jueves, 15 de noviembre de 2007

El colapso de Ciutadans. Por Lázaro Covadlo

El colapso de los imperios supone una ley universal y nos enseña que todo lo que un día fue joven, lozano y lleno de esplendor, más tarde o más pronto acabará hecho cisco y el detritus, como mucho, servirá de abono para futuras construcciones sociales.En su día se derrumbaron Babilonia, el Imperio Persa, Grecia, Roma y, dando un salto en el tiempo, el Imperio Austro-Húngaro.También la movida madrileña y algunos matrimonios de mi barrio. La segunda ley de la termodinámica, conocida como entropía, determina la tendencia natural a la pérdida del orden en todo lo existente. Se desorganiza la relación entre los componentes de la materia y entonces las cosas empiezan a pudrirse, por lo cual se me estropeó la fruta que dejé fuera de la nevera. Vamos, que ante tanta decadencia te dan ganas de llorar.

Hay entidades que son destruidas desde el exterior, como pasó con el Tercer Reich, y otras que por si solas se pudren desde dentro, sin que sea necesario propinarle patadas. Tal la Unión Soviética, que cuando parecía gozar de su mayor poder se vino abajo como un castillo de naipes marcados. Suele pasar con lo grande y lo pequeño, y hasta con lo minúsculo pero aparentemente saludable, y ahora mismo estoy pensando en Ciutadans- Partit de la Ciutadania, que daba la impresión de ser tan pujante y tan moderno y a la postre resultó un fruto agusanado, aunque muy vistoso por fuera. Quién lo hubiera dicho. Yo no, ya lo saben ustedes.

Como admirador de prodigios me maravillan esos fenómenos entrópicos en los que el colapso se produce con tan extraordinaria velocidad. Mérito de Ciutadans y en gran parte de su presidente, Albert Rivera, y de quienes volvieron a votarlo, claro. Y también de su mentor Francesc de Carreras. El jefecillo de la tribu y el anciano médico brujo unieron sus fuerzas y produjeron un colapso extremadamente veloz, digno de figurar en el Libro Guinness de los récords, en el apartado «estropicios por soberbia y autoritarismo de patio de vecinos», bajo el epígrafe «Los dioses ciegan a quienes quieren perder».

Mi interés científico -sobre todo entomológico- no impide cierta piedad por la trunca carrera de este muchachito que audazmente se presentó en pelotas y al parecer acabará de igual modo, sobre todo después de su entrevista con Rosa Díez, a la que puede que se hubiera presentado con exceso de ínfulas. Tal vez se había dicho: «Soy joven y guapo, como lo fue Alejandro Magno. Si Napoleón llegó a general a sus 25, ¿por qué no yo a president antes de los 30?». Puede que en casa le dijeran: «Hijo mío, siempre es mejor ser alguien que no ser nadie. Eres buen nadador, pero eso no te garantiza el futuro. Hazte político, pero deja el PP: allí están todos los cargos repartidos, mejor búscate una formación nueva y apoya allí tu escalerita».

Y pasó lo que pasó. Cuando un sistema aislado alcanza una configuración de máxima entropía ya no puede experimentar cambios (de La segunda ley de la termodinámica).

El Mundo - Suscripciones - 15/11/2007
El Blog de Arcadi Espada - 15/11/2007

3 comentarios:

Enrique Suárez dijo...

Hay algo que no aprecia Lázaro en su artículo, y que posiblemente también haya sido muy relevante a la hora de acelerar los hechos a una agonía rápida.

La rebeldía de los militantes de Ciutadans que establecieron una resistencia feroz ante el nuevo yugo político que trataron de implantarles.

Este blog es una parte importante de aquella resistencia, sin lucha interna por los valores compartidos, los que mandan hubieran logrado su propósito, pero esta vez, en esta ocasión, y para que sirva de precedente, no fue posible.

Las bases se agruparon, rebelándose contra la estupidez de los detentadores, y dijeron NO. Sería importante que los partidos políticos tradicinales aprendieran la lección: SI SE QUIERE, SE PUEDE cambiar la inercia, o en su defecto, abandonar la nave cuando se tiene la certeza de que de no dirigirse al lugar acordado, lo mejor es que se hunda en su propia incoherencia.

Anónimo dijo...

A mi parecer Lázaro Covadlo abusa del sarcasmo y la ironía. Es muy fácil constituirse en detractor de las causas que han fracasado, mucho más difícil es apoyarlas en sus malos momentos. Creo que Covadlo utiliza su talento para hacer daño, ya lo ha hecho en otros casos. Su actitud merece que se cree un club de detractores de Lázaro covadlo, a ver si le gusta. Hay cosas que deben respetarse, y Covadlo al parecer no respeta nada, más bien actúa como un sádico francotirador o un holigan. Es una opinión

Anónimo dijo...

Este Lázaro Covadlo que confiese si trabaja para Convergencia o para ERC. Seguro que es un catalanista acérrimo. Vaya a saberse qué favores estará pagando y por eso ataca a Ciutadans. El tipo es un cínico y un mercenario. Que diga cuántos dólares cobra. Confiesa Covadlo!!!!
Miguel Angel Martínez