sábado, 16 de diciembre de 2006

¿Conspiración o manipulación?. That is the question...

¡Qué sabe nadie!

¿Conspiración o manipulación?

Ortotipografía de la nación

"Desde luego, la palabra nación es un ejemplo emblemático de esta subasta del sentido. Pero no es el único. El concepto de lengua propia es otro ejemplo de una cegadora claridad. (...)Los intelectuales, grosso modo, no levantaron la mano, salvo las conocidas (y tiroteadas) excepciones de Federico Jiménez Losantos y el grupo formado en torno del manifiesto de los 2.300. No levantaron la mano y la circulación del absurdo concepto (ni menos ni más absurdo que el de realidad nacional) ha amparado la discriminación, y sobre todo la estupidez, en la España contemporánea."

Querido J:

Haciendo estiramientos antes de escribirte leía un gran libro de Juan José Sebreli. De Sebreli hemos hablado alguna vez. Debes de recordar la gran entrevista que le hizo Iván Tubau, y su ensayo canónico El asedio a la modernidad. Hace un par de años publicó Las aventuras de la vanguardia, que es un libro prácticamente desconocido por aquí, y un libro muy importante. Su objetivo central es la indagación de un problema central de la estética (y de la ética) contemporáneas: ¿por qué el realismo dejó de ser conciencia de la modernidad? Es decir, por qué el pensamiento convencional identifica moderno con abstracción (da igual que sea pictórica o literaria) y aún más: con izquierda. Hay una llamativa proximidad entre Sebreli y Tomás Llorens, gran profesor, gran crítico y patrón de la Thyssen, que lleva ya tiempo planteando la misma cuestión y que ha vuelto a hacerlo ahora en la maravillosa exposición Sargent/Sorolla que muestra la Thyssen.

Bien: cojo aire, porque la revolera es casi exagerada. Leyendo a Sebreli me encontré con un apunte sobre Goya que ilustra la escasa fortuna que la racionalidad y el realismo han tenido en España: «Contemporáneo de Fuseli y de Blake fue Francisco de Goya, cuyos grabados llamados Caprichos y sus pinturas negras de la Quinta del Sordo suelen ser interpretados como otra forma de irracionalismo prerromántico. Esto no es así. Goya era un representante de las ideas ilustradas, no un romántico, y por ello sufrió persecución en la España oscurantista. Su dibujo El sueño de la razón produce monstruos, que pasa por ser un ataque al racionalismo, muestra, por el contrario, que cuando la razón -representada por una figura durmiente sobre un libro- abandona la vigilia, surgen los monstruos engendrados por la superstición, la ignorancia y el fanatismo». ¡Cuántas veces no habremos leído exactamente lo contrario! En España la vinculación entre ese grabado y el irracionalismo es una idée reçue y sirve de maravilla para tertulias, columnas y todo tipo de postales.

Bien. Teníamos algo pendiente y el estiramiento ha sido útil. El párrafo del reciente artículo de Patxo Unzueta sobre los intelectuales y la palabra nación. «Hasta los años 90 gran parte de los intelectuales españoles admitían la definición de Euskadi (y de Cataluña) como nación. Fue a partir del pacto de Lizarra (que identificaba tal definición con derecho unilateral a la separación) y del planteamiento implícito de condicionar la retirada de ETA al reconocimiento de ese derecho, cuando se produjo la retirada de esa posición hacia la estricta definición constitucional: hay una nación política, España, compuesta por nacionalidades y regiones». ¿Gran parte de intelectuales? Es muy imprecisa esa gran parte. Desde luego no incluye al propio Unzueta. En un artículo de marzo de 1996, e ironizando sobre la posibilidad de que el pacto entre Aznar y Pujol incluyera el reconocimiento, por parte del Partido Popular, de la personalidad nacional de Cataluña (que no lo tuvo), Unzueta escribía: «Nadie ignora que lo que esa exigencia [el reconocimiento de Cataluña como nación] plantea es, sobre todo, que se reconozca que España no lo es [nación]». Era en 1996, dos años antes del Pacto de Lizarra. Pero creo que Unzueta tiene razón, hablando de una manera general. La pasividad intelectual (como mínimo pasividad) ha dado carta de naturaleza al desafuero político.

En efecto: el adormecimiento de la razón produce monstruos y la actitud de muchos intelectuales españoles respecto a una de sus obligaciones de oficio, esto es, la protección del sentido de las palabras, ha sido lamentable. Desde luego, la palabra nación es un ejemplo emblemático de esta subasta del sentido. Pero no es el único. El concepto de lengua propia es otro ejemplo de una cegadora claridad. ¿Quién debía haber levantado la mano, en Cataluña y en España, ante una locución sin la menor solvencia científica y cuya presencia en el debate político y jurídico sólo tenía por objeto el encubrimiento de una serie de mentiras: mentira a) que los territorios tienen lenguas, y mentira b) que la lengua más usada por los catalanes era (y es) el catalán? Los intelectuales, grosso modo, no levantaron la mano, salvo las conocidas (y tiroteadas) excepciones de Federico Jiménez Losantos y el grupo formado en torno del manifiesto de los 2.300. No levantaron la mano y la circulación del absurdo concepto (ni menos ni más absurdo que el de realidad nacional) ha amparado la discriminación, y sobre todo la estupidez, en la España contemporánea.

No debe olvidarse que la destrucción del sentido, respecto a los problemas nacionalistas, arranca del mismo texto constitucional. Aunque es cierto que había un remoto antecedente catalán que la hacía sinónimo de nación cultural, nacionalidad era una palabra perpleja en el mismo momento de nacer. Nadie sabe qué quiere decir, ni tampoco lo que ha significado en el proceso español. Las peripecias constitucionales con el sentido podrían interpretarse como el último y definitivo pago a la dictadura. Podrían. Mucho más desmoralizador es que las peripecias hayan continuado después, sin que los intelectuales ni los políticos hayan reclamado un pacto por el sentido común, rescatando sentido común de su erosión por el uso e interpretando la locución como el «significado de todos». Parece muy difícil, por ejemplo, que sin ese pacto entre demócratas pueda llegarse a algún resultado estable en la negociación con los terroristas.

El uso de la palabra nación en el debate político y cultural español ha sido un gran ejemplo de frivolidad. Nación, modernamente, sólo quiere decir Estado, y el resto es bullshit, estiércol de toro. Esa idea, por ejemplo, tan sumamente anacrónica, inútil, de la nación cultural, como si tuviera algún sentido moderno identificar a los habitantes de un lugar por una lengua, una etnia o una tradición. En España no hay ninguna nación cultural, en ese sentido monista. No lo es Cataluña, donde hay, al menos, dos lenguas, y muchas tradiciones. Tampoco el País Vasco ni Galicia. Y tampoco lo son ni España ni Europa, aunque uno de los más bellos discursos políticos que se han escrito nunca sea el de tu querido Jules Benda a la Nación europea.

La frivolidad y la ausencia de sentido crítico han llegado a un límite inexplicable, y sopeso, vaya si sopeso. Hay un libro por ahí, que acaban de imprimir, donde se da una solución no ya semántica al caso español, sino ¡ortotipográfica! Pásmate: dice el sumario profesor que en España está la Nación (mayúscula) y luego las naciones (minúsculas), y que está claro, che, que estamos en una Nación de naciones. Desde luego: una nación, una mema muñeca rusa, cuya primera universidad en un ranking mundial de 500 ocupa la plaza 171, según un estudio reciente, y que no parece en absoluto improvisado, de la Universidad china de Jiao Tong.

