miércoles, 21 de febrero de 2007

Albert Rivera zanjó por las bravas la "rebelión" de su marca en Madrid

21 de febrero de 2007.El pasado sábado el líder de la formación y su "número dos" desactivaron, "manu militari", los movimientos que venían haciéndose para presentar una candidatura contra Gallardón.

La dirección nacional de Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, la formación política liderada por Albert Rivera y nacida como plataforma antinacionalista de intelectuales catalanes, tuvo que intervenir directamente para solucionar los movimientos existentes en su "versión madrileña" de cara a las elecciones municipales, y que el "gallinero" no forzase la presentación de una candidatura a la alcaldía de la capital de España.


Según ha podido saber Elsemanaldigital.com en fuentes de la dirección del partido, el propio Rivera y el secretario general, Antonio Robles, venían siguiendo con inquietud diferentes reuniones mantenidas en el seno de la marca en la Villa y Corte para plantear batalla frontal en los comicios al Ayuntamiento de Madrid, presentando una lista propia. De hecho, ya había llegado hasta Barcelona el runrún extraoficial de posibles candidatos a encabezar la candidatura madrileña.

Pero cuando todo parecía hecho y la agrupación de la capital de España a punto, la intervención de la dirección de Barcelona evitó que la situación pasara definitivamente a mayores. Fue así como Albert Rivera y su consejero delegado en el partido, Antonio Robles, desembarcaron el sábado pasado en Madrid para desactivar la "rebelión". La cúpula de Ciudadanos logró desactivar al ala más entusiasta de la agrupación madrileña y les convenció de que lo idóneo de momento era centrarse en las locales catalanas, tras los inesperados resultados cosechados en las autonómicas de noviembre del año pasado.

La ejecutiva del partido decidió, con el apoyo "de dos terceras partes" de la agrupación local y de sus militantes, según han reconocido fuentes de Ciudadanos a este periódico, no presentar lista en Madrid y dedicarse a consolidar el proyecto para las generales. No obstante, fuentes del partido hablan ya de que la guerra interna continuará en el futuro. "De momento -añaden las mismas fuentes-, lo importante es estar unidos, ya que se presentan unos meses muy cargados, con las municipales encima".

No obstante, esto parece más la típica calma antes de la tormenta. Y es que ya empieza a surgir un movimiento crítico en el Partido de la Ciudadanía que desconfía de los métodos de Robles, al llevar la formación con "demasiado mano dura". Algunos se han atrevido incluso a calificar sus formas de "estalinistas". Tal vez solamente tema un descontrol del aparato de la formación, aunque el ruido de sables está ahí.



El semanal digital (21/02/07)

Francesc de Carreras: "exigir la autodeterminación de Catalunya es una estupidez”

El abogado y catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat Autònoma de Barcelona Francesc de Carreras fue junto al dramaturgo Albert Boadella y el periodista Arcadi Espada uno de los impulsores de la asociación Ciutadans de Catalunya que, después y poco antes de las autonómicas, se convirtió en un partido que ha logrado colocar contra todo pronóstico tres diputados en el Parlament.

