En el fondo de la cuestión, mis colegas comediantes pretenden introducir fronteras al libre mercado para beneficiarse bajo el proteccionismo de los monopolios políticos que se han venido estableciendo en los reinos de Taifas. Por ello, insisto en que éste no es un asunto baladí. Cuando la deriva segregacionista afecta ya a los practicantes de las artes y el mérito se elimina en razón de la cuota identitaria, el acto se convierte en la prueba del nueve de la galopante confusión que asola nuestro país con la vil aquiescencia de toda la clase política.

Al fin, las palabras del histórico nacionalista Prat de la Riba se han convertido en premonitorias: «No es cuestión de buen gobierno, ni de administración; no es cuestión de libertad, ni de igualdad; es cuestión de patria» A tan contundente declaración de principios, yo sólo me permito añadirle que, cuando ahora en España escucho la palabras patria, identidad o rasgos diferenciales, me protejo la cartera.

El Mundo - 22/05/2008
Albert Boadella es dramaturgo y director de Els Joglars