A veces comparo la tarada vida española con la célebre farsa de Sokal, que les endosó un artículo incomprensible al consejo de redacción de Social Text, la posmoderna revista de la Universidad de Duke. Parece, en efecto, que esa vida se proponga como farsa a la espera de que alguien diga: «¡Mentira!».

Pero los días van pasando.

Sigue con salud.

A.

Arcadi Espada, El Correo catalán
El Mundo, 16-12-2006

Con el Estatuto no será suficiente

C # : Catalonia is different, como bien apunta Criterio. Pero el Sr. Pujol sigue siendo el de siempre. De su último artículo, lleno de resabio y victimismo, emana la advertencia, y por qué no decirlo, el chantaje habitual. En el estilo, una aspereza añadida, y es que, para desgracia suya, ubú ya no es el reyezuelo de la casa nostra (¿o sí?). Se siente traicionado, y dispuesto a apalear:

Ninguno de estos escritos (tampoco éste) pretendía anunciar que bien pronto deberemos reclamar la nueva reforma estatutaria. Entonces y ahora ya era claro que la reclamación de un nuevo Estatuto y la forma como el proceso se había conducido y el coste que al fin y al cabo acabaría teniendo obligaban a no sacudir más a la sociedad catalana, a no arrastrarla hacia callejones que podrían ser culos de saco, a no agotar más sus energías, a no herir nuestra autoestima y a provocar perjuicio en nuestro prestigio.

Suerte hay que a pesar de todo esto el Estatuto resultante, por caminos retorcidos ha acabado siendo mejor que el que teníamos. Al menos sobre el papel. Porque ahora falta ver cómo se aplicará. Y esto, hacer que se aplique bien, esto sí que requiere un gran esfuerzo de todas las fuerzas políticas catalanas. Y costará lo suficiente.

O sea que cuando digo que con el Estatuto no será suficiente no propongo que debamos volver al estilo de reivindicación entre ingenua y pija que se introdujo ahora hace tres años. Es más, aún cuando por muchos catalanes el Estatuto del 30 de septiembre de 2005 sigue siendo el referente, hace falta ser consciente de que lo es en términos de un futuro no inmediato.

Ahora es el momento de volver al trabajo, de no hacer de saltimbanqui ni hacer juegos de manos, de volver a hacer país. De volver a hacer país. Desde el mundo político y desde toda la sociedad. Y hace falta ser conscientes de que vivimos un momento de urgencia y crítico. Durante los últimos años se han acumulado, de una manera muy y muy acelerada, unos cuántos retos, entre otros, la globalización, una exigencia muy grande de competitividad, la irrupción de nuevas tecnologías, unos cambios económicos y sociales de gran magnitud, una inmigración de gran volumen y gran diversidad. Y la forma cómo se han llevado las cosas durante 3 años, de 2004 a 2006, no ha ayudado nada a dar respuesta a estos problemas. De hecho los ha empeorado.

No corresponde a este editorial entrar en el aspecto propiamente político de lo que ahora se debe hacer. Pero sí que es pertinente hacer notar que sin determinadas actitudes, y sin ideas claras del que Catalunya es, de lo que puede ser y de lo que quiere ser, y sin ideas claras de sus posibilidades y de su entorno, el reto y el peligro con qué se enfrenta no serán bien superados. Es el momento de recordar –y m e excuso por la autocitación- que sin aquello que decimos un buen IVA, es decir, Ideas claras, Valores y convicciones sólidas y Actitudes positivas, constructivas y briosas un país no va adelante. Tampoco Catalunya. Y menos cuando el momento es difícil.

Y hay un primer punto que debemos tener claro: Catalunya no está en una fase postnacional. Debe dejar atrás la chulería, el espectáculo, la frivolidad, el sectarismo, la cultura del no, la tendencia a la facilidad, el autoengaño, y tantas cosas. Pero no puede renunciar a la conciencia de país, al sentimiento de país, al ideal de construir un país con personalidad propia y que de verdad valga la pena. A esto no podemos ni debemos renunciar. Y esto no se puede hacer si no se sigue defendiendo la lengua con energía, si no se levanta el techo de nuestras instituciones (sobre todo, si la Generalitat no se convierte en una Diputación grande), si no se vela por la imagen de Catalunya en el Mundo como algo que no es una Comunidad Autónoma más, si no se hace notar el carácter nacional de nuestro país, si no se explica a la inmigración de una manera convincente y positiva que Catalunya es un país diferente, si no se rechaza la idea que un catalán sólo es un ciudadano español empadronado en Catalunya. Esto y tantas cosas más que no son sólo gestionar bien, y hacer bondad. No debemos hacer bondad, lo que debemos ser es serios y leales. Que no es lo mismo que hacer bondad, pero que tiene más calidad humana y política.

Y claro está que debemos hacer infraestructuras, y ser competitivos y debemos ser modernos. Sin esto también decaeremos, y no seremos nada. Pero sólo con esto seremos como una región francesa, que no hace nada sin el permiso del prefecto y finalmente de París.

Y también claro está que debemos hacer de Catalunya un país justo y equitativo, y con buen ascensor social. Pero si dentro de las posibilidades políticas y financieras del país Catalunya siempre ha querido hacer el máximo en este sentido ha sido por el sentido profundamente y necesariamente comunitario del catalanismo. Porque ella como país y el catalanismo como movimiento nacional han sido conscientes de que sólo eran viables si la lucha por la identidad nacional y la lucha por la justicia social iban juntas. Y así hasido. Si se me permite una referencia personal esto es lo que decíamos en el año 1958, desde la clandestinidad: “El movimiento catalán será social o no será. Catalunya será fiel al ideal de justicia social o no” será. Pero sin el componente colectivo volveríamos a ser una buena región francesa, o una buena región sueca, o un buen condado inglés, admirables en tantos sentidos, pero faltos de mentalidad, de ilusión y de ambición colectivas. Y Catalunya no debe ser esto. No quiere ser esto. No es esto.

Por lo tanto, hace falta rechazar la idea que ha llegado la hora sólo de la gestoría, sólo de las carreteras, sólo de hacer bondad y de la tranquilidad. Y menos todavía de la mediocridad. Y de la pérdida de personalidad.

Por eso es por lo que aun haciendo carreteras y siendo serios y leales y continuando una buena política social hace falta también, y no en un segundo término discreto, seguir defendiendo todo lo que contribuye y hace posible la identidad nacional de Catalunya, las Instituciones y el poder político (cuenta con el nuevo Estatuto) de la lengua y la cultura al reconocimiento como país en Catalunya mismo, en España y en Europa.

Todo esto es más necesario todavía si tenemos en cuenta que la identidad catalana corre peligro. El mismo Presidente Montilla lo dice: si alguna lengua corre peligro en Catalunya es el catalán. Si para alguien la nueva inmigración puede representar un riesgo de dilución de la identidad es para Catalunya. Si en España alguna identidad puede ser objeto de rechazo es la catalana. No debemos seguir engañándonos: Catalunya como país, no como Comunidad Autónoma, no como “región”, no como economía, pero sí como país está amenazada.