- ¿Le sorprende aún el éxito de Ciutadans en las autonómicas de noviembre?
- Los tres diputados se lograron tras una campaña modesta y sin eco en los medios, pero el trabajo fue de los líderes del partido, no de los impulsores. Aquel resultado, además, no implica nada para las municipales, que se ven a veces como unas primarias sin recordar que su lógica es otra, aunque para CiU igual sí que son una última oportunidad. La federación se construyó desde el poder y en torno a Pujol, pero ahora mandan otros y Pujol no está. Si CiU pierde Tarragona, no gana en Barcelona ciudad y pierde diputaciones podría llegar a implosionar o quedar como una fuerza de segunda fila.
- En Catalunya, la consigna parece reeditar el tripartito donde sea posible, pero el recurso sobre la constitucionalidad del Estatut está pendiente. ¿Puede el fallo deslegitimar al Govern y sus reediciones?
- El Estatut no se anulará en su totalidad y la inconstitucionalidad se limitará a aspectos concretos. El Tribunal Constitucional puede declarar nulos ciertos preceptos o hacer sentencias interpretativas, que obligan a que la ley se interprete y aplique sólo como el tribunal fija. La sentencia, si modifica el texto, deslegitimará a los que lo aprobaron pero quizá las consecuencias no sean tan graves como puede parecer. En los 80, el Constitucional se pronunció en contra de 14 de los 38 artículos de la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) y no dimitió nadie.
Ustedes dicen que el problema del Estatut, a parte de su contenido, es el efecto contagio. ¿Puede el fallo afectar a los otros estatutos similares aunque no haya recursos contra ellos?
- El Estatut obliga por ejemplo al Estado a invertir durante siete años en Catalunya un porcentaje del gasto total en infraestructuras equivalente al PIB de Catalunya respecto al de España. Eso impide al Gobierno aprobar los Presupuestos Generales que crea convenientes porque una ley orgánica le coarta. En el estatuto de Andalucía hay unos 60 artículos copiados del texto catalán y sí, cuando se apruebe habrá problemas.
- Pero el Estatut fue aprobado en un referéndum y el Estatuto de Andalucía se aprobará en otro ¿Pueden los jueces cuestionar la voluntad popular?
- El ordenamiento jurídico coloca a todos por debajo de la ley y la decisión del Constitucional pesa más que la del pueblo de Catalunya o Andalucía expresada en referéndum. Antes se podían interponer recursos antes de aprobar las leyes, pero eso se eliminó porque se hacía un mal uso y los recursos, casi siempre politicos paralizaban las leyes. La cautela aconsejaba reservar esa posibilidad para leyes aprobadas en referéndum para evitar conflictos generados por fallos desfavorables, pero no se hizo. Que la gente esté de acuerdo en algo no implica siempre que ese algo sea correcto.
- Se le olvida que aunque el PP cuestiona el Estatut catalán, ha apoyado el de Andalucía y el de Valencia, que son parecidos, según dice.
- Al PP y al PSOE no les importa crear los problemas si pueden sacar algo generándolos. En Andalucía apoyan el estatuto porque los andaluces quieren lo mismo que Catalunya y oponerse a eso no es gratis. Los estatutos no pueden limitar al Estado invocando una supuesta condición de nación que se sugiere para Catalunya o apelando al peso demográfico de Andalucía. El PP se jacta de salvaguardar la unidad de España, pero apoya estos estatutos para lograr o mantener el poder, como en Valencia o Andalucía.
- Antes ha dicho que en el texto catalán no figura que Catalunya sea una nación.
-Se habla de nacionalidad y de un común acuerdo mayoritario que dice que Catalunya es nación y eso es porque la nación jurídica y la cultural no son lo mismo. En derecho, una lengua y una cultura no bastan para hablar de nación, por que la nación es un conjunto de personas que se otorgan a sí mismas unos mecanismos de gobierno en tanto que sujeto de la soberanía. Decir que Catalunya es nación equivale en términos jurídicos a otorgar a una parte de España una soberanía que no le corresponde, porque quien la ejerce es el todo, no la parte. El Estatut define una comunidad cultural, pero eso no permite hablar de nación o de derecho a la autodeterminación.
- ¿Puede Catalunya invocar ese derecho?
- La autodeterminación se puede invocar sólo en casos de control colonial y servía, para que los ciudadanos de Ghana o Kenya denunciasen que Gran Bretaña limitaba sus derechos con un régimen diferente al de los ciudadanos de la metrópolis. En Lleida y Bilbao se disfruta de los mismos derechos que en Segovia y, por eso, invocar ese derecho desde Catalunya o Euzkadi es una estupidez. Volvemos a lo de antes: no se trata de solucionar problemas, se trata de ver qué se logra con ellos. Es lo que pasa con la lengua y el precepto de disponibilidad lingüística, que obliga al propietario de un negocio a atender a sus clientes en la lengua en que le interpelen. Eso es normativizar las relaciones particulares y las administraciones sólo deben intervenir si hay conflicto. Es atentar contra la libertad.
- Pero el catalán es una lengua débil, eso es un hecho.
- Y merece protección especial, pero no se puede decir que sea la lengua propia de Catalunya, porque el castellano también lo es. El CIS indica que sólo el 41% de los catalanes tiene el catalán como primera lengua. ¿Es que acaso el resto tiene actitudes lingüísticas impropias? Los territorios no tienen lengua y derechos, porque sólo los tienen las personas que viven en ellos. La lengua debe dejar de ser un discurso central. Ese es el problema de la política actual, hacer pasar por centrales temas que no lo son.
¿Lo dice como si fuera un problema general o sólo de Catalunya?
- General. Zapatero sólo ha trabajado para solucionar problemas reales con la Ley de la Dependencia. Lo demás, y en lo demás cabe el matrimonio homosexual y la retirada de Irak, son gestos sin peso sobre la vida de las personas.
¿Eran el Estatut y el terrorismo los grandes temas de la legislatura?
- Zapatero tenía otras ideas sobre el Estado, pero sus aliados le han metido en una trampa. El camino del estado de las autonomías implicaba desarrollar lo que había, no cambiarlo de arriba a abajo. Ese modelo de Estado, aunque los nacionalistas no lo reconozcan, tenía mucho de federal, pero el Estatut se ha pasado de rosca. A Zapatero le han metido varios goles al convertir en centrales debates que él no deseaba.

