jueves, 23 de noviembre de 2006

Los de Ciutadans no saben lo que es Madrid.

Aunque Boadella ha estrenado con éxito muchas veces en la capital y muchos de sus dirigentes tienen larga experiencia en el mundo de la cultura y de la política, mucho me temo que el éxito de Ciutadans en esa Cataluña provinciana donde acaban de poner una pica en el morillo del nacionalismo catalán se les ha subido a la cabeza y no consiguen encauzar del todo su brillante operación. La que ha provocado pánico o pavor en los partidos más tradicionales de la transición e ilusión y esperanzas en amplios sectores de la sociedad catalana, e incluso en otras latitudes.
Pero una cosa es Cataluña y otra Madrid, y no les digo esto como les dicen desde el PP para que no se presenten a las elecciones autonómicas, locales o generales, madrileñas o nacionales, temerosos de que les quiten los votos del centro y que incluso se puedan convertir e nivel nacional en la bisagra que les permita gobernar con la izquierda, de la misma manera que el PSOE gobierna con los nacionalista en Cataluña y lo pretende en Euskadi.
No le decimos a Ciutadans que se anden con cuidado en Madrid y sobre todo que se cuiden de las malas compañías porque ya hemos visto a Pedro J. manoseando su violín encantador de ciudadanos para que toque la música que a él le gusta, y que no es otra cosa que una nueva versión del PP de Aznar, al que el director de El Mundo y el mandril Losantos de la COPE pusieron en un pedestal para recibir sus favores en los tiempos gloriosos de la guerra de Iraq.
Si los caballeros andantes de Ciutadans van a venir a Madrid a dar cursillos y a entrar en liza y se presentan en sociedad de la mano de estos conspiradores de vía estrecha que han convertido a la vampira de Malasaña, Esperanza Aguirre, en su musa principal a sabiendas que representa la extrema derecha y que es enemiga número uno de la libertad de expresión —aquel Diario de la Noche que varias veces visitaron los primores de Ciutadans es la última de sus víctimas—, si los de Citutadans se van a dejar manipular por El Mundo y la COPE mejor que no vengan a Madrid, porque esta plaza y capital que recibe con los brazos abiertos a todo el mundo no admite imposturas ni viejos trucos de prestidigitación.
Y no les estamos diciendo, cuidado, que no vengan sino todo lo contrario. Que vengan pero a denunciar los disparates del Gobierno del PSOE y los de la oposición del PP, y de paso a los publicistas partitocráticos de unos y otros, entre los que están estos dos manoseadores de Ciutadans que ya se han subido a otras intentonas de hacer política que fracasaron, como la UCD de Landelino —“mi voto por Landelino”, decían; el PRD de los Florentino, Pérez, Martín Marín, Zaplana, etc. —“Guarrigues es un Kennedy”—; la operación de Mario Conde —“ha nacido una estrella”—; y finalmente el imperio de Aznar —“Yo Claudio”—. Sin olvidar los coqueteos y los paseos de los conspiradores por los jardines de la Moncloa hablando con Zapatero de la ideología de Petit, o el intento de control del PP, para sus andanzas y negocios periodísticos y económicos, así como de la sucesión de Rajoy, a quien dan por políticamente muerto —salvo que ahora lo resucite Zapatero— y al que tratan con un desprecio asombroso.
En España hace falta un nuevo partido político, democrático y ajeno a los vicios de la partitocracia de la transición, pero si viene de la mano de conocidos intrigantes y a la vez manipuladores de la democracia y de la información, para intentar quitar ahora el sambenito del PP que han pretendido controlar desde una extrema derecha disfrazada de liberal, ese partido fracasará, como el resto de intentonas de esta banda. Lo decimos aquí y ahora y especialmente para que se enteren los de Ciutadans.

Las pesquisas de Marcello (Estrella Digital) (21/XI/06)

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