Lo digo desde la convicción que lo podemos superar. Lo digo desde la fe que tengo en el país. Y para conjurar este peligro hace falta una idea clara de lo que el país es (y por lo tanto rectificar si es que algo hace falta rectificar), valores y convicciones sólidos de democracia, de justicia, de equidad y de patriotismo, y una actitud valiente. Humilde y orgullosa a la vez. Es decir, hace falta no instalarse en esto que se ha dicho la etapa postnacional.

Si queremos ser un país importante -importante dentro de lo que es su demografía y otros condicionamientos- lo primero que debemos ser es un país. No renunciar a ser un país, una nación, un pueblo. Y no renunciar a aquello que nos puede dar impulso. Algo que le dé fuerza, energía, sentido de futuro, ambición de ser referente. Y esto, como mínimo desde hace más de un siglo, ha sido el nacionalismo. O el catalanismo los que prefieran decirlo así. En todo caso, la reivindicación nacional. Sin esto, es decir, si Catalunya opta por un planteamiento postnacional, será una provincia, un departamento francés, quizás una Comunidad Autónoma sin auténtica voluntad y vocación de autogobierno. Por eso es por lo que, desde la serenidad, desde la aceptación que las cosas no se han hecho bastante bien, desde una mezcla de humildad y de ambición, hace falta afinar, hace falta subrayar, hace falta ser firmes al decir que Catalunya no está, no ha debeestar en una etapa postnacional. Que quiere decir en una etapa de cancelación del proyecto histórico de nuestro país.

Pero este llamamiento a no aceptar que la defensa de la catalanidad y de sus elementos básicos ya no debe ser un hecho muy y muy importante de nuestro vivir y de nuestro hacer colectivos no se tiene que aplicar sólo al mundo político (Parlamento, Gobierno, Presidente y oposición). Se debe aplicar también, y mucho, a la gente. La lengua catalana necesita textos legales que la defiendan y la impulsen, pero sólo con leyes no se salvará. Hace falta que la gente la hable, la reclame, la introduzca por todo por todas partes. Con respeto y comprensión hacia todo el mundo, pero hablándola y escribiéndola siempre que se pueda, que es casi siempre. Introduciéndola en el máximo posible de ambientes y de actividades, que son muchos más de lo que se suele hacer.

Haciendo a todo el mundo – y ahora especialmente a la nueva inmigración- una presentación generosa, positiva y estimulante de Catalunya. Y superando la cultura del no que tantas veces frena el desarrollo de Catalunya.

Con el Estatuto no será suficiente. Ni con una buena gestión. Ni con un clima colectivo apaciguado y quizás adormecido. Y menos con una actitud poco autoexigente. Un país son muchas cosas, pero le hace falta además voluntad de ser. Nunca puede decir “ya tenemos el trabajo hecho. Ya no hace falta que nos preocupemos por aquello que nos da identidad. Ni por aquello que nos da impulso colectivo”. Traducido al momento actual catalán no podemos decir “ya podemos guardar el sentimiento de país, la exigencia como país y la reivindicación de nuestros derechos y de nuestra identidad. Ya podemos ser postnacionales.”

Jordi Pujol
Texto publicado en su Centro de Estudios, 12-12-2006

En el año 2005, 604.000 personas "se hicieron" ciudadanos norteamericanos.


Después de 22 años de haber llegado a este país huyendo de la guerra civil en El Salvador, Jorge Ramos se convirtió ayer en ciudadano de Estados Unidos.

Junto con él, otras 7,263 personas alzaron su mano derecha y juraron fidelidad a la Constitución.

A la salida del Centro de Convenciones de Los Ángeles, donde se celebró la ceremonia, el señor Ramos no ocultó su alegría cuando los ojos se le humedecieron.

"Estoy muy contento por haber logrado algo que tanto anhelamos, porque venimos a este país con un propósito y para ayudar a los nuestros", dijo cargando bajo el brazo su certificado de naturalización.

"Porque este país nos brinda lo que en muchos de nuestros países no tenemos", explicó su decisión de convertirse en estadounidense.

Jorge Ramos entró al país como asilado político, pero después pudo arreglar sus papeles a través de la Ley de Ajuste Migratorio para Nicaragüenses y Alivio a Centroamericano, mejor conocida como Ley NACARA.

"Fue un proceso de mucho años, pero gracias a Dios lo he logrado", dijo emocionado.

Durante la mañana y el mediodía de ayer se llevaron a cabo dos ceremonias de juramentación de nuevo ciudadanos, las últimas de este 2006.

De los 7,264 nuevos ciudadanos que ayer sumó el país, 2,341 (32%) son de origen mexicano, 657 (9%) de Filipinas y 471 (6%) de El Salvador, los tres países con más afiliación de los casi cien que estuvieron representados en la ceremonia.

Luego de que el juez Barry Russell les tomara protesta y de que se escuchara un mensaje grabado del presidente George W. Bush, los nuevos ciudadanos declararon el juramento a la bandera de las barras y las estrellas y entonaron el himno nacional de Estados Unidos.

De acuerdo con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), durante el año fiscal de 2005 fueron poco más de 604 mil nuevos ciudadanos en todo el país.

En 2006, que concluyó el 30 de septiembre, fueron más de 100 mil personas las que se naturalizaron estadounidenses sólo en el distrito de Los Ángeles.

La Oficina de Empadronamiento del Condado de Los Ángeles (Registrar/Recorder) aprovechó la ceremonia para colocar mesas de registro de votantes. Según Patricia Sanders, representante de esa oficina, se esperaba empadronar al menos a la mitad de los nuevos ciudadanos.

Elvia Brito fue una de ellas, quien recién recibió su certificado de ciudadanía, llenó la hoja de registro.

"Porque quiero votar en las próximas elecciones", comentó.

También Juan Manuel Reyes, de 22 años y originario de Honduras, llenó el formulario para votantes.

"Para tener voz en las decisiones del país y contribuir con las decisiones que el Presidente va a tomar, para poder tener mi propia voz en el pueblo", dijo este joven que se hizo ciudadano estadounidense mediante el servicio militar.

Juan Manuel ingresó hace cuatro años a los marines. "Me dieron la información, tomé la oportunidad y aquí estoy… es un alivio grande además de que vamos a tener más oportunidades de trabajo, aquí es donde quiero hacer mi vida, es un país de oportunidades y aquí quiero hacer mi familia también para que ellos tengan una mejor vida", mencionó.

Originario de Mexicali, en Baja California, México, Gabriel Muñoz Bernal, comentó que él se hizo ciudadano porque quiere arreglarle papeles a su hija.

"Yo desde hace tres años que me podía haber hecho ciudadano, pero por falta de dinero y de tiempo no pude hasta ahora", dijo con su acento norteño.

La señora Concepción Salazar, de 61 años, fue una de las que también tardó en arreglar sus papeles. "Yo me hice residente hace 17 años, pero lo pensé demasiado en hacerme ciudadana…, ahora ya voy a poder votar y ayudar a toda mi raza".

Jorge Morales Almada (La Opinión Digital)(16/XII/06)
C´s#: Hablando de Libertad, cada año, más de medio millón de personas deciden hacerse norteamericanos, sin embargo, todavía no conozco ningún caso de ciudadanos que hayan querido hacerse cubanos, más bien quieren dejar de serlo, y no se lo permiten. Saludos Ciudadanos.

