lunes, 4 de diciembre de 2006

La Mafia protege a la Casa Nostra


"Por algo, mientras el feliz jefe de los maderos autonómicos barre las caquitas, Tío Carmelo "protege" las obras de ampliación del cuartel de los Mossos d´Esquadra en El Prat del Llobregat; además de las instalaciones de la futura línea 9 del metro."

– Soy Lenin ¿Qué ocurre, camarada?
– Me importa un bledo que seas Levin. Yo soy Koshelkov, el amo de esta ciudad.
– ¡Soy Lenin! Aquí tiene mi documento…
– ¡Sal del coche!
– ¿Qué quiere? ¿Qué necesita?
– ¡Que cierres el pico!

Lo que necesitaba Yakov Koshelkov, alias el Monedero, era el Rolls Royce negro de Vladímir Ilich. Además, tal como certifica el expediente criminal N-125 de la Lubianca, a Yakov también le hacían falta la billetera y una Browning que el secretario general del PCUS escondía en la faltriquera interior del gabán. Quizás el 6 de enero de 1919 el camarada Lenin no tendría que haberse aventurado a salir del Kremlin escoltado por un solo guardaespaldas. Aunque fuese su día de la suerte. Porque estaba escrito que ése sería su día de la suerte. De ahí que cuando el Monedero se dio cuenta de su error –tomar a Lenin por algún Levin– y volvió para secuestrarlo, ya no lo encontrase tirado en aquel montículo de nieve con la camisa desgarrada, los bolsillos vacíos y la mirada atónita, perdida en el vacío.

El pájaro había volado. Y, por desgracia para el Monedero, Vladímir Ilich no era ni Levin ni Joan Saura (Si, ya saben, Saura, el camarada que recoge las caquitas del gato en el ático de Imma Mayol). Por lo demás, tampoco el alma rusa se compadece demasiado con el muy loado espíritu pactista catalán. Extremos todos ellos que confirmarían las seis balas de la Cheka que, al poco, atravesaron aquella cabeza repleta de serrín de Yakov Koshelkov, alias el Monedero.

Pero lo más probable es que Tío Luis y los otros no conozcan esa vieja historia. Ni falta que les hace. De sobras saben ellos que estos ecobolcheviques de Casa Nostra ya no son lo que eran. Mejor que nadie lo saben. Por algo, mientras el feliz jefe de los maderos autonómicos barre las caquitas, Tío Carmelo "protege" las obras de ampliación del cuartel de los Mossos d´Esquadra en El Prat del Llobregat; además de las instalaciones de la futura línea 9 del metro. Hablando se entiende la gente: la Mafia vende seguridad a la Màfia.

Por su parte –o sus partes, mejor– Tío Juan y Tío Luis "controlan" las obras municipales en Diagonal Mar, el exclusivo barrio del Fòrum. Todo el mundo lo sabe. Todo el mundo lo calla. A su vez, de la "tranquilidad" en las promociones privadas de Barcelona se encargan Los Maya, Los Portugueses y Los Granaínos. Ni una sola denuncia ante la Policía. Ni tampoco una sola obra sin la bandera gitana (la rueda sobre fondo verde y azul) bien visible en la entrada. Y, eso sí, ni un sola hez de gato fuera de su bolsita ecológica, reciclable y biodegradable. Ni una.


José García Domínguez
Libertad Digital, 04-12-2006

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