Luis Ángel Pérez de la Pinta (La Mañana) (18/02/07)

El tripartito respeta que Tremps siga en el TC y confía en el recurso de súplica del Govern

PSC, ERC e ICV-EUiA mostraron hoy su 'respeto' a que el magistrado del Tribunal Constitucional (TC) Pablo Pérez Tremps no dimita tras ser recusado por su informe previo al Estatut. Confiaron en que prospere el recurso de súplica del Govern a esta recusación, o en la posible recusación posterior de la Generalitat al juez Jorge Rodríguez Zapata.

CiU interpreta el hecho de que Pérez Tremps no dimita como un mal augurio para el Estatut ante los recursos a los que se enfrenta en el Constitucional, pero también respeta la decisión.

De hecho, todos los grupos del Parlament mostraron hoy 'respeto'. El PP dijo además que Tremps no tenía por qué dimitir. Por su parte, C's pidió respetar lo que acabe decidiendo el Alto Tribunal.

REEQUILIBRAR EL TC.

Miquel Iceta (PSC-CpC) constató su respeto a Tremps por una decisión que 'sólo él podía tomar, sin ninguna presión', pero mostró su apoyo a que la Generalitat consiga 'restablecer el equilibrio' en el TC.

Lo dijo en alusión al recurso de súplica sobre la recusación de Tremps y a que, si este recurso no prospera, el Govern plantee recusar a Zapata por haber hecho un informe similar al de Tremps. Esperó, al menos, que Tremps vea limitada su recusación sólo por el apartado del Estatut sobre acción exterior de la Generalitat, ya que es el tema del informe que hizo.

El republicano Joan Ridao también confió en la actuación de la Generalitat, y consideró que la decisión Pérez Tremps de no dimitir es 'un golpe duro' para quienes quieren 'restablecer el equilibrio' del TC.

Como los socialistas, ERC confía en que el Govern consiga ese reequilibrio. 'Tenemos que utilizar las mismas armas que ha utilizado el PP', dijo, y constató que los populares 'han aprovechado una grieta jurídica'.

Jaume Bosch (ICV-EUiA) afirmó que la permanencia de Tremps en el TC 'aún da más legitimidad' al Govern para su recurso de súplica y una posible recusación de Zapata.

CIU CRITICA A PP Y PSOE.

Núria de Gispert (CiU) dijo que Tremps ha hecho 'lo que más le convenía' porque, para un magistrado, 'un recurso es un recurso más para su trabajo'. En cambio, constató que 'quien puede salir más perjudicado es Catalunya o la Generalitat'. 'No es un buen augurio' para el Estatut, insistió.

Para De Gispert, 'lo más grave' es que, cuando se trata del debate territorial y de dar más poder político a Catalunya, el PP 'no es el único culpable', sino también el PSOE, a quien 'ya le va bien todo esto'.

Según Francesc Vendrell (PP), Tremps tiene 'todo el derecho' a seguir en el TC: 'No entiendo por qué debía tomar otra decisión', dijo, teniendo en cuenta que 'nadie le había cuestionado' excepto para abordar el Estatut.

Albert Rivera (C's) respeta la 'autonomía' de Tremps a decidir su futuro en el TC. Pidió que todos los partidos 'dejen de imponer presiones' al Alto Tribunal y respeten la decisión que éste tome sobre el Estatut, sea cual sea. Asimismo, respetó tanto la recusación de Tremps como el recurso de súplica del Govern.

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