A Mariña despierta


C #: A Mariña despierta. Epi, Ciudadano, nos envía el siguiente artículo de Pablo Mosquera :

A Mariña necesita un análisis sereno y democrático sobre el futuro. Las elecciones municipales deben ser punto de partida. Es el momento para menos política y más sociedad. Los partidos hacen promesas, las olvidan o las someten a la autoridad del estado mayor con sede en Santiago o en Madrid. Así surge el escepticismo sobre el funcionamiento del sistema de representatividad, ya que los concejales, alcaldes y parlamentarios, al día siguiente de las elecciones se transforman en funcionarios obedientes de la curia del partido, olvidando sus deberes para con la circunscripción electoral.

Aquí reside la causa de los independientes. Son gentes hartas de la obediencia debida a los viejos e incómodos partidos políticos al uso. Para estar más cerca del paisanaje necesitan librarse de la partitocracia. Ahí reside el éxito de Ciudadanos de Cataluña, enfrentándose al espacio de lo políticamente correcto para ofrecer un soplo de espontaneidad y libertad al cansado cuerpo electoral.

Curiosamente, de inmediato, la soberbia de los vetustos partidos no sólo les impide asumir los éxitos de los independientes como errores propios, sino que se dedican a señalar que Albert Rivera militó en el PP. Se olvidan que en democracia, la madurez social consiste en variar el voto para facilitar la alternancia que es una de las excelencias del sistema. Y por tanto, que cualquier ciudadano puede aspirar a ser elegido en cualquier lista electoral, cambiando cada vez que le parezca mejor. Así se explica la redención de militantes de ETA que acabaron en las listas del PSOE, o de comunistas en las del PP.

Lo malo es que a los partidos se les olvida todo lo que no conviene recordar. Incluso lo que conviene, como las promesas de: Inversiones en A Mariña. Parque de bomberos. Ampliación del Hospital da Costa. Arreglo de los puntos negros de las carreteras. PAC de Foz. Polígonos industriales. Mejora del ferrocarril. Corredor San Ciprián-Ferrol. Variante (de verdad, no para especular con terrenos) de Viveiro. Si alguien guarda los periódicos de anteriores elecciones comprueba atónito que los que hoy están en la oposición y eran gobierno,
impidieron las inversiones que hoy piden en el Parlamento de Galicia, a las que se oponen los que hoy mandan que antes desde la oposición pedían y pusieron en sus programas electorales. O sea, ¡una trangallada de los mismos perros con distintos collares!.

Y es que el papel lo aguanta todo y la memoria histórica apenas dura quince días. Ahora les entra a todos el mal de San Vito con lo de la especulación del suelo y la falta de planes urbanísticos que garanticen el medio natural y tengan servicios y equipamientos desde el primer día que se ocupa la nueva vivienda.

Por cierto, me he quedado intranquilo. El desaparecido, reaparecido, diputado socialista de A Mariña, tranquiliza a los constructores recordando que la futura ley del suelo admite excepcionalidades que darán margen para construir. Otra razón más para hacerme independiente.
Que no nos engañen…

O la última aventura del alcalde de Burela del Cabo. Entrevista con la responsable de la sanidad gallega para hacerle llegar un estudio que avala la necesidad de ampliar el hospital y dotarlo de resonancia magnética fija. Alguien le debe decir al regidor del puerto que más factura, después de Celeiro, que el Hospital no es de Burela. Es de toda la comarca o antigua provincia de Mondoñedo.

Puedo seguir dando razones para ser independiente o a votar independientes, pero la mejor es la necesidad de concejales que sólo dependan de ellos mismos, sin dicterios de la superioridad, antes Don Francisco, ahora de un caballero de mirada taciturna por la caída de sus ojos, o de un aspirante a presidente que prometió públicamente el PAC de Foz y se olvidó en cuanto sentó sus reales en el despacho de San Caetano.

Pablo Mosquera, "O bígaro"
El Progreso de Lugo, 14-12-2006

Memoria histórica: esencia de nuestra cultura.


En la clausura del Consejo Nacional Ampliado de la Asociación Hermanos Saíz, Esteban Lazo, miembro del Buró Político, exhortó a los participantes a NO perder la memoria histórica, que es la esencia de nuestra cultura y los valores de las ideas por las cuales luchamos.

Calificó de extraordinario y profundo el encuentro donde se analizaron críticamente los problemas, lo que hay que mejorar y lo que se debe estudiar con el objetivo de fortalecer la cultura, para fortalecer cada día más la Patria.

Aseguró que de la reunión del Consejo Nacional Ampliado solo se puede esperar un futuro mejor para la Asociación Hermanos Saíz, que defiende los mejores valores de nuestra cultura.

Esteban Lazo entregó reconocimientos a dirigentes de esa organización por su entrega al trabajo y el sello Veinte Aniversario a Alpidio Alonso, presidente nacional de esa asociación y al trovador Pavel Poveda.

PENSAMIENTO DE VANGUARDIA

Abel Prieto, Ministro de Cultura, señaló la importancia de los medios masivos en la promoción de la cultura y reflexionó sobre cómo la Asociación Hermanos Saíz puede apoyar a los jóvenes creadores y al pensamiento de vanguardia de la cultura cubana.

El primer secretario de la UJC, Julio Martínez, destacó la participación de la Asociación en la Batalla de Ideas y los veinte años de creada en defensa de la cultura y la identidad nacional.

Asimismo, Alpidio Alonso, presidente nacional de la Asociación Hermanos Saíz, aseveró que la Revolución cubana se reafirmó en su propósito de defender para sí un proyecto humanista que ubica a la cultura en el centro mismo de su estrategia de resistencia.

En el encuentro, se eligió la nueva dirección de la Asociación Hermanos Saíz, integrada por Luis Morlote Rivas, como presidente, y Alina Alarcón y Leandro Báez, vicepresidentes

Niurka Dajaruch (Radioreloj.cu) (16/XII/06)
C´s#: Excelente "reflexión ideológica", que cimenta la realidad española. Todos a una, a por el Señor Comendador. ¿Quién dirige a quién, ideológicamente?. ¿Castro a Zapatero, o Zapatero a Castro?, y Llamazares de Miguel Strogoff, da para una peli.

Declaraciones de Rodrigo Gavilán (del Sindicato de Policía) sobre el cese del Sr. Manzano, jefe del Tedax


Escuchar en La Linterna (15/XII/06)
Gracias colaborador

Carta abierta de Rosa Díez a Loyola de Palacio

Querida Loyola:

Estos días se han dicho muchas cosas rememorando tu personalidad. Es verdad que ninguno de los adjetivos con los que se te ha descrito me ha resultado inapropiado para definir tu perfil de mujer pública, de política apasionada: firmeza, lealtad, trabajo, tesón, compromiso, rigor...

Todas esas cualidades son las que cualquiera que haya seguido tu carrera pública habrá podido percibir. No dicen de tí nada que no supiéramos. Pero nos ayudan a recordar lo que hemos perdido con tu muerte. Te apasionaba la política; y ponías toda tu sabiduría, todo tu empeño, lo mejor de lo que eras, en defensa de las cosas en las que creías. No dabas nunca ninguna batalla -por difícil que pareciera, o por pequeña que pudiera aparentar ser-, por perdida.

Sabías de la importancia que tiene lo simbólico en ese mundo de las tinieblas liderado por ETA. Por eso en las cuestiones que tienen que ver con los valores, siempre estabas alerta para defender las posiciones morales, éticas, prepolíticas. Nunca bajabas la guardia frente al terror y a sus cómplices. Tenías convicciones firmes; y las defendías con la cabeza y con el corazón.

Nos encontramos en la política europea; pero te conocí en la política vasca. Ahí sí que siempre fuiste -fuimos- verdaderas cómplices. Es verdad que durante tu cargo de Vicepresidenta de la Comisión Europea, coincidiendo con la época en la que yo era portavoz de los socialistas españoles en el Parlamento Europeo, tejimos muchas complicidades en defensa de los intereses de España. Ambas sabíamos bien que los ciudadanos nos habían elegido para que les representáramos superando la sigla partidaria defendiendo todo aquello que fuera de interés de Estado. Y que estábamos en las instituciones europeas para defender la posición de España y para construir Europa. Nos entendimos bien, ¿verdad?

Pero como te decía, te conocí y te empecé a apreciar en tu verdadera dimensión humana en la política vasca. Que es política española y política europea; pero que tiene su centro de compromiso, su centro de atención, en Euskadi. Ahí sí que ponías siempre el corazón. Siempre estuvimos en la misma trinchera. Siempre estabas delante, allá donde hacía falta, respondiendo a la llamada de Basta Ya, de la Fundación para la Libertad... Presente en tantos funerales, en tantas manifestaciones, en tantos duelos, en tantos actos políticos de reivindicación de espacios de libertad. Te recuerdo encontrándonos en algún pasillo del Parlamento, tú apresurada, dirigiéndote hacia cualquier reunión internacional para hablar con tus colegas de Transportes, de Energía..., de las cosas que eran de tu competencia en la Vicepresidencia de la Comisión. Pero siempre te parabas y siempre hablábamos de "lo nuestro". A veces había buenas noticias; avances en la lucha contra el terror, en la implicación de Europa, en la batalla contra la impunidad de los cómplices. Juntas celebramos el Premio Sájarov para Basta Ya; juntas celebramos la firma del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Juntas constituimos, en un acto memorable, la Fundación para la Libertad.

Juntas también hemos llorado sin lágrimas después de demasiados atentados mortales. Nos llamábamos, muy brevemente, para darnos la noticia; y/o el pésame, cuando alguna de las dos estaba unida por lazos de amistad con las víctimas. Cuando teníamos alguna cuestión complicada de defender ante la Comisión, que requería de esfuerzo y persuasión y -otra vez corazón-, lo hablábamos contigo. Y tú nunca defraudaste nuestra confianza.

Loyola, nunca tuvimos esa confianza de amigas, esa relación personal que lleva a las personas a hablar de libros, de cine, de cocina, de viajes. No; nunca hablamos de nada que no tuviera que ver con nuestro compromiso vital. Y no sé si hubiera sido posible, en otras circunstancias, contruir una relación de otro tipo. Pero anoche, cuando supe que te habías muerto, sentí una pérdida que no tiene nada que ver con la ausencia política. He sentido dolor por la ausencia de la mujer, de la compañera. Y me he dado cuenta que las batallas que hemos librado juntas por los valores, por la vida, por la libertad de todos, me unieron a tí mucho más personalmente de lo que nunca pude pensar.

Lo he comprendido hablando el miércoles por la noche con un amigo. Me preguntó si te conocía mucho. Dije, "sí, bueno, mucho no... Fuimos candidatas en el 99, encabezamos las listas del PP y PSOE, debatimos un par de veces en las teles, nos vimos luego en Bruselas y en Estrasburgo..." Pero según iba contestando a su pregunta me dí cuenta que todo eso sólo reflejaba parte de la verdad, el envoltorio. Que nuestra complicidad como seres humanos tiene poco o nada que ver con esa coyuntura que hizo que nos encontráramos en Bruselas. Por eso he querido escribirte esta carta. Porque, como te he dicho antes, he comprendido que te encontré en un lugar, en un espacio político, determinado por la confrontación electoral. Pero que esa es la parte menos importante de lo que hemos vivido. Que mi respeto por tí está basado en los que hemos tratado de construir juntas en otro espacio, en aquel en que nos encontramos defendiendo nuestro compromiso con los valores democráticos. Me he dado cuenta, al saber que ya no estás, que donde te conocí, te respeté, te valoré, te sentí cómplice y compañera, fué luchando por la libertad de todos nuestros conciudadanos. Y que eso une a las personas mucho más que la ideología, que la procedencia social o que la historia personal.

Por eso con la noticia de tu muerte sentí la ausencia del gran ser humano que eras, Loyola. Porque tengo la certeza de que hemos perdido una gran combatiente. Porque sé que te echaremos en falta en las batallas que todavía tenemos que librar. Porque tú eras incansable, tenías convicciones firmes, tenías constancia, tenías paciencia. Te echaremos en falta por todo lo que eras; pero también porque vivimos tiempos difíciles, tiempos en los que hacen faltas personas como tú, decididas a propiciar el reencuentro, a darse la mano por encima de barreras ideológicas para combatir al único enemigo de la democracia que es ETA.

Loyola, has de saber que tu familia y tus amigos íntimos han de estar muy orgullosos de haber podido compartir contigo su vida. Yo sólo puedo decir, sencillamente, que me alegro de haberte conocido. Que admiro tu pasión, la firmeza de tus convicciones y el corazón que siempre pusiste en su defensa. Que considero que has sido un ser humano extraordinario, una gran mujer.

Loyola, allá donde quiera que estés, descansa en paz.

Rosa Díez
Basta Ya, 15-12-2006

La UE deja fuera las novedades propuestas por Zapatero y Chirac para Oriente Próximo

El presidente español se atribuye la movilización de Europa mientras Javier Solana recibe otro mandato para negociar entre las partes en conflicto y pide la «unidad» de los palestinos.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero se conformó ayer con que la cumbre de los Veinticinco recogiera «la filosofía» de su plan para Oriente Próximo. La UE sólo repitió las ideas en las que insiste desde hace meses y dejó fuera los elementos novedosos de la propuesta presentada en Gerona por el líder español junto al presidente galo, Jacques Chirac.

La declaración europea subraya la importancia de mantener el alto al fuego en Gaza y extenderlo a Cisjordania, fomentar el diálogo entre el primer ministro, Ehud Olmert, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, y apoyar la creación de un Estado palestino.

El ingrediente más original de la iniciativa, el despliegue de una misión de observadores en Gaza, no se menciona en el texto e incluso ha desaparecido del mensaje español.

La declaración comunitaria recoge el objetivo de celebrar una conferencia internacional, pero no a medio plazo, como sugería España, sino al final del proceso de paz, como prevé la Hoja de Ruta. Incluso, la UE empieza a modificar su postura respecto a una de las claves habituales que el papel franco-español recogía: el apoyo a un Gobierno de unidad nacional entre Hamas y Al Fatah, cada vez más improbable en «una de las peores crisis en años» de la zona.

Tras meses de respaldo a la formación de un Ejecutivo de gran coalición, la UE duda ahora de esta fórmula. Los Veinticinco «elogian» los esfuerzos de Abbas y se limitan a mostrar su disponibilidad a trabajar con «un Gobierno palestino legítimo» que reconozca a Israel.

Hamas se incluye en la lista de organizaciones terroristas de la UE, que veta cualquier contacto con el Ejecutivo palestino. «El Gobierno de unidad nacional no es fácil, pero no imposible», explicó Javier Solana, jefe de Política Exterior de la Unión. «Al final tiene que haber algún tipo de unidad porque los palestinos tienen que hablar con una sola voz». Solana ha recibido otro mandato para Oriente Próximo (en septiembre, los Veinticinco aprobaron uno parecido). Zapatero se congratuló de que España, con su «iniciativa movilizadora», estuviera «en el origen» de que Europa «recupere» su papel central en la región. Interrogado sobre las novedades en la declaración de ayer, el presidente del Gobierno español subrayó la urgencia del llamamiento a intervenir por el estallido de violencia.

Misión obviada

Zapatero ya no citó la misión para los Territorios Palestinos, impopular por la falta de respaldo de Israel y el peligro de que los enviados europeos sean objetivo de secuestros.

Respecto a la conferencia internacional -que no se recoge en la declaración en los términos más inmediatos que soñaba el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos-, el presidente del Gobierno insistió en que la UE tiene «más credibilidad y más capacidad política» para negociar con las partes y convocar un encuentro, aunque no especificó en qué plazo.

El español aseguró que la reunión de líderes de ayer y anteayer fue su mejor cumbre desde que es presidente. Zapatero, muy satisfecho por el nuevo dinero para la política europea de inmigración legal e ilegal (4.000 millones de euros en siete años para los Veinticinco, con cuatro fondos, donde España se llevará hasta el 35% del dinero), anunció una política migratoria común, que, por fin, reconoce la UE. En cambio, su iniciativa para Oriente Próximo ha pasado casi desapercibida.

«La filosofía general no difiere de país a país», repetía Solana, quien viaja constantemente a la zona y defiende los principios apoyados por EEUU y la UE, como el alto al fuego, el intercambio de prisioneros o la reunión Olmert-Abbas.

La UE también se muestra reticente a involucrar a Siria en el proceso, como querría Moratinos, quien, desde el verano, ha estado en varias ocasiones en Damasco. Los europeos repiten, de forma contundente, su condena a las interferencias de Siria en el Líbano y no lo consideran un interlocutor deseable. «Lo importante es que Siria deje de mezclarse en asuntos libaneses», dijo Solana.

Francia, el supuesto aliado de España para Oriente Próximo, sería el último que aceptaría una mediación con los sirios. Chirac era amigo del ex primer ministro libanés Rafik Hariri y considera que Damasco ordenó su asesinato. El primer ministro italiano, Romano Prodi, partidario de las charlas con Siria, se quejó ayer de la «intransigencia» francesa.

María Ramírez, Corresponsal en Bruselas
El Mundo, 16-12-2006

La destitución de Manzano deja en el aire todo el sumario del 11-M

El Gobierno se rindió ayer ante la acumulación de indicios en su contra y destituyó al jefe de los Tedax, Juan José Sánchez Manzano. Aunque la noticia era esperada, este cese tiene una enorme trascendencia, después de que fuera descabezada la cúpula policial encargada de la investigación del 11-M. Es obvio que el Gobierno intenta desmarcarse del comportamiento de Sánchez Manzano durante la investigación del 11-M. Y también que el cese viene a avalar los planteamientos de este periódico, ya que han sido nuestras investigaciones las que han revelado la actuación inquietante, confusa y negligente del ya ex jefe de los Tedax en aspectos básicos del sumario.

El problema es que la versión oficial de los atentados de Madrid descansa básicamente sobre la interpretación de las pruebas periciales que ha practicado o impulsado Sánchez Manzano. Y si antes ya estaba en entredicho, ahora ya queda absolutamente en el aire.

Entre las muchas lagunas fruto de la conducta del ex responsable de los Tedax, la más grave se refiere a los restos de los explosivos que estallaron en los trenes y en las mochilas-bomba detonadas posteriormente por la Policía. Sánchez Manzano fue el responsable de su análisis, ya que los restos de explosivos nunca salieron del laboratorio de los Tedax, a pesar de que dispone de pocos medios. Nadie ha explicado por qué no se enviaron al laboratorio de la Policía Científica, tal y como se hace habitualmente.

Un informe que no aparece

Nadie ha ofrecido tampoco una explicación creíble de por qué el informe por escrito de esos análisis no consta en el sumario. Sánchez Manzano tiene que saber qué pasó con ese informe. También fue él quien disparó todas las dudas al declarar ante la comisión de investigación que se habían encontrado «restos de nitroglicerina» en los trenes. La nitroglicerina no forma parte de los componentes de la Goma 2, pero sí del Titadyne utilizado por ETA. Según Interior, Sánchez Manzano reconoció ante el juez que se equivocó en la comisión, pero no conocemos el contenido de su declaración ante Del Olmo.

En el informe oficial que se le entregó al juez en abril de 2004 se da a entender que es imposible determinar el tipo exacto de explosivos, por lo que en el sumario se habla una y otra vez de «componentes de las dinamitas», sin determinar cuáles son. ¿Cómo se pueden identificar los componentes del explosivo, sin enumerarlos? Pero también Sánchez Manzano es el responsable de uno de los episodios más oscuros de la investigación: la contaminación con metenamina detectada en el laboratorio de la Policía Científica en los análisis realizados el 11-M por la tarde cuando se remitieron los restos de explosivos - ¿por qué estos sí y los otros no?- hallados en la furgoneta de Alcalá. La metenamina apareció tanto en la Goma 2 supuestamente encontrada en la Kangoo como en la muestra patrón significativamente enviada al laboratorio para su cotejo. Intentando que todo cuadrara en una explicación coherente, Sánchez Manzano también incluyó la metenamina entre los componentes de la Goma 2 encontrada en la mochila de Vallecas, a pesar de que la Policía Científica advirtió al juez que esa dinamita no tiene metenamina.

Quitarse un peso de encima

De entre todas los episodios en los que Manzano ha tratado de condicionar la actuación del juez para sustentar la versión oficial inducida por él mismo, el más chusco es el de la bolsa falsa que facilitó al instructor haciéndola pasar por la mochila de Vallecas, prueba clave del 11-M, que tenía guardada en su despacho. Aunque el juez le pidió explicaciones, tal tomadura de pelo hubiera merecido una actuación más contundente por parte del instructor. Igual que la ocultación de la radiografía de la bolsa que demostraba que el cable del explosivo estaba desconectado.

Todas estas actuaciones de Sánchez Manzano sólo pueden tener dos explicaciones. O bien estamos ante un jefe policial de una torpeza contumaz y de una insolvencia preocupante, o bien su conducta forma parte de una manipulación intencionada para establecer una interpretación del 11-M a toda costa. El hecho de que su cese se haya producido sin nombrar un sustituto, o sustituta, indica que el Gobierno tenía prisa por quitarse de encima este peso, cuando falta poco más de un mes para que empiece el juicio oral.

La destitución de Manzano deja en evidencia tanto al juez Del Olmo como a la fiscal Olga Sánchez, que han dado por buenas sus manipulaciones y chapuzas durante la instrucción del sumario. Entre otras cosas, han aceptado el informe de los explosivos con su única firma, en contra de lo establecido por la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

Bien es verdad que es el propio Del Olmo quien se pone él solo muchas veces en evidencia, como demuestra el auto dictado ayer en el que impone una fianza de 150.000 euros a los dos policías que hablaron con EL MUNDO, alegando que pueden fugarse. Obviamente, se trata de una cantidad desorbitada para el sueldo de un funcionario, por lo cual únicamente puede considerarse como un ensañamiento por parte del instructor. Sobre todo si la ponemos en relación con los 60.000 que impuso a uno de los policías implicados en tráfico de drogas y de explosivos. ¿Será que para Del Olmo es más peligroso que alguien hable con EL MUNDO a que trafique con explosivos? ¿Será que empieza a darse cuenta de que para su maltrecha reputación no puede haber peor dinamita sino la verdad?

Editorial de El Mundo, 16-12-2006

La relogse de la Logse

"Decía Marx que la ideología dominante siempre es la ideología de la clase dominante. Pues bien, la ideología de los que dominan la clase, la tiza, el pizarrín y el BOE impone obediencia ciega a un único mantra: la tolerancia cero con el talento individual."

Sin duda, el peor error intelectual de los que nos hemos pasado media vida conspirando es que nos empeñemos –contra toda evidencia– en repudiar la teoría conspirativa de la historia. De ahí que, por ejemplo, Carmen Calvo, Pepiño, Montilla, la Trujillo y Zetapé nos corten un bachillerato a la justa medida de su talla y nosotros, como los cobayas de Paulov, aún andemos ofuscados en creer que el problema reside en la talla justita de su bachillerato. Y sigamos convencidísimos de que lo suyo no es más que otro fruto tardío de la cándida ingenuidad roussoniana.

E, ilusos, clamemos airados que de ahí viene su equiparar esa neoasignatura de Anatomía Aplicada a la Música con Geografía e Historia, y Danza (a saber) con la Economía. A estas alturas del partido y en la inopia, suponiendo, infelices, que la misión de la educación todavía es transmitir conocimientos. Así nos va. Y así nos seguirá yendo hasta que no descifremos la almendra secreta de la pedagogía progresista. A saber, que la escuela no debe ser una institución al servicio de las necesidades de la sociedad sino que, muy al contrario, es la sociedad la obligada a satisfacer las necesidades de la escuela.

Decía Marx –y decía bien– que la ideología dominante siempre es la ideología de la clase dominante. Pues bien, la ideología de los que dominan la clase, la tiza, el pizarrín y el BOE impone obediencia ciega a un único mantra: la tolerancia cero con el talento individual. Redistribuir la inteligencia de la misma guisa que se colectivizaba la pobreza en el socialismo real, he ahí el alfa y el omega de esa relogse de la LOGSE que se nos viene encima. Y mientras tanto, nosotros, absortos en darle vueltas y más vueltas a la eterna noria del buen salvaje y del salvaje bueno.

Abro por una página al azar un manual escolar de Economía, uno cualquiera. Resulta ser el texto oficial y homologado para el Bachillerato de la editorial McGraw Hill. El capítulo lleva por título "La financiación de la empresa". Parece aburrido: fórmulas y más fórmulas. Teoremas imposibles de memorizar profusamente ilustrados, sin embargo, por imágenes imposibles de olvidar: Marlon Brando en el papel de Vito Corleone. Entre demostración y demostración, el Padrino contempla el botín de sus últimos asaltos. Entre ejemplo y ejemplo, los mecanismos de asignación de recursos en el capitalismo explicados a los adolescentes por don Vito y su corte de gangsters con traje a rayas y sombrero de medio lao. No es una anécdota, es la categoría, la verdadera lección. Y nosotros, preocupados por Rousseau. Así nos va.

José García Domínguez
Libertad Digital, 16-12-2006

El tiro por la culata

"A Rodríguez le ha salido el tiro de la memoria histórica por la culata del analfabetismo funcional de la progresía. Así que debatamos, debatamos sin tregua mientras el PSOE se queda más solo que la una con su ley, entre un PP que se mantiene erguido por no reconocerse heredero de nadie y unos comunistas y separatistas empeñados en revisar un millón de procesos judiciales y en sentar en el banquillo a alguien, de propina. Que empiecen por su querido genocida, que lo tienen a mano."

El PSOE ha empezado a darse cuenta de los peligros del montaje llamado recuperación de la memoria histórica. El correr de los años, que un día permitió virar de la historiografía franquista de la Causa General a la historiografía marxista de la causa particular (de Tuñón y sus epígonos), vuelve a permitir una visión más ajustada a la realidad.

A los materialistas les ha de molestar la dinámica inequívocamente dialéctica de todo esto: de la tesis franquista y la antítesis marxista a la síntesis de Pío Moa. Por doloroso que les resulte a los socialistas de todos los partidos, después de Moa nada será igual. Hay por ahí un catedrático que lo ha visto y ha titulado su obra Antimoa, rindiendo a nuestro colega gallego el más inesperado homenaje. El parásito editorial, marxista al fin, comprende que hay que reanudar el proceso: la síntesis, Moa, es ahora tesis principal, a pesar de todos los vacíos. Y él quiere ser antítesis. Antimoa, qué obvio. Y qué reconocimiento para el autor de la gran trilogía.

Mientras todas estas mutaciones se operaban, el PSOE abría su cajita del veneno y Rodríguez convertía a su abuelo en pin, se lo colgaba en la solapa e insultaba a la madre de Irene Villa: "La comprendo, también mataron a mi abuelo". Tanto falsificar abuelos muertos, tanto aprovecharse de ellos, tanta mala fe y tanta ignorancia juntas impedían a los herederos de Largo Caballero adivinar lo que ha acabado sucediendo. Que su montaje ha sido contraproducente.

Es el problema que tienen los progres. Que no leen. Declaran una Guerra Civil de papel y no se arman, no preparan la lección. Vienen con cantinelas que ya a nadie impresionan, con sus conceptos irreconocibles y sus prolongaciones increíbles. Pero su voluntad única era mantener al PP abatido y consternado, pidiendo perdón vicariamente por una República liquidada, una guerra fratricida y cuarenta años de franquismo. Y se encuentran con que la gente devora los libros inadecuados. ¡Ay, la felicidad de los libros inadecuados, mapas de la libertad!

A Rodríguez le ha salido el tiro de la memoria histórica por la culata del analfabetismo funcional de la progresía. Así que debatamos, debatamos sin tregua mientras el PSOE se queda más solo que la una con su ley, entre un PP que se mantiene erguido por no reconocerse heredero de nadie y unos comunistas y separatistas empeñados en revisar un millón de procesos judiciales y en sentar en el banquillo a alguien, de propina. Que empiecen por su querido genocida, que lo tienen a mano.

Juan Carlos Girauta
Libertad Digital, 16-12-2006

"Zapatero está convencido de que ETA es la expresión del pueblo vasco"


En una entrevista con Juan Delgado, César Alonso de los Ríos asegura con rotundidad que "el llamado proceso de paz es la coronación del cambio de Estado" y la política del presidente, "fruto del convencimiento de un oportunista".

César Alonso de los Ríos anunció hace mucho tiempo, cuando Zapatero no era ni tan siquiera un proyecto de presidente, que el modelo de Estado recogido en la Constitución corría graves riesgos, ya que se había quedado completamente abierto para satisfacer a los nacionalistas. Acaba de publicar Yo digo España (Editorial Libros Libres), un libro en el que se recoge una serie de reflexiones de un hombre profundamente español, que conoce la izquierda y sus interioridades como los dedillos de su mano, ya que estuvo activamente dentro de ella mucho tiempo. Plantea que tiene ciertas dudas respecto a la firmeza en esta materia de Mariano Rajoy, "pues una cosa son los discursos y otra los hechos". Cree que se ha equivocado profundamente al dejarse llevar por la ola de reformas estatutarias.

¿Nos encontramos ante una remodelación territorial de España o ante un asalto al Estado español?

Habría que hablar más bien de un cambio de modelo de Estado, que, por cierto, ya nos lo anunció Zapatero. Él no nos ha engañado, advirtió que iba a llevar a cabo una reforma de este tipo tal y como está haciendo. Más que un asalto al Estado, se trata de controlarlo de una forma muy segura, de manera que no sólo resulte difícil la vuelta del PP al Gobierno, sino que en caso de que lo consiga, le sea prácticamente imposible suprimir o remodelar las reformas que han hecho socialistas y nacionalistas. Por ejemplo, estoy convencido de que no se podrá intervenir globalmente sobre el nuevo Estatuto de Cataluña.

¿La actual política de Zapatero en este asunto es oportunista o fruto de un convencimiento?

Es el fruto del convencimiento de un oportunista. Zapatero fue testigo de lo que le pasó a Felipe González con CiU y el PNV, que le dejaron en la estacada en 1996 negándose a apoyar los presupuestos. Pues bien, en estos ocho años de oposición han aprendido mucho y han tomado medidas para que no les vuelva a ocurrir lo mismo. Primero, han hecho un pacto de hierro con los nacionalistas. De Felipe González a Zapatero ha habido un cambio demoniaco: hacer una operación de amarre incluso con ETA-Batasuna para dejar fuera a la derecha.

¿Estamos ante una Segunda Transición?

Ése es su objetivo principal. La que se inicia tras la muerte de Franco con Suárez no les vale porque piensan que fue resultado de un equilibrio de fuerzas en la que se vieron obligados a ceder. Rechazaron la ruptura y apostaron por la reforma, pero ahora que han pasado treinta años es momento de echar mano de la memoria histórica y de revisar todo eso. Ahora, piensan ellos que se encuentran en condiciones de superioridad para poner todo patas arriba.

¿La alianza entre socialistas y nacionalistas tiene fecha de caducidad?

Evidentemente, no tiene vocación de eternidad. Durará lo que a unos y a otros les interese. El PSOE apuesta por tener siempre una mayoría que le permita gobernar y, como ha decidido que España no le importa, le da igual pactar una vez con los nacionalistas radicales, como ERC o una HB legalizada, o con los moderados, como CiU o PNV. Está abierto a ceder ante las demandas nacionalistas, y el carrete es largo, siempre y cuando le suponga estabilidad de poder.

¿De verdad que la izquierda en nuestro país tiene una propensión antiespañola?

Sin duda. Es una idea que está muy interiorizada en el seno de la izquierda. Para entender bien esta tendencia hay que haberlo vivido de cerca. Desde fuera, podría parecer raro. En el fondo hay una especie de revancha contra la Historia de España. Por otro lado, hay un sentido de culpa tremendo en los hijos de los vencedores de la Guerra Civil, lo que les lleva a apuntarse al bando de los vencidos, que concibe que la Historia de España ha sido la hegemonía de Castilla frente a un conjunto de nacionalidades que han vivido oprimidas.

¿Hasta qué punto la UCD, en su momento, y el PP; después, han favorecido por omisión al estado actual del régimen autonómico?

UCD y AP piensan que ha habido durante el franquismo unos grupos que han sido doblemente perseguidos, por opositores y por catalanes o vascos. De ahí que se les conceda algo tremendo sin lo cual Zapatero no podría haber hecho nada de lo que está haciendo, como un Estado inacabado, una categoría de nacionalidades a ciertas regiones con la que se les invita indirectamente a que aspiren a mucho más, y una ley electoral injusta que premia a los nacionalismos. Efectivamente existe una responsabilidad de UCD y, probablemente en menor medida, de AP.

¿El llamado "proceso" hay que encuadrarlo en ese marco de las relaciones del PSOE con los partidos nacionalistas?

El proceso es la coronación del cambio de Estado. Se pasa de un régimen autonómico a uno confederal y en el País Vasco para que eso se lleve a cabo, es necesario hacer un "proceso de paz".

¿Cree a Zapatero capaz de satisfacer las demandas políticas de ETA?

Hoy por hoy está demostrando que sí. Hasta ahora no podemos decir honradamente que él este arrepentido de algo de lo que haya hecho con respecto a ETA, a pesar de todo lo que ha llovido. No descarto nada con respecto a este hombre. Lo más grave de todo es que él está convencido de que los "chicos" de ETA que protagonizaron el "proceso de Burgos" tenían razón. Es decir que ETA era una fuerza liberadora que la democracia no la ha entendido y que él, el príncipe de la paz, sí. Esta seguro de que esta organización terrorista es la expresión profunda y verdadera del pueblo vasco y que la solución pasa por su reconocimiento.

¿La unidad de España está dañada irreparablemente?

Desde luego, está dañada para mucho tiempo. Hay mucha gente del PP, sobre todo dirigentes de ciertas comunidades, que no le dan importancia a los conceptos y las ideas. Hubo un momento en que la derecha española en la Transición pensó que había que repetir la experiencia de la confederación de las derechas autónomas porque en el fondo existe una cierta derecha que coincide con esa despañolización de España. Hay un cierto PP que se da la mano con otro del PSOE porque tienen la misma cultura. Hay unas concomitancias muy fuertes en el PP que ahora están saliendo a flote. Por ejemplo Félix Pons y Jaime Matas son políticamente iguales.

¿Se puede recuperar de alguna manera el terreno cedido por ZP a los nacionalistas?

Realmente, será muy difícil porque las derrotas históricas se pagan. Si Zapatero y los nacionalistas no pudieran controlar la situación, podríamos llegar a momentos difíciles. Descartar la violencia en España sería de cretinos, aunque es cierto que el relativismo moral ayuda a evitarla por el momento. Para mí la batalla más dura no es la lucha de clases, sino la guerra de territorios. Espero que no se complique esto hasta el punto de llegar a un conflicto de ese tipo, que sería irracional y primario. Yo lo temería. Hemos tenido guerra del idioma, del agua, de los presupuestos... Probablemente, la situación de bienestar es una barrera eficaz contra ella. Pero ¿quién nos garantiza que no surgiría en un momento de crisis económica.

¿Confía en la dirección nacional del PP? ¿Está de acuerdo con la postura que ha mantenido con respecto al Estatuto andaluz?

Desde el punto de vista de los conceptos, sí. El problema está en cómo se resuelve eso. A Rajoy, que es un hombre muy inteligente, le falta algo para pasar de esas convicciones mentales a la práctica necesaria para llevarlas a cabo. En ese salto, yo quiero confiar que está ahí porque si no... Me gustaría que Rajoy fuera consecuente con sus ideas del mismo modo que sí lo son Jaime Mayor o Alejo Vidal-Quadras. Tengo una cierta duda respecto al líder del PP porque está rodeado de gente que piensa que respecto a este asunto hay que ser más flexibles. Rajoy nunca tendría que haber entrado al trapo de la reforma de los estatutos. Su modelo autonómico debería de ser el que había, pero rebajado. Le faltó entereza para plantarse.

¿Pagará Zapatero en las urnas su política territorial? ¿Ve a Zapatero muchos años en La Moncloa?

La puede pagar, pero no lo suficiente para que deje de haber un gobierno socialista-nacionalista.


El Semanal Digital, 16-